No sé cuántas personas había en la casa de Christina, era muy difícil decirlo con exactitud, se encontraban tanto en el patio, como en el interior de la casa. Valentina me había devuelto mi chaqueta y tomó mi mano para caminar hacia el interior de la casa sin separarnos, en el transcurso del viaje salude a varios amigos de Mark con los cuales ya había entablado alguna especie de amistad en fiestas pasadas.
La casa de Christina es muy grande, mucho más que la mía, por lo que era posible que no encontrara a Lindsay en un buen rato, podría estar en la sala principal, en el patio, en el garaje o inclusive podría no haber llegado aún, el caso era que yo tendría que encontrarla.
Caminábamos entre la gente, chocando unos con otros en la sala de Christina, mientras yo buscaba con la mirada a Valeria, donde ella estuviera, ahí estaría Lindsay, Valentina al parecer se dio cuenta de lo que estaba haciendo, así que me jalo hacia ella, puso sus manos en mi cuello, para acercarse a mi.
-¿a quién buscas tanto Evans?- me dijo al oído.
-¿recuerdas a la nueva?-
-claro, Lindsay Mason, hice un trabajo de historia con ella ¿Qué sucede?-
-la invite a la fiesta-
-ah entiendo lo que quieres hacer ¿vas a ligártela?- podrá ser un poco quisquillosa y de vez en cuando un tanto obstinada y cascarrabias, pero con Valentina puedo ser yo mismo, me entiende de muchas maneras y prácticamente puede leerme la mente, Angélica podrá ser mi más grande amiga, pero valentina es diferente a ella.
-espero hacerlo, pero aun no la he visto, no sé si ya estará aquí-
Valentina puso su frente contra la mía, mientras nos mirábamos a los ojos.
-Lindsay me cae bien, no es una zarrapastrosa como algunas de las otras con las que has estado, ve a por ella- no es como si necesitara su aprobación para ligármela, pero es gratificante que a ella le guste la idea.
-¡LLEGAROOON!- gritó alguien.
Era Edward vestido con un pantalón beige y una camisa negra, que se acercaba hacia nosotros, al parecer está un poco ebrio.
-hooola- saludo a valentina-pensaba que ibas a por Lindsay-dijo dirigiéndose a mí.
-ese es el plan-le respondí.
-claro amigo, pero tengo la certeza de que si me tardaba en encontrarlos, solo un poco más, seguramente te hubieras comido a Valentina aquí mismo-dijo mientras pasaba un brazo por mis hombros.
-como si Ángel nunca se pudiera besado con 2 chicas en la misma fiesta-dijo Valentina poniendo sus manos en mi cara- ¿verdad, amorcito?-
-estas en lo correcto- le respondí, seguido de eso acerque mis labios a los suyos, casi al mismo tiempo que ella los acercaba a los míos, y nos dimos un pequeño beso de pico el cual dejó boquiabierto a Edward.
No es primera vez y seguramente tampoco la última en la que ella y yo nos besamos, pero si no me equivoco, esta es la primera vez que Edward nos ve.
-ves-dijo valentina, viendo a Edward luego de separarse un poco de mí, pero aun así dejando sus cachetes pegados a los míos.
-ok ya quedo claro que ustedes no tienen vergüenza, ni dignidad- dijo Edward riéndose un poco, pero todavía en estado de shock, por lo que acababa de ver-aunque prácticamente me dieron la razón, acerca de que si se hubieran comido-
-si quieres, podemos hacerlo de nuevo, te aseguro que esta vez lo haremos mejor- dije riéndome un poco.
-nononono hermano, nooo ¿Qué te sucede?-
-chi amorcito, hagámoslo otra vez para que Edward nos vea mejor-valentina empujó el brazo de Edward, quitándolo de mis hombros, nos pusimos frente a frente, ella pasó sus brazos por mi cuello y yo puse mis manos en su cintura pasando un poco hacia sus nalgas, comenzando así, un beso, un poco apasionado más largo que el anterior, el cual terminó con un pequeño mordisco mío en su labio inferior-auch-dijo ella, viéndome con una cara de diabla mientras se saboreaba con la lengua la parte donde la mordí.
-por el amor de Jesucristo, no vuelvan hacer algo como eso delante de mí, se los suplico-expresó Edward y nosotros no pudimos evitar soltar una carcajada al mismo tiempo.
-tranquilo, haremos estas cosas en privado-mencionó valentina y yo no pude evitar reírme más
Edward esbozó una sonrisa forzada de incomodidad.
-yo solo venía a decirles que Lindsay está en la cocina con los demás, así que, Ángel tú, ven conmigo y tu valentina deja de ser tan zorra en la vida, quiérete un poco-nos hizo una seña para que lo siguiéramos y eso hicimos, pero durante el camino no podíamos aguantar la risa por lo que acabamos de hacer.
En la cocina estaba Robert quien llevaba una camisa manga corta color blanca con pequeñas anclas color azul marino y un pantalón negro.
Angélica, quien llevaba un crop top rojo junto a una falda corta de color blanco y tacones beige.
Christina con un pomper negro con flores color lavanda y tacones blancos.
Valeria luciendo un blue jean con una camiseta gris y sandalias cafés.
Mark llevaba una sudadera color carmesí con un pantalón negro.
Y finalmente no podía faltar Lindsay, la cual llevaba un vestido uniforme de color azul eléctrico y extrañamente, no llevaba sus lentes.
Es curioso que esté vestida con el mismo color que lleva mi franela, mi intuición no me falló esta vez, excelente servicio.
Pase saludando a todos y cada uno de ellos, hasta llegar a Lindsay.
-si viniste, me alegro, te ves hermosa-le di un pequeño beso en la mejilla en señal de saludo.
-bueno, es la primera fiesta a la que me invitan aquí en Naguanagua, no podía faltar y dejarte mal-
-¿Qué pasó con tus lentes?-le pregunte.
-de contacto-
-interesante, menos mal los dejaste, tenemos un poco de mala fama con los lentes ¿cierto, Robert?-dije volteando a ver a Robert que estaba platicando con Christina, el solo se limitó a mostrar su dedo medio-en algunas ocasiones pasadas le hemos roto los lentes a Robert, sin querer-
Lindsay empezó a reírse.
-no puede ser ¿en serio?-dijo entre las risas.
-sí, la última vez fui yo, le lance un cojín en la cara con demasiada fuerza-
-me hubiera encantado ver eso-
-bueno, si quieres puedes pasártela más con nosotros-
-quizás lo haga, voy a pensarlo y en serio gracias por invitarme-
-no hay de que, me parecías alguien interesante en el salón y me gustaría conocerte más-dije mientras tomaba dos vasos y los llenaba de un cóctel hecho con vodka.
-bueno, para ser honesta, tú me pareciste alguien muy egocéntrico, pero bastante interesante-
-¿yo egocéntrico?-pues claro que lo soy.
-si, después de todo eres el base del equipo de basquetbol, se puede hasta decir que eres de los mejores jugadores del equipo-
-me gustaría cambiar esa opinión tuya acerca de mi ¿me dejas?-le respondí ofreciéndole uno de los dos vasos que tenía.
Levantó su mano para tomarlo, pero antes de hacerlo Valeria se nos acercó y la tomó de la mano.
-necesito hablar contigo, ven-dijo dirigiéndose a Lindsay-te la robo, solo unos segundos-dirigiéndose a mí y tomando el vaso por ella.
Las vi como salían de la sala, que oportuna eres Valeria.
-te la cortarooon- dijo Angélica mientras todos se reían con ella.
-ja,ja,ja, muy graciosa, tan solo espera, esto apenas comienza-luego de eso Angélica salió de la cocina dejándonos ahí, seguramente iba a buscar al tóxico de su novio, o ex novio, sinceramente no sé qué son ahora.
Todos duramos un rato bebiendo y hablando ahí en la cocina acerca de cómo había estado el final del 4to año escolar y de que haríamos en vacaciones, Robert contándonos que no pudo encontrar a la profesora Rosario para entregarle el trabajo, así que no tendría calificación.
Edward nos contó que llegó tarde a la reunión del equipo de natación y no le dejaron mucha comida de la que habían hecho para celebrar el fin de año.
Y así se nos pasó el tiempo, Lindsay y Valeria tardaron bastante en llegar, según me dijo Lindsay algunos chicos ebrios las detuvieron para intentar ligárselas pero ellas pudieron quitárselos de encima, también estuvieron un rato con Oriana y Astrid quienes estaban en el patio con otros compañeros de clases.
Había pasado mucho tiempo y yo no había progresado del todo con Lindsay, tenía que encontrar la forma, pero no me hizo tanta falta pensar mucho, justo cuando el reloj marcó las 12:30 la mentalidad ebria de Edward empezó a salir a flote.
-¡JUGUEMOS VERDAD O RETO!- su grito debió haberse escuchado en todos los rincones de la casa.
Casi al instante nos encontrábamos todos sentados en la sala de Christina, algunas personas ya se habían ido, quedamos los del salón y unos 3 amigos junto a 4 amigas de Mark.
Nosotros jugamos verdad o reto de manera diferente, si no dices la verdad o no cumples el reto tienes que beber, por esa razón Edward había guardado una botella de vodka Gordon's.
Por un momento pensé en que faltaba Angélica, hasta que la vi bajando las escaleras mientras se acomodaba un poco la falda y se acomodaba el cabello, además de bajar acompañada por su novio Arthur, tan solo espero que no estuvieran haciendo lo que creo estaban haciendo, me cae demasiado mal Arthur.
-muy bien comienzo yo, Astrid, ¿verdad o reto?-le pregunté.
-pues reto, la verdad aburre-respondió ella.
-besa a mi amigo Edward-le ordene.
-está bien-
Ambos se levantaron y en frente de todos se besaron.
-listo-dijo Astrid al finalizar.
Edward al sentarse hizo un gesto con su mano derecha queriendole decir a Astrid "llámame" cosa que hizo que todos empezáramos a reír.
-Ángel ¿verdad o reto?-me pregunto Valeria.
-verdad-respondí.
-¿Cuáles son tus intenciones con nuestra pequeña amiga Lindsay?-
No voy a decirle a todos aquí que solo quiero ligármela para cumplir un posible capricho mío, ósea algunos ya lo supondrán o se lo esperan, pero no voy a confirmárselos, así que tome la botella y di un trago grande, todos dieron un grito en señal de mi negación a contestar.
-pensaba que eras más valiente, señor basquetbolista- dijo Lindsay y todos empezaron a reír de nuevo ¿Por qué reímos tanto? Creo que el alcohol ya está empezando a surtir efecto.
-bueno veamos si tú lo eres Lindsay, ¿verdad o reto?- le preguntó Edward, cualquier cosa que eligiera, podría ser utilizada por él, en estos momentos Edward es capaz de decir lo que sea.
Pude ver como Valeria le hacía una señal a Lindsay para que no dijera reto, pero al parecer no capto la seña.
-reto-respondió finalmente.
-te reto a que juegues "10 minutos en el paraíso" con Ángel-le ordenó.
Se produjo un pequeño silencio incómodo entre todos, nadie se esperaba que dijera eso, podría haber dicho fácilmente que me besara, pero no lo hizo.
-tengo el lugar perfecto para eso-dijo Christina mientras se levantaba rápido y se dirigía hacia la escalera.
Debajo de esta había una especie de armario escondido.
-aquí tienen-expresó mientras lo abría-pueden entrar tranquilamente está limpio-
Por un momento Lindsay y yo solo nos vimos, pero por nada del mundo iba a dejar pasar esta oportunidad.
-vamos-la tome de la mano, ella se levantó y ambos fuimos hasta el armario.
Ahí dentro no se veía casi nada a penas y podía verla a ella, sin embargo aún podía sentir su respiración en frente de mí, el lugar era muy pequeño, estábamos pegados el uno al otro, así que saqué mi teléfono y encendí la linterna.
-ahora sí, mucho mejor-dije mientras ponía el teléfono sobre una tabla de madera.
-¿y ahora qué hacemos?-preguntó ella.
Se supone que este juego está hecho para que las personas se besen, pero no es mi estilo decirle eso, mucho menos hacerlo tan rápido.
-pienso que es buen momento para conocernos ¿Qué dices?-
-siiii, con eso podemos pasar el tiempo-
-excelente ¿hay algo que quieras saber de mí?-
-eh bueno-dijo pensativa-¿Por qué me invitaste a la fiesta?-respondió al fin.
-buena pregunta-comencé a decir-en realidad, me llamabas mucho la atención y no sabía cómo hablarte, pensé que esta fiesta sería el momento adecuado para hacerlo-
-podías haberlo hecho en el instituto-
-lo sé, pero no sabía cómo iniciarte una conversación decente-mentira, claro que sabía, solo que ahora fue que me interesaste un poco.
-tu turno-dijo.
Me hice el pensativo un momento.
-¿sabías que yo vendría con ese mismo tono de azul?-
Ella empezó a reír.
-no, por dios no, fue la casualidad más grande que he visto, en serio no me lo esperaba-dijo entre risas y yo también había empezado a reírme un poco.
-es increíble que hayamos venido combinados, no me lo creo-
-ni yo-
-muy bien te toca-le señale.
-¿Por qué no respondiste la pregunta de Valeria?-
Tarde un momento en responder.
-tenía miedo de decir que me atraía la chica nueva, para que luego ella me rechazara frente a todos-
-yo...yo no te rechazaría-
-¿en serio?- ya cayó.
-en serio-
-Muy bien mi turno-este era el momento-¿por qué estás esperando tanto para besarme?-
En ese momento se formó un silencio que duró unos cuantos segundos, proseguido de un beso, Lindsay Mason la chica nueva de los lentes, se había lanzado sobre mí, dando comienzo a un gran y apasionado beso, sin poder evitarlo, mis manos se posaron debajo de la falda de su vestido y comencé a masajear sus nalgas sutilmente por encima del short que llevaba debajo, al mismo tiempo que nuestras lenguas se entrelazan al ritmo del beso, nos movimos un poco causando que el teléfono cayera de donde estaba, y que la linterna quedara viendo hacia abajo, dejándonos en oscuridad.
Había completado mi objetivo de la noche, la estrategia de los 10 minutos en el paraíso, ya era un cliché dentro de nuestro grupo, aunque es un último recurso, fue gran idea de Edward hacerlo ahora.
Dábamos pequeños respiros para tomar aire y continuar con el besuqueo, yo besaba su cuello mientras ella con sus brazos se aferraba a mí, lo fuerte comenzó cuando una de mis manos se movió de la parte de sus nalgas hasta al frente para empezar acariciar levemente su zona pélvica y luego pulsar con 2 dedos sobre su vagina, esto conllevo a que Lindsay soltara un pequeño gemido que intentó ahogar poniéndose una mano sobre la boca.
Estaba empezando a mojarse y eso que mis dedos todavía no habían entrado en ella, podía sentirlo, en el movimiento de su cuerpo, como su temperatura aumentaba, y la forma en la que gemía, todas esas pequeñas señales que usualmente los muchos pasan por alto, yo las noto, Lindsay Mason estaba mojada.
Por lo visto, esta es una de las primeras veces que la tocan.
En ese pequeño armario la percepción de espacio y tiempo no existía, la puerta se abrió un poco y en la oscuridad del armario pudimos ver la cara de Christina asomada desde la entrada, ella logró ver un poco de nuestro manoseo, pero estoy seguro de que no dirá nada, recogí mi teléfono al mismo tiempo que Lindsay se intentaba peinar y acomodarse el vestido.
Salimos de ahí y todos nos miraron extrañados.
-¿Qué sucede?-no pude evitar preguntar, mire a Lindsay y por su cara seguramente estaba nerviosa, no fuera a ser que los demás la hayan escuchado gemir.
-¿recuerdas que eran 10 minutos en el paraíso?-expresó Angélica que ahora estaba sentada en donde yo antes lo estaba.
-sí ¿Qué con eso?-respondí.
-bueno, el caso es, que fueron 15 minutos ahí dentro-exclamó Robert.
Lindsay y yo nos vimos sorprendidos, de lo que nos estaban diciendo, el tiempo se nos fue volando, y ni cuenta nos dimos.
-pero ya que, todos perdimos el sentido del tiempo divirtiéndonos, siéntense-dijo Valeria.
Me senté en un espacio que me hicieron Edward y Angélica, Lindsay escogió sentarse en mis piernas, que sentarse junto a Valeria y Astrid.
El juego se puso más interesante cada vez, por la razón de que algunos querían descubrir que habíamos hecho, retandonos a decirlo pero Lindsay y yo no cedimos, convirtiéndonos en parte del grupo que causó que se acabara la botella.
Y de esa forma entre retos y verdades al aire, el tiempo transcurrió, uno a uno se fueron yendo las personas, hasta solo quedar mi grupo y el de ella, exceptuando a valentina que se había ido a dormir al cuarto de huéspedes y Robert junto con Angélica que también se fueron.
Los pocos que quedaron salieron al patio a escuchar una de las ideas estúpidas de Edward, mientras que Lindsay y yo nos quedamos en la sala bailando de manera lenta una antigua canción en estilo de balada.
-pensé que nos habían descubierto-dijo ella.
-yo igual-y se rió un poco.
-estuvo genial-
-sí, ya lo creo-
En ese momento intente besarla pero llegó Oriana.
-Lindsay nos vinieron a buscar- el hermano de Oriana se había ofrecido a llevar a las 4 chicas a sus casas, pero él no podía ir más tarde, así que llego ahora, seguramente ya eran como las 3:00 AM.
-si ya voy- ella termino de darme el beso.
-Lindsay vamoooos-
-adiós-dijo.
-nos vemos -le respondí antes de que saliera por la puerta de la sala para luego irse.
Ya todo estaba hecho, así que ya no tenía nada que hacer allí, subí las escaleras encaminandose hacia el cuarto de huéspedes.
Mientras lo hacía pensé en lo literal que era el nombre del juego "10 minutos en el paraíso" Porque hoy, al menos Lindsay Mason pudo estar más de 10 minutos dentro del paraíso y eso dibujaba una sonrisa en su rostro y en el mío.
Increíble que en 10 minutos se pueda causar una sonrisa que dure un largo tiempo, así como irónicamente en menos de 10 minutos esa sonrisa puede ser borrada.
Entre al cuarto cerrando suavemente la puerta, ahí dentro solamente estaba valentina, acurrucada debajo de una sábana roja, sus tacones estaban tirados por el suelo. Me senté a un lado de la cama para quitarme los zapatos y la chaqueta, estaba cansado y ebrio así que solo los tire en el suelo, para sumergirme en esas sabanas rojas, valentina volteo a verme.
-nunca dejas de sorprenderme Evans-comenzó a decir- es muy anticuada esa técnica de hoy ¿no crees? ¿En qué momento le dijiste a Edward que hiciera eso?-
-nunca se lo dije, fue su idea hacerlo, yo solo la aproveche-respondí.
-¿Qué tan bien la aprovechaste?-tomo mi brazo para acostarse sobre mí y dormir un poco abrazados.
-casi completamente, 10 minutos no bastan para todo lo que se puede hacer-
-tienes razón, aunque esta cama hubiera sido perfecta para alargar esos 10 minutos-
Antes de responder algo me detuvo, un estruendo que se acercaba, de repente, la puerta se abrió fuertemente y entró Edward.
-no vuelvo a beber tanto-fueron las últimas palabras que dijo antes de caer al suelo inconsciente por todo lo que bebió esta noche.
Valentina y yo no pudimos aguantar y nos empezamos a reír a carcajadas, sabíamos que Edward no decía eso en serio.
-vamos a dormir antes de que se despierte otra vez haciendo escándalo-le dije a valentina y ella asintió con la cabeza.
-buenas noches, te quiero-respondió ella.
-también te quiero-
-yo los quiero mucho a los dos-dijo edward desde el suelo y nosotros nos reimos una ultima vez por esa noche.
Poco a poco, el cansancio gano y me quede dormido, posiblemente solo pasaran 10 minutos para que cayera en mi sueños, o quizas mas, que se yo.