Nunca me había descrito así, siempre he evitado esa palabra, pues me daba miedo admitir que mi alma no es una sola pieza.
No sé en qué momento empezó a romperse. Tal vez de niña, tal vez más tarde; es posible que cada vez que algún me hería, una pequeña grieta se formaba en mi alma, y sin poder evitarlo ni darme cuenta, mi alma se rompió en pedazos.
Tal vez no sea algo de lo que avergonzarse, todos tenemos nuestros problemas, pero temo estar demasiado rota; tan rota que sea imposible volver a unir los trozos de mi alma, tan rota que me quede así para siempre, tan rota que nadie pueda ver quien soy realmente...