Austausch (El Intercambio) |...

By montsekg

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Aventura/Drama. Rin y Len son dos completos desconocidos que intercambian lugares en Alemania como parte de u... More

De ida al Infierno
Animales de ciudad
Rebelión en la granja
Hogar, dulce hogar
Beso de despedida
Favores y deudas
Secuelas
Me preocupo por ti
Ódiame
Síndrome de Cotard
Hasta pronto
Caja de sorpresas
Límites
Una sensación familiar
Mi responsabilidad
¿Confías en mí?
Te quiero
Primavera
Caos
Incondicional

Amigos, fiesta y alcohol

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By montsekg

"Mi más sentido bésame"

Me encontraba durmiendo cuando un escozor consiguió despertarme en medio de la noche. Me removí el cabello, buscando apaciguar el origen de ese picor tan molesto, el cual pareció calmarse por un momento. Volví a recostarme cuando repentinamente, y en lugar de cesar, el escozor empezó a esparcirse sobre mi cabeza y empezó a acariciarme los oídos.

Empecé a escuchar pasitos caminar entre las hebras de mi pelo.

Me senté en la cama, ya con las dos manos en la cabeza e intentando sacudirme esos parásitos de encima. De pronto me encontraba observando como los minúsculos insectos caían sobre mis piernas, parecían no acabarse nunca y cada vez eran más...

Quise gritar pidiendo ayuda, pero no era capaz.

...Y luego desperté.

"Qué significa soñar con piojos" coloqué en el buscador de Google mientras me vestía para ir a la escuela.

Cuando sueñes con piojos y estés matándolos es la forma de advertirte de que debes eliminar los parásitos de tu vida. Es decir, todas aquellas relaciones con personas o laborales que no aportan nada positivo a tu vida. Una forma de explicar esta situación, es cuando te alejas de amigos que solo traen chismes, hipocresía y levantan falsos testimonios en contra de otra persona.

Genial, eso es justo lo que necesitaba, un sueño con el potencial suficiente para volverme paranoica.

Traté de "sacudir" los pensamientos negativos, aún pasándome la mano por el cabello de a ratos para comprobar que de hecho no tenía ningún insecto en la cabeza. Hoy sería un día importante y no quería arruinarlo con mis locuras.

Vi al rubito y al pelirrojo de mis mañanas y los saludé con más energía que de costumbre.

- ¿A qué se debe esa sonrisa? -preguntó Fukase, algo extrañado por mi buen humor mañanero.

- Es viernes, y haremos una fiesta en el bosque. Están invitados.

- ¿En el bosque, Rin? ¿En serio? -replicó Oliver haciendo un gesto de desaprobación, ya bastante usual en él.

Intenté ignorarlo y lo abracé por los hombros, dándole un coscorrón en la cabeza.

- No seas aguafiestas que fue idea de Gumi, tu mejor amiga -le dije en un tono juguetón.

- Ella NO es mi mejor amiga -se defendió, apartando mi brazo y subiendo a la bicicleta para arrancar primero.

Ya le había agarrado la mano al biciclo, por lo que no tardé en alcanzarlo, dejando a Fukase atrás pero a una distancia prudente, en la que aún nos podía oír.

- ¿Por qué la odias, Oli? -pregunté con verdadera curiosidad mientras pedaleábamos cabeza a cabeza.

- No la odio, ella es irrelevante para mí- Oliver se esforzaba por ir cada vez más rápido y perderme de vista, pero no lo dejaría ir tan fácil.

- Hmmm -murmuré, mientras nos deteníamos en el semáforo a las pocas cuadras-. Si en verdad fuese irrelevante para ti irías hoy a mi fiesta, con Fukase.

- Es una mala compañía Rin, te lo adviert- Su voz se tornó oscura e intentó amedrentarme, pero me había propuesto mantenerme de buen humor el día de hoy.

- ¡¡VAMOS OLI!! Fukase también quiere ir, ¿verdad? - me giré hacia el rojo haciéndole un puchero y buscando su apoyo.

- Pues, a mí no me molestaría- dijo éste encogiéndose de hombros.

- ¡BIEN! ¡Iremos! -cedió el rubio con notable molestia- pero no pienso consumir nada ilegal ni involucrarme en actividades homosexuales, te lo advierto.

- No sabía que tu masculinidad se veía amenazada por una niña gay- me burlé, pero enseguida busqué corregirme- Está bien. Eso funciona para mí -dije con una sonrisa, la primera que esbozaba ese día.

Mikuo y Gumi habían planeado nuestra parranda nocturna con la dedicación de cualquier alemán que se respete. Ted -él único mayor de edad- ya tenía las bebidas listas, IA llevaría un parlante con música y Yukari se encargaba de las mantitas para el frío.

Si bien una fiesta en el bosque me parecía algo cliché y digno de una película de terror, argumentando que nadie nos oiría y que no necesitaríamos los permisos que pedía la municipalidad -y por ende no se enterarían los padres- me convencieron enseguida.

Ya le había dicho a Meiko que dormiría en lo de Mikuo -porque si le decía que iría a lo de Gumi se preocuparía aún más debido a sus preferencias sexuales, y dudaría de las mías- y a pesar de que me dio una breve charla acerca de que las chicas debemos "cuidarnos", conseguí el permiso que necesitaba.

La tarde se hizo desear, y por primera vez en el intercambio "no tenía qué ponerme". Finalmente y luego de hacer una videollamada a Miku, decidimos que lo más apropiado sería una camperita de cuero con unos jeans mostaza y botas militares.

Algo casual, pero que aún así me sentara bien.

- Me alegra que recuerdes que sigo viva -dijo desde el otro lado de la pantalla.

- Sí, ¡yo también te quiero! Ahora tengo que irme... ¡cuídame a Len!

Me despedí de los padres del chico Kagamine, e incluso de la pequeña Fetty, tomando la bicicleta una vez más y dirigiéndome a nuestro lugar de encuentro frente al supermercado Aldi.

Allí me encontré con mi nueva pandilla lista para una noche loca, o tan loca como podría llegar a ser en medio de la nada.

Allí estaban: Mikuo, Gumi, Ted, su hermana Teto, Una, IA, Yukari, e incluso Oliver y Fukase. También me presentaron a Rinto, un amigo de Gumi de curso superior con el que nunca antes había hablado.

Nos adentramos al bosque desde el costado de la carretera, siguiendo a nuestra peliverde organizadora de eventos. Ella iba dando saltitos, y hasta un ciego podría percibir la emoción que sentían todos al estar haciendo algo tan inusual para unos chicos de campo.

No voy a mentir, me sentí especial. Es decir, no era Berlín pero me trataban como en casa, o quizás mejor.

Los parlantes se sintonizaron apenas al llegar a un pequeño claro en medio del bosque, y Ted desenterró la conservadora que había colocado justo en medio de ese espacio. Enseguida colocamos las mantitas y la tarde trajo consigo el descenso de temperatura que hacía el tomar alcohol algo mucho más placentero.

La luna llena era hermosa, digna de admirar.

Mientras la mayoría de las niñas optaba por gin o algunas combinaciones con vodka, los chicos y yo nos mantuvimos consistentes con la cerveza. Por mi experiencia había aprendido que los tragos me subían demasiado rápido, y eso nunca terminaba bien.

Yuma.

La última vez que bebí fue aquella noche en la que lo besé. Me relamí los labios, reviviendo aquel momento en mi mente y abstrayéndome por un instante de la fiesta que estaba empezando a mi alrededor.

La suave voz de Gumi en mis oídos pareció despertarme de esa ensoñación:

- ¿En qué piensas?

- En nada. Son... cosas.

Una cosa, y tenía nombre y apellido.

- Oye, solo quería acercarme a darte las gracias - admitió en voz baja, con la vista fija en el escenario a nuestro alrededor.

- ¿Las gracias? Pero yo no hice nada -respondí, sacándome cualquier tipo de crédito de encima.

- Si no venías jamás hubiese sido posible... Ya sabes, esto de juntarnos entre todos y hacer algo divertido -se dio otro momento para sonreír con satisfacción y darle un trago a su bebida-. Nunca antes lo hicimos.

- Gumi, esto es gracias a ti. Incluso convencí a Oliver de venir al decirle que tú lo invitaste...

Ella rió y ambas nos detuvimos a ver al rubio sentado junto a IA, ambos parecían hablar muy animadamente. Allí, en ese momento ni siquiera parecía un niño cascarrabias.

- Maldito homofóbico...

Ambas reímos al unísono, y al encontrarme con su mirada confundida decidí hacerle un ojito y Gumi le lanzó un beso, provocando un gruñido y su típico gesto de fruncirnos las cejas.

En el fondo sentía que estaba feliz de haber venido.

Mi queridísimo Mikuo se unió a nuestra mantita, trayéndome otra cerveza y abrazándonos por los hombros. Tenía la confianza suficiente en él como para permitírselo, sentía que en poco tiempo los tres nos habíamos vuelto muy cercanos.

La peliverde decidió levantarse repentinamente y se sacudió, moviéndose hacia el sector de Rinto y Ted.

- Bueno, yo mejor los dejo solos...

- ¿Y a ésta que le pasa? - me pregunté en voz alta, mientras me giraba hacia mi amigo para encontrarme con sus ojos esmeralda a una distancia demasiado corta para ser prudente.

Era como si recién ahora cayera en cuenta de su masculinidad, y de que quizás buscaría otra cosa esta noche.

- Ejem -carraspeé, apartándome un poco de su cuerpo-. ¿Por qué no jugamos un juego?

- ¿Qué juego? - preguntó la pequeña Una, levantándose de inmediato.

- Verdad o reto - decidió Rinto, a quien al parecer todos conocían.

- ¡Uhhh! Esto se va a poner interesante - aportó Teto, levantando su vaso ante la aparente unanimidad de la decisión. Teto y Una iban a mi clase, y esta es la primera vez que las escuchaba hablar tan emocionadas-. ¡Empiezo yo! Ehem... ¡Fukase! ¿Verdad o reto?

- ¡Reto!

- Te reto a beberte todo lo que queda de tu cerveza.

Me fijé en la botella, comprobando que era más de la mitad. El chico se la llevó a la boca sin miramientos y no hicimos sino aplaudirlo cuando terminó y giró la botella, comprobando que estaba vacía.

- ¡Mi turno...! - la mirada del pelirrojo se detuvo en la mía, pero le negué con la cabeza y decidió pasarme de largo- ¡Gumi! ¿Verdad o reto?

- Verdad -decidió luego de pensárselo por un momento.

- Si tuvieses que casarte con alguno de los chicos presentes, ¿con quién lo harías?

- Honestamente, contigo - admitió y no pude hacer más que gritar un "¡uhhhh!" de la emoción, al igual que las otras chicas - Si no me gustaran las chicas serías el primero en mi lista, bebé.

No era difícil ver por qué lo había escogido. Los rasgos del pelirrojo eran suaves a pesar de que llevara las orejas y una ceja perforadas, posiblemente en busca de más "masculinidad". No traía barba y vestía ropa holgada. Era lindo. Y además tenía una actitud relajada y era de risa fácil.

- Sí, sé que soy hermoso -dijo sonriendo abiertamente y sacándole la lengua a los demás varones.

- Ahora me toca a mí -anunció la chica y analizó cada rostro, uno por uno-. Mikuo... ¿te gusta alguien de los presentes?

- Yo... -el chico se giró a mirarme con cierta confusión.

- ¿No se supone que debes preguntar Verdad o Reto, primero? - indagó IA, riendo tímidamente.

- Perdón, me emocioné. Mikuo, ¿verdad o reto?

- Verdad, verdad -dijo sonriendo, algo ruborizado.

- ¿QUIÉN de los presentes te gusta? - preguntó la chica crudamente, con una mirada desafiante y sujetando su trago con firmeza.

- Rin.

Mi corazón cayó hasta mi estómago cuando todas las miradas se posaron en mí. Claro, al tío le gusta la chica de intercambio. Sinceramente pensé que me estaba fastidiando hasta busqué la verdad en sus ojos... y que me encontré con una mirada curiosa, con algo de temor.

- ¡Rin, te reto a besar a Mikuo! - irrumpió Teto, emocionada.

- ¿Qué...? Ni siquiera es tu tur-

Las voces a mi alrededor empezaron a presionarme desde todos los ángulos. No tenía escapatoria.

Volví al rostro de mi amigo, esperando alguna negación o que me dijera que no era necesario, pero simplemente se encogió de hombros y me dejó decidir a mí.

Mikuo era un chico muy guapo. Era alto, tenía la piel blanca y lisa como la porcelana y estaba un poco tonificado. Su cabello tapaba levemente el color de sus ojos, los cuales en realidad eran grandes y brillantes.

No era Yuma, pero ciertamente estaba bien.

Aún me estaba planteando cuál sería mi decisión cuando me percaté de que mi celular había estado vibrando.

- ¡Un segundo! -grité a la multitud impaciente mientras miraba la pantalla de mi teléfono.

Se habían registrado cinco llamadas perdidas de Albert en los últimos quince minutos, y un mensaje de Len, previo, a las 17:30:

"Tu querido Yuma está con otra"

Y entonces decidí besar a Mikuo.

Era un beso tonto, pero se sentía cómodo. Familiar. Agradable.

Sentí los flashes de los teléfonos encima de mí, pero yo era la chica de intercambio que no tenía nada que perder.

No tenía a nadie a quien perder.

Y luego lo besé una vez más. Y otra vez. Y otra.
.

.

.
———-
Hola amigos! ¿Qué piensan de este cap? Solo puedo decir que nuestra pequeña Rin siempre toma decisiones sin pensar 🙈

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