Summer love( Mclennon O.S)

By Cellophane_Flower09

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"A veces demasiado brilla el ojo solar y otras su tez de oro se apaga; toda belleza alguna vez declina, ajada... More

Summer love

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By Cellophane_Flower09

julio de 1994

John, observaba de vez en cuando a la pizarra debido a que su vista se centraba en el reloj de la pared, faltaban cinco minutos para que el verano llegase y al fin pudiera salir de "la cárcel".

-Oye Lennon, ¿Me prestas borrador?

-Cierra la boca, Stuart

El mencionado rodó los ojos y se contuvo las ganas de exigirle a su amigo que le prestara su borrador.

-Si sigues viendo así al reloj se te saldrán los ojos

-Solo quiero irme ya

-John ya basta, aún falta

-Stuart, cierra la boca ya

Stuart armándose de valor golpeó ligeramente su mesa con el puño y en un tono "dominante" habló.

-No, John, todo el maldito año me has dicho lo mismo cuando no te gusta algo de lo que te digo ¿Y sabes qué? Estoy harto de que me trates como....

Riiiing

El timbre anunciaba que las clases habían acabado y con ello el sermón que Stuart estaba a punto de darle a John, quien no esperó a que los demás terminaran de guardar sus cosas para irse.

-¡John! ¡Déjame terminar! - gritaba Sutcliffe

Lennon por el contrario salió corriendo por los pasillos de la escuela para tomar rumbo a casa, la escuela había finalizado y eso solo significaba una cosa, descanso, aunque ciertamente el castaño no hacía nada en la escuela, decía que su mente necesitaba un descanso mental de tantas clases en las cuales pasó con 6 y 7.

No esperó siquiera el autobús escolar y con impaciencia corrió por las calles de Liverpool para al fin llegar a casa de su tía, se detuvo al frente para observar con gusto aquel lugar donde pasaría encerrado todo el verano probablemente haciendo nada, levantándose a las 2:00 pm y desayunando papas fritas con un enorme vaso de gaseosa.

-¡John! - exclamó alguien a lo lejos

-¿Stuart? - se preguntó a sí mismo observando como su amigo venía a pedaleando hacia él con toda la velocidad que aquellas desgastadas ruedas podían permitirle

-¡John! - dijo agitado cuando bajó de aquella bicicleta - John, John, John, John

-Stuart, Stuart, Stuart, Stuart, Stuart

El mencionado levantó un poco la vista regalándole una mirada que no transmitía necesariamente diversión.

-¿Qué sucede?

-Nada... te... olvidaste... de esperarme en la escuela - dijo con dificultad .

-Emm, no, no me olvidé

-¿Y entonces por qué mierda me dejaste solo con la loca de tu novia?

-¿Loretta?

Stuart asintió

-Mhm, le voy a terminar hoy

-¡¿Qué?! - exclamó Stuart con los ojos muy abiertos

-Uy uy, ¿Ahora a quién se le van a salir los ojos?

-¡Deja de ser idiota, Lennon!

-No se siente lindo cuando te lo dicen ¿Ah? - dijo levantando una de sus pobladas cejas

Stuart rodó los ojos y se cruzó de brazos

-Mira, no sé cuales sean tus intenciones con dejar a Loretta, pero eso no justifica el haberme dejado a cargo de ella ¡Casi me da a golpes por no decirle donde estabas!

-¿Es mi culpa que seas un estúpido?

-No, pero...¡No soy un estúpido!

-Como sea, tu le vas a terminar a Loretta por mi

-¿Qué? ¿Por qué yo?

-Porque me la debes luego de que le robara uno de sus libros a Astrid para dártelo y así decirle que tú lo encontraste y tener un pretexto para hablarle

-¡Eso fue menos de lo que me estás pidiendo!

-Igual no funcionó porque te rechazó

-¡Eso fue antes! ¡Ella se muere por mí!

-¡Las únicas que se mueren por ti son las moscas! ¡Y del asco que les das hasta eso!

-¡Mira quién lo dice! ¡El juguete de Cynthia!

-Uy sí, al menos ya di mi primer beso

-Ya ya, no quiero que terminemos peleando

-Eso lo dices porque no se te ocurre nada más

-No, en serio, además vine a decirte algo

-Bien, ¿Qué sucede, Sutcliffe?

-Voy a buscar un amor de verano

-Wow, genial, yo también quiero

-¿Por eso querías terminar con Loretta?

-Y porque la ví besando a su hermanastro a la salida de la escuela el martes

-Debió ser asqueroso

-Ni siquiera sabe que es su medio hermano

-¿Qué? ¿Cómo?

-Pues simple, su papá tiene muchos hijos regados por Liverpool, y no es coincidencia que se apelliden igual

-Mierda, que asco

-Igual lo descubrí porque su otra familia vive cerca de acá y escuché como el tipo con el que se besaba le decía "Papi" al padre de Loretta - dijo en tono chillón

-Que imbécil

-Sí, entonces voy a terminarle

-No lo haré por ti

-No es necesario, la voy a buscar y luego iré por mi nuevo amorío de verano

-Genial, espero que tengamos suerte

-Claro, puedes comenzar por el puerto, ahí llegan muchas chicas

-Bien, ve a un lugar distinto para que no choquemos y nos fijemos en la misma

-De acuerdo, pero primero iré a casa a cambiarme el uniforme

-Yo no lo haré, de colegial me veré más sexy

-Claro, para los pedófilos, ¡Ve a cambiarte!

Los dos jóvenes hicieron una especie de planeación en la cuál se dividirían en lugares para no coincidir ni fijarse en la misma chica, quizá no sería tan difícil, algunas chicas normalmente iban en verano por los distintos campamentos que en Liverpool se organizaban.

-¡Ya me voy, Mimi!

-¡Regresa antes de las 10:00 o esta vez no te dejaré entrar! - gritó la mujer desde el sofá

Y así fue como John abandonó la casa de su tía para comenzar a caminar con destino al centro, de seguro habría uno que otro parque o puesto lleno de chicas hermosas que estarían dispuestas a un corto amorío sin compromisos, iba pensando en como aplicar sus mejores técnicas de conquista cuando aquella voz interrumpió sus pensamientos.

-Disculpa, ¿Sabes dónde queda Menlove Avenue?

Entonces John se giró y observó a dueño de aquella angelical y dulce voz, era un chico como de su edad de cabello negro, ojos dormilones que destellaban por sus orbes color avellana, nariz un poco respingada y mejillas algo rellenas, tenía una piel pálida que a simple vista lucía suave y delicada, además poseía unas cejas que cualquier chica envidiaría ¡Este chico sin ningún problema podría ser modelo!.

-Disculpa - dijo de nuevo llamando la atención de Lennon, quién lo observaba con la boca algo entreabierta

-Ah sí, ¿Qué sucede?

El de cabello azabache soltó una risita al notar al castaño distraído

-Em, quería preguntarte si sabes dónde queda "Menlove Avenue"

-Oh, sí claro

-Bien, ¿Podrías decirme?

-Ah, claro claro claro, es cerca de acá, solo te vas caminando derecho y está ahí, ¿Qué número buscas?

-Amm, busco el 254, voy a visitar a mi padre y a su familia - dijo rodando los ojos

Ese chico era muy bonito en realidad

-Puedo llevarte si gustas

-Si eres tan amable

John asintió, dejó que pasara primero y comenzaron a caminar por la calle.

-¿De dónde eres?

-Soy de acá, de Liverpool, pero me mudé con mi madre a Escocia

-¿Y qué te trae acá de nuevo?

Paul soltó una risita entre dientes

-Vine a visitar a mi padre y a su familia, bueno, también está mi hermano

-Wow, ¿Y tu madre?

-Pues ella y papá se divorciaron, papá se quedó con la custodia de Mike y yo me quedé con mamá, quisimos iniciar de nuevo y nos fuimos a Escocia

-Oh, fantástico

-Sí, es muy lindo, tenemos una granja y todo

-¿Una granja?

-Sí, mamá y yo amamos a los animales

-Wow, es grandioso

-¿Y qué me cuentas de ti?

-Bueno, vivo con mi tía

-¿En serio?

-Sí, es algo amargada conmigo a veces - rió - Llegamos

-Gracias por traerme...- aseveró dejando el espacio para que dijera su nombre

-John

-Bien, gracias por traerme, John

-Fue un gusto...

-Paul

-Paul - sonrió - quizá luego nos veamos

-Sí

Paul se adentró a la propiedad cruzando el portón blanco que la dividía de la calle, cuando estaba cerca de entrar decidió quedarse a verlo, observó como aquel chico de hermosos ojos se adentró a la casa luego de tocar y antes de cerrar la puerta, hizo un ademán de manos a John para despedirse.

Con miles de ideas en la cabeza se dirigió a su casa nuevamente, tal vez mañana podría buscar a su enamorada.

-Ya regresé - avisó John al ver a su tía en la sala

-¿Y por qué tan temprano?

-Dios, nada te gusta, si regreso muy tarde, si regreso muy temprano - dijo con un toque de diversión para subir a su habitación

Al llegar a aquel lugar resguardado por cuatro paredes de color blanco y una puerta de madera, tendió su cuerpo en la cama sin siquiera quitarse la ropa.
Había sido un día algo corto y aún no dejaba de pensar en aquel chico de los ojos avellana, eran tan hermosos, casi hipnotizantes, al haberlos visto por primera vez, había quedado ensimismado con la preciosa combinación de café y verde, que para el nunca habían combinado, sin embargo a ese chico le quedaba casi mágico, era como si tuviese un trozo de cada maravilla del mundo albergados en aquel par de ojos dormilones, John no pudo dormir en toda la noche pensando en las posibilidades de que Paul se fijase en él y fue ahí donde comprendió que ya había encontrado a su amor de verano.

La mañana se presentaba y el factor indicativo que daba la noticia era el cantar de los pájaros, quienes parecían coordinados para interpretar una suave melodía que iba al compás de la primera mañana del largo verano, John como de costumbre se levantó de la cama arrugando así un poco más las sábanas que vestían el colchón, estiró sus brazos y se llevó una gran sorpresa al darse cuenta de que eran las 8:00 am, no se había levantado tan tarde como pensaba.

-Buenos días - saludó a Mimi una vez que se vistió y bajó a desayunar

-¿Estoy soñando o por primera vez en tu vida te levantaste temprano sin que tuviera que ir yo?

-No seas exagerada, Mimi, ¿Qué hay para desayunar?

-Fruta con granola y jugo de naranja

-Creí que dirías "panqueques"

-Bueno, esto no es restaurante, Winston, así que lo tomas o lo dejas

-Lo dejo, iré a desayunar a un restaurante, adiós

El castaño se levantó de la mesa y procedió a salir para tomar su bicicleta y montarla, había comenzado a pedalear, pero un chico se atravesó enfrente, haciendo que casi lo golpeara y tirando a John en el impacto.

-¡Lo siento! - exclamó aquella voz - No fue mi intención, déjame ayudarte

John con cierta dificultad se levantó y observó a aquel muchacho de cabellos azabaches.

-Hola - saludó John

-Hola...- sonrío de lado Paul

-Sí nos volvimos a ver, ¿Eh?

Paul rió entre dientes

-¿Qué tal, John?

-Iba a desayunar, pero un chico se atravesó en mi camino y me caí

-Lo lamento, estaba algo distraído

-No hay problema, ¿A dónde ibas?

-A desayunar también, mi padre lo hizo desde la mañana con su familia y no me dejaron nada

-¿A qué hora desayunan?

-Él a las 7:00 am, yo a las 10:00 y hoy me levanté a las 8:00 am pero no había nada

Ahora le daba vergüenza decir que el desayunaba comida basura al mediodía.

-Estupendo, ¿Quieres ir a desayunar conmigo?, conozco un lugar muy bueno

-Sí, está bien

-¿Traes bicicleta?

-Vamos caminando, me da flojera ir por la mía

-Como lo ordene su majestad - hizo una reverencia

Los dos chicos comenzaron a caminar por las calles mientras hablaban sobre la vida del otro, al parecer tenían algunas cosas en común.

-Vaya, si no fueras castaño diría que eres mi hermano perdido - rió Paul

-Bien, sí tenemos mucho en común - aseguró John con una sonrisa - Es aquí

Paul se paró frente al establecimiento y se dio cuenta que era una cafetería estilos los 50's que contaba con una barra de malteadas, cuadros de Elvis Presley ¡E incluso una rocola!

-Wow, es fantástico

-Me gustan los 50's son mi época favorita

-Acabo de notarlo

-¿Vamos a sentarnos?

-Claro

John tomó una de las delicadas y suaves manos de Paul y lo llevó a una de las mesas con sillones.

-Todo es muy antiguo aquí

-No he dejado de pensar en ti - manifestó repentinamente John tomando al de cabellos azabache por sorpresa

-¿Q-qué?

-Desde anoche, no he dejado de pensar en ti

-John...

-Sé que apenas te conozco, pero, siento como si lo hiciera de toda la vida

-Me halagas John, y te me haces muy guapo,  pero apenas y sé tu nombre - soltó con una risita nerviosa y las mejillas más coloradas que un pimiento

-Háblame de ti y yo podré hablarte de mí

-Amm, bien, lo básico, mi nombre es James Paul McCartney Mohin, tengo 17 años, nací acá en Liverpool el 18 de Junio de 1977, tengo un hermano llamado Mike y una media hermana llamada Ruth, mi padre se casó de nuevo cuando yo tenía 14 años y desde entonces vengo acá cada verano, ¿Qué me dices de ti?

-Mi nombre es John Winston Lennon Stanley, tengo 18 años, nací el 9 de octubre de 1975 y mi padre me abandonó a los 5 años, mi madre se casó de nuevo y mi tía le quitó mi custodia, vivo con ella desde Niño y es algo...¿dura? ¿Terca?, pero me ha demostrado que me quiere

-Oh, debió ser duro para ti

-Sí, pero es algo que el tiempo va borrando, luego de mucho ni siquiera te das cuenta de que ya no te sientes como lo hacías inicialmente

-Cierto - murmuró y esbozó una sonrisa - Bien, ¿Quieres pedir ya?

-Por supuesto

John llamó a la mesera y esta se acercó de manera inmediata para posicionarse frente a la mesa de los muchachos.

-¿Qué van a pedir?

-Una hamburguesa y una malteada de chocolate - ordenó Paul

-Mmm, una orden de panqueques y una malteada de chocolate también

-En seguida - dijo la mesera luego de anotar en aquella peculiar libreta y proceder a retirarse

-Y bien, ¿Cuanto tiempo te quedarás?

-Todo el verano, creo

-Wow, tenemos todo el verano para explorar Liverpool por completo

-¡Sí!, es la primera de mis visitas en las que conozco a alguien como tú

-Mañana a las 10:00 pasaré a tu casa y nos iremos de excursión

-¡Me parece asombroso!

La mesera se acercó con una bandeja en manos que contenía el pedido de los dos jóvenes, dejó cada una de las cosas con su respectivo dueño y procedió a retirarse de ahí.
Los jóvenes comenzaron a comer y a bromear en la mesa, llamando la atención de la gente de vez en cuando por la cercanía de ambos muchachos, cuando alguien los veía, lo primero qué pasaba por su cabeza era "de seguro son viejos amigos que llevaban mucho sin verse" ya que mostraban una gran confianza y seguridad por el otro, pero lo que no sabían, era que en realidad aquel Par de muchachos apenas se había conocido la noche anterior.

-¡Es asqueroso! - manifestó entre carcajadas Paul

-¡No sabe tan mal! - dijo John en su defensa

-¡Que asco!

-¡Te toca probarlo!

Paul comenzó a reír aún más y tomó aquella papa frita de su plato para luego sumergirla en la malteada, agregarle un toque de catsup y llevársela a la boca.

-Iugh, ¡Sabe horrible! - exclamó para luego escupirlo

John rió a carcajadas y se dio cuenta de que luego de tanto tiempo se sentía libre, no se sentía atado al compromiso de ser Perfecto delante de una persona, como si fuese ahí a donde pertenecía y donde debía pasar el resto de sus días, Paul lo hacía sentirse así.

-¿Terminaste? - preguntó cuando dejaron de lado sus juegos para comer en verdad

-Ya casi - dijo Paul dándole el último mordisco a su hamburguesa- Listo

-Genial, vámonos

-¿Y la cuenta?

-Ya la pagué

-¡John!

-Que

-Ibamos a pagar la mitad cada uno

-Bueno, considéralo como una bienvenida a Liverpool de nuevo

-Está bien, pero si me dejas invitarte un helado más tarde

-Bien, ¿Qué quieres hacer de mientras?

-Uh, podemos ir a una tienda a la que iba cuando era muy pequeño

-¿Cuál?

-¡Te va a encantar!, sígueme

John carcajeó al ver al azabache emocionado y lo siguió por detrás

-¿Queda cerca?

-Algo así

Caminaron una cuantas calles más y se detuvieron frente a un establecimiento de antigüedades en donde vendían de todo.

-Es asombroso - murmuró John observando embobado aquel antiguo lugar

-Lo sé, venía acá con mi madre cuando quería algo para mi cumpleaños y papá no estaba, tienen precios bastante accesibles

-Wow, es genial, ¿Entramos?

-¡Sí!

Los jóvenes se adentraron a la tienda y comenzaron a tomar lo que más les llamaba la atención para observarlo con detenimiento, aquel lugar era muy atrasado a su época, habían muchas cosas y entre todas ellas John la vió.

-Wow - susurró cuando tomó aquella armónica entre sus manos - Es increíble

-¿Gusta comprar algo, muchacho?

-¿Cuál es el precio de esta? - cuestionó señalando aquel instrumento

-Es de 20 libras

-¡¿20 libras?!

-Sí, es una Fender blues Deluxe, su precio original es de unas 30 libras, es barata a su comparación

-Está bien - hizo una mueca - Gracias

El castaño algo decepcionado, comenzó a vagar por la tienda y ahí encontró al pelinegro observando una cámara, John lo vió tan concentrado analizándola que fue tras de él y cubrió sus ojos con sus manos.

-¿Quién soy? - susurró a su oído

-¡John! ¡Mira esto! - exclamó el azabache cuando quitó las manos del castaño de sus ojos

Justo en ese instante, Lennon comprobó nuevamente la suavidad que proporcionaban las manos de Paul con un simple roce.
Paul señaló la cámara con su mirada y entonces John la vió, era una cámara que lucía algo antigua y era color rojo con negro.

-¿Qué es eso?

-Una cámara - dijo obvio Paul

-Lo sé, pero ¿Por qué te gusta tanto?

-¡Es una polaroid cool cam 600 de 1986! ¡Siempre la he querido!

-¿Vas a comprarla?

-Ya la compré

-¡Genial! ¿Tienes cartuchos?

-Acabo de comprar unos también

-¡Estupendo!

-Sí

-¿Nos vamos?

-¿No vas a comprar nada?

-No lo creo, quizá después

-Está bien

-¿Vamos?

-Voy en un momento, tengo que ir por mi ticket y hacer unas cosas más para registrar mi compra, me dan descuentos si lo hago - dijo y soltó una risita

-Bien, te espero afuera

El castaño salió del establecimiento y ahí se encontró a una joven de cabellos dorados, quien sostenía un cigarrillo y al verlo ahí parado, lo tiró al suelo para correr hacía él.

-¡Johnny!

-¡Loretta! ¿Qué haces acá?

-¡Te estuve buscando desde ayer!

-Mhm, yo también - mintió

-¿Ah sí? ¿Para qué?

-¿Tú para qué?

-¡Para que salgamos, tontito!

-Uh, no lo creo

-¿Qué? - indagó confusa la chica

-Es que...- Respiró profundo - Creo que debemos terminar

-¡¿QUÉ?! ¡¿POR QUÉ?! ¡TE REVOLCASTE CON UNA ZORRA! ¡¿VERDAD?!

-¡No!, no, es sólo que... te ví besando a Dylan a la salida del martes

La rubia palideció con notoriedad.

-John, p-puedo explicarte

-No, Loretta, no puedes

-John, fue un beso, no significó nada - dijo al borde de las lágrimas

-¡ME ARMASTE UNA MALDITA ESCENA CUANDO ME TOCÓ INTERPRETAR AL PRÍNCIPE EN LA OBRA ESCOLAR!

-¡ESO FUE DIFERENTE! ¡BESASTE A DIANA!

-¡ERA UNA MALDITA OBRA! ¡PARA MI CALIFICACIÓN!

-¡NO LO JUSTIFICA!

-¡TAMPOCO EL QUE HAYAS BESADO A DYLAN!

Loretta con la cara sonrosada y los ojos completamente inundados por las lágrimas, levantó su mano con intenciones de proporcionarle una bofetada a John, sin embargo este lo detuvo tomando su brazo.

-Tú perfectamente sabes que esto no es mi culpa - dijo John entre dientes

Loretta con cierto temor y bañada en lágrimas corrió lejos de aquel lugar, no sin antes echarle una mirada cargada de furia a su ahora ex novio, eso había sido más rápido de lo que imaginó.

-Que bueno que me esperaste, estuve viendo algunas otras cosas y olvidé que venía contigo, es un mundo ahí adentro - carcajeó Paul

-Oh, Paul, llegaste

-Sí, ¿Te sucedió algo? - preguntó al verlo tan serio

-No, me encontré a mi ex novia y me armó una escena

-Wow, que intenso - rió - ¿Vamos por helado?, yo invito

-Me parece asombroso

A Paul no le gustaba admitir que John de cierta forma despertaba un tipo de emoción en él cada vez que lo veía, sentía que había encontrado más que un amigo en él.
Pasaron la tarde en la heladería, en donde Paul invitó un helado a John y hablaron de más cosas, sin embargo, la noche llegó y la oscuridad se robó la luz natural emanada por el Sol a las calles, dejando estas expuestas por la luz artificial proveniente de los postes con farolas.

-Entonces ¿Mañana a las 10:00?

-Por supuesto

-Nos vemos

Paul con una sonrisa en sus labios, se adentró a su casa y John se fue a la suya, que quedaba a unas dos de la de Paul.

-Paul, ¿Por qué hasta ahorita? - cuestionó su padre quien iba bajando las escaleras

-Oh, es que conocí un amigo y me acompañó a comprar una cámara

-¿Una cámara?

-Sí, la polaroid que te comenté

-Oh, cierto

-¿Qué tal tu día con tu familia?

-Muy ameno, como siempre

<<¡Qué descaro!>> pensó Paul

-Nos faltaste mucho, no llegaste a comer

-Fui con mi amigo, papá

-En fin, quiero pedirte un favor

-¿Qué sucede?

-Ve a comprar la cena, por favor

-Papá, estoy muy cansado y acabo de llegar así que...

-Es una orden, Paul, ve y te puedes quedar con el cambio - dijo extendiéndole un billete de alta denominación

-Está bien - rodó los ojos

Paul apenas recordaba el camino al centro, ya que ahí estaba la tienda de antigüedades, pero fuera de eso, no recordaba mucho lo demás, no acostumbraba a salir los veranos con su padre, ya que eran "momentos familiares", pero algo le decía que quizá este año no sería así.
Caminó rumbo al centro buscando locales de comida cerca de la tienda de antigüedades para buscar la cena, ¡Eureka!, había encontrado una pizzería, se acercó a aquel local y al confirmar que estaba abierto, se adentró y se sentó en una mesa a esperar a que tomasen su orden.

-Buenas noches, ¿Qué va a ser? - preguntó el mesero

-Buenas noches, que sean dos pizzas de champiñones, Pepperoni y queso extra, por favor

-¿Sería todo?

-Que sean para llevar

-Por supuesto, en seguida traigo su orden

El joven se retiró a la cocina y mientras tanto Paul comenzó a ver alrededor suyo, de pronto y cuando menos se lo esperaba, se acercó un chico de pecas vestido como todo un "teddy boy" de los años 50's, lo cuál le recordó mucho a John.

-Hola - dijo coqueto el chico

-Hola - contestó tímido Paul

-¿Esperas a alguien?

-Emm, no, yo vine por...

-Me sentaré aquí, si no te molesta

-No, está bien

-¿Qué hace un ser tan lindo a esta hora en la calle?

-Amm, son las 8:00pm

-Bueno, como sea, ¿Qué haces acá?

-Vine por pizza, aunque creo que es algo obvio - murmuró

-Soy Stuart

-Yo Paul

-¿Vienes seguido?

-No, en realidad vivo en Escocia

-¡Genial! ¡Yo también! - dijo sin haber prestado atención al pelinegro, se había quedado embobado con su rostro

-¿Vives en Escocia?

-¿Qué?, no

-¿Y porque me dijiste que tú igual?

-Escuché mal, lo siento

-Entiendo

Un pequeño silencio incómodo reinó la mesa.

-Mira, soy un asco haciendo estas cosas, así que iré al grano, te me haces muy interesante y quería preguntarte si querrías salir conmigo mañana

-Uh, lo siento, tengo planes para mañana

-No importa, será hasta la noche, te llevaré a probar unas deliciosas crepas que venden por acá

-Es que, no lo sé, apenas te conozco

-¡Vamos!, no te haré nada, mira, vienes conmigo a las 6:00 pm, vamos por crepas, hablamos y te regreso a casa, ¿Qué te parece?

-Bueno, yo...

-Anda, será muy divertido, si nos llevamos bien tal vez podremos salir más seguido

Paul suspiró

-Bien, pero tendré que regresar temprano a casa

-Sí, no hay problema

-Fantástico, mañana a las 6:00

-Claro, ¿Quieres que te invite algo para comer de mientras?

-Emm, no, no gracias, cenaré con mis padres

-Si quieres te espero y de paso te acompaño a casa, suele ponerse algo oscuro acá después de las 8:00

-Bien, si gustas

El mesero de antes se acercó con aquellas cajas de cartón cuadradas y se las entregó a Paul.

-¿Cuanto es?

-21.13 libras, joven

-Aquí tiene - dijo extendiendo el billete de 50 libras que le había dado su papá

El mesero asintió y rápidamente regresó a la caja para devolverle su dinero sobrante a Paul.

-Gracias

-Que tenga buena noche

-Igualmente

Paul salió de aquel establecimiento junto a Stuart y ambos comenzaron a caminar a la par hacia donde Paul indicaba.

-¿Qué te trajo a Liverpool? - inquirió Stuart interesado

-Amm, vine a visitar a mi familia - se limitó a contestar Paul

-Oh, que adorable, ¿Cuánto tiempo?

-Todo el verano, supongo - rió

-¿Qué te gusta de aquí?

-Mmm, es un lugar muy tranquilo, es como un pequeño pueblo o así

-También me gusta eso de Liverpool, es algo rústico hasta cierto punto

-Lo sé

-¿Qué edad tienes?

-17 ¿Y tú?

-19, los cumplí en junio

-Genial, yo también

-¿En serio?

-Sí, justamente el...

-Ya llegamos - dijo Paul interrumpiendo a Stuart

-Oh bien...wow, vives cerca de la casa de un amigo

-Genial

-Sí...bien, te dejo porque se me hará tarde

-Entiendo, adiós

-Adiós

Antes de marcharse, Stuart se acercó a Paul y le plantó un suave beso en su mejilla derecha, dejando a un confundido y sonrojado Paul que se adentró a su casa con rapidez luego de que el contrario se diera la vuelta, esa noche había ganado 29 libras y un beso en la mejilla por parte de un desconocido.

Mientras tanto, dos casas más adelante, exactamente en el número 252, encerrado en una habitación, se encontraba un soñador John, quien tenía los ojos cerrados y no precisamente por estar dormido, si no sumergido en su nube de imaginación, en donde la imagen de su amado de cabellos azabaches se proyectaba una y otra vez, con aquella encantadora sonrisa que le había robado el alma desde que la vió por primera vez, sus suaves y rellenas mejillas pálidas adornando su cara, aquellos bellos ojos que lo aprisionaron una vez que los vió, sentía como si aquel muchacho en realidad le hubiese quitado el aliento desde el día en que se conocieron, y es que era muy difícil dejar de pensar en él.

-¡Winston! ¡Tu amigo el desubicado te está marcando! - gritó Mimi desde abajo

El castaño abrió sus ojos de inmediato y con aquella frase que Mimi había entonado, supo que se trataba de Stuart, por lo cuál bajó de inmediato y antes de que Mimi colgara la llamada.

-¡Voy!

Una vez abajo, Mimi le entregó aquel teléfono a John, dejando así que hablara con su amigo.

-¿Hola?

-¡John!

-Dime

-Lo encontré

-¿Qué encontraste? ¿Tu testosterona? - preguntó John burlón

-¡No seas idiota!

-Entonces háblame con claridad, imbécil

Se escuchó como Stuart suspiró en la otra línea

-Encontré a mi amor de verano, John

-¡¿Qué?! ¡Eso es fantástico!

-¡¿Verdad?! ¡Él es muy lindo!

-¡Es asombro...!, espera, espera, ¿Él?

-Sí, ¿Tiene algo de malo?

-No, no, ¿Sabes?, a mí igual comienza a gustarme un chico -murmuró asegurándose de que Mimi no estuviese cerca

-¿En serio?

-Sí, es muy... adorable, lindo, tierno, no lo sé, tiene algo que me cautivó desde el inicio

-Lo invité a comer crepas mañana

-¿En serio?, que galán, yo lo invité de excursión

-¡Genial! ¡Ambos tenemos una cita mañana!

-Sí, si las cosas salen bien, seguiré con eso

-Yo también, bueno, tengo que dormir porque me toca madrugar mañana, adiós

-Adiós - colgó

Luego de aquella llamada, John se sintió más tranquilo de que Stuart al fin hubiese encontrado a alguien y que no fuese su Paul, de verdad quería intentar algo con él.

-¡Winston! ¡Sube a dormirte que mañana te vas a parar temprano!

-¡En seguida subo!

              ***

¡Bip bip! ¡Bip bip!

La alarma sonaba insistentemente indicándole a John que eran las 9:30, una hora excelente para levantarse de la cama y alistarse, de paso bañarse para evitarse la pena con Paul, quién de seguro estaría impecable

-¡Me voy, Mimi!

-¡No regreses tan tarde!

-¡Está bien! ¡Vuelvo al rato!

John iba a tomar su bicicleta, pero mejor prefirió ir a pie, no quería incomodar a Paul obligándolo a sacar su bicicleta, por lo cual prefirió caminar esta vez.

-Papá, ya me voy - avisó Paul interrumpiendo la lectura del periódico de su padre

-¿Llevas dinero?

-Yo...

-Toma - dijo extendiéndole otras 50 libras - Diviértete, hijo, sólo no hagas nada que yo no haría

-Papá, no es nece...

-Tómalos, no me cuesta nada dejar que mi hijo se divierta haciendo amigos

Paul sonrió en respuesta

-Adiós papá, te quiero

-Yo igual te quiero, Paul, adiós

Paul con enorme entusiasmo salió de su casa, le emocionaba muchísimo ver a John nuevamente.
Cuando unos rebeldes cabellos castaños en corte similar al suyo se asomaron por el portón, Paul esbozó una radiante sonrisa y no tardó mucho en salir.

-Hola, otra vez

-Hola otra vez, Paul

Paul se acercó a John y le dió un corto abrazo, mismo que ambos disfrutaron al aspirar por un mínimo lapso de tiempo la fragancia del otro.

-¿Nos vamos?

-¿A dónde iremos? - preguntó Paul cerrando el portón

-Es una sorpresa - murmuró el castaño juguetón

Paul rió y en seguida se dispuso a caminar a la par de John para seguirlo.

-Quiero saber a donde vamos

-Tranquilo, Paul, te va a gustar, confía en mi

-Confío en ti - dijo haciendo que una sonrisa se formara en los labios de John

Luego de algunos minutos de caminata, al fin llegaron a un campo que parecía de ensueño, el pasto era un verde tan vivo que parecía sacado de una película de animación, enormes árboles brindaban sombra por debajo del fulgor del Sol, el cuál se encontraba en su máximo punto de esplendor, bañando por completo el día con su radiante luz, había un caminillo de flores silvestres de todos los colores y olores y además un grupo de aves que se encontraban más adentradas al bosque cantaban coordinadas una hermosa melodía armoniosa que daba cierta paz al lugar y combinaba perfectamente con la suave brisa que corría por toda la zona, era un lugar perfecto.

-Wow - murmuró sorprendido Paul - Es hermoso

-Venía acá cuando era niño

-Nunca lo había visto

-Ah, porque es mi escondite secreto

-Es muy hermoso, John

-Precisamente por eso te traje, porque es mi lugar favorito en Liverpool

-Es fascinante

-Y bueno, también te traje porque creí que tendrías hambre

Paul fue testigo de como su acompañante sacó de detrás de unos arbustos aquella canasta de mimbre y una bolsa que guardaba en su interior una manta.
John de inmediato extendió aquella manta por el suelo cubierto de pasto y comenzó a sacar las cosas que habían dentro de la canasta, había de todo, frutas, pan, jugo de naranja, panqueques y dos pizzas de tamaño pequeño.

-Wow, ahora sí me sorprendiste, siempre quise tener un picnic

-¿En serio?

-¡Sí! ¡Era uno de mis sueños frustrados! ¿Cómo hiciste todo esto?

-Pues, primero te invité y me aseguré de que si vinieras, luego busqué en mi mente un momento que nunca se ha movido de mi cabeza y recordé un picnic, entonces pedí ayuda a un amigo para que trajera la comida antes de que llegáramos y pues aquí estamos, pensaba traerte de noche, pero no lo creí conveniente porque quizá no te dejen salir tan tarde.

-¡Oh John! ¡Eres tan dulce! - exclamó abalanzándose sobre el castaño

Ambos rieron y procedieron a devorar todo lo que se encontraba en los trastes, contando anécdotas, jugando, contando uno que otro chiste y peleando por saber quien era mejor haciendo alguna cosa.

-¡Tengo una idea! - exclamó entusiasmado John

-¿Qué sucede?

-Ya verás

De detrás de su abrigo sacó una pequeña radio estilo los 50's con una antena, un par de botones y el logo de "Coca Cola" en la parte de arriba, de inmediato, John comenzó a buscar una estación de radio con una canción movida y al encontrarla se levantó casi en seguida.

"Son las 11:30 y en esta estación de radio la hora de "Elvis Presley", por lo que transmitiremos sus mejores singles durante su carrera como cantante comenzando el día de hoy con el tema "A little less conversation" habló aquella radio para luego comenzar a emitir una melodía muy movida la cuál Lennon comenzó a bailar con mucha confianza

-Es mi programa de radio favorito

-Es genial - dijo Paul sonriendo

-Ven a bailar conmigo, Paul

-Yo no sé bailar - dijo entre risas

-No necesitas saber, sólo déjate llevar - le dijo tomándolo de la mano para levantarlo

Paul algo más animado comenzó a moverse al compás de la melodía e imitando uno que otro movimiento que había visto de Elvis Presley en la tele.

-Es divertido

-Te dije

Los dos muchachos reían mientras se movían al ritmo de cada canción, jailhouse rock, hound dog, heartbreak hotel, así hasta que aquella melodía comenzó a sonar como por arte de magia.

-¿Esa es...?

-Can't help falling in love - completó John

-Es una canción hermosa - dijo viendo a la radio y cuando volteó se encontró con la mano de John extendida hacia él

-¿Bailaría esta pieza conmigo, señor McCartney? - dijo tratando de sonar elegante

-Sólo si es de su agrado, señor Lennon - dijo tomándola

John sintió como casi se derretía con ese mínimo contacto, y aquel nerviosismo que se hizo presente una vez que Paul comenzó a acercarse, tomó la cintura de Paul con una mano y con la otra sostenía una de las suaves manos del azabache, su cuerpo temblaba inconscientemente al tener a aquella fuente de agradable calor y aroma tan cercana a él, Paul quién por el contrario tenía la mano en uno de los hombros de John, sentía a su corazón latiendo velozmente, casi como si quisiera huir.
Ambos comenzaron a mecerse lentamente con el ritmo lento de la canción, no había necesidad de parar, todo alrededor de ambos desapareció y de repente lo único que podían apreciar eran los ojos del otro, era cómo si ambos estuviesen sumidos en un sueño del que ninguno quería despertar, sus manos entrelazadas simbolizaban una unión más allá de una amistad, simbolizaba a dos jóvenes que estaban aprendiendo lo que era amar por primera vez, ambos parados sobre el pasto con los pies descalzos, cerca, muy cerca del otro, tanto así que podían ver lo que reflejaban sus ojos, disfrutando de la calidez que intercambiaban entre sí, y de repente, sin siquiera darse cuenta fueron acercándose, primero tocando la punta de sus narices y luego más y más, hasta lograr juntar sus frentes sin dejar de verse a los ojos, que eran los que hablaban escandalosamente y sin parar por ellos, pronto ya podían entrelazar sus respiraciones y robar el aliento del otro, hasta que por fin luego de tanta espera, los dos jóvenes unieron sus labios en un beso, pero no era cualquier beso, no sólo sus labios danzaban a la par de sus cuerpos, si no que este era el primer beso de ambos, ya que si bien antes ambos habían besado a diferentes personas, lo que hacía distinto este a los demás, era que ambos lo sentían con amor, con sus corazones latiendo a mil por hora cómo si quisieran salirse de sus pechos y gritar el amor que sentía el uno por el otro, cómo queriendo que aquel suave contacto que unía sus labios perdurara por siempre, fue ahí cuando John comprendió que el amor a primera vista si existía, pero él más bien lo reflejaría como "Amor a primer beso" ya que fue gracias a aquel que se dió cuenta de que estaba enamorado cómo nunca antes lo había estado, por su parte, Paul se dió cuenta que no necesitaba saber lo que el mundo tenía que decirle si tenía que separarse de John, porque sería demasiado tarde, ya estaba enamorado, y sin darse cuenta, John se había convertido en el lugar y la atracción favorita de Paul en Liverpool.

***

-Ya llegué papá - avisó Paul entrando a su casa

-Estupendo, ¿Qué tal todo? ¿Te divertiste?

Paul con una sonrisa en los labios recordó el beso

-Me la pasé genial, papá, más que estupendo

-Me alegro que por fin hayas hecho un amigo

-Igual yo, es asombroso

-Se nota

-Bueno, voy a subir a ordenar mi habitación, me hablas si necesitas algo

-No te preocupes, hijo, yo te hablo

Paul asintió y fue corriendo a su habitación de inmediato, abrió la puerta con normalidad y se adentró a su habitación cerrando la puerta a su paso para comenzar a brincar con una sonrisa en los labios y casi soltando un gritito histérico.
¡John lo había besado!, no podía creerlo, sentía la necesidad de pellizcarse para comprobar que hubiese sido real y no sólo un sueño, se sentía feliz, emocionado, ¡Con ganas de gritarle al mundo!, era como si el bichito de la felicidad le hubiese picado un potente veneno que le impedía el tener otro sentimiento.

-¡Paul! - gritó su padre desde abajo y esfumando la nube de amor en la que estaba atrapado

-¿Qué pasa, papá?

-¡Vinieron a buscarte!

<<¿Buscarme?, ¿A mí?>> se cuestionó el azabache

-¡En seguida voy!

Paul aún no se cambiaba, por lo cuál simplemente bajó así y se acercó a la puerta para abrirla y toparse así con el chico de prominentes pecas sosteniendo un ramo de tulipanes de distintos colores.

-Oh, hola Stuart

-¡Paul! ¡Creí que te habías olvidado de nuestra cita!

<<Oh oh>> fue lo único que pasó por la mente de Paul

-No, no, ¿Cómo podría olvidarme?

-Lo sé, me desconfié un poco, discúlpame

-Me pasa a veces

-Te traje estas, no sé cuales son tus favoritas, pero vi estos que son de muchos colores y pensé que te gustarían - dijo extendiéndole las flores

-Oh, gracias, son muy lindas - dijo sosteniendo aquel ramo

-¿Nos vamos?

-Ah, claro, s-sólo, déjame ir a ponerlos en agua

-Sí, te espero

Paul quitó las flores marchitas del jarrón que permanecía en la sala y puso aquellos tulipanes para después agregarles un poco de agua.

-¿Quién es él y por qué te trajo flores? - preguntó Jim

-Oh, un amigo que conocí hace poco, me llevará a comer algo

-¿Los amigos se dan flores, Paul?

-N-no lo sé, pero c-creo que fue lindo de su parte

-Creo que este chico tiene otras intenciones contigo

-No lo creo, quizá sólo fue un detalle y ya

-Se le veía muy nervioso

-Es normal, él es así

-No lo creo, jovencito, si tiene otras intenciones contigo y tú le correspondes, no hay problema, los amores de verano son muy normales

-¡Papá!

-¿Qué?, no dije nada malo

-¿Sabes qué?, hablaremos de esto cuando regrese, vengo por ahí de las 7:30 u 8:00

-Bien, sólo cuídate, por favor

-Sabes que sí

-Bien, ¿Te sobró dinero?

-Sí, yo aún...

-No importa, ten, por si quieres algo más y es un tacaño - dijo extendiéndole otras 50 libras

-Papá, no es necesario, en se...

-No, Paul, tómalas - dijo metiéndolas al bolsillo de su jean

-Papá

-¡Ya lo tienes! ¡No puedes devolvérmelo!

-¡Papá!

-¡Adiós, Paul! ¡Diviértete mucho!

-Maldición - murmuró - ¡Adiós papá!

Nuevamente fue a la puerta y esta vez sí salió.

-¡Paul!

-Disculpa la tardanza, mi papá me habló y...

-No importa, vamos

-Bien - sonrió

Los dos salieron de la propiedad y emprendieron camino a aquel lugar del que le habló Stuart, Paul iba algo nervioso, sabía que Stuart si tenía otras intenciones con él, y quiso pasarlo por alto, pero el hecho de que su padre lo señalara lo hacía sentirse cohibido.

-Y...Vienes de Escocia, ¿No es así?

-Oh, sí

-¿Entonces por qué no usas falda?

Paul frunció el ceño

-Oye, que venga de Escocia no significa que tenga que usar falda

-No, no quería decir eso, sólo fue mi curiosidad, lo siento

-Oh, no importa - Dijo apenado Paul

-No, en serio, perdón, suelo hacer preguntas estúpidas a veces

Paul rió

-No, está bien, sólo estoy algo irritable, es todo

-Me pasa a veces

-¿En serio?

-Sí, cuando no duermo bien y eso

-Es hostigante

-Dímelo a mí

Ambos carcajearon

-Es aquí - dijo Stuart deteniéndose frente a un pequeño puesto de postres luego de la corta caminata"

-Wow, huele delicioso

-¿De qué quieres la tuya?

-Umm, de mermelada de zarzamora con queso crema, por favor

-De acuerdo, ¿Algo de beber?

-No, sólo eso

-Ahora te lo traeré, bonito, ve a sentarte

-Bien - dijo Paul sonrojado a más no poder

Se sentó en una de las mesas cercanas al puesto y se dedicó a esperar al chico pecoso mientras pensaba en su dulce John, ambos habían compartido un tierno beso en la mañana y su madre antes de irse le había platicado sobre sus diversos amores de verano, ella solía decirle que una de aquellas tantas veces que fuese, podría caer y la memoria de la persona a la que amó durante el corto periodo, quedaría en su memoria por siempre.

-Paul, te traje un frapuchino de vainilla por si te empalaga

-Oh, gracias - dijo tímido

-Háblame de ti

-Bueno, me llamo Paul McCartney, tengo 17 y vivo en Escocia por el divorcio de mis padres, vivo en una granja con mi madre y vengo a visitar a mi padre todos los veranos.

-Genial

-Háblame también de ti, solo sé que te llamas Stuart y quiero tener nuevos amigos - dijo remarcando la última palabra

Sin embargo Stuart pareció no entenderlo y prosiguió como si nada.

-Pues, me llamo Stuart Sutcliffe, tengo 19, me gusta el arte, especialmente la pintura, pienso estudiar la universidad en el colegio de artes acá en Liverpool, cumplí años el 23 de junio.

-Impresionante - dijo el azabache dándole un mordisco a su crepa

-Lo normal - carcajeó - Dime, ¿Qué te gusta?

-La música, las cámaras, y el cine, ¿A ti?

-Me gusta la pintura, como ya te dije, el arte abstracto, las esculturas, literatura y... Tú - dijo poniendo su mano sobre la del contrario

-Oh, yo...

-No tienes que decir nada - susurró acercando su rostro peligrosamente con los ojos cerrados

-¡No! - Stuart abrió los ojos y lo miró confuso - No

-¿Qué sucede? ¿No te gusto?

-No, es sólo que... Stuart, me halagas mucho, demasiado, y te me haces atractivo , pero... me gusta alguien más

-¿Qué? ¿Por qué no me dijiste antes?

-No me sentí con la responsabilidad, ya sabes, quería hacer amigos y vi uno en ti, no me mal entiendas, es sólo que... tengo a alguien

-Y... Si él o ella no estuviera, ¿Tendría una oportunidad contigo?

-Absolutamente - dijo acariciando sus nudillos y sonriendo

-Lo siento, Paul, yo...

-No, no hay nada porque disculparse

Stuart suspiró

-Te llevaré a casa

-Te agradecería que me acompañaras antes a una tienda, necesito comprar algo

-Claro, de paso uso el teléfono, le marcaré a un amigo

-Bien - sonrío Paul

Se levantaron de la mesa y se dirigieron a donde Paul indicó.

Mientras tanto y nuevamente hundido en sus pensamientos, John permanecía acostado con la mirada clavada al techo blanco de su habitación mientras el momento del beso con el pelinegro horas atrás, se proyectaba una y otra vez en su cabeza, era como si estuviera atrapado pero sin ganas de buscar una salida, solo recrear el momento.

-¡Winston! ¡Otra vez tu amigo el rarito acá abajo! - gritó Mimi interrumpiendo a John como dolía hacerlo siempre

-¡Ya voy!

John bajó para contestar el teléfono inmediatamente y así poder terminar la llamada los más rápido posible para pensar en Paul nuevamente.

-¿Qué mierda quieres ahora, Stuart?

-John, invité al chico de la otra vez a salir

-Wow, ¿Qué tal? ¿Ya te dio el batazo?

-¡No te burles!

-¿En serio? - indagó para soltar una sonora carcajada

-Él dijo que tenía a alguien más

-Golpe bajo

-Lo sé, me gustaba mucho, John, intenté besarlo y se alejó

-¿Cómo se llama? Para saber al novio de quien tendremos que partirle la cara por romperle el corazón a mi amigo

-Paul, Paul McCartney

«Quizá una coincidencia» pasó por su mente

-¿Es de acá?

-Amm, sí, pero se mudó a Escocia con su madre por el divorcio de sus papás

John quiso gritar a través de la línea para preguntarle ¿por qué carajos salía con su chico?, e hirvió de coraje aún más cuando recordó que le había dicho que intentó besarlo,  pero luego recordó lo delicada que era la situación

-¿Te dijo cómo se llama su novio?

-No, pero se ve que lo quiere mucho, me pidió que lo acompañe a una tienda y todo el camino me habló de él, dice que es muy dulce y que hoy a la mañana lo había llevado a un pícnic que fue su experiencia más cercana a la perfección, más bien que fue de lo más Perfecto  - suspiró agobiado tras la línea

-Uy, que lástima - comentó mientras hacía una fiesta interna

-Lo sé, trataré de ser su amigo, aunque me duela

-Lo siento tanto, Stu, tal vez llegue él o la indicada

-Eso espero, primero voy a superarlo a él

-Suerte con eso

-Gracias, John, te hablo luego que ahí viene

-Hasta luego - colgó el teléfono

John no lo espero más y corrió a festejar a su habitación, ¡El sentimiento era correspondido! debía hacer algo, sabía que no quería que ese no fuese un amor sólo de verano, pero si iba a serlo, debía aprovecharlo al máximo, así que nuevamente tomó el teléfono y marcó un número.

-¿Chad? ¿Aún trabajas en ese lugar?... Necesito un favor

                                    ***

-Gracias por acompañarme, Stu, me la pasé muy bien

-Yo igual

-Y lo lamento, ¿Si?, estoy seguro de que encontrarás a tu chico o chica ideal algún día

-Lo sé...

Esta vez fue Paul quién se acercó a Stuart para plantar un suave beso en la mejilla de Stuart, quién soltó un suspiro.

-Adiós...

-Adiós, Paul

Paul entró a casa luego de un agotador día, sacó aquello que había comprado en la tienda envuelto en una bolsa de papel y lo observó fijamente, ¡Era perfecta para él!.
De la nada los ruidos de algunas ramas se hicieron presentes afuera de su cuarto, aquellas enormes ramas golpeaban el vidrio que cubría aquella ventana, por lo cuál la cerró con angustia y la tapó con la cortina, se sentó en su cama mientras intentaba tomar aquel bate que yacía debajo de su cama y esperar a que no fuese un ladrón, pero eso no sucedió, ya que únicamente escuchó tres toques y vió cómo aquel peculiar corte se reflejaba como sombra detrás de la cortina, por lo cuál, inconscientemente, sonrió y se dirigió a abrir aquella ventana, encontrándose con el "intruso" más guapo que había visto.

-¿Puedo saber por qué hay un intruso aquí a está hora? - cuestionó coqueto dejando entrar a John al cuarto

-Ah, vine buscar algo para robármelo - comentó siguiéndole el juego

-¿Y se puede saber que va a robar?

-Mmm, vine por tres cosas

-¿Cuáles?

-La primera cosa que me voy a robar, son los ojos más hermosos de toda Liverpool 

-Mmm, a algunas casas vive un chico de ojos pequeños, pero muy hermosos

-¿Ah sí?, no lo creo - negó acercándose

-Es verdad

John se acercó lo suficiente a Paul y enredó sus brazos alrededor de su cintura, haciendo que el contrario hiciese lo mismo con su cuello.

-La segunda cosa que vine a robarme - acercó su rostro peligrosamente para acariciar las respingada nariz del azabache - Es un beso

Paul carcajeó, pero aquella risa fue callada por unos delgados labios que invadieron inesperadamente los suyos, haciendo que aquellas mariposas en el estómago despertaran y que su corazón tuviese la energía suficiente para correr un maratón.

-¿Y la tercera? - susurró Paul con sus labios cerca de los del contrario una vez que se separaron

-¿Le da curiosidad, señor McCartney? - susurró para proporcionarle otro corto beso en los labios

-Mucha a decir verdad

-Entonces le diré

-Dime ya

-Vengo a robármelo a usted

-Estás loco - rió

-Acompáñame, te tengo una sorpresa - dijo tomando su mano

-Mi padre está a dos habitaciones de la mía

-Anda, te va a encantar

-¿Será rápido?

-No te prometo nada

Paul observó hacia todas las direcciones y se acercó para ponerle seguro a la puerta.

-Vámonos - susurró

John sonrió en respuesta y con su mano aún entrelazada a la de Paul, lo ayudó a bajar por aquel árbol para así llevárselo a su sorpresa.

                ***

-¿Ya casi llegamos?, hemos caminado bastante - carcajeó

-Lo sé, pero ya llegamos

-¿Puedo abrir los ojos?

-Aún no

-Bien

-Ven acá

Paul desbordaba curiosidad por saber que era eso tan importante que John quería que viera, y entonces escuchó un sonido extraño, un tipo de "click" y luego pudo sentir como unas manos en su cintura le incitaban a sentarse y así lo hizo, se sentó y pronto sintió un acolchonado debajo de su trasero.

-Puedes quitarte la venda

-John, ¿Qué es esto?

-¡Sorpresa!

Paul observó a todas partes y quedó ensimismado cuando notó lo que era eso

-¿Estamos en un auto cinema?

-Shh, la función está por comenzar

-Lo siento - susurró

Paul observó atento a la pantalla y se dió cuenta de que era una de sus películas favoritas "Vaselina"

-¡John!

-¿Te gustó tu sorpresa?

-¡Me encanta! - exclamó para tomarlo del cuello y besarlo

John con dulzura correspondió a aquel suave contacto, al separar sus labios le sonrió con ternura y besó su nariz

-Hace apenas dos días que te conozco, pero, Dios, créeme cuando te digo que no he sentido un vínculo tan estrecho que me una a una persona tal como me pasa ahora contigo -dijo John con su frente pegada a la de Paul y la respiración agitada - por favor, dime que aceptas ser mi amor de verano, Paul, disfrutemos el tiempo que tendremos juntos, porque es lo único que tenemos, por favor dime que sí

-Sí, John, si quiero - dijo Paul de la misma forma para después sentir como inconscientemente de sus labios brotaba aquella dulce sonrisa

Aquellos dos adolescentes ahora más enamorados que nunca comenzaron a reír como locos para después darse un beso, luego otro, otro y otro, así hasta que decidieron prestar atención a la película.

Casi al finalizar la misma, John rodeó los hombros de Paul con un brazo y se pegó mucho a él, más, más y más, cuando menos lo esperaban se encontraban sumidos en un beso que de a poco se volvió húmedo, cada vez más profundo, más pasional, luego John se encontraba sobre Paul, bañándolo así con la calidez corporal que del castaño emanaba, las prendas sobraban y la película igual, se fueron despojando de las prendas una a una, pronto Paul se encontraba arañando la espalda de John mientras brotaban suspiros de su boca, ambos ahí, en plena luz de la noche dándose una muestra de amor de la que sólo la luna sería testigo y las estrellas entrometidas que guardarían el secreto de aquellos jóvenes amantes que disfrutaban al máximo del tiempo, sin desaprovechar lo corto que sería su amorío, entregándose al otro con amor, con pasión, con dulzura, esa noche, sería el nacimiento de un amor que crecería hasta llegar a marchitarse para luego cobrar vida nuevamente, así hasta el final de los tiempos.

-Te amo - susurró rendido John

-También te amo - dijo Paul emitiendo un bostezo

Ambos quedaron dormidos en aquel lujoso auto que John había conseguido gracias a su amigo, de verdad que le debía muchísimo, fue entonces cómo solo la oscura noche y los árboles cercanos, se convirtieron en cómplices silenciosos de aquel joven y pasional amor.

                                                                          ***
El verano marchaba bien, mejor de lo que John y Paul se imaginaron, desde viajes a la playa, algunas fotos instantáneas sacadas con la cámara de Paul, helados para amortiguar el calor y una que otra malteada de chocolate de el viejo restaurante estilo los 50s.

-¡Tómame una aquí! - dijo Paul sentado sobre aquella enorme roca levantando los brazos

-¡Ten cuidado al bajar!

-¡Lo tendré! ¡Tómame la foto!

John con una sonrisa en los labios, presionó aquel botón permitiendo salir aquel papel fotográfico cuadrado que tenía plasmada la imagen de Paul sobre aquella roca.

-¿Qué tal quedó? - dijo una voz luego de que unos brazos rodearan su cuello

-Luces igual de hermoso que siempre

Paul se giró un poco y le dió un beso a John.

-Hay que tomarnos otra juntos

-Si, me parece genial

-Buscaré a quien nos la pueda tomar

-Bien

Paul recorrió con la mirada, buscando con cuidado a alguien que se viera confiable como para no salir huyendo con su cámara, entonces lo vió.

-¡Ya lo tengo! ¡Espérame aquí!

-Te espero, Paulie

Paul corrió a toda velocidad al ver a aquel sujeto sentado en la orilla.

-¡Stuart!

El de pecas levantó la vista y sonrió

-¡Paul! ¡Tanto sin verte!

-¡Igual!

-¿Sigues de novio? - preguntó con interés

-Amm, sí , de hecho... vine con él - dijo con algo de pena

-Oh, ya veo - dijo Stuart con una sonrisa forzada

-Quería pedirte si podías sacarme una foto con él, es que no quiero que se lleven mi cámara - carcajeó

-Claro, no hay problema

Stuart siguió a Paul por detrás, en parte aceptó porque quería saber quién era el novio del chico que había robado su corazón en pleno verano.

-Stuart, él es mi novio, John - dijo haciendo que John voltease de inmediato

-¿John?

-¿Stuart?

-Oh, ¿Ya se conocían?

-Sí - dijo Stuart con el ceño fruncido - Era mi amigo

-¿Era?

-¡Tu lo sabías!

-Stu

-¡Lo sabías! ¡Sabías que era él!

-¡Stuart! ¡Cálmate!

-¡No! ¡Eres un maldito traidor! ¡Sabías que yo quería a Paul!

-¡Lo conocí antes de que me hablaras sobre él!

-¡Y aún cuando te dije no hiciste nada! ¡Te hiciste el idiota!

-¡Yo también lo quiero! ¡Lo amo!

-John, vamos - susurró Paul poniéndose al frente de ambos

-Bien, vamos

-¡No! ¡Lo arreglaremos como hombres!

-Stuart, por favor

-¡Tu cierra la boca! ¡Lo único que hiciste fue irte a regalar con el patán de John después de que fui un caballero contigo!

John no aguantó más y se abalanzó sobre Stuart, propinándole un golpe, tras otro, tras otro.

-¡A él no le vas a hablar así! ¡A él lo vas a respetar! - exclamó con furia 

-¡John! ¡Detente!

-¡Eres un traidor! ¡Un maldito traidor!

-¡John! ¡BASTA JOHN! 

Fue ahí cuando John se percató de el desgarrador gritó de Paul y soltó a Stuart.

-Paul, amor, perdóname

-Shh, sólo vámonos, ¿Si?

John asintió y se marcharon del lugar directo a la casa de Paul, donde subieron a su habitación para que Paul pudiese curar los nudillos de John.

-¿Por qué te pusiste así? - cuestionó levantando la vista, John se dió cuenta de que sus ojos estaban rojizos ¡Oh no! ¡Lo hizo llorar!

-Me descontrolé, no soporté la idea de que te hablara como quisiera

-Entiendo

-¿Estás molesto? - preguntó con cierto temor

-John, no - carcajeó

-¿Por qué lloras entonces?

Paul tiró el último algodón a la basura

-Yo... no se como decirte esto

-Dilo ya - dijo con un nudo en la garganta

-Paul se sentó al lado de John en la cama y le dió un suave y largo beso en la mejilla.

-Te amo, John, como nunca había amado a nadie nunca y... esperaba poder decirte esto en la noche para poder pasar todo el día de hoy en paz divirtiéndome contigo

-Me estás asustando, dime de una vez, por favor

-John...mañana mismo me regreso a Escocia

John estaba esperando al momento en el cual Paul le decía que era una broma y reían, pero eso no pasó, el azabache hablaba en serio.

-Paul... dime que es una broma, por favor

-¡Cómo quisiera que fuera sólo eso! - sollozó - Pero es que mi madre me dijo que los animales están muy intranquilos y ella no puede sola

-No te vayas, Paul, por favor no me dejes - dijo el castaño al borde de las lágrimas

-No quiero dejarte, John, no quiero hacerlo - gimoteó mientras abrazaba a su dulce amado, aspirando su olor en un intento de llevarlo con él

-Quédate unos días más, falta un poco menos de un mes para que termine el verano

-Como quisiera, John, pero mi padre ya le dijo a mamá que mañana mismo me voy

-Paul, no me dejes, te amo, por favor, no me dejes - sollozó abrazando aún con más intensidad a su chico

-Shh, calma ¿Si?, quiero darte algo

-¿Qué?

-Te compré algo hace tiempo, y esperaba el momento indicado para dártelo

John permaneció sentado llorando y ahora confuso, mientras Paul se acercó a una de sus gavetas y de ahí sacó aquel envoltorio.

-Ábrelo - lo incitó luego de dárselo

John con cierta confusión miró a Paul y procedió a desenvolver aquel presente, cuando quitó toda la envoltura, pudo percatarse de lo que era.

-Paul - dijo con emoción y sus ganas de llorar incrementaron

-La compré la vez del picnic, recién habíamos salido y ya pensaba en ti, sabía que te gustaría porque vi como la tomabas y preguntabas por ella, pero no llevabas 20 libras, mi papá me dió algo de dinero y fui por ella antes de que alguien más la comprara, quiero que cada vez que la toques te acuerdes de mi, de nosotros y de nuestro "Amor de verano", porque aunque quizá no lo veas así, para mi este amor no será sólo de verano, será de otoño, invierno y primavera también, porque quiero amarte en las cuatro estaciones, una no es suficiente para mi

-Te amo 

Abrazados e intercambiando uno que otro beso, pasaron la tarde llorando y durmiendo juntos a la noche

                                                                          ***

John no dejaba de ver aquella foto que se habían tomado en la playa con la cámara de Paul, aquella que tomaron en la playa con una pose inmadura de "Tontos luchadores fortachones" según se había expresado Paul, mientras tocaba la armónica que el mismo le había dado, maldición, se le estrujaba el corazón de una manera horrible al saber que regresaba a Escocia, ¡Malditos sean los animales inquietos!, por culpa de ellos perdía a su amor, antes podría estar consciente de que un amor de verano tenía su final, ya que había tenido muchos que superaba una vez este acababa, pero con Paul era diferente, lo sabía en lo más dentro de sí, podía sentir como su corazón se desgarraba cada vez que pensaba que no volvería a verlo, que probablemente su Paul terminaría en los brazos de otro chico, que quizá el siguiente verano no regresaría, no podía soportar aquellas aberrantes ideas, eran demasiado para él y sin darse cuenta ya se encontraba bañado en lágrimas, odiaba no haberse preparado en caso de que eso pasara.

-¿Así se siente perder al amor de tu vida? - le preguntó al cielo - ¿Es así como debería de sentirme?

Comenzó a sollozar ahora sin pudor alguno, sin embargo, vió una oportunidad cuando Mimi gritó.

-¡John, voy a salir!, ¡Regreso a eso de las 5:00!

-¡Está bien! - exclamó con la voz más normal que pudo

Bajó las escaleras una vez que escuchó cerrarse a la puerta y descolgó el teléfono para rápidamente marcar aquel número que sabía de memoria.

-¿Aló?

-¡Paul!

-¿Johnny?

-¡Si! ¡Soy yo!

-¿Qué sucede, Johnny?

-Paul, quédate por favor

-John, sabes que no habría nada que me pusiera más feliz que quedarme aquí, contigo, pero debo regresar, mamá necesita de mí, no puedo dejarla sola

-Paul, te amo y no quiero perderte

-No vas a perderme, lo sabes, vendré cada verano

-¿Y si conoces a alguien más en Escocia y me dejas?

-John, no seas paranóico - carcajeó

-No lo soy, sólo no quiero dejarte, no quiero estar con nadie mas

-John, te amo, te amo muchísimo, y si no se tratase de mi madre de la mujer de la que hablo y por la cual regreso a Escocia, créeme que me quedaría aquí contigo

John pensó muy bien lo siguiente que iba a decir, tenía miedo a ser rechazado, pero bien dicen "Él que no arriesga, no gana".

-¿Y si me voy contigo? - soltó

-¿Qué?

-¿Qué pasa si me voy contigo?

-John...

-¿Le molestaría a tu madre?

-No, por supuesto que no, hay mucho espacio allá...

-¿Y si me voy contigo? - repitió

-¿Hablas en serio?

-Sí

El silencio reinó en la otra línea.

-¡Sí! ¡Sí, John! - dijo con emoción el pelinegro 

-Excelente, te veo en la estación a las 3:30

-P-pero John, tu tía

-Ella estará bien, le enviaré cartas

-¿Seguro?

-Seguro

-John, te amo

-Yo también, Paul, también te amo

-Te amo más

-Te amo mucho más y podría seguir con esto, pero debo empacar mis cosas para irnos

-Bien, te veo allá, te amo

-También te amo - colgaron

Comenzó a empacar sus cosas más valiosas, el poco dinero que tenía guardado y salió de su casa.

                                           ***

No lo iba a negar, estaba asustado, la adrenalina corría por sus venas y dudaba en quedarse, la angustia de escaparse e irse a vivir a otro país lo estaba carcomiendo, sin embargo, aquel nerviosismo se fue al carajo cuando lo vió con dos maletas corriendo a toda prisa hacia su dirección.

-¡John! ¡Creí que no vendrías! - exclamó soltando su equipaje y lanzándose a los brazos de su chico

-¡Yo creí que no vendrías! ¡Tardaste mucho!

-Uh, es que compré los boletos y tuve algunos problemas con mi equipaje

-Entiendo, ¿A qué hora sale el tren?

-En 15 minutos

-Perfecto

-John ¿Estás seguro que quieres hacer esto?, no voy a obligarte

-Paul, estoy más que decidido, lo juro

-¿Y si dejas de amarme?

-Imposible, te amaré hasta los 64 y mucho tiempo más

-¿Me lo juras?

-Te lo juro

Con una sonrisa en los labios, se acercaron y se dieron un suave beso en los labios.

-¡John! ¡Se irán sin nosotros! - exclamó Paul al separarse

-¡Mierda!, ¡Corre!

Los muchachos tomaron sus maletas y corrieron hacia el vagón con toda la velocidad que sus piernas les permitieron para no perder su tren con destino a una nueva vida juntos.

Una vez dentro, se esbozaron una sonrisa cómplice y se despidieron de Liverpool, dándose un dulce beso en los labios cuando el tren comenzó a moverse.

                             ***

5:00pm Liverpool

-¡Winston! ¡Ya llegué! - exclamó Mimi desde abajo

La mujer encendió las luces de su casa y a su vez subió a la segunda planta.

-¡Winston! - llamó otra vez - ¿Qué le sucede? ¿Será que se durmió?

Mimi al estar consciente de las diversas cosas que pudieron haberle pasado a su sobrino, comenzó a preocuparse, por lo cual corrió a su habitación con rapidez.

-¡John!

Abrió la puerta con temor esperando encontrarse con el cadáver de su sobrino o algo así, pero en su lugar encontró una nota con la desprolija letra de John que a simple vista reconocía, por lo cual se apresuró a tomarla para leer.

Mimi

¿Recuerdas aquella vez que caí de la bicicleta?, me ayudaste a levantarme y me llevaste a casa para luego ir por un botiquín y curar el enorme raspón que invadía mi piel en la zona de mi rodilla, recuerdo que luego de tanto haber llorado me dijiste que así era el amor, montar en bicicleta, al inicio no sabes como hacerlo, luego montas un triciclo, luego puedes conducir una bicicleta de dos llantas con rueditas de apoyo, claro, pero después de un tiempo aprendes a conducirla sin una tercera rueda, sin ruedas entrenadoras, sin la necesidad de que alguien te sostenga por detrás para asegurarse a que no caigas, a la larga del camino que conduces te topas con obstáculos enormes que aprendes a superar, caídas, lugares donde conducir parece agradable, pero no lo es del todo, ya que un clavo tirado e incluso una espina podrían traicionarte, pero luego encuentras un lugar hermoso, perfecto para conducir, un camino al que temes al inicio, luego de haber pasado por tantas adversidades en el camino, pero luego retomas la confianza y ahora conducir ahí es de lo más pacífico, contrario a los otros bellos paisajes que habías recorrido antes, aquellos que luego de un rato conduciendo te das cuenta que no son muy buenos o simplemente te aburren, ese lugar parece ser infinito, un mundo completo, en el que descubres una cosa nueva cada día, conoces sus defectos pero aún así sigue siendo maravilloso, como el lugar de tus sueños, ya no quieres irte de ahí jamás, porque no sólo conoces algo nuevo e innovador, si no que se convierte en tu lugar, aquel que en algún momento de tu vida pediste o soñaste, quizá diferente, quizá igual, quizá similar, pero no por eso deja de ser maravilloso, antes te daba a loca cuando me decías eso por cada niña que te contaba que me gustaba, pero ahora lo entiendo perfectamente, naces sin experiencia, tal vez sabiendo amar a aquellos que te rodean mayoritariamente por compromiso u obligación, durante tu camino aprendes a socializar, haces amigos que con el tiempo te dejan por la falta de comunicación, luego viene el primer amor, aquel comienza a ayudarte con el camino, el que te sostiene por un tiempo pero luego se va, de ahí viene otra persona, la segunda persona de la que te enamoras, esa que te ayuda a crecer cómo persona y te enseña a amar a más de lo que sabes, aquella que te suelta una vez que te impulsaste y puedes hacerlo solo, haz aprendido a amar, con el tiempo comienzas a ceder a tus instintos nuevamente, encontrándote con personas agradables, aquellas que te dieron amor incondicional, que demostraron quererte y te ayudaron a seguir creciendo, sin embargo, los tiempos oscuros también llegan y con ello personas que crees confiables o amorosas al inicio, pero que con el tiempo revelan quienes en verdad son, corazones rotos, amores no correspondidos, llantos, decepciones, tristezas, esas tachuelas, clavos o espinas que ponchan tu llanta, pero luego de tanta búsqueda, llega aquella persona que no sólo te sigue impulsando a crecer, si no que te comprende, te acoge, te ama, es ahí cuando tienes que detenerte, sabes que es ahí a donde perteneces, el lugar que tanto soñabas y se hace realidad, no debes dejarla ir, el miedo se impondrá muchas veces, pero es otra razón para seguir luchando y continuar, un golpe se cura con el tiempo, pero un corazón roto por haber perdido al amor de tu vida, es una herida que perdura, es por eso que siempre debes ser perseverante con aquello que tienes y amas, porque un amor así, no se da dos veces en la vida, te das cuenta, lo sabes, acabas de encontrar tu paisaje y ahora abandonarlo no es una opción, ahora sabes que es lo que siempre quisiste, lo que siempre buscaste, como dije en un punto anterior, no siempre se presenta como lo quieres, pero eso no hace que dejes de amarlo más, al contrario, hace que caigas aún más enamorado por la enorme sorpresa que llevaste al encontrarlo, es lo que me pasó a mi con Paul, podrás decir que no es una chica, pero él para mi es mil veces mejor que una chica, sé que él es mi paisaje deseado, lo siento así, lamento si no te avisé antes, pero sabía que te negarías, porque en la apretujada y prejuiciosa sociedad en la que vivimos, este tipo de relación no termina de ser aceptada, lamento si te decepciono con esta carta, pero era lo mínimo que podía dejarte, gracias por cuidar de mi tantos años y enseñarme a ser quien soy hoy, te quiero mucho, tía, no dejes de ser aquella amargada y amorosa mujer que tiraba fuertemente de mis orejas al enterarse de mis travesuras o problemas en la escuela, quizá te vea el siguiente verano con Paul.

John

Mimi cómplice atinó a esbozar una sonrisa y a guardar la nota.

                                                                           Fin


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