APOLO
Una invitación abierta...
Una chica hermosa se ha colado a mi habitación...
La intención clara en sus ojos...
Y aquí estoy yo, decidiendo que hacer.
Sería una decisión muy fácil si ella no estuviera involucrada con Gregory, si quizás ellos no tengan nada serio, pero no puedo dejarme llevar por la lujuria y arriesgarme a incomodar o a hacer sentir mal a mi amigo. Además, las veces que me he dejado llevar y he sido impulsivo en mi vida no han terminado bien. En una, terminé con el corazón roto y en la otra casi acabo con la relación con mi hermano Artemis. Así que en contra de todo lo que estoy sintiendo de la cintura para abajo, mantengo mi agarre en la muñeca de Kelly y gentilmente, la jalo hacia la puerta mientras la abro con la mano libre.
—Has bebido mucho, —le digo con una sonrisa—. Creo que deberías ir a dormir.
Ella se libera de mi agarre y me observa sorprendida.
—¿Es en serio?
Asiento y sus ojos se enrojecen. No, eso no es lo que quiero. Ella lucha por actuar como si nada y se aclara la garganta.
—De acuerdo, discúlpame de verdad, entendí todo mal.
—No pasa nada.
Ella aprieta sus labios y puedo ver que está conteniendo las lagrimas en sus ojos. No es mi intención herirla de ninguna forma y no sé que decir. Ella se da la vuelta y desaparece por el pasillo. Yo golpeo el marco de la puerta en frustración y cierro la puerta.
Vaya noche.
Me voy a dormir con el rostro enrojecido de Kelly atormentando mis pensamientos. No quería herirla, sé que ella es responsable de lo que hace, pero no quiero que piense que no es atractiva o que la rechacé por algo así. Ella debe saber que es por Gregory, ¿no? Espero que lo que pasó no le afecte. Ah, mierda, mientras más lo pienso peor me siento. Tal vez estoy exagerando, Kelly no es frágil y estoy siendo arrogante al creer que yo afectaría de alguna forma la autoestima de una chica que se ve tan segura de sí misma.
Solo duérmete, Apolo.
Finalmente, el poco alcohol que he consumido esta noche me ayuda a dormir.
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—Y entonces yo le dije 'por eso es que no vas a pasar introducción a la psicología, idiota' —Érica me cuenta una discusión que tuvo con un chico en una de las clases. Al parecer, hablar una vez fue suficiente para que seamos amigos. Hoy hemos charlado en varias clases que compartimos, hasta almorzamos juntos en la cafetería de la universidad.
En la ultima clase, ella me guarda asiento y sacude su mano en el aire cuando entro al salón para que me siente con ella. No me quejo, socializar no es mi fuerte así que agradezco que existan personas como ella. Yo me paso la mano por la cara. Ella me observa, y acomoda sus gafas como si quisiera evaluarme con detalle.
—Alguien tuvo una noche agitada —comenta y me doy cuenta de que ella es de ese tipo de personas que apenas conoces ya sientes que tienes confianza, como si hubieran sido amigos en otra vida y solo estuvieran retomando la amistad de nuevo.
—Party monster —murmuro y tomo un sorbo de la botella de agua frente a mí.
—¿Party monster es tu amigo? —no me sorprende que ella sepa del sobrenombre de Gregory, lo que si me sorprende es su silencio. No he logrado que ella se calle desde que me senté y de pronto, menciono a Gregory y reina el silencio así que la miro abiertamente. Érica está sentada muy derecha pero su cabeza está baja, su ondulado cabello cubre su cara y ella juega con sus manos sobre su regazo. Arrugo mis cejas y noto el lindo atuendo que lleva puesto: un suéter azul holgado y unos vaqueros que se amoldan muy bien a sus caderas y a sus piernas.
—¿Qué pasa? —le pregunto.
Ella posa sus ojos al otro lado del salón y se encoge de hombros.
—Nada.
Me molesta que no me mire cuando habla.
—Érica.
Ella se levanta de golpe y yo me inclino hacia atrás en mi asiento para mirarla.
—Tengo que ir por dulces, ¿quieres algo?
—La clase ya va a empezar.
—Ya vuelvo.
—Érica.
Y sale del salón como si necesitara salir de aquí con urgencia. La clase comienza y durante todo el rato, echo vistazos a la puerta, esperando verla entrar y disculparse con el profesor por llegar tarde, pero ella nunca regresa. Ojeo su mesa y tarde me doy cuenta de que se llevó todas sus cosas.
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Al salir, ando por el pasillo principal de la facultad y la busco sin éxito alguno. En la distancia, alguien me saluda con la mano efusivamente y me paro hasta que ella se acerca: Charlotte. En plena luz de día, luce aún más hermosa que anoche. Su cabello negro vuela hacia atrás con la brisa mientras su rostro se ilumina con una sonrisa emocionada. Su vestido se talla a su figura demasiado bien, cada curva, cada forma es clara. No me esperaba verla tan pronto así que la saludo con la mano como un idiota.
<<Relájate, Apolo.>>
—Mi querido charlador nocturno —me dice en un tono suave frente a mí.
—¿Mi casi psicóloga?
Ella se ríe y siento alivio de que le parezca gracioso.
—¿Ya saliste de clase? —me pregunta y yo asiento—. ¿Vamos por café?
¿Ah?
Me quedo en blanco unos segundos y ella solo me observa divertida, ¿me está...? No, no, Apolo, solo está siendo amigable.
—Claro.
Charlotte me guía a un café cerca de la universidad, nos sentamos frente a frente en una mesa al lado de una ventana inmensa. Ella me cuenta que está entregando un trabajo final en una materia muy importante y comienza a describirlo. Yo solo trato de no enfocarme en sus labios cuando habla, mierda, tiene unos labios hermosos.
—¿Apolo?
—¿Sí?
—¿Estás bien? Creo que te he mareado, perdón, es cuando comienzo a hablar, no paro.
—No te preocupes, soy bueno escuchando, me gusta escuchar.
Ella toma un sorbo de su café y yo la imito.
—¿Quieres ir a mi apartamento? —me ahogo con el café y toso un poco.
—¿Qué?
Ella me sonríe.
—¿Te gustaría conocer mi apartamento?
No, Apolo, no pienses que... quizás solo quiere mostrarte su apartamento.
—Claro —me limpio las manos sudadas con mis pantalones.
—Bien, vamos —ella se pone de pie y desliza su bolso sobre su hombro.
Charlotte es alta, imponente, con un cuerpo con curvas y una cara hermosa. Ella camina con la seguridad de que sabe que está buena y no necesita que nadie se lo diga. No puedo negar que me siento un poco intimidado, no solo es preciosa sino también increíblemente inteligente. La sigo hasta que tomamos un Uber para su complejo de apartamentos. Nos sentamos atrás y ella me sonríe antes de mirar por la ventana. Mi mano está sobre el asiento en medio de los dos y trago grueso cuando ella pone su mano sobre la mía, su mirada aún en la ventana.
Ok, eso es una señal, no me quiero apresurar o adelantar a los hechos, pero ¿tengo condones? Con alivio, recuerdo que Gregory insistió con que siempre cargara un par en la cartera con sus dichos sin sentido de 'nunca sabes en que charco te resbalarás en el camino'
El complejo de apartamentos es muy bonito, en una esquina bastante agitada de la ciudad. Charlotte me cuenta de como fue su comienzo al mudarse lejos de su familia aquí y yo le cuento lo difícil que ha sido para mi. En unos minutos, entramos a su apartamento, es pequeño pero decorado de una manera que te hace sentir cómodo.
Bien, Apolo, no te pongas nervioso.
Charlotte me dice que me siente en el sofá mientras ella prepara unas bebidas para ambos. Por su ventana, puedo ver el comienzo del atardecer. No, no es posible que ella me haya invitado a... en plena luz del día, ¿no?
—Entonces, ¿cuál es tu historia, Apolo? —ella se sienta a mi lado después de pasarme un vaso transparente con una bebida.
—¿A qué te refieres?
—Tu historia en el amor.
Eso me hace sonreír con tristeza.
—No ha sido buena, nada interesante.
—Auch, ¿ya te han roto el corazón?
—Todos tenemos que pasar por eso, ¿no?
—Así que, por eso eres tan resguardado, ¿temes salir herido otra vez?
—No soy resguardado.
—Casi ni hablas.
—En tu análisis de anoche, concluiste que era introvertido, ¿no? Las personas introvertidas no solemos hablar mucho.
Ella pone el vaso sobre la mesita frente al sofá y se acerca a mi. Mi respiración se acelera al ver su rostro tan cerca del mío. Su mano toma mi mejilla y yo lamo mis labios, ella vuelve a sonreír antes de preguntar:
—¿Quieres besarme?
—Mucho.
—Entonces que —no la dejo terminar y la beso con desesperación, las ganas gobiernan mis acciones y profundizo el beso. Ella sabe a vino o lo que sea que estaba tomando. Sus labios son tan suaves como imaginé, la estoy besando como un loco. En mi defensa, ha pasado mucho tiempo desde que he tenido algún contacto con una chica. Me abalanzo sobre ella quien no tiene más remedio que acostarse el sofá, conmigo encima. Nuestras respiraciones están descontroladas, y me sorprende sentir su mano escabullirse dentro mi camisa para tocar mi abdomen. Pero su mano no se queda ahí, baja hasta mis pantalones y los desabotona, ¿cómo lo hizo con una sola mano? Al parecer, Charlotte tiene habilidades y eso lo confirmo cuando su mano se adentra en mis boxers y jadeo contra sus labios, sabe muy bien lo que hace. No paro de besarla, su cuello, sus labios, todo lo que puedo alcanzar.
El tiempo sin sexo y la habilidad de Charlotte son una mala combinación porque solo le toma unos cuantos movimientos de su mano para llevarme al borde.
—Espera, espera, espera, —digo contra sus labios para intentar detenerla.
Ella solo sonríe y muerde mi labio inferior para continuar de manera más agresiva y rápida. Entre gemidos y jadeos, cierro los ojos, descansando mi frente contra la suya porque se siente increíble. La calidez crece en mi entrepierna y puedo sentirlo venir, y por alguna jodida razón el rostro de Kelly viene a mi mente y recuerdo su cuerpo contra el mío en la sala cuando me bailaba. No, no, abro los ojos para ver a Charlotte, ella está aquí, es ella la que deseo es estos momentos. La beso de nuevo con desesperación.
¿O sino qué? ¿vas a castigarme?
Basta.
Pero mi mente corroída por la lujuria y tan cerca del orgasmo no se controla y se imagina a Kelly debajo de mi, sus piernas alrededor de mi cintura mientras le demuestro que no soy el chico inocente que ella cree que soy. Charlotte continua hasta que termino en su mano y un poco en la parte frontal de su ropa.
—Eso fue rápido —me dice en su voz juguetona.
Y no sé que es peor, si terminar tan rápido y avergonzarme frente a una chica tan bonita como Charlotte o haber pensado en la chica de mi amigo mientras me venía.
Que buen comienzo en la universidad, Apolo.
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Nota de la autora: ¡JAJAJAJAJAJA! Este Apolo me hace reír mucho con lo que piensa, me divertí mucho escribiendo este capítulo. Lo que me gusta de Apolo es que es un chico que aún está descubriendo muchas cosas de si mismo y de lo que le gusta. Su inexperiencia e inseguridad es tan genuina y fácil de escribir que ya me ha enganchado xD
Meme time:
muakatela,