Tantas imágenes dando vueltas una y otra vez por mi mente, por esta pantalla absurdamente brillante, hoy 3 de enero, mientras el frío se confunde con el estridente, y espeluznante sonido a unos metros de dos o tres acordes repetidos y acompañados de letras sin mayor sentido.
Y es así como en medio de la madrugada, he vuelto un poco en mi, he vuelto a estar sintonizada no sólo con las ausencias que tanto cargaba pero que ahora he soltado, con tantos recuerdos nublados pintados de un verde esmeralda, y anhelados.
A pasar a ser, esto, a pensar que quizá los mejores recuerdos aún no se han escrito, a pensar que toda la magia que envuelve a mi pasado, también puede envolver a mi futuro. Sólo tengo que renacer, suena complejo pero he estado según mis cálculos, un poco más de lo que debería considerando si estoy o no, en el lugar que quiero.
La respuesta es simple, no lo estoy.