- ¿Qué hice? – Donghyuck caminaba como león enjaulado alrededor de la habitación, tirando de frustración de su cabello castaño. Esos días su cabello estaba más rizado de lo usual - Estoy jodido
- Cálmate - JaeMin lo paró haciendo que este se sentara en el borde de la cama pasándose frente a él, los brazos cruzados a la altura de su pecho y su mirada fija en él.
- Tú no entiendes, acabo de sellar mi destino, ahora no podré librarme de ustedes. - Dijo sin pensar, los alfas fruncieron el ceño y gruñeron de mal humor pero a él poco le importó.
Estaba siendo egoísta, lo sabía.
- No puedo volver a casa - Chilló el omega.
- Esta es tu casa – Habló JeNo con seguridad viendo fijo con una expresión afligida y molesta.
- No - espetó hastiado - No lo es.
- Ahora lo es.
- Esto no es lo que quiero - Y lo sabían, joder, pero no podían aceptar el rechazo que DongHyuck mostraba por ellos.
El cuarto se queda en silencio, la tensión era palpable haciendo incómodo y difícil hasta respirar.
Se removió incómodo, su celo aún no desaparecía, su piel seguía picando exigiendo ser tocada, su hombría golpeando dentro de su ajustado pantalón y su agujero goteando. Él no quería pedirlo, no después de lo que había dicho.
Los alfas aún se mantenían parados, el único movimiento era el de su pecho cada vez que daban bocanadas de aire.
- Yo... quiero dormir ahora - Ellos se quedaron donde mismo - Por favor.
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DongHyuck desliza con suavidad su mano dentro del elástico, sus dedos apenas rozando su semi-erección, el calor de su cuerpo aumenta cuando sus delgados dedos se envuelven alrededor de su erección y su pene vibra regodeante en satisfacción comenzado un acariciar de arriba a abajo, lento y tortuoso, su boca emitiendo bajos suspiros.
Él no puede escuchar ruidos en la sala, está todo demasiado tranquilo y callado siendo sólo sus suspiros lo que llenan el silencio. Sabía que habían salido del apartamento pues escuchó cuando se despedían y la puerta cerrarse luego de eso; al principio se sintió algo raro en el estómago, una clase de vacío y ese extraño sentimiento de desespero se instaló en él, necesitaba a sus alfas cerca pero eso no lo admitiría, no en voz alta por lo menos. Sin embargo sabe que alguien sigue ahí, sabe que es JeNo. Puede oler el aroma de JeNo impregnado por todos lados y eso lo calma un poco.
DongHyuck cierra los ojos y piensa en la mano grande y masculina de JeNo tocandolo en vez de la suya y no puede evitar aumentar la velocidad. Piensa en los carnosos labios de JaeMin atrapando los suyos en un apasionado beso. Piensa en la polla de RenJun restregandose con su trasero y eso sólo lo hace jadear.
El necesita más.
Baja por completo el bóxer, el líquido pre-seminal hace brillar la punta roja, desliza el dedo pulgar tomando un poco de la húmedad, esparciendo por el largo de su hombría. Su otra mano sisea hasta llegar aquel orificio entre sus nalgas y empuja con facilidad por lo mojado que está, se estremece y sigue empujando una y otra vez.
El trabajo más rápido en si mismo, piensa en la lengua de JaeMin sobre su cuello, los dientes de RenJun enterrados en su hombro y en la polla grande y gruesa de JeNo entrando y saliendo de su interior.
Y entonces la puerta es abierta, DongHyuck da un grito bajo de sorpresa. El alfa entra y lo ve con expresión entre divertida y deseosa.
- Lo supiste siempre- No es pregunta, porque hasta él sabe que es verdad.
- Puedo olerlo, incluso sentir que lo estás haciendo mientras piensas en nosotros. – Dice JeNo, su voz ronca - Seguramente ellos también lo saben y no están aquí.
DongHyuck abre y cierra la boca cuál pez fuera del agua, el alfa ríe pero no en tono de burla o no por completo y el omega jadea.
Su corazón golpea fuerte contra sus costillas y su cuerpo se estremece ante el tacto de JeNo subiendo por su pierna.
- Necesitas ayuda, bebé. - Y DongHyuck quiere golpear su cabeza contra la pared, lo quiere, lo necesita pero no está dispuesto a doblegar su orgullo de esa manera.
- N-no - Los ojos de JeNo se entre cierran como si estuviera analizándolo, se siente extraño por lo que se cubre con la manta, el más alto sonríe como bastardo. Había causado justo la reacción que deseaba.
JeNo sube a la cama y se pone detrás con una pierna a cada costado del omega, lo recuesta en su pecho manteniendo lo quieto.
Sus manos juguetean por su pecho desnudo y el coreano sonríe porque su piel pálida era justo como recordaba, suave y sin marcas.
Bajo por todo el torso, tocando apenas con la yema de los dedos pero se detiene antes de llegar a la parte deseada y DongHyuck bufa.
- ¿Quieres que siga? - Pregunta con la voz lo suficientemente ronca como para provocar una sensación extraña al omega, una clase de corriente eléctrica que recorre toda su espina dorsal.
- Mmm~
JeNo mantiene quieta la mano en el abdomen bajo muy cerca de la entrepierna y DongHyuck se desespera.
- Sigue~
JeNo sonríe como un niño que acaba de conseguir un juguete nuevo, DongHyuck se obliga a ignorar eso y concentrarse en las caricias que ahora le da el más alto.
- JeNo... - Llama DongHyuck al alfa – Bésame - Pide y por supuesto el alto no se lo niega.
Sus labios se encuentran de forma hambrienta; dientes chocando y lenguas danzando.
JeNo no espera, no puede de hecho.
Gira el cuerpo del omega, HaeChan muerde con fuerza su labio cuando el inconfundible sonido del cierre se escucha y los pantalones caen al piso.
JeNo dirige la punta de su polla al orificio del omega y empuja, la lubricación natural del omega le ayuda en que el dolor no sea demasiado grande pero es demasiado para él.
El cuerpo de HaeChan intenta acomodar el enorme pene del alfa en su interior, respira profundo y pesado sintiéndose cada vez más caliente.
Mueve la cadera contra el dándole ese permiso que tanto deseaba el alfa para comenzar a moverse.
DongHyuck entierra la cabeza en las almohadas y sus manos se aferran en las sábanas. YJeNo mueve las caderas insistente pero el omega casi puede jurar que se está controlando para no hacerle daño.
Unas embestidas bastan para que se derrame sobre las sábanas, JeNo empuja más adentro cuando él logra llegar, llenando lo con su esencia al mismo tiempos que encaja sus dientes sobre su hombro dándole a entender un "mío" con ese gesto.
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HaeChan había caído rendido, por fin su celo le había dado un respiro y no lo desaprovechó. Durmió tan profundamente que ni siquiera se dio cuenta cuando JeNo lo llamo para el desayuno o cuando le aviso que era hora de ir al colegio.
Se quedó en cama hasta que la cama perdió su suavidad por más que rodará en ella, su estómago protestó hambriento y fue que por fin se dignó en salir de la cama.
El frío calando en sus pies descalzos y el piso resonando en cada pisada.
Llego a la cocina y como si esa no fuese la primera vez estando ahí abrió la nevera. De alguna extraña manera lo sentía como el hogar que nunca tuvo.
Sonrió al ver un recipiente con comida, una pequeña nota con ortografía perfecta sobre la tapa y su nombre escrito en ella.
Hyuckkie, calienta esto cuando te de hambre, llegaré en cuanto pueda.
JeNo.
Con gusto tomo el recipiente, lo calentó en el microondas y se sentó a comer en paz.
Tras unas horas de pasar la mañana en el sillón viendo la aburrida programación de TV se decidió por fin en apagar el televisor.
Exploró el departamento viendo aquí y allá, tal vez no estaba respetando su intimidad pero la curiosidad por saber que clase de cosas escondía alguien como el gran Lee JeNo le ganó.
No hubo nada particularmente ridículo o fuera de lugar de lo que esperaba hallar, al parecer Lee JeNo era perfecto.
Una cosa llamó su atención, un marco de foto al final de un cajón. Lo tomó y la giró esperando encontrar una foto vergonzosa, una foto de el de pequeño con sobrepeso y dientes chuecos o lo que sea menos lo que sus ojos estaban viendo.
Se paralizó y sus ojos no podían despejarse de las dos personas relucientes en felicidad en la foto. Su garganta se secó y su estómago se revolvió como estuviese a punto de devolver la comida. Era un sentimiento extrañó.
- ¿¡Qué mierda haces!? - Gritó JeNo sacando del shock al castaño, ¿Cuando fue que llegó? Tan ensimismado estaba que no noto la puerta abrirse ni percibió el aroma del otro.
El marco calló de sus manos haciendo añicos el cristal, DongHyuck no se movió aún cuando sintió los cortes causados por los vidrios volando y cayendo en sus pies aún descalzos.
- DongHyuck, por Dios ¿Estás bien? - JeNo paso un brazo por detrás de sus rodillas y la otra sobre su cadera levantando lo del piso para que no se hiciera más daño.
Lo puso en la cama, corrió por el botiquín para curar sus heridas. En todo el proceso DongHyuck ni siquiera lo miro, sus ojos seguían perdidos en algún lugar de la habitación menos en él.
- Hay cosas que no debes tocar - Habló mientras levantaba la foto, él y JungWoo se besaban, recordaba que Johnny los había pillado en pleno beso y de ahí salió la foto entre sus dedos. La devolvía sintiendo nostalgia con aquellos recuerdos a su lugar original con la diferencia que está vez sin el marco.
- ¿Qué hay entre tú y JungWoo? - Le había sabido tan mal hacer esa pregunta y no estaba seguro de querer oír la respuesta pero ahí estaba, apretando los puños con el corazón acelerado.
- Eso no te incumbe - Tan frío como el hielo que suele comer en la heladería favorita de él y sus amigos, así se sintió JeNo.
- Eres mi alfa, se supone que... - La risa sarcástica y llena de veneno de JeNo le impidió continuar.
- ¿Ahora lo soy? Apenas ayer rechazabas la idea.
HaeChan no respondió, en cierta manera tiene razón, aún así sintió horrible la forma en que lo dijo JeNo.
- Entiendo - Dijo luego de largos minutos de silencio, DongHyuck se levantó de la cama y comenzando a buscar sus pantalones y zapatos ya que había andado en calzoncillos durante el día.
- ¿A dónde vas?
- Me voy a casa, ¿qué más?
- No puedes irte.
- Mírame
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SORPRESA, feliz cuarentena. :D