Fuerzas Opuestas.

By Gathergerd

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En las tierras de Arium, diferentes seres conviven en paz y armonía... ¡O eso quizás fue en el pasado! ... More

Fuerzas Opuestas
Mapa.
🍃Capítulo 1.🍃
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
♛SEGUNDA PARTE♛
Capítulo 17.
Capítulo 18.

Capítulo 12.

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By Gathergerd

     Tanto Eleonora, como Cian y Rumshum, tenían confirmada una victoria en los primeros minutos. Pero ahora su seguridad ya no estaba presente, al recaer en que posiblemente estaban perdidos. Aquellas flechas encantadas por el lago Níchian, apenas le habían causado un par de heridas a Favio, pero nada lo suficientemente grave como para evitar que el mismo tome su turno de atacar. Sostiene firmemente su guadaña de gran tamaño, relajado, a la espera de un último ataque por parte del equipo.

     La niebla que les rodea progresivamente comienza a ahogarlos, a cerrar las posibilidades de poder tomar un poco de aire puro, e impedirles ver con claridad la pelea en la que se habían metido. La figura del vampiro se vuelve borrosa, hasta camuflarse entre las sombras. Es entonces que sus gargantas comienzan a picar, con pequeños cosquilleos en su interior, similar a pequeñas agujas que rozan la capa interna de piel. Rumshum fuerza su voz a pesar de ello, con una tos seca: 

Rumshum: <<Me falta el aire...>> ¡¿Elfa, rubia?! —pregunta arrodillándose a un lado, sacando de su bolso una estaca—. No veo una mierda, ¿dónde está?

     Ambas chicas llegan a oírlo claramente, y siguiendo el sonido de sus armas siendo acomodadas, llegan a reunirse nuevamente. La elfa decide dejar de lado por unos minutos aquel recuerdo del sombrero, para centrarse en el peligro que corren ahora. Asimismo, detiene a Rumshum antes de que avanzara solo por la espesa niebla, hacia un camino incierto. Hacia su posible tumba.

Eleonora: No se muevan. Es notorio, pero tiene la capacidad de manipular a diestra y siniestra este extraño humo. Si le seguimos el juego y lo buscamos, nos perderemos y estaremos jodidos. Mantengámonos juntos.

     El humano la ve de reojo, para luego ver a la rubia. Esta última le asiente, demostrando estar de acuerdo con su compañera. 

Rumshum: ...Está bien. 

     Oyen unos aplausos aburridos en una misma dirección. No podía verse su figura, pero no era necesario para deducir de quién provenían.

Favio: ¡Bravo!, ni siquiera aprovechan las oportunidades que les doy, menudo par de aburridos —se percibe un pequeño destello oscuro a lo lejos, proveniente del filo de su arma—. Déjenme terminar esto en tres golpes.

     En cuanto se impulsa hacia los tres, Eleonora llega a ver su sombra acercarse e intenta detenerlo chocando el arma que lleva contra su espada. Ambas hojas afiladas chocan, sin embargo, la elfa nota la increíble fuerza de su oponente, la cual supera la suya. Podía verse en aquellos ojos color sangre, el reflejo de su cuerpo esforzándose por no caer, por no dar un paso en falso. Pero en cuanto sus recuerdos invaden su mente, las llamas del pasado la desmoronan. Su espada resbala y la cuchilla de la guadaña pasa sobre su mejilla, causándole un tajo de gran profundidad. Es en aquel segundo que Cian aprovecha el descuido para disparar unas esferas de luz hacia el vampiro. Para fortuna de ella, las mismas impactan contra su pecho y lo impulsan lejos de la elfa.

Favio: Dos golpes.

Cian: Miserable demonio.

     Rumshum rodea la pelea y se acerca con su estaca en mano, pero al hacerlo, recae en que el vampiro apenas tiene unas manchas en su ropa. Ni los golpes acertados de Cian le habían dañado. 

Rumshum: <<Lo sabía. Él era uno de esos vampiros especiales, no podía ser tan simple como...>> —un pequeño recuerdo surge en su mente, pero niega con la cabeza, apresurando más sus pasos. Sin embargo, nota algo que comienza a preocuparle, bajando la mirada—. <<Un segundo...¿por qué mierda estoy temblando?>>

     Efectivamente, sus manos y piernas temblorosas le presionan, lo llenan de nervios. Hacía años que él no lo sentía, pero a pesar de no aceptarlo, a su vez estaba seguro de que era miedo. De que era capaz de sentir miedo. Ya pocos pasos de su corazón, Favio lo ve y despreocupado, sin moverse de lugar, le esquiva y corta las primeras capas de piel de su abdomen, rompiendo a su vez la camiseta oscura que lleva. El humano grita y suelta su arma para llevar sus manos a la herida, cayendo sentado al suelo. Escupe algo de sangre mientras oye a la rubia gritarle:

Cian: ¡Tranquilo, mi hechizo reduce el dolor en gran parte para cada una de tus heridas!

     Cuando Rumshum se da cuenta y desciende sus manos, siente el dolor reducirse. Sobre su abdomen, un aura blanca brilla, lo que le alivia apenas un poco. Pero ese no era el caso de Eleonora, quien sentía un terrible ardor sobre su mejilla, mientras se deslizaban grandes gotas de sangre caliente, como las lágrimas que salían de sus ojos avellana. En un ataque furioso, se acerca a Favio para clavarle su espada en la cabeza, pero la picazón en su garganta se intensifica, y solo cae de rodillas al césped. Comienza a respirar agitada, mientras él la ve con asco. Es entonces que apoya la suela de una de sus botas rosadas sobre la cabeza de la elfa, presionándola contra el suelo.

Favio: Ya me aburrí contigo y tu amigo —espeta serio, levantando la mirada hacia Cian—. Pero tú... qué chica más inteligente en pensar un método de seguridad como ese. Una lástima que para lo único que sirvas es para curarlos y hacerlos sentir mejor. Pero, por cierto..¡Ah, sí! —exclama enseñando su dedo índice en alto—. Un golpe más. 

Cian: Eso...eso no es cierto —nerviosa.

Favio: Piensa lo que quieras. La realidad está frente a ti.

     Cian no se detiene y lanza con mayor velocidad disparos de luz, que por más que impactan sobre su cuerpo, no le hacen ni el menor de los daños. Él canaliza una cosa más sobre sus manos. La guadaña sobre sus manos desaparece y se convierte en parte de aquella magia oscura. Reuniendo la suficiente niebla en una pequeña esfera, bosteza aburrido.

Favio: Bueno, creo que ésto bastará.

     Sin pensarlo dos veces, lanza su esfera de humo sobre el suelo y en apenas segundos se genera una enorme onda expansiva que manda a volar a los tres lejos. Aprovechando aquel momento, el vampiro termina de esfumarse e irse por completo, junto con toda la niebla a su alrededor, como si hubiese sido simplemente absorbido.

     Cian despliega sus alas y se detiene en medio del aire. Abriendo lentamente sus ojos, ve debajo de la montaña a sus dos compañeros, rodeados en un charco de sangre, totalmente indefensos, derrotados.

     Eleonora abre sus ojos con pesadez, sintiendo su ritmo cardíaco mucho más lento. Siente los cálidos brazos de Cian ayudando a sentarla, mientras ve frente a ella un Rumshum en el mismo estado, intentando recobrar su cordura. Poco a poco, la elfa hace memoria y recae en todo lo ocurrido, mientras su respiración se agita. 

Eleonora: Él...¿no nos mató?

     Cian entrelaza los dedos de sus manos, casi como si rezara. Pero en su mirada se notaba la mayor de las preocupaciones.

Cian: Estuvieron a punto de morir, pero llegué a tiempo.

Rumshum: Él ni siquiera lo hizo apropósito. No nos mató como tal, solo jugó con nosotros —agrega enojado, apenas levantando la vista a las chicas. A los segundos, desvía la mirada en un gruñido—. Mierda, ¿Somos tan débiles...?

     El silencio rodea al grupo. Eleonora se levanta y comienza a guardar sus cosas.

Cian: ¿Eleonora...?

Eleonora: La próxima vez no me cures, Cian... 

Cian: ¿Qué, qué?, ¿por qué no? —preocupada—. Esto solo fue...una pequeña derrota, sí. Solo debemos entrenar más si queremos vencerlo —menciona viendo la montaña del castillo, por donde se fue Favio.

     El humano se levanta por igual, tomando su bolso.

Rumshum: Yo me rindo.

Eleonora: ...

Rumshum: Valoro mas mi vida, que mi orgullo.

Cian: ¿Rendirte, hablas enserio?

Rumshum: ¡Oh, por favor! —explota en una risa sarcástica—. ¡Encantamos nuestras armas!, ¡Bendecimos las malditas flechas meditando por casi una hora!, ¿Para qué?, ¡PARA NADA! —termina por decir alzando la voz—. Ésto es una total pérdida de tiempo.

Eleonora: Todo esto fue un error... —comienza a avanzar de a poco. Ve el cielo entre lágrimas—.  <<Perdónenme...>>

     La ángel finalmente se levanta alarmada. Ve a ambos e intenta con todo su ser hacerlos entrar en razón.

Cian: ¿Acaso no ven donde estamos parados?, todo nuestro recorrido, lo que nos hemos esforzado y luchado...

Rumshum: Yo me voy, no luchamos nada.

Cian: ...

Rumshum: Es en serio —enfrenta a Cian, completamente inexpresivo—. No hay nada que puedas decir para convencerme.

Cian: Quizás puedas ser un cobarde, que decida tirar todo su esfuerzo a la basura. Pero rindiéndote ante él, aún teniendo todos estos años como cazavampiros, me hacen ver que lo único que tienes...es miedo.

     La elfa se detiene para verlos de reojo. El tono de voz de la conversación se vuelve agresivo y más fuerte:

Rumshum: El miedo es humano, es más que claro que no lo comprenderías. Así que te lo repetiré una vez más, rubia. Valoro más mi vida que mi orgullo.

Cian: Valoras mas tu vida, que la de aquellos que han muerto sin razón, por culpa de un demonio como él —le responde acercándose a él—. Quien sabe, quizás hasta ya se haya hecho cargo de tu familia.

     Tanto al humano como a la elfa, le golpean fuerte las palabras de su compañera. Apenas termina su oración, Rumshum saca su ballesta y le apunta en la frente. Ella no mueve ni un pelo, ni reacciona conmocionada. 

Rumshum: No vuelvas a hablar de mi familia.

     Ambos se ven fijo. Ella le responde seriamente:

Cian: Dispárame si lo crees correcto.

     Viéndola fijo, él comienza a recaer en lo que realmente está haciendo. Las expresiones suaves de Cian le estremecen mientras los segundos pasan, y sus manos firmes que sostenían la ballesta, ahora se mueven temblorosas. Aquellos intensos ojos celestes se fijaban en los suyos, y a través de ellos podía ver una marea calma, pero profunda y misteriosa. Imponente pero hermosa. Un claro océano, el cual estaba dispuesto a querer conocer; uno al cual le dejaría ver su lado más vulnerable.

     El humano aprieta sus labios, a medida que sus ojos se cristalizan. Cian suavemente se acerca a él y baja su ballesta, sosteniendo sus manos, calmando su dolor.

Cian: No te rindas.

Rumshum: Yo no quiero... no quiero morir.

     Dejando caer el arma y sollozando, ella lo rodea en un cálido abrazo. Sus suaves brazos le causan un apretujón en su corazón, siendo aquello lo que él necesitaba para poder seguir adelante. Unos segundos después, lo suelta en una sonrisa.

Cian: No lo harás, lo prometo.

     Contagiado, le devuelve una sonrisa. Él se sienta en el suelo nuevamente, sin poder dejar de verla.

Rumshum: Ve a por Eleonora, yo espero aquí.

Cian: ¿No piensas huir si te dejo solo, verdad?

Rumshum: ...No esta vez.

     La ángel lo ve unos segundos antes de asentir, y se apresura a buscar a su compañera. Mientras comenzaba el atardecer, la elfa se reencuentra nuevamente con un bosque. Se detiene a tocar uno de los troncos, sintiendo su textura.

      Había sido un día muy agitado para ella, y no podía no dejarse inundar por su gran cantidad de pensamientos. Agobiada y sin esperanza, se califica como una deshonra para su familia; una que no pudo darles un descanso digno, una que no pudo vengar su muerte, que viéndose débil, nunca podría hacerse frente otra vez contra alguien como Favio.

Eleonora: <<Espero este bosque me lleve a casa...>>

     En el tiempo que se detuvo, Cian llega a alcanzarla a paso rápido. Deja de caminar cuando está detrás de ella. El cielo comienza a oscurecer poco a poco.

Cian: ¿A dónde vas?

     La elfa reconoce su voz, y ni siquiera hace el esfuerzo de voltearse. Simplemente comienza a avanzar otra vez.

Eleonora: A casa, donde no hacen ropa con nuestras pieles y me tratan bien. A pedir perdón y seguir con mi vida.

     La ángel la sigue.

Cian: ¿Vas a abandonar a tus amigos?

Eleonora: ...Los amigos no se regalan pieles de sus especies —dice aún dándole la espalda.

Cian: Los amigos cometen estupideces siempre. Pero...los amigos nunca se alejan, y menos en un momento así. No debemos rendirnos.

     La elfa se detiene una vez más, acelerando su respiración, ya enfadada. Se da media vuelta, para verla frunciendo el ceño.

Eleonora: Entonces no estoy segura si soy su amiga.

     En un movimiento rápido, Cian da un par de pasos más y le da una cachetada. Eleonora se toca la zona golpeada, quedándose en silencio.

Cian: Sabes que si bien Rumshum no ha sido la mejor persona contigo, ha estado a tu lado todo este tiempo. Lo quieras o no, te ha salvado la vida en ocasiones —ablandando sus expresiones—. ¿O me equivoco?

     Eleonora recuerda lo que podría considerar los únicos buenos momentos que pasó junto con Rumshum, apenas contados con los dedos de una mano. Sin embargo, no son suficientes para opacar sus sentimientos de vergüenza y deshonra. Su voz se quiebra antes de brotar un mar de lágrimas:

Eleonora: Quiero irme a casa.

Cian: No va a existir un hogar a donde ir, si dejamos que alguien como Favio se vaya...

     La elfa recuerda su pequeña casa semidestruida, y las pocas cosas que le quedan. Está segura de que lo que menos desea es perder lo poco que le queda. Los recuerdos de su familia, su calidez y amor en cada una de las paredes, como la fuerza y el poder en sus armas. No todo estaba perdido, recordando a su madre, siente recuperar algo de su fuerza interior. De aquel poder el cual aún no puede desatar. 

     Ella levanta la cabeza, viendo a Cian. A diferencia de Rumshum, ella observa como una guía, un sostén para seguir avanzando, para no rendirse. Y era aquello lo que necesitaba, una dura realidad para desatar su lado más aventurero, por el honor a sus padres. Para vengar a los elfos, y recobrar la paz en Elanfhaim. Suspira una última vez antes de dar su elección final:

Eleonora: Terminemos con esto de una vez...

Cian: Entonces... —en una sonrisa de lado—. Plan B.




N/A:

¡Hola a todos!

Es la primera nota de autor que hago después de muchos capítulos, pero la realidad es que me gustaría saber como están llevando esta experiencia de lectura, y cuál es hasta ahora su personaje favorito. ¡Me interesa mucho saber sus opiniones!

Gracias por leer y votar cada uno de los capítulos, que me motivan mucho a seguir escribiendo. ¡Aún hay mucho por delante!

Att: V.C.Monié





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