Notas de periódicos.
Fotografías.
Documentos que hablan sobre mí, sobre mi pasado, sobre lo que un día fui.
Lo miro todo, temblando, con el corazón a punto de estallar. No sabía nada de esto, no sabía que tenían esto aquí.
Una vocecita dentro de mi cabeza me dice que me detenga, que no debería de leer porque no estoy preparada para afrontarlo, no le hago caso. Al principio no entiendo, luego creo que estoy imaginándolo o en otro mal sueño y en cualquier momento despertaré, sin embargo, los constantes parpadeos no evaporan las atrocidades.
Es real, me desgarra. Todas mis heridas se abren y comienzan a sangrar, soy un conejillo asustado que no tiene escapatoria, el león está frente a mí y me tragará aunque intente esquivarlo, no hay salida.
Asco, miedo, horror, rabia... Eso es lo que siento. El vacío se expande dentro de mí, pensé que estaba hueca por dentro, pero al parecer todavía había algo ahí, pues ahora siento que mi alma se apaga, que me convierto en un pozo sin fondo. Pensé que lo de Row era doloroso, que había acabado con mis sentimientos, estaba equivocada.
Cada fotografía, cada noticia, cada palabra es un filo helado retorciéndose en mi corazón, lastimándome.
Yo quería fotografías de mi infancia, quería un pasado, pero no esta mierda. Cada vez que creo que soy algo más, el infierno vuelve y me arrastra a las llamas, me recuerda que no importa lo que haga, algo dentro de mí está mal, es retorcido.
Recuerdo lo que sucedió en la casa de acogida, los maltratos, el salir a las calles para conseguir dinero, los castigos y abusos. Lo demás es nuevo y es espeluznante. Imágenes de mi espalda herida, tapizada con cicatrices, moretones, quemaduras y mordiscos, golpes a carne viva y los rastros verduzcos de lo que sucedió antes. Soy una pintura, hay manchas en todo mi cuerpo, pero no es arte, son las marcas que dejó.
Eso no es lo peor.
Dejo de leer cuando los sucesos me superan, suelto las hojas como si quemaran. Mis dedos tiemblan, con movimientos torpes y desesperados ordeno los papeles con premura y me alejo de la caja lo más que puedo, arrastrándome hacia atrás en la alfombra hasta llegar a un rincón.
Mis ojos se nublan y todo se vuelve borroso tan pronto una serie de recuerdos desfila en mi mente, a pesar de que quiero que se detengan.
Por favor no, no quiero recordar.
Agarro mi cabeza y aprieto mi cabello, las lágrimas empapan mis mejillas y mi ropa. Me balanceo hacia atrás y hacia adelante. Ya estoy en otra parte.
Estoy en ese lugar, en esa habitación mohosa. No puedo dejar de llorar, a pesar de que dice que me golpeará de nuevo si no me callo. Solo soy una niña asustada. Intento correr, esconderme, él siempre me encuentra. Me duele el cuerpo, me duele el corazón, me duele el alma. Sé lo que pasará, puedo verlo en esos ojos malvados. Solo era una niña, alguien que no podía defenderse, que gritaba para que alguien la ayudara, nunca nadie vino a rescatarme.
Por mis venas corre la sangre de una bestia, de esa que me atormenta en mis pesadillas, no sabía que era él hasta hoy. Siento que estoy contaminada, que la toxicidad me recorre de pies a cabeza.
Ese monstruo se aprovechó de una niña, de una pequeñita que se escondía debajo de las sábanas cada vez que escuchaba sus pasos en el pasillo. Se aprovechó de un ser indefenso, inocente, se suponía que debía cuidarlo. Le arrebató la infancia, la inocencia, hizo que conociera la oscuridad.
—Basta —le ruego a la nada, a mí misma—. Basta, por favor para.
No lo hacen, los recuerdos vienen y van, unos tras otros. No estoy preparada para tanto. Y necesito callarlos, necesito que mi mente se apague, que estos pensamientos se extingan.
Me jodió la vida.
* * *
Es normal si no entienden todo, solo se pueden hacer deducciones porque Gi no es clara con sus pensamientos, están desordenados. Más adelante se explicará muy bien lo que sucedió.
Este capítulo es corto porque así debe de ser jaja, pero actualizaré otra vez antes de que se acabe el año por Navidad y Año Nuevo. Muchas gracias por tanto, lxs amo mucho <3