Te pido perdón, por si nunca te visite.
Por si nunca te agradecí, las joyas, el amor y la visión, por si nunca te Vi como te veo ahora, apunto de llorar, tan cerca de que me explote el corazón, perdón si no te abrazaba continuamente, si nunca te bese con el cariño que te debía dar.
Tal vez sea tarde para decirlo, tal vez, pero espero estar ahí contigo en el último momento, en el último segundo, cuando tu corazón deje de dar amor.
Cuando ya no puedas oír lo mucho que te quiero o lo mucho que me harás falta, cuando ya no vuelva el día a tus ojos.
Perdón, pero no creo ser muy fuerte, creo que solo seré capaz de balbucear mientras ríos de tristeza me invaden, al ver que ya no me oyes, que ya no me ves, que ya no me hablas.
Perdón si nunca actúe como debo, si nunca fui lo que esperabas, perdón si no fui el diamante que esperaste que fuera antes de tu partida, perdón si no fui quien debí de ser.
Gracias, por el amor, el tiempo, las joyas, las sonrisas, tus abrazos, y por nunca dejarme de ver como un tesoro, como una luz, como un murmullo de perfección que no era.