Heart of the Darkness [Dean W...

By LauraWinchester26

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Intentaría convencer de que no es la típica historia de amor, pero en el fondo, debajo de toda la oscuridad q... More

Capítulo 1. "Paper Crown"
Capítulo 2. "When The Darkness Comes"
Capítulo 3. "Cut"
Capítulo 4. "Slip Away"
Capítulo 5. "First Defeat"
Capítulo 6. "Life Is A Highway"
Capítulo 8. "Make It Rain"
Capítulo 9. "In My Time Of Dying"
Capítulo 10. "Hey Hey My My"
Capítulo 11. "Lights"
Capítulo 12. "Crossroads"
Capítulo 13. "Weight Of The World"
Capítulo 14. "Angel By The Wings"
Capítulo 15. "Silent Lucidity"
Capítulo 16. "Dreaming With A Broken Heart"
Capítulo 17. "Hymn For The Missing"
Capítulo 18. "Black"
Capítulo 19. "Good Luck, Bad Luck"
Capítulo 20. "Wicked Game"
Capítulo 21. "Sisters Of The Moon"
Capítulo 22. "Way Down We Go"
Capítulo 23. "Comfortably Numb"
Capítulo 24. "Who Wants To Live Forever"
Capítulo 25. "Hurts Like Hell"
Capítulo 26. "Send Me An Angel"
Capítulo 27. "Scars"
Capítulo 28. "Silence"
Capítulo 29. "War Of Change"
Capítulo 30. "Losing My Religion"
Capítulo 31. "Vultures"
Capítulo 32. "Watching Over Me"
Capítulo 33. "Don't You Worry Child"
Capítulo 34. "When The Levee Breaks"
Capítulo 35. "In The Water"
Capítulo 36. "The Four Horsemen"
Capítulo 37. "Night Moves"
Capítulo 38. "Catch The Rainbow"
Capítulo 39. "Tears In Heaven"
Capítulo 40. "Half Hearted"
Capítulo 41. "Hollow"
Capítulo 42. "Oh Death"
Capítulo 43. "Acid Rain"
Capítulo 44. "Running Out"
Capítulo 45. "Let This Haunt You"
Capítulo 46. "The Butterfly Effect"
Capítulo 47. "Take You Down"
Capítulo 48. "Calm Before The Storm"
Capítulo 49. "Barely Alive"
Capítulo 50. "My Heart Will Go On"
Capítulo 51. "Broken Parts"
Capítulo 52. "Feel It In Your Heart"
Capítulo 53. "Broken Bones"
Capítulo 54. "Madness"
Capítulo 55. "I Put A Spell On You"
Capítulo 56. "Tears Of An Angel"
Capítulo 57. "No One Knows"
Capítulo 58. "Jenny Of Oldstones"
Capítulo 59. "Bitch"
Capítulo 60. "My Least Favorite Life"
Capítulo 61. "Shadow Of Mine"
Capítulo 62. "You're Somebody Else"
Capítulo 63. "Power Over Me"
Capítulo 64. "As Time Goes By"
Capítulo 65. "Times Like These"
Capítulo 66. Everything I Wanted
Capítulo 67. "Fell From Heaven"
Capítulo 68. "Play The Game Tonight"
Capítulo 69. "Blessings"
Capítulo 70. "Hold On"
Capítulo 71. "David"
Capítulo 72. "Footprints"
Capítulo 73. "The Whistler"
Capítulo 74. "Atlantis"
Capítulo 75. "Dark Side"
Capítulo 76. "Jekyll and Hyde"
Capítulo 77. "Headstrong"
Capítulo 78. "Carry On Wayward Son"
Capítulo 79. "Cold As It Gets"
Capítulo 80. "Brighter Days"
Capítulo 81. "Daylight"
Capítulo 82. Only You
Capítulo 83. Monster
Capítulo 84. Orpheus

Capítulo 7. "Desperado"

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By LauraWinchester26

Desperado, why don't you come to your senses? You been out ridin' fences for so long now. Oh, you're a hard one but I know you got your reasons. These things that are pleasing you, can hurt you somehow. Desperado, oh you ain't gettin' no younger. Your paing and your hunger, they're drivin' you home. And freedom, oh freedom, your prison is walking through this world all alone.

Las noches en Colorado eran mucho más frías que en los últimos estados en los que habíamos estado, valga la redundancia. Al menos, eso era lo que parecía desde dentro del coche, a pesar de tener la calefacción puesta se podía notar un ambiente frío y helado que acompañaba a la estación en la que nos adentrabamos. El invierno estaba a la vuelta de la esquina y pronto acabaría el año.

Sonreí ante el inesperado cambio que había dado mi vida como la conocía y reconocí el hecho de que seguía inmersa en medio de ese giro. No era nada más que el principio, de eso estaba segura, pero no era la impresión que tenía. Parecía que conocía a los chicos desde hace mucho más tiempo del que en realidad era. Quizá era cosa del destino. Quizá estaba destinada a encontrarme con ellos y eran la pieza que faltaba para darme cuenta del verdadero camino por el que tenía que ir. Quizá solo era algo pasajero. Una experiencia más en mi vida. Quizá en un mes, me había olvidado de ellos y había vuelto a mi vida normal. No. No quería eso, de eso estaba segura.

Habían pasado dos semanas desde que dejamos atrás a John y sin embargo, parecía que no nos había dejado. Después de encontrar y solucionar un par de casos, uno de ellos relacionado con una niña terrorífica que salía de un cuadro, Sam encontró una noticia que parecía ser el próximo caso, pero el nombre de la víctima les sonaba familiar. Daniel Elkins, de Colorado, aparecía en el diario de su padre con lo cual nos pusimos en marcha hasta la casa de la víctima, donde se le había encontrado muerto. La casa estaba precintada con el cordón policial y a pesar de ser de noche, alguien podría vernos. Personalmente, estaba algo nerviosa y parece ser que Sam también empezaba a estarlo, ya que Dean estaba tardando la vida para abrir la cerradura con la ganzúa.

-Dean, es para ahora.

-Tranquilo, el arte tarda tiempo -respondió con un leve toque de chulería.

-También lo tarda la incompetencia -respondió su hermano menor, a lo que yo no pude evitar reírme. Se la había devuelto y le había callado la boca.

Finalmente, consiguió abrirla y entramos sin pensarlo dos veces. A pesar de la oscuridad, se podía ver como el sitio estaba hecho un desastre. Alguien había estado rebuscando algo o tuvo una pelea con alguien que acabó tirando todo por todos lados.

-Hay sal por aquí, justo pasando la puerta.

-¿Sal protectora como contra los demonios o como "se me ha caído sal de las palomitas"? -me preguntó Dean.

-Depende de cuántos paquetes de sal te eches tu en las palomitas.

-¿Creéis que Elkins era un cazador?

-Definitivamente -asintió Sam mientras mostraba un diario que había encontrado- Se parece muchísimo al de papá.

-Chicos, lo que sea que le haya atacado parece que eran más de uno.

-Parece que puso mucha resistencia también.

Pisando con cuidado, ya que no podíamos ver el suelo, avanzabamos por la casa hasta que nos entretuvimos en lo que parecía el despacho. El epicentro de todo el desastre. Conseguí distinguir a Sam, agachado en el suelo tocando algo, así que me acerqué.

-¿Has encontrado algo? -pregunté.

-Parecen unos arañazos.. -alargó su brazo hasta la mesa, cogió una hoja de papel y un lápiz y con un ligero repaso, consiguió relucir lo que había escrito.

-Es un mensaje.. -murmuró Dean que estaba mirando desde arriba- Tres letras, seis dígitos.. La ubicación y combinación de una casilla de correo.

-Justo la manera en la que papá lo hace.

No sabíamos a quién iba dirigido el mensaje, quizás alguien debía coger lo que fuese que hubiese en ese buzón de correo, o quizás era un mensaje al primer cazador que se alarmase de su muerte. No íbamos a dejarlo a manos desconocidas cuando la curiosidad era más fuerte que nuestra voluntad.

Los chicos entraron a abrir el buzón mientras que yo me quedé sentada en el asiento trasero del Impala. No tardaron mucho en salir y en cuanto lo hicieron, supe que había algo que no estaba bien. Se subieron al coche, a sus respectivos asientos y Dean me pasó el sobre.

-¿J.W? -leí en voz alta- ¿Creéis que es John Winchester?

-No lo sé -murmuró Dean algo preocupado- ¿Deberíamos abrirlo?

Alguien golpeó en la ventanilla del coche, sorprendiéndonos a los tres y haciendo que pegásemos un ligero bote del asiento. Era John en persona, que tras dedicarnos una sonrisa abrió la puerta de atrás y yo le hice sitio a mi lado.

-¿Papá, qué haces aquí?

-¿Estás bien?

-Sí, estoy bien -asintió- Leí en el periódico que Daniel había muerto y llegué lo más rápido que pude. Os vi a vosotros tres en su casa, que por cierto, tienes que perfeccionar tus habilidades con las cerraduras, Dean. Antes solías hacerlo en 10 segundos, no en 5 minutos.

Dean asintió como un buen hijo que aceptaba las críticas serias de su padre y mantuvo la mirada firme como siempre hacía con él.

-¿Por qué no entraste, papá? -preguntó Sam.

-Ya sabes por qué -respondió como si fuese obvio- Porque me quería asegurar de que no os hubiesen seguido.

-Espera, ¿así que has venido aquí solo por Elkins?

-Sí, era un buen hombre.. me enseñó muchas cosas sobre la caza.

-Nunca lo mencionaste.

-Tuvimos una.. -se interrumpió- No lo había visto en años.

-Pues te ha dejado un sobre, así que debe ser algo importante.

Dean se lo entregó sin miramientos y John lo abrió de la manera más ansiosa posible. Leyó en voz alta el contenido de la carta.

-"Si estás leyendo esto, ya estaré muerto".. -entonces dejó de leer.

-¿Que pasa? -preguntaron los dos.

-Lo ha tenido todo el tiempo -murmuró en voz alta, entonces nos miró- ¿Cuando estabais en su casa visteis algún arma, una antigüedad, un colt?

-Había una caja vieja, pero estaba vacía -respondí.

-Lo tienen.

-¿Quién mató a Elkins? -pregunté.

-Tenemos que seguir su rastro -asintió enfurecido mientras salía del coche.

-Espera, ¿quiere que vayamos contigo?

-Si Elkins está diciendo la verdad, tenemos que encontrar esa arma -respondió asomado a la ventanilla.

-Papá, no sabemos quién ha matado a Elkins.

-Sí lo sabemos.. -hizo una breve pausa- Son lo que mejor mataba Daniel Elkins; Vampiros.

-¿¡Vampiros?! -exclamó Dean- Creí que eran un mito.

-Nunca los mencionaste, papá -añadió Sam.

-Pensaba que estaban extintos.. estaba equivocado.

-¡Esto se pone emocionante! -no pude evitar decirlo en voz alta, ya que los vampiros siempre me han encantado- ¿Qué nos puedes decir de los vampiros? ¿Cuáles son las diferencias entre lo que creemos conocer y la realidad?

-Las tradiciones sobre los vampiros no sirven y las cruces no los repelen -explicó mirándome a los ojos- La luz del día no los mata y mucho menos una estaca en el corazón. Pero su sed de sangre.. esa parte es verdad. Necesitan sangre fresca de humanos para sobrevivir.

Si era cierto que debíamos ir detrás de vampiros y seguir su rastro, no podíamos hacerlo con tantas horas encima. Debíamos descansar, así que nos registramos en el primer motel de la lista (que era la manera que tenían los Winchesters de encontrarse en caso de dividirse; siempre el primer motel) y dormimos unas 6 horas por que ni tan siquiera había salido el sol y John ya estaba llamando a la puerta de mi habitación para levantarme.

Al parecer, él no había descansado. Los demás dormíamos cuando él se quedó toda la noche despierto, atento a la radio policial y a todas las alarmas que daban, hasta que finalmente pareció encontrar la que buscaba. Una pareja llamó a emergencias por qué se encontraron un cuerpo en la calle. Cuando los policías llegaron, todos habían desaparecido.

Nos pusimos en marcha en tiempo récord, ya que la presión de John hacía bastante sobre nuestra organización. No habíamos pasado ni un día con él y ya podía notar la diferencia. Además, estando John no podíamos estar en primera línea de juego. Quiero decir, era él el que tenía que acercarse a informarse o preguntar a la policía. Lo que me hizo preguntar, ¿para qué coño nos hemos levantado si haría el mismo trabajo aquí que en la cama?

-Han ido hacia el oeste, tenemos que volver y coger la desviación -fue lo que nos dijo cuando regresó de hablar con los policías.

-¿Cómo puedes estar tan seguro? -preguntó Sam algo mosqueado.

-¡Sam! -le paró los pies Dean sabiendo por donde iba a ir la cosa.

-Sólo quiero asegurarme de que vamos en la dirección correcta.

-Lo estamos -asintió John de manera seria.

-¿Cómo lo sabes? -preguntó de nuevo y esta vez más lentamente.

John y Sam mantuvieron sus posturas intocables el uno con el otro. Ninguno de los dos iba a retroceder ni a achantarse. Finalmente, John se decidió a sacar de su bolsillo algo que nos mostró en la palma de su mano.

-He encontrado esto.

-¿Un colmillo de vampiro? -pregunté emocionada mientras lo cogía para observarlo.

-Un colmillo no, un diente -aclaró- La segunda fila de dientes desciende cuando atacan. ¿Alguna otra pregunta?

-No, señor -respondió Dean como un auténtico soldado- ¿Nos vamos? Estamos desperdiciando luz de día.

-Sí y Dean.. ¿por qué no lavas el coche antes de que se llene de polvo? -soltó seriamente- No te hubiera dado el coche si hubiera sabido cómo lo tratarías.

Evidentemente, Dean no respondió pero no le sentó bien, sobre todo por qué al coche lo trataba como si fuese una parte más de él. Lo tenía en perfecto estado, así que no entendía el reproche de John, pero le había dado donde dolía.

Estábamos divididos en dos coches, John y Dean en el Impala, conduciendo evidentemente John, ya que en realidad era suyo y en el mío íbamos yo y Sam, que había decidido venirse conmigo. Supuse que necesitaba relajarse y estar en el mismo espacio encerrado con su padre, no iba a acabar bien.

-¿Qué más dice de los vampiros? -pregunté mientras Sam, que iba a de copiloto, estaba leyendo el diario de su padre.

-Se juntan en grupos de 8 a 10 y grupos más pequeños van a cazar comida -leyó sin ganas- Llevan a sus víctimas al nido, donde las mantienen vivas desangrándolas durante días o semanas.

-¿Crees que eso es lo que le pasó a la pareja de emergencias?

-Seguro que es lo que piensa mi padre, aunque sería agradable que nos dijera que piensa, para variar.

-Sam.. -me miró de reojo, pero continuó prestando atención a la carretera- Habéis estado buscando a vuestro padre durante meses y no llevas dos horas con él..

-Estoy feliz de que esté aquí y me alegro de trabajar juntos -hizo una breve pausa- Es sólo la forma en la que nos trata a mí y a Dean, y bueno ahora a ti, como si fuéramos niños. No hace más que darnos órdenes.

-Lo sé.. -murmuré- Me he fijado y la verdad es que me ha resultado un poco incómodo pero no he querido decir nada..

-¡Gracias! -exclamó liberado- Espera que le sigamos sin cuestionar nada y como si fuera poco, nos mantiene al margen de lo que hay que saber. Lo gracioso es que a mi hermano le parece bien obedecer y dejar que mi padre se encargue de todo.

Sam se había encendido y era demasiado tarde para tranquilizarle, sin embargo, tenía intención de dejar el tema ya que si íbamos a trabajar juntos, debíamos confiar los unos en los otros sin cuestionar nada de nadie, así que me callé y seguí conduciendo. Al parecer, Sam se calló y todo lo que pensaba se lo guardó para él sabiendo que sacarlo conmigo no era lo correcto, así que se comportó. Se comportó hasta que sonó su teléfono y cogió la llamada, que venía del móvil de Dean.

-¿Por qué? -preguntó Sam- Me da igual que piense que el rastro de los vampiros esté en esa salida, ¿cómo lo sabe? No, Dean. No voy a tomar el desvío.

Dejó el móvil sobre el salpicadero del coche y me miró. Sabía que fuese lo que fuese que habían hablado, tenía que ver con su padre.

-Adelanta al Impala.

-Sam..

-Laura, adelantalo y bloquea el paso -murmuró como si fuese prácticamente una orden.

Sin querer discutir con Sam y siendo una mandada, pisé a fondo el acelerador y le adelanté por la izquierda aprovechando que no venía nadie. Una vez le había sacado distancia, paré el coche entre los dos carriles, bloqueando el paso a ambos sentidos. Evidentemente, Sam y John fueron los primeros en salir del coche.

-¡Mierda! -escuché como gritaba Dean- ¡Allá vamos! ¡Sam!

-¿Que cojones ha sido eso? -me gritó John, ya que era yo la que conducía el coche, pero Sam se colocó delante de mí bloqueando el paso a su padre.

-Tenemos que hablar.

-¿Sobre qué?

-Sobre todo -respondió Sam con franqueza- ¿A dónde vamos, papá? ¿Cuál es el gran asunto con el arma?

-Sammy, podemos preguntar y responder después de matar a todos esos vampiros -Dean  intentó meterse en medio, pero ambos estaban demasiado cerca.

-Tu hermano tiene razón -habló John- No tenemos tiempo para esto.

-La última vez que te vimos dijiste que era peligroso que estuviéramos juntos y ahora de pronto necesitas nuestra ayuda. ¡Obviamente algo grande está pasando y queremos saber qué!

-Vuelve al coche -ordenó John apretando la mandíbula.

-No.

-He dicho que vuelvas al puto coche -dio un paso adelante, acercándose mucho más.

-Sí y yo he dicho que no.

-Chicos, estamos cansados y podemos hablar de esto más tarde -Dean finalmente metió el brazo como pudo, agarró a su hermano del cuello de la camisa y lo tiró hacia atrás de vuelta a mi coche- Sammy, lo digo en serio.

-Esto es por lo que me fui en primer lugar.. -murmuró Sam.

-¿Qué has dicho? -saltó John, lo que provocó que Sam volviese donde estaba- Sí, te fuiste. Tu hermano y yo te necesitábamos y tú te fuiste.

-Tú eres el que dijo que no volviese, papá -su tono poco a poco fue ascendiendo a la vez que John agarraba con más fuerza de donde Dean había agarrado antes- ¡Tú eres el que cerró esa puerta, no yo! ¡Estabas cabreado porque ya no podías controlarme!

-¡Parad! ¡Parad! -gritó Dean una vez más y esta vez, sí que cogió a ambos y los separó como pudo- ¡Ya es suficiente! ¡Y eso va por ti también, papá!

Volvimos a los respectivos coches, pero nadie de nosotros estaba cómodo. Sam y John no estaban a gusto el uno con el otro. Dean estaba cabreado por ver a las dos personas más importantes en su vida así y yo, que no era desconocida a las peleas familiares, me sentía incómoda ya que me sentía fuera del círculo.

Por suerte, no había pasado nadie por la carretera así que no vieron el espectáculo que se había montado. Arranqué después de que John lo hiciese y le seguí de nuevo con el coche hasta el desvío que nos habíamos pasado. Una vez allí, aparcamos los coches a un lado de la carretera y nos adentramos en el bosque medio kilómetro. John nos indicó donde debíamos colocarnos, siguiendo el rastro y efectivamente, no tardamos en ver a los vampiros como se ocultaban en un granero.

-Que hijo de puta.. -murmuró Dean- ¿Entonces no les afecta la luz del sol?

-No, aunque la luz solar directa les hace una horrible quemadura -explicó mientras seguía observando- La única manera de matarlos, es decapitandolos.

-¿Duermen durante el día, o eso también es mentira? -pregunté.

-Duermen durante el día, pero eso no significa que no se despierten -John me sonrió de lado.

-Entonces creo que entrar directos no es buena idea.

-De hecho, ese es el plan.

Volvimos a los coches sin estar del todo convencidos sobre lo que íbamos a hacer. Parecía una locura, entrar en el centro del nido. Aunque seamos 4, yo contaba como media cazadora, pero sí era cierto que la experiencia de John le hacía aportar una cierta tranquilidad y seguridad. Dean abrió el maletero del Impala y mostró la colección de armas que llevan, mientras que iba repartiendo los machetes que tenían.

-Entonces.. -murmuró John- ¿Queréis saber sobre el Colt?

Totalmente inesperado. Había reflexionado y estaba compartiendo algo que sus hijos no podían acabar de creer. Evidentemente queríamos saber.

-Es solo una historia, una leyenda, en realidad. Jamás pensé que era de verdad, hasta que leí la carta de Daniel.. -hizo una breve pausa y nos miró a todos- En 1835, cuando el cometa Halley estaba arriba, la misma noche en la que esos hombres murieron en el Alamo, dicen que Samuel Colt fabricó un arma. Un arma especial. La hizo para un cazador y sólo creó 13 balas. Este cazador solo la usó media docena de veces antes de desaparecer, junto con el arma. De alguna forma, Daniel la consiguió. Dicen que este arma, puede matar cualquier cosa.

-¿Matar cualquier cosa sobrenatural?

-Como el demonio -resolvió Sam.

-Desde que le empecé a seguir el rastro he buscado la forma de destruirle.. Encontrando el arma, tal vez la tengamos.

John no tuvo que decir nada más para que nos llegase lo que en realidad quería; acabar de una vez por todas con lo que había estado cargando toda su vida. Vengarse de la muerte de su mujer y saborear la victoria. Sí hacía falta entrar en un nido de vampiros o tirarse de un puente, no iba a pensármelo dos veces. Lo hacía por ellos. Necesitaban cerrar la herida y yo, sabía lo que era estar en esa necesidad.

Una vez nos armamos con los machetes y hablamos sobre las entradas que habían. Nos dividimos, Sam y Dean entraron por una ventana que había y John y yo por una puerta trasera. Todo estaba oscuro, evidentemente, así que me aseguré de ir cerca de John para no perderle la pista y perderme. El pequeño pasillo acabó en un gran espacio en el que habían hamacas colgando de una punta a otra, en ellas, los vampiros estaban durmiendo.

John vio una puerta a un lado del granero y se acercó a ella, yo que le iba detrás, le seguí. Nos asomamos y vimos como en una cama había una pareja de vampiros durmiendo. Supusimos que eran los que mandaban sobre el nido. En el cabezal de la cama, al lado del hombre, colgaba una funda de pistola en la que había un arma, El Colt. John me la señaló, como si no la hubiese visto y con señas me dijo que iba a acercarse a cogerla, pero el espacio era demasiado estrecho y él haría más ruido sobre la madera que yo, así que puse mi mano en su pecho para detenerle y con la mirada, le indiqué que iba a ir yo.

Poco a poco, sin hacer crujir mucho la madera, me fui acercando sin apartar la vista ni un solo segundo de ellos. En cualquier caso, que John estuviera cerca, me confortaba. Avanzaba y me di por salvada en el momento en el que tenía mi mano en el revólver, pero escuché un grito que provenía de la sala donde estaban los hermanos, me giré hacia el sonido y cuando volví la vista, el vampiro me cogió del hombro y me empujó contra la pared. John, que fue más rápido que yo, cogió una botella que había en el suelo y rompió la ventana con ella. Acto seguido, noté como una fuerza me levantaba del suelo y me arrastraba corriendo con él. Sin mirar a ningún punto exacto, estaba viendo como todos los vampiros nos seguían pero nosotros corrimos hacia la puerta principal, por la que ya habían salido Sam y Dean, a pesar de que no los veía.

Una vez salimos del granero, John me soltó la mano y me permitió que yo corriera delante de él para así asegurarse de que nadie nos seguía. Sin mirar atrás, corrí por el camino que recordaba hasta que un par de minutos más tarde, distinguí a Sam y a Dean esperándonos al lado de los coches. En cuanto llegamos, nosotros nos pusimos en marcha, pero John nos detuvo.

-No van a seguirnos, esperarán hasta esta noche -murmuró- Una vez que un vampiro toma tu olor, es para siempre.

-¿Que coño hacemos ahora?

-Encontrar la funeraria más cercana.

Dean, en un intento de juntar a su hermano y a su padre o de despejarse de ambos, se ofreció a ir solo a la funeraria al segundo en cuanto supo que era lo que tenía que buscar. Ni siquiera intenté ir con él, ya que se veía fácilmente que no quería compañía, así que los demás volvimos al hotel a esperarle impacientes. John se había sentado en la mesa y estaba repasando unas hojas, que no sabía exactamente qué eran. Sam no paraba quieto, moviéndose de un lado a otro de la habitación, parecía que en cualquier momento iba a salir humo de su cabeza. Yo me había sentado en la cama a buscar en el ordenador mitos de los vampiros y iba preguntándole a John de vez en cuando. No podía desaprovechar la oportunidad de aprender.

-Está tardando mucho, debería haber ido con él.

-Dean puede hacerlo solo -tranquilizó John, pero no hizo efecto.

-Necesito salir de aquí -añadió- ¿Laura, quieres un café?

-Sí, si vas traéme uno.

-¿Con leche y azúcar moreno, verdad?

Asentí y con la chaqueta a medio poner salió de la habitación. Estaba desesperado por salir de allí y no era el hecho de que Dean tardase, si no que no estaba cómodo. Duró una hora, que era más que suficiente.

-Laura.

-¿Sí? -aparté la mirada del ordenador y miré a John.

-Esta mañana, cuando conducíamos siguiendo el rastro de los vampiros, Dean me ha estado poniendo al día sobre lo que ha pasado estos meses.. y tu nombre ha salido varias veces.

-Bueno, llevo ya un tiempo con ellos -me justifiqué- Sería raro que no me mencionase.

La curiosidad estaba dominando sobre mí y no podía controlarla. ¿Dean había hablado de mí? ¿Y que había dicho? Necesitaba saberlo, así que me levanté de la cama y disimuladamente me acerqué a John intentando no mostrar interés.

-¿Qué te ha contado de mí?

-Lo primero que mencionó fue como te diste cuenta de los apellido falsos que utilizaron y que los identificaste como Metallica -sonrió mientras lo decía, como si le pareciese curioso- Lo inteligente y graciosa que eres, el apoyo que das allí donde vas, lo rápido que aprendes y sobre todo, las veces que te has preocupado por ellos..

-Vaya.. -murmuré mientras sonreía por dentro sin acabar de creerme todo lo que Dean había dicho de mi.. nada más que buenas palabras- La verdad es que no sé qué decir sobre esto.. el apoyo que les he dado o las veces que me he preocupado por ellos, también lo han hecho por mí.

-Lo sé.. -asintió orgulloso- El tema es Laura, que jamás quise esta vida para ellos.. pero después de la muerte de su madre, solo veía maldad por todos lados. Lo único que me importaba era mantenerlos a salvo, quería que estuvieran preparados así que, en algún momento, yo dejé de ser padre y me convertí en un sargento.

-Sinceramente, ambos me contaron que crecieron como soldados, no como hijos. Sé que tuvieron una infancia complicada viajando de aquí para allá y también sé que ambos te quieren muchísimo. Sam es un chico muy inteligente al que le gusta reflexionar, por eso te cuestiona. Dean, por otro lado, quiere ser el hijo perfecto por qué no quiere verte dolido ni disgustado y si él tiene que ponerse en la línea de fuego por ti, lo hará sin pensarlo dos veces -mientras le daba vueltas a un bolígrafo, atendía sin perderse palabra- John, sé por experiencia que cada família es un mundo y no tengo intención de meterme en medio, pero creo que deberías darle un voto de confianza. Dejarles que ellos sientan que su padre confía verdaderamente en ellos y va a seguirlos ciegamente como han hecho ellos por ti desde pequeños.

-¿Sabes qué? Los dos han crecido en un círculo cerrado y que aparezca alguien nuevo es un cambio, sobretodo para Dean. Saben que no deben confiar en nadie, por eso cuando vi que empezabáis a trabajar y a viajar juntos, como si fueses una más, me extrañé muchísimo. Desconfié de ti por qué no entendía como te habían aceptado tan rápidamente -hizo una breve pausa en la que aprovechó para sonreír de lado- Ahora que te he conocido, lo entiendo.

En medio del halago que iba a hacerme John, se abrió la puerta de la habitación y ambos hermanos entraron. Dean cargaba con una bolsa de papel, de la cuál sacó un tarro con sangre. Sangre de hombre muerto. Ahora que lo teníamos todo, era hora de ponernos manos a la obra y acabar definitivamente con los vampiros.

Dean era el cebo perfecto; en plena noche, parado en medio de la carretera mirando el motor de su coche sin entender por qué había fallado. Sabíamos que los vampiros tenían nuestro olor, así que no tardarían en ir a por él. Nosotros, observábamos escondidos.

-¿Problemas con el coche? -preguntó la chica vampira, que reconocí porque era la que dormía en la cama de matrimonio- Déjame darte una vuelta, te llevaré a mi casa.

-No, paso -sonrió Dean de manera chulesca- Por lo general mi límite es la necrofilia.

Ella le dio un golpe y Dean cayó al suelo. Antes de levantarse, ella le cogió de la barbilla y lo levantó por sí sola. Demostraba la fuerza y la dominancia que tenía. Ese era el momento para atacar, cuando creía que tenía todo el poder. John, lanzó una flecha que se clavó directa en medio del pecho de la vampira. Entonces, salimos.

-Apenas duele -añadió como si nada.

-Dale tiempo, cariño -contestó John con una sonrisa- Esa flecha está empapada en sangre de hombre muerto. Es como veneno para vosotros, ¿verdad?

Segundos después cayó fulminada al suelo. La cargamos en mi coche y nos preparamos para el contraataque que nos iban a hacer. Lo primero que hicimos, fue bloquear nuestro rastro y el de ella hasta que estuviésemos listos. Al parecer, solo tuvimos que arrojar unas especias que apestaban al fuego y después teníamos que manchar nuestra ropa con las cenizas.

-¿Seguro que vendrán a por ella?

-Sí, los vampiros hacen pareja de por vida -respondió el patriarca- Ella significa más para el líder que el arma.

-¿Cuánto tardará en pasarse el efecto de la sangre? -pregunté- Por qué se está despertando.

-Unos 30 minutos.. el tiempo suficiente para que salgáis lo más rápido que podáis de aquí.

-No puedes encargarte de ellos solo -negó Dean.

-La tenga a ella y el Colt.

-Pero después nos vamos a ver.. ¿verdad? -preguntó Sam en sospecha- Usar el arma juntos, ¿verdad?

John apartó la mirada. Iba a marcharse otra vez. Desaparecer. Me sentí decepcionada con él y conmigo, ya que mis palabras no habían hecho el efecto que pensaba que iban a hacer. Al fin y al cabo, si sus hijos no habían podido convencerle de nada, yo no tenía ni la oportunidad.

-¿Todavía quieres ir tras el demonio tú solo? -murmuró Sam con un tono molesto- No te entiendo. No puedes tratarnos así.

-¿Cómo qué?

-Como niños.

-Sois mis niños -afirmó decidido- Estoy intentando manteneros a salvo.

-Papá, con todo respeto, pero eso es un montón de basura.

Esas palabras, al contrario de lo que podía esperar, venían de Dean. El hijo perfecto y obediente había empezado su rebelión. Sam pareció no sorprenderse tanto, pero John y yo intercambiamos una mirada de intriga.

-¿Perdón? -exclamó John sin acabar de estar convencido de lo que había oído.

-Sabes que Sammy y yo hemos estado cazando.. joder, tú mismo nos has mandado a hacer algunas cacerías -la voz de Dean temblaba, al igual que sus labios- No puedes preocuparte por mantenernos a salvo.

-No es lo mismo, Dean.

-¿Entonces qué es? -al ver que su padre no le contestaba de mala manera, cogió confianza y sus próximas palabras fueron más contundentes- ¿Por qué no quieres que estemos en la gran pelea?

-Este demonio es un hijo de puta -soltó- No puedo hacer los mismo movimientos si tengo que estar preocupado por manteneros vivos.

-No esperas salir vivo de esta pelea.. -murmuré, interpreté la actitud de John y se hizo una gran revelación en mi cabeza.

Fui el centro de todas las miradas durante unos instantes, después automáticamente pasaron a John, esperando confirmación.

-La muerte de vuestra madre casi me mató -confesó- No puedo ver morir a mis hijos.

-¿Que pasa si tú mueres? -preguntó Dean de inmediato- Papá, ¿qué pasa si tú mueres y no pudimos hacer nada al respecto? Sabes, he estado pensando. Creo que quizá Sammy tenga razón en todo esto. Creo que debemos hacerlo juntos. Somos más fuertes como una familia, papá. Lo somos. Lo sabes.

-Se acaba el tiempo -finalizó- Haced vuestro trabajo y salid de aquí. Es una orden.

Nada. Era un puto muro infranqueable. Sus decisiones eran suyas y de nadie más y todo lo que él quería tenía que hacerse. No quería dejar nada al azar y había que respetarlo. Al menos, ellos tenían que hacerlo. Yo no tenía ninguna responsabilidad ante él.

-Pues yo me quedo aquí -aseguré con firmeza, ante la sorpresa de todos- No soy tu hija. No tengo por que seguir tu orden. Ellos pueden ir al nido, pero yo me quedo contigo.

-Laura.

-John -le hice entender que no iba a echarme para atrás y una vez lo comprendió, se tranquilizó- Vamos con mi coche.

Sam y Dean fueron al nido a matar al resto de vampiros que quedaban allí, mientras que nosotros íbamos en mi coche, conduciendo por la carretera hasta que nos encontrasen. Lo cuál no tardó ni más de 5 minutos, así que no nos alejamos mucho del nido. Los vampiros habían bloqueado la carretera por delante y eran unos 5, el líder estaba en medio, esperandonos.

-No tendrías que haber venido conmigo, Laura.

-No es mi primer rodeo.

-No quiero que sea el último.

Acto seguido, bajó del coche pero mantuvo la puerta abierta, sin acabar de salir del todo. Yo, por otro lado, salí por completo y quedé al descubierto.

-¿Quiénes sois? -preguntó el líder.

-Winchester.

-¿Dónde están tus amigos?

-Limpiando tu nido -sonrió de lado para mostrarse frío, pero le había afectado.

-¿Dónde está Kate?

John tiró de una cuerda que tenía en su mano y la sacó del coche, rápidamente la agarró y puso un cuchillo cerca del cuello de la chica. Yo seguía quieta, observante.

-Quiero el Colt, el arma de Elkins -John hizo su petición- Un intercambio.

-¿Sobre eso se trata todo esto? Es decir, no podéis dispararnos a todos nosotros, ¿verdad? -dijo el líder de forma vacilante- Os mataremos.

-No necesito el arma para ti -sonrió John ante la amenaza- Estoy guardándola para otra cosa. Ahora, pon el Colt en el suelo o ella muere primero.

El líder dio unos pasos hacia adelante y colocó el arma en el suelo, acto seguido retrocedió los pasos que John le ordenó. Antes de que él dijese nada, fui yo la que me acerqué a coger el arma con cuidado, ya que como él tenía a la chica debía estar al tanto de ella. John se acercó poco a poco hacia el medio para soltar a la chica, pero ella se soltó antes de las cuerdas de sus manos y golpeó a John, tirándolo hacia el suelo. Un vampiro que no había visto, se acercó por mi espalda y antes de que reaccionara también me tiró al suelo. Pensé que ya estaba, nos superaban en número y eran más fuertes, encima con John inconsciente, yo sola no podría hacer mucho.

Sin embargo, empecé a escuchar alboroto por la zona. Movimientos que venían del bosque y flechas volando, entonces lo supe. Sam y Dean estaban aquí. Habían venido. Levanté la cabeza y cuando vi que tenían a los vampiros bajo control, me acerqué a John, que seguía inconsciente. Cuando volví a mirar, el líder había cogido a Sam y tenía su brazo alrededor del cuello del cazador. Dean, que sujetaba el machete, estaba parado en frente de él.

-¡No lo hagas! -gritó el líder- Le romperé el cuello. Baja el machete.

Esta era la mía. El líder me estaba dando la espalda y sin ningún vampiro para defenderle, era fácil coger el Colt que estaba tirado en el suelo. A gatas, sin hacer mucho ruido, me acerqué a el arma y poco a poco me levanté. Me coloqué detrás de él y me aseguré de recordar los consejos que me había dado Dean a la hora de disparar. Tenía que acertar.

-Suéltalo -murmuré en voz baja.

-¿O qué? -se giró con una sonrisa a mirarme.

Respiré, contuve la respiración y apreté el gatillo con la máxima firmeza que pude sacar en ese momento. Controlé mi miedo y mi pulso no tembló en ningún momento. La bala fue a parar directa en medio de la frente, provocando un gran agujero gris alrededor del impacto. Cayó al suelo de rodillas y un par de segundos después, cayó fulminado.

El hecho de lo que había acabado de hacer, matar al líder del nido de los vampiros con el Colt, un arma de la que solo existían rumores y sólo la habían visto personas contadas, me azotó de golpe. No lo acabé de asimilar hasta que vi la cara que tenían los hermanos. Dean estaba flipando totalmente y Sam no acababa de comprender qué había pasado. Giré la cabeza un poco y vi que John estaba a tres metros de mí, de pie. Lo había visto todo y su cara era una mezcla de sorpresa y felicidad. El arma funcionaba y finalmente, la puerta de la esperanza se había abierto ante sus ojos.

Esa misma noche, pensando que John iba a ir de cabeza a por el demonio, los hermanos y yo hicimos la maleta para así nosotros seguir con nuestro camino y con un poco de suerte, volver a encontrarnos. Una vez acabé la maleta y la guardé en mi coche, entré a la habitación de los chicos, pero vi que estaban ocupados. John estaba apoyado en un poste hablando con ellos.

-Chicos, ignorastéis una orden directa.

-Sí, señor -respondió Sam.

-Pero salvamos tu culo.. -soltó Dean, a lo que yo no pude evitar pero llevarme la mano a la boca para evitar reírme delante de ellos.

-Tienes razón -asintió John- Me asusta un montón, vosotros dos sois lo único que tengo.. pero supongo que somos más fuertes como una familia. ¿No crees, Laura?

No sabía como sabía que yo estaba allí, ya que no había hecho ruido. En fin, los años de profesión le han desarrollado ese tipo de habilidades. Se giraron a mirarme y yo no pude evitar acercarme sin saber exactamente qué estaba pasando.

-Así que, vamos a por esa maldita cosa.. -hizo una pausa dramática- juntos.

Nos miramos entre nosotros y con una sonrisa en nuestros rostros; ellos por qué finalmente habían conseguido que su padre entrase en razón y yo por qué me sentía parte de ellos por primera vez.

-Sí, señor.

Respondimos los tres a la vez, lo que provocó una sonrisa orgullosa en John. Una sonrisa que estaba al borde de convertirse en un grito desesperado y un corazón lleno de arrepentimiento si las cosas salían mal. 

Espero que este capítulo os haya gustado! He querido dedicarlo un poquito más a la relación Laura/John y me gustaría saber qué pensáis hasta ahora de la novela, como está sucediendo todo.. si debería ir más lento o más rápido pero sinceramente a mi me está gustando mucho como está saliendo!! Nos vemos pronto!! 

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