Decisiones y arrepentimientos

Por DalhiaOkazaki

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Levi vuelve agotado tras perder a Farlan e Isabel. Intentando comprender cuál debe ser su razón para luchar e... Más

Añoranza
Una obsesión con la limpieza
El examen
Antes de partir
Reconocimiento
La nota
Calor humano
Misión suicida
Moblit Berner
Monstruo
Gracias
La habitación de al lado
El escuadrón de Levi
Bienvenido de vuelta, capitán
Muros y piedras
Dos palabras
Después de la caída
Infiltrados
El séptimo
Capitán Kenny Ackerman
Carnada
Narcolepsia
Enterrada
Palabras ahogadas
Fase 2
Fase 3
Estrategia
Perseguida
Cádaver vacío
Para siempre
Gestación

Fase 1

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Por DalhiaOkazaki


Snk pertenece a Hajime Isayama.

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El tintineo de algún cristal al ser bruñido le despertaba de su ensueño. Si cabeceaba en sueños podía eliminar ese ruido. Pero unas finas pisadas que se arrastraban por el suelo le devolvían a ese estado ausente, incapaz de descansar. Aquellos pasos se trasladaron al otro costado de la habitación, provocando que una extraña penumbra acariciase sus párpados.

Una sombra que se proyectaba a través de la ventana, procurando que el sol del amanecer no entorpeciese su descanso. Pero era demasiado tarde. No sabía cuantas horas había estado inconsciente, pero sus pestañas se negaban a permanecer más tiempo selladas. Sus ojos se abrieron con cuidado observando su figura. Algo pequeña y delgada. Más delgada de lo que la recordaba. Tal vez ella no había sido la única en desfallecer. Y por la delgadez que observaba en aquel cuerpo ella había permanecido inconsciente más de un par de horas.

Las manos de aquel hombre corrieron con cuidado la cortina, devolviendo aquella habitación a una leve oscuridad, solamente interrumpida por un pequeño retazo de luz que entraba en la pequeña abertura. Giró su cabeza hacia el lado contrario, un pequeño tubo que emergía de su brazo y se unía a una pequeña bolsa transparente. Demasiado familiarizada con aquella imagen. Su mano libre ascendió hasta su sien, intentando arrebatar los mechones de su frente que provocaban aquel ligero sudor. Pero su camino fue interrumpido por un estrecho vendaje.

Suspiró en voz baja. Apenas recordaba nada más allá de aquella droga que mermaba su cuerpo. Una extraña sensación. Como una pesadilla que le enviaba imágenes de sí misma encerrada en una caja, ahogándose. Mientras miles de imágenes recorrían su mente. Sin ser consciente de cuán importantes eran todas ellas.

Su rostro se giró de nuevo hacia el hombre que parecía absorto en la explanada que quedaba junto a su ventana. Tal vez vigilando el entrenamiento de su escuadrón desde aquella posición. Se incorporó levemente mientras arrastraba sus adormecidos pies por las enredadas sábanas que se obstinaban en cubrirla. Apoyó su cabeza sobre sus rodillas mientras dejaba que aquella sensación tintineante desapareciera de su mente.

Las comisuras de sus labios se elevaban perezosamente mientras observaba a uno de los protagonistas de aquellas agónicos recuerdos que habían sobrevolado su imaginación mientras le retenían en el limbo eterno. Recordando el primer tacto directo con su cuerpo. La cálida y suave sensación de sus labios. Su mano cuando la estrechaba, la confianza que sentía al tener su piel en contacto con la suya.

El hombre pareció satisfecho con la visión a través del cristal, se giró levemente hacia ella como sino hubiera percibido su presencia. Instintos apagados debido al agotamiento físico y mental. Su vista palideció mientras observabaa aquella mujer que había decidido despertar tras tantos días de letargo. Parpadeó intentando desvanecer al fantasma de su anhelo que se posaba sobre su cuerpo mientras ella sonreía cariñosamente.

- Buenos días, Levi.

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- ¿Qué hay de aquella granja que Hanji investigaba hace meses? - Erwin caminaba con paso ágil a través del corredor mientras sus pisadas le devolvían unsonido envolvente – Nanaba presentó un informe algo ambiguo.

- No estamos seguros. Si tú das el permiso, realizaremos una infiltración. Pertenece a la familia Reiss, tal como Hanji había escrito en su ataúd. Pero podría ser una posesión más. Tal vez no directamente relacionada. Hasta hace varios años fue ocupada  por una prostituta retirada y su hija. Pero ambas fueron asesinadas hace años. Así que no parece que haya sido ocupada desde entonces.

- ¿Algún posible ajuste de cuentas por parte de la familia Reiss?

- No lo sé. Nanaba no ha conseguido encontrar nada más allá que un para de asuntos turbios entre el cabeza de familia y la prostituta.Probablemente solamente fuera un ajuste de cuentas.

- ¿Qué hay de la familia Reiss? ¿Dónde se alojan actualmente?

- Verás, Erwin.... Aunque parezca imposible, su nombre aparece en varios documentos. Parece una familia rica al uso, de las decenas de familias ricas de las murallas. Pero....

- ¿Pero?

- No aparecen en ningún censo. Solamente asociados a algunas posesiones, iglesias, algunas granjas. Edificios, incluso algunas casa de alterne y joyerías. A simple vista parece una familia normal. Pero ninguno de ellos existe. No hemos encontrado ni un sólo documento en el que figure el nacimiento o fallecimiento de ninguno de ellos.

- ¿Por qué investigaría Hanji a una familia que no existe? - mesó su mentón algo confuso – Si ella apuntó ese nombre y les estaba siguiendo la pista. Debe significar algo.

- Tiene que haber algo relevante en esa maldita granja....

-Autorizaré esa infiltración. Mike, ¿podrías realizar una inspección a fondo sin levantar sospechas? Miembros del cuerpo de exploración investigando un edificio abandonado...

- No te preocupes, cuando fuimos a verla la primera vez creían que solamente eramos una pareja buscando algo de intimidad.

- Tal vez sería más apropiado buscar a otra pareja para fingir esa intimidad mientras buscamos algún dato relevante.

- ¿Acaso insinúas que no puedo hacerme pasar por un joven enamorado?

-Lo lamento Mike, pero ya hace bastantes años que dejamos de poder utilizar la palabra joven.

Su subordinado sonrió de costado mientras se rascaba sus sienes, dónde unos ligeros cabellos blanquecinos comenzaban a hacer aparición. Tal vez en solo unos años más, los años que había sobrevivido junto a su viejo camarada comenzasen a pasar factura. No dudaba de sus actitudes físicas. Pero notaba que la edad pesaba sobre él, sobre todas aquellas sensaciones que se había negado durante años.

El ejército podía ser un arma de doble filo, por un costado, te mantenía álgido con banales palabras como héroe o esperanza. Pero por otro, desechaba de tu intelecto cualquier esperanza de futuro. Cualquier mínimo atisbo de albergar un hogar, una familia. ¿Cuán grande sería el sentimiento de culpa que sentiría en sus últimos instantes de vida, sabiendo que en unas horas entregarían su cadáver en descomposición a su familia?

No, se negaba a imaginar una escena tan cruenta en aquellos instantes. Su mano agarró el pomo del portón principal de aquel barracón. A pesar del tiempo que llevaba bajo aquel puesto, había cruzado esa puerta menos veces que días llevaba allí establecido. Debía reconocer que se había negado su propio descanso más de lo que debería.

Pero no podía. Si él no podía tener un futuro rodeado de sus propios descendientes, procuraría que el resto de la humanidad pudiera. Por su promesa. Por el ansiado sueño de descubrir la verdad bajo aquellas tenebrosas criaturas que los rodeaban y los enjaulaban cada día.

Pero en aquellos instantes, no era él quién debía descansar. Sino dos de sus subordinados que se habían negado a ello durante los últimos días. Constantemente encerrados bajo la atenta vigilancia de una mujer que continuaba dormida. Apenas saliendo de aquella sala para traer su sustento diario. Y ambos hombres, habían decidido olvidar sus propios deberes en función del cuidado de aquella mujer.

-Enviaré a Levi contigo y ambos volveréis a la granja para investigar – asumió mientras comenzaba a ahondar por aquel estrecho pasillo.

-¿Por eso me has pedido que te acompañe? ¿Te ves incapaz de reducir a Levi tú sólo para sacarlo de allí? - sonrió con Sorna –Cuando lo vi por primera vez no creí que un hombre tan pequeño pudiera ser tan problemático.

-Necesito que se centre en otra cosa que no sea ver a Hanji dormir. Está fuera de peligro, pero ha pasado un proceso complicado, su cerebro necesita asumirlo.

-Puedo pedir a Nanaba que se quede a su cuidado mientras vuelvo al pueblo y continúo la investigación. Pero, ¿qué hacemos con Moblit? No puedo hacerme cargo eternamente de los escuadrones de esos dos idiotas.

-Necesito a Moblit a mi lado trasladando todos los datos que recabó Hanji antes del ataque. Aunque lea sus notas no puedo traducir todo lo que ella expone. ¿Ha bajado hoy al comedor o tal vez ha vuelto a la enfermería? Necesito que también esté localizable.

- Eso no será difícil. Mira.

El pasillo se perdía cerca de su final. Un hombre con una bandeja en sus manos parecía parado frente a la puerta entreabierta. Indeciso sobre si debía pasar. Tragó saliva y retrocedió hacia atrás aún observando el interior de la habitación.

-Moblit – alzó la voz su comandante mientras se aproximaba –Busca a Levi y traélo a mi despacho. Necesito que recopiles los documentos que Hanji dejó antes de-

-Comandante, yo.... - pareció dubitar mientras intentaba cerrar la puerta sin hacer ruido – I-iré al laboratorio a buscar los documentos de la capitana pero creo que sería mejor...

-Aparta, no pienso dejar que Levi eluda sus responsabilidades un día más.

-Pero comandante, yo-

Sus palabras se quedaron suspendidas mientras aún sujetaba el pomo de lapuerta. La escasa luz de la ventana apenas dejaba entrever nada de lo que estaba ocurriendo en aquella habitación. Forzó su vista hacia las únicas figuras que parecían fundirse en un abrazo en la semipenumbra.

Podía distinguir a su subordinada sentada sobre la cama abrazando con fuerza el torso de aquel pequeño hombre. Quién hundía su cabeza en el pelo de ella. Sus brazos rodeando su menudo cuerpo con demasiado nerviosismo.

Sonrió con ligereza mientras procedía a cerrar la puerta hasta su posición original.

- ¿Lo saco a patadas o busco a mi escuadrón para arrastrarlo fuera de aquí, Erwin? - Murmuró Mike mientras intentaba comprender que acababa de ver en aquel cuarto.

- He cambiado de decisión. Moblit, quiero que acompañes a Mike y a Nanaba a inspeccionar un edificio sospechoso – la puerta terminó de cerrarse en un velado suspiro – Ordenaré a vuestros escuadrones que me acompañen a buscar suministros para el armamento.

-¿Qué hay de Levi?

-Dejémoslo por hoy – Se giró y se encaminó fuera del pasillo –Hanji ha despertado. Déjalos a solas.

-¿Hanji ha....? - su mirada se volvió hacia atrás, hacia aquella puerta aún cerrada. Que no volvería a ser abierta en todo el día –Entiendo. Moblit, prepara los caballos. Salimos en diez minutos.

- Sí, capitán.

Las pisadas de Erwin se arrastraban sobre el suelo de madera mientras aquella imagen se repetía constantemente en su sien. Dos compañeros que habían arriesgado su vida tras cada batalla. Otorgándole un nuevo sentido a su lucha. Entregando su vida por un futuro, en el que aquel vínculo que compartían serviría para ello.

¿Cuánto más tiempo aguantaría persiguiendo aquel sueño infantil? Dudaba que su padre hubiera deseado ese futuro para él. Atado a su pasado. Dominado por el placer de la incertidumbre. Y el deseo innato del discernimiento. ¿Cuánto más tiempo aguantaría sin tener una razón más allá para avanzar? Cada día que levantaba sus ojos hacia el sol de la mañana notaba que el peso que cargaba en sus espaldas aumentaba.

Miles de cuerpos fallecidos que agarraban sus tobillos impidiéndoles avanzar. Mientras su mirada solo se posaba en el horizonte de un amanecer que aún no había conocido. ¿Cómo sería el sol reflejado en aquella masa acuosa de la que hablaban los libros? ¿Que destello desprenderían sus ojos si llegase a conocer la verdad?

Aquellos pensamientos rondaban constantemente su cabeza a diario. Pero, en aquel instante. Solo podía pensar en una cosa. A pesar del tiempo que transcurriese a su lado, jamás llegaría a tener el vínculo que se había generado en ellos. Levi había llegado a ser una de las personas en quién más confianza había llegado a depositar. Cuyos pensamientos habían sido correspondidos de manera mutua. Pero no todos. Él albergaba un secreto que no podía contar fácilmente.

Y Levi poseía un sentimiento que Erwin había olvidado. Podía sentir afecto por cada uno de los soldados que perecían bajo su propio mando. Incluso podía llegar a discriminar cuando uno de sus soldados llegaba a tener una estrecha unión con él. Pero no había suficientes palabras en su vocabulario para describir lo que sucedía entre ambos cuando aquella puerta permanecía cerrada.

Sonrió para sus adentro buscando aquella palabra que había olvidado pronunciar. Aquella que definía perfectamente la unión entre ellos. La misma que había provocado que dos pequeñas perlas transparentes atravesasen los pálidos ojos de Levi y recorriesen su mejilla.

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Las hojas gastadas de aquel libro parecían más polvorientas con cada segundo que pasaba. Abrió otra página mientras repasaba los últimos escritos, se sentía como si estuviesen dando pasos en círculos. No importaba cuanto esfuerzo impusiera en su estrategia, faltaban datos para completar su juego.

Aquella habitación estaba abarrotada. Caminaba despacio recorriendo los rostros de todos sus subordinados. Aquellos más allegados. Aquellos que habían depositado su extensa confianza en él. Tal vez una confianza que no se mereciera. Se sentó sobre el borde del escritorio mientras cerraba las páginas de aquel desgastado libro y lo depositaba en el fondo.

- ¿Qué conclusiones podemos sacar de la inclusión a la granja, Hanji?

-Bueno... - la mujer se acomodó las gafas mientras arañaba la venda sobre su frente, aún pugnando por curar su herida reciente –Deberíamos investigar el resto de lugares asociados. Aquellas tierras están prácticamente deshabitadas. Los vecinos no nos han dado muchos datos. El asesinato de la mujer parecía un simple ajuste de cuentas.

- Los aldeanos dijeron que era la amante de un ricachón – incluyó Levi mientras se sentaba al lado de la mujer ajustando la venda de su frente – Simplemente aprovechó una noche de confusión y la asesinó junto a su bastarda.

- Los vecinos enterraron el cadáver de la mujer y lo que quedó del cadáver de la niña – continuó Hanji mientras seguía obstinada por desechar aquel pedazo de tela que comenzaba a molestarle sobre su cabeza.

-¡Estate quieta idiota, y deja de intentar quitarte la maldita venda!

- Ya veo– Erwin volvió a dirigirse a la pila de documentos que yacía en el escritorio – Nanaba, ¿qué hay del ensañamiento con la niña?¿Podemos intuir que hay algún tipo de sentido masoquista? Podríamos encontrar a nuestros enemigos si recabamos alguna orientación fetichista.

- En absoluto comandante – la mujer atusó su cabello rubio intentando despeinarlo inútilmente – No había ningún tipo de sentimiento en esa masacre. Mike y yo desenterramos ambos cadáveres. La madre poseía un tajo simple y certero. Murió en cuestión de segundos. La niña poseía la misma herida en el cuello, pero...

-Prosigue.

-Desfiguraron su cara como....... - aquel recuerdo hacía que un escalofrío recorriese todos sus huesos – Una manzana pelada.

- No parecía que quisieran que la reconocieran – apuntó Mike.

-Creemos que la niña está viva. Tal vez bajo otro nombre u otro aspecto. Tal vez haya procurado esconderse el tiempo suficiente para pasar desapercibida. Probablemente siguiendo instrucciones del enemigo – la voz de Hanji sonaba algo imbuida en un pensamiento atascado que intentaba conectar en aquel extraño rompecabezas – No creo que ella pueda decirnos quién es el enemigo. Pero si podrá decirnos quién es la familia Reiss.

- Según los datos de los aldeanos, si ella siguiera ahora mismo viva, debería ser una adolescente – se levantó con cuidado de aquella madera angosta y se encaminó hacia la mujer que continuaba batallando con su vendaje – Hanji, debemos hacer que el enemigo se equivoque. Hemos seguido tus pasos desde el mensaje que nos dejaste. Pero nos encontramos en un callejón sin salida, ¿cuál es el siguiente paso?

-Necesitamos un anzuelo, Erwin. Son inteligentes, al mínimo fallo, lo eliminan. Ya has visto el resultado – se señaló a sí misma –Yo no entraba dentro de sus planes, pero uno de sus hombres se equivocó. Por eso intentaron deshacerse de mí.

-............. - Levi rodó los ojos hacia ella. Todo aquello había sido demasiado fácil. Quién había clavado su pala en su ataúd se había asegurado de que llegarían a tiempo. Demasiado fácil – No cometerán el mismo error dos veces.

- El superior de todos ellos se acercó lo suficientemente a mí para que pudiera reconocerlo. Quería que lo reconociera.

- ¿Por su voz? ¿Qué voz tenía ese imbécil? - su compañero se acercó sin cuidado fervoroso por conocer la identidad del agresor - ¿Cómo era ese idiota?

- Su voz era un eco para mí, no podía entender casi nada de lo que decía. -recuerdos difusos, su mente divagaba entre decenas de imágenes acumuladas – Pero el olor....... Aunque apestaba a alcohol....

- Ya informé de ello a Erwin, había una botella en aquella vieja iglesia. Pero es simple vino del subsuelo. Se puede conseguir fácilmente en cualquier mercado negro. No está asociado a la familia Reiss. Menos a esa niña.

- No, lo que quiero decir es que..... - de nuevo aquel lacerante dolor que penetraba sus sienes – Apestaba a alcohol. A ese vino barato. Demasiado. Cualquier ciudadano con acceso al mercado negro podía proveerse de ese vino. ¿Por qué un alto cargo de una organización secreta con suficientes ingresos cómo para presionar a la religión del culto y cederle una de sus iglesias bebería esa mierda? Aunque estaba encerrada en aquella mazmorra, incluso yo sabía que aquel sitio no eran simples catacumbas.

- ¿Dónde quieres llegar, Hanji?

- El capitán que solía interrogarme a menudo cuando estuve en prisión por insolencia, olía igual. Parecía que quería dejar su marca. Sabía que reconocería ese aroma de inmediato. Por eso se acercó amí.

-Explícate.

- Quería que lo reconociera. - sus ojos rodaron hasta encontrarse con una mirada grisácea en cuyos párpados no desaparecía la preocupación– Quiere enfrentarse a mí. A nosotros. A Erwin, pero no por el error de uno de sus subordinados.

-Comprendo por dónde estás yendo Hanji – Erwin se recostó en su silla intentando organizar sus pensamientos – Si queremos que bajen la guardia debemos atacar.

- ¿Y qué relación tiene eso con la familia, Reiss, Hanji? - Mike apuntó confuso.

- La familia Reiss está demasiado vinculada al culto de las murallas. Enel momento que comencé a investigarlos su nombre comenzó a aparecer. Pero cada vez que encontraba algo relacionado, el documento desaparecía misteriosamente. No desean ser encontrados.

-Busquemos pues algo de su interés. Si dejaron a la niña viva es porque necesitaban que la descendencia de la familia Reiss no se extinguiese. Debe haber algún tipo de relación entre ellos y la familia. Debemos encontrar a la niña. Será el cebo perfecto paraque intenten atacarnos.

- ¿Crees que si saben que sigues viva sabrán que intentamos buscar a la niña?

- ¿En que estás pensando, Erwin?

-Tenemos que arriesgarnos. Ellos han movido pieza y se han quedado en una posición defensiva. Necesitamos que ataquen. Serás un valioso cebo si les guiamos hacia tí, Hanji. Querrán atar cabos sueltos.

- ¡Debe ser una jodida, broma! - Levi se interpuso en su camino. Sus manos se guiaron hacia la camisa de su comandante, obligándole a mirarle a los ojos - ¡Utilízame a mí! ¡Ese imbécil sabía que yo también reconocería esa maldita botella! ¡Sabe quién soy! Soy un cebo mejor – cesó en su agarre.

- No pretendía evadirte de esta operación, Levi. Se que tras intentar deshacerse de ella, su siguiente paso serás tú.

El hombre de baja estatura frunció el ceño. ¿Acaso pretendía ponerlos a ambos delante de un paredón esperando que los fusilasen?Tragó saliva mientras sus manos soltaban por completo el cuello de su camisa.

Pensamientos confusos ahondaban su cabeza en cada segundo que llevaba conociendo a aquel hombre. Pero cada vez que depositaba su confianza, llegaban a su objetivo. Sus ojos se cruzaron con los de él. Su cerebro avanzaba a una velocidad que no podría jamás equiparar.

- ¿Qué tenemos que hacer? ¿Pintarnos una diana en el pecho y esperar que nos disparen una bala?

-Esperaba algo más sútil – sus pasos le guiaron hacia una pequeña alacena que utilizaba de archivador – Si os excluyo durante un tiempo del trabajo en equipo o de las siguientes incursiones generarán rumores. Ellos saben quién es Levi.

- Lo saben, aquella maldita botella de vino estaba para que yo la viera y la asociara.

- Saben de tu valía, pero no intentarán atacarte a campo abierto cuando tus instintos están más agudizados. Pero si creen que te has retirado momentáneamente por una razón de fuerza mayor intentarán deshacerse de tí. Si además añado a Hanji al plan, será una situación idónea para ellos. Dos pájaros de un tiro.

- ¿Y cómo vas a justificar que esta idiota y yo nos recluyamos durante tanto tiempo? ¿Algún experimento de mierda?

- Un experimento, sí. No será necesario más que esparcir un rumor para que el gobierno decida interesarse por la vida privada del más fuerte de la humanidad. He ido regando esa pequeña planta durante años, Levi. Nada de lo que hagas pasará impune. Están pendientes de tus movimientos. - sus manos se cruzaron delante de su cara - Dime, Hanji. ¿Qué tal te queda el color blanco?

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Más de quinientos metros cuadradados. Doce hectáreas de terreno. Un extraño paraíso. Y a pesar de ello, no sentía que pudiera disfrutarlo. Alzó la vista hacia el horizonte, que se perdía entre la llanura de aquel terreno escarpado. Cuando vivía en el subsuelo añoraba demasiado poder vivir durante un tiempo en un sitio al que poder llamar realmente hogar.

Aquella diminuta habitación que habitó durante gran parte de su vida comenzaba a asemejarse a un pequeño nido. Pero el necesitaba volar. No había dejado que aquellas plumas azuladas se alojasen en su espalda para clavar sus pies sobre la paja hendida.

Sus tobillos giraron con agilidad mientras levantaba la vista hacia el cielo. Aunque parecía tan azul como siempre, sabía que era ficticio. Llevaba años sin ver el auténtico color del cielo. Pero hoy parecía especialmente azul. Amago recuerdo que le transportaba a un día demasiado lejano. Cada vez que su vista se levantaba hacia el cielo, la misma añoranza le recorría una y otra vez. El deseo innato de recorrer aquella distancia deshabitada. La que jamás habia recorrido. Montado sobre su córcel hasta que la deformación del terreno no le permitiera continuar.

Ella hablaba a menudo acerca de ello, infundiendo esa obsesión en su fiel comandante. Aquella estúpida masa de agua salada que delimitaba el mundo entero. Aquellas diminutas murallas no suponían la totalidadde aquello que podrían observar sus ojos. Experimentar su cuerpo. Prolongar el deseo de su alma desterrada. Hasta encontrar su auténtico hogar.

Bostezó en voz baja y recogió la pequeña maleta que llevaba consigo hasta encontrarse con su delgada figura esperándole en el porche. Parecía analizar cada pequeña veta de la madera que los alojaría durante aquel tiempo indefinido. El suficiente para obtener el nombre que les conduciría hasta otro pequeño aliento de verdad. Un paso más para alcanzar la libertad. Uno de los miles que darian en los años que le quedaban de vida.

Sus huellas apenas quedaron marcadas en la baranda. Alguien había hecho limpieza en aquel lugar. Alguien que no deseaba su presencia allí. Una pequeña granja deshabitada, utilizada por el gobierno para el comercio y alojamiento ocasional de las meretrices que utilizaban los nobles de la corte. Un sitio que se había convertido en un lupanar. Y ahora sería su hotel.

Volvió a resoplar exhausto. Aquello no era un hogar. Era el lugar de un crimen sin fin. Erwin pretendía atraerlos de todas las maneras. Y había decidido untar aquel anzuelo con una deliciosa fragancia. Colocar a sus dos mejores soldados, en apariencia desarmados; en el origen.

El primer error que había hecho el enemigo. Aquella primera noche en la que no limpiaron completamente sus huellas. Sus pies se detuvieron completamente frente a la puerta de entrada, empujándola ligeramente. Sabía que se encontraba deshabitada, pero debía fingir sospecha. El enemigo acechaba. Y cualquier indicio que indicase su auténtico plan sería su fracaso.

Depositó la maleta frente a la entrada y deslizó una mano hacia la mujer que continuaba parada en la puerta, dubitatiba. ¿Sería el plan correcto o entregarían sus vidas sin obtener ni una mísera pista a cambio?Su mano no temblaba mientras estrechaba la de ella.

-Bienvenida a casa, Hanji.

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Fase 1.Incursión.

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Aquellos ostentosos ropajes eran excesivamente desafortunados. Una larga falda que dejaba entrever sus tobillos. Y que disimulaba la esbelta silueta que tenían sus piernas. No sabía cuantos meses duraría aquella operación, pero prefería observar sus largas piernas cubiertas de una tela que las delinease mejor y no perderse entre capas y capas de tejido.

-Pareces estúpida con ese vestido – añadió mientras no dejaba de mirarle.

- Erwin consideró que sería más apropiado si parecía que realmente estaba viviendo mi propia luna de miel que si parecía que estaba de servicio, como siempre – intento quitar una pequeña pelusa invisible de su tocado mientras comenzaba a desanudar el nudo que lo retenía atado a su cabeza – Él cree que así disimulará más las armas que llevo escondidas.

- No atacarán el primer mes. Aún no. No es su modus operandi.

- Dime Levi – se sentó frente a él mientras servía una pequeña jarra con agua - ¿Crees que conoces al enemigo? ¿Podría ser aquel hombre que me dijiste?

- No losé. - admitió – Cuando yo lo conocí no era tan imbécil. No cometería tantos errores. No intentaría confrontar al enemigo. Él solamente se aprovechaba de las debilidades del enemigo y los eliminaba antes de que pudieran siquiera responder. No era tan estúpido. No se que gana enfrentándose a Erwin.

- Tal vez, ¿orgullo?

- No, no parece eso. Era un auténtico capullo, pero su vanidad no le llevaría a pelearse por orgullo. Tiene demasiado que perder.

- Erwin cree que el enemigo nos está confrontando porque quiere que lleguemos a alguna conclusión que no hemos llegado antes. O a alguien.

- ¿La niña desaparecida? Aunque esa mocosa tenga relación con el culto de las murallas, solamente es una mocosa. Cuando asesinaron a su madre, no sabía ni contar con los dedos, dudo mucho que sirva para algo más que una simple moneda de cambio.

- Yo no hablaba de la niña.

- ¿A qué te refieres?

- Verás,cuando investigaba a la familia Reiss y su relación con el culto al muro. Aunque su nombre aparecía en varios escritos, e incluso sobornos. No encontré ningun aviso de defunción ni nacimiento.

- Tal vez utilicen ese nombre como seudónimo.

- No lo creo. Creo que esa familia existe, pero han borrado sus registros para que no conozcamos su relación directa con esta ciudad. Probablemente tengan más influencia en el gobierno de la que creemos.

- ....

- Cuando los investigué. Encontré a más personas que no figuran en los datos de nacimiento ni defunción. Algunos aldeanos sin demasiado renombre. Personas del subsuelo. Pero hubo un caso que me pareció relevante.

-¿Relevante?

- Por ejemplo, para el gobierno tu existes porque estás adherido al ejército. Pero tu madre jamás dio de alta su nacimiento. Y sus padres no dieron de alta el suyo. Tu madre y tú no existís de manera oficial. Sin embargo, si saben quién eres tú. Aunque hay aldeanos, incluso algunos soldados, su historia previa al ejército se difumina. Pero hay algo extraño. Solamente encontré un caso sin ningún sentido.

- ¿Sólo uno?

- Muchos aldeanos mueren demasiado jóvenes o incluso son vendidos como esclavos. A algunas mujeres son utilizadas en el comercio. Pero hubo un hombre cuyo nombre encontré incluso en documentos del ejército.

- ¿Un aldeano asociado al ejército?

- Sí, Shadis lo solicitó cuando era comandante. En varias ocasiones. Poseía habilidades médicas. ¿Recuerdas aquella misión en la que fuimos Erwin, tú y yo? Él fue el encargado de sintetizar las hierbas que yo traje.

-......... No recuerdo a ese tipo..........

-Intenté hablar con Shadis sobre ese hombre, pero me dijo que era un amigo suyo médico. Un simple doctor de pueblo. Pertenecía al distrito de Shinganshina.

- Ese distrito solo son cenizas. Habrá muerto junto al resto de habitantes.

- De hecho, el propio Shadis certificó la muerte de la esposa de este doctor. Pero no del hombre. Solo hubo un superviviente de esa familia. El hijo del doctor.

- Otro mocoso. ¿Tenemos que montar una maldita guardería?

- Ja,ja, ja. Es posible. Erwin está investigandolo. Creemos que se ha unido al ejército sin demasiada aspiración.

- Un inútil. ¿Y qué importa ese mocoso con su padre?

- No lo sé aún. Si conseguimos alcanzar al enemigo, probablemente podamos atar cabos respecto a ese doctor y su relación con la familia Reiss. Agh, si tan solo pudiese interrogar a uno de estos estúpidos sacerdotes del culto.... Pero están demasiado protegidos.

- Puedo capturar a uno de esos religiosos fácilmente.

- Erwin me lo ha denegado. La religión del culto tiene demasiado peso en la política. Disolverían el cuerpo de exploración si retenemos a un miembro del culto sin ningún motivo aparente.

-Mocosos, mocosas, lameculos del culto. ¿Acaso quieres montar una guardería?

- Woah, Levi, ¿no te gustaría estar rodeado de niños? - bromeó.

- Tengo bastante con los cuatro idiotas de mi escuadrón. No quiero más niños a mi cargo.

- ¿Sabes Levi? - sus dedos arañaron aquella pequeña pieza de metal que adornaba su dedo anular. Un mero trámite que pretendía atraer a sus enemigos. - Vas a ser el peor marido del mundo si no paras de quejarte.

- Tché. Yo no dije que quisiera casarme contigo.

- No te negaste cuando Erwin propuso esta idea.

-.........

Cada vez que observaba aquel delgado dedo desde el momento en que se colocó aquel falso anillo, comenzaba a anehlar que fuese real. Que él mismo lo hubiese colocado. Qué implicase un auténtico futuro entre los dos. Ella zarandeaba la mano delante de su rostro mientras sonreía.

Sus ojos se dirigieron inconscientemente a una pequeña herida en su frente que comenzaba a desaparecer. Los mechones de su pelo la ocultaban por completo mientras se desvanecía. Pero el dolor que había sufrido aquella noche mientras retiraba las toneladas de arena que la aprisionaban en el infierno no desaparecía jamás.

Se aproximó hacia ella mientras le sostenía la mirada. Escoró su cuerpo hacia ella y deslizó las manos bajo sus axilas, levantándola de la silla y colocándola sobre su hombro.

-¡H-hey! ¿¡Qué haces Levi!? Erwin tiene que venir en unas horas para comenzar la fase 1. ¡Se supone que tenemos que esperar hasta que él de la orden!

- Tché. Me ha obligado a casarme para seguir un absurdo plan, esperando que un imbécil intente clavarme un cuchillo en la garganta. Pero pienso disfrutar mi noche de bodas.

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-Gracias por realizar el seguimiento de la capitana en su recuperación, Mai – la voz de Moblit sonaba algo pesadumbrada mientras terminaba de colocar el último frasco en la estantería –El comandante agradeció tu discrección. Y yo también.

- Solo he hecho mi trabajo – su sombra parecía danzar debido al pequeño candil frente a su rostro, que solo emitía el rostro cansado de una mujer agotada – Vosotros matáis titanes, yo os coso cuando volvéis. Aunque vuestras heridas no sean debido a los dientes de los monstruos que matáis.... - enarcó su ceja acusándole.

- .... -se acercó hacia ella, buscó una pequeña silla ocupando asiento a su lado. Parecía demasiado pensativa – Perdona por no haber aparecido en estos días. La capitana me pidió que me ocupara del escuadrón mientras ella está en una operación externa. Así que he tenido que-

-Moblit, me da igual – frotó sus sienes de manera continua – No voy a pedirte que vengas a mi cama cada noche. No es igual que antes. Ordena esos documentos y colócalos en sus carpetas mientras termino este informe.

- L-lo siento.

- Deja de disculparte y ayúdame si quieres que cenemos pronto. Tengo demasiado papeleo que acabar. – su mirada se volvió juguetona mientras comenzaba a tamborilear con sus dedos sobre la mesa – Dime Moblit, ¿no sientes celos de no haber sido elegido para casarte con tu capitana en esa famosa operación?

- D-dado que el capitán Levi es el más capacitado para la lucha cuerpo a cuerpo, consideraron que sería el que mejor la podría proteger si alguien volvía a intentar atacarla.

- Estoy perfectamente segura que ella podría protegerse a sí misma sin necesidad del capitán.

- En la estrategia la presencia del capitán es ineludible – cerró otra carpeta mientras la colocaba sobre la estantería frente al escritorio – Estos son algunas cirugías, ¿los dejo junto a estos otros?

- Sí, dejálos ahi. Pero no cambies de tema. ¿Qué va a conseguir tu comandante mandando a esa pareja a recluirse a una casa durante meses? ¿Es alguna operación de espionaje?

- Sabes que apenas me han dado información sobre ello. ¿Colonoscopias?

- Eso déjalo sobre el tercer estante. Responde Moblit, ¿acaso tu comandante quiere utilizarlos de cabezas de turco?

- La estrategia del comandante-

- Sí,sí, ya. Vuestro comandante es un lunático que quiere sacrificaros continuamente. Me queda claro. Mientras a mí no me ponga en peligro, que haga lo que quiera.

-........... - su entrecejo se arrugó en dirección a la mesa de su escritorio.

- No pongas esa cara. Considero que Erwin Smith está haciendo un magnífico trabajo como comandante. Solo quería bromear un poco.

-.............

- Venga, es una broma. ¡Quita esa cara!

- Mai, ¿este es el informe de las heridas de la capitana?

- Eso es privado – arrebató las hojas de sus manos – Solo autorizado a personal médico.

- ¿El comandante ha leído este informe?

-......... - suspiró algo desganada mientras intentaba focalizarse en cambiar la conversación – Sí, lo ha leído. Él mismo solicitó que realizase un chequeo completo a tu capitana antes de mandarla a esa misión. Quería asegurarse de que su cuerpo estuviese preparado.

- ¿El capitán.......... lo ha leído también?

- No. Nadie más lo ha leído. Ni siquiera tu capitana ha leído esto. Solamente tu comandante, yo........ - reflexionó sobre sus palabras mientras se dirigía hacia él – Y parece que también tú. Todo lo que sucede en esta clínica debe permanecer en secreto.

- Pero la capitana...

- Tu capitana se encuentra en perfecto estado de salud actualmente. Eso es todo lo que tienes que plantearte. Ha sobrevivido a mucho. Es dura. No va a recaer mientras esté en esa dichosa misión.

- Sabes que no es eso de lo que estoy hablando Mai – sus manos se juntaron con las de ella mientras abría aquel informe lleno de anotaciones -¿La capitana no sabe que está embarazada?

.

.

.

Creo que últimamente cada vez que escribo notas de autor, siempre me disculpo por tardar tanto en actualizar. Pero realmente me siento mal porque se que hay personas que me preguntan por las actualizaciones (aunque sean pocas).

La verdad es que se que no puedo forzar a las personas que me leen a dejar comentarios o apoyar esta historia. Pero, creedme, cada comentario que leo vuestro genera en mí muchas ganas de escribir. Me encanta leer que os gusta la historia y que tenéis ganas de más. No dudéis ( y no solo me refiero a mí) en dejar un comentario de apoyo en cualquier historia que leáis.

Generáis muy buenos sentimientos de apoyo en el escritor. Si una historia os gusta, darle apoyo y comentar. Todos los escritores os lo agradecemos. De corazón.

Muchas gracias por leer, os avecino que esta va a ser la última misión que habrá en esta historia antes de darle final. Espero que os guste cómo vamos alcanzando el momento final.

¡Nosleemos!


PS.: Dado que mi ordenador nuevo se ha estropeado y estoy en proceso de que me lo arreglen y tardará no he podido hacer una nueva ilustración a tiempo. Así que os dejo con un fanart que hice del último capítulo del manga.

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