Atypical [Extraordinary #02]...

By heytrebol

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"-Tal vez soy demasiado joven para decirlo, pero siempre serás el amor de mi vida." More

Prólogo
Capítulo uno [El bebé pájaro vuela de su nido]
Capítulo dos [Un gran, graaaan problema]
Capítulo tres [Conociendo al 'Dios griego']
Capítulo cuatro [Compañeros]
Capítulo seis [El amargado, el bromista y el raro]
Capítulo siete [¿Salir contigo?]
Capítulo ocho [Problemas y preguntas]

Capítulo cinco [Discusiones]

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By heytrebol

Best song ever—One direction.

— ¿Y haces algo más aparte de ver clones peleando en el espacio con una cosa peluda? —preguntó Ares metiendo otra papita frita a su boca mientras yo lo observaba a la espera de que se ahogase con ella. No pasó, por desgracia.

Después de un rato de estar platicando con Jk, Ares se nos unió a comer en la habitación. Pedimos unas hamburguesas y le hice jurar que se esforzaría por ser agradable. Esperaba que realmente lo cumpliera. Jk era genial, por lo que de verdad me molestaría que lo hiciera sentir incómodo de alguna manera, tal y como lo hizo conmigo. Jk asintió sonriente sin darle importancia al tono odioso en el que le había hablado. Me alegraba el hecho de que ni siquiera lo notase, cosa que sacaba de quicio a Ares. Este último era como un niño revoltoso que se enojaba cuando no le daban atención a su berrinche.

—Me gusta bailar, dibujar y ejercitarme siempre... ¡Y también leo mangas y comics! —contestó emocionado.

— ¿Qué clase de ejercicios?—preguntó Ares tratando de no demostrar su repentino interés.

—Levantar pesas, natación, escalar... Lo que sea —Jk me miró—. ¿Y tú Dylan?

—No es lo mío, soy pura carne y hueso.

—Y exasperación —bromeó Ares haciendo que Jk se riera un poco.

Este último me miró con un poco de detenimiento, a mis piernas especialmente. Sé lo que estaba mirando y lo que estaba pensando, entonces es cuando me regañé a mí mismo por no usar pijamas más anchos.

—Oh, pensé que practicabas algo, por los músculos en tus piernas y tu complexión atlética —comentó.

Yo me entretuve jugando con las papitas y dejé a un lado lo que quedaba de mi hamburguesa.

—Ballet —murmuré. Usualmente respondía otra cosa, mentía un poco para evitar el tema. Pero por alguna razón a ellos no me nació hacerlo. Ambos me miraron sorprendidos y rápidamente me avergoncé.

—Pues eso tiene sentido, nadie puede ser tan delicado y no ser bailarín—señaló Ares, tomándome un poco por sorpresa el hecho de que notara eso. Aunque, creo ya debía de haberme dado cuenta de que él podía ser muy detallista —. ¿Vas a una academia?

Bien, esta era la parte que prefería evitar.

—No, ya no, fue un pasatiempo que tuve cuando era más pequeño y lo dejé—contesté sin dar señales de querer profundizar en el tema. Tan sólo haber mencionado la palabra ballet ya había hecho que mi estómago se retorciera y que las manos me sudasen un poco.

Ares pareció notar mi incomodidad, por lo que se volteó hacia Kang para captar su atención.

— ¿Y qué te trajo al otro lado del mundo? —preguntó.

—Mi padre fue transferido por su trabajo y tuvimos que mudarnos, no fue muy fácil hacerlo.

—Supongo que extrañas a tus amigos—dije siendo comprensivo. Él asintió varias veces sin hacer contacto visual. Al parecer era algo que no hacía al menos que dijeses algo que lo hiciera sonreír o fuese de su gran interés. No parecía ser nada del otro mundo, tan sólo una costumbre suya. Tal vez puede que fuese por su timidez.

— ¿A ti qué te trajo aquí? —preguntó tomando a Ares desprevenido, el chico de ojos grises frunció el ceño como si tuviese que pensar mucho antes de responder.

—Nada muy interesante, pero a Dylan ya sabemos que lo trajo aquí —dijo con una sonrisa enviando toda la atención a mí.

— ¿Qué me trajo aquí según tú? —Le reté con la mirada. ¿Qué le costaba responder una pregunta tan sencilla? Le hubiese salido mejor que usarme a mí para evitarla.

—El destino.

— ¿El destino? —preguntamos Jk y yo al mismo tiempo.

—Claro, el destino lo trajo aquí para conocerme.

—Wow, entonces no sabía que el destinado me odiase tanto —espeté, pero él ensanchó su sonrisa. Estaba seguro de que el muy malnacido disfrutaba de verme cabreado.

— ¿Seguro que te odia? Porque en mi opinión conocerme es una bendición. Digo, no todos los días tienes la suerte de que Ares Valmont te dé un poco de su preciada atención.

Esos ojos grises se mantenían sobre mí tratando de intimidarme, pero no iba a dejar que lo hiciera.

—Pues la devuelvo, porque no se la pedí —solté y él suspiró mientras negaba.

—Pobre de ti, no sabes lo que te pierdes.

Antes de que pudiese contestarle, una alarma sonó en su teléfono y la apagó rápidamente. No se movió automáticamente, pero pasado varios minutos en los cuales seguimos conversando, él se levantó y fue al baño.

✧━━━✧☼✧━━━✧




—You are the dancing queeeen, young and sweeeeeet.

—Only seventeeeeeeen —completé la canción que Jk cantaba para luego echarnos a reír. Ares estaba recostado en su cama mirándonos con odio.

— ¿Pueden callarse? Han estado cantando la misma maldita canción durante veinte minutos desde que terminó la película. Hasta Abba los odiaría por repetirla tanto.

Jk y yo nos miramos por un momento.

—Anybody could be that guuuuy...

Y volvimos a reírnos muy fuerte. Ares gruñó frustrado y lo escuché murmurar la palabra idiotas.

— ¿Pueden dejar de cantarla? No quiero terminar odiándola.

— ¿Por qué? Es genial —dije yo y Jk asintió dándome la razón.

—Me molesta el hecho de que no se callen y de que repitan una misma canción y una y otra vez.

Yo me volteé hacia Jk.

— ¿Volvemos a ver Mamma mia?—pregunté a modo de sugerencia y Jk asintió. Ares se levantó de su cama señalándonos.

—Si creen que con esto me van a correr de la habitación pues están muy equivocados —Nos dio una mirada retadora. Kang quitó la película que recién habíamos visto y se giró hacia mí.

—Dylan ¿Quieres ver Star wars? O no, mejor veamos anime.

—Por supuesto.

—Ustedes ganan, imbéciles —se levantó de su cama mientras nosotros reímos y salió de la habitación dando un portazo. En un segundo volvió a abrir la puerta y nos miró muy serio—. Si cuando vuelvo los veo con una death note o haciendo algún jutsu raro los voy a patear a ambos.

— ¿Cómo sabes que es una death note o un jutsu? —pregunté. Él abrió la boca para responder y al no saber que decir se fue nuevamente dando un portazo.

—Él me agrada aunque sea raro—comentó Jk mientras buscaba algo en Netflix. Yo seguí mirando por donde se había ido como si aún pudiese sentirlo parado en la puerta mirándonos con reproche con esos ojos grises.

Me hubiese gustado poder decir lo mismo.

Después de eso, mi teléfono sonó y al ver la pantalla sonreí al ver que era Baba quien me estaba llamando. Le hice una señal a Jk para que me esperase y me levanté para contestar.

— ¡Dylan! —La alegre voz de mi padre hizo que sonriera aún más. Sé que me extrañaba tanto como yo a él—. Oh bebé ¿Cómo estás?

—Excelente Baba ¿Y tú?

—Deseando verte, estoy en mi descanso y quise aprovechar de llamarte... te extraño mucho.

—Y yo a ti ¿Cómo están Luka y Tom?

—Luka demente y Tom enloqueciéndolo más, pero mejor cuéntame ¿Has hecho amigos?

Pude notar la preocupación en su voz. Sé que no me había llamado todos los días porque papá le pidió que no me atosigara y que tratase de ser un poco más desprendido, pero así era él y sabía que no podía evitarlo.

—Sí, conocí a una chica llamada Hannah que es muy dulce y mis compañeros de habitación son geniales.

—Conozco a Hannah, es tierna...— dijo y conté hasta tres porque sé cuál pregunta era la que venía—. ¿Y puedo saber más sobre tus compañeros?

—Uno se llama Kang y tenemos muchos gustos en común, en estos momentos estamos viendo unas películas. El otro se llama Ares y...

— ¿Valmont?—preguntó en tono de voz serio. Aquello me sacó completamente de lugar y me confundió muchísimo.

— ¿Cómo...?

—Ah... Te amo cariño, hablamos luego ¿Si?

Y cortó sin esperar mi respuesta, cosa que nunca había pasado. Baba era muy parlanchín como para no querer hablar conmigo durante horas y mucho menos colgaría sin esperar a que yo le dijese 'Te amo' de vuelta. No sabía qué tanto misterio respecto a Ares y de por qué mis padres lo conocían y actuaban raro con a él. Hasta los momentos no había visto nada fuera de lo común sobre él. O, tal vez no me había fijado bien. No tenía ganas de entrometerme en nada, pero eso no haría que mi curiosidad disminuyese.

✧━━━✧☾☼✧━━━✧

Decidí quedarme en el internado durante ese fin de semana porque quería hacerme la idea de que debía de acostumbrarme a estar fuera de casa sin sentirme incómodo por eso. Como hijo único jamás tuve idea alguna de lo que era compartir mis cosas o mi espacio con otra persona, por lo que adaptarme a ello me tomaría algo de tiempo. Y no me refiero a que no me gustase, me parecía emocionante el tener a alguien como Kang ahí, siendo él alguien con quien tenía tantas cosas en común que pasar cualquier momento juntos resultaba agradable.

Con Ares, lógicamente, no era de esa manera.

De alguna extraña manera sentía que yo le agradaba, pero que su empeño en quedar como idiota frente a mí arruinaba cualquier oportunidad de que yo lo dejase acercarse. Incluso cuando creí que era naturalmente un patán, resultó que sólo era así conmigo. No bromeaba pesadamente con Jk ni lo hacía irritar como a mí, así que asumí que más que agradarle le gustaba divertirse a costa mía.

Para el lunes en el primer bloque tuvimos clases de francés, y Ares había insistido en mantener su culo plantado en el asiento junto, de seguro con toda la intención de hacerme perder la paciencia. Pero bueno, no era nada con lo que no pudiese lidiar.

— ¿A alguien le gustaría leer este texto?— preguntó nuestra profesora mientras mostraba un libro que había escogido para la clase de hoy. Su mirada barrió el salón y se detuvo en mí, bueno, en el chico junto a mí. Para mí sorpresa, Ares había levantado la mano—. Oh, me alegra que tengamos un voluntario.

La profesora le tendió el libro señalándole lo que tendría que leer, y yo me iba a disponer a ignorarlo hasta que él comenzó a leer. Para mí sorpresa, habló con un perfecto acento que era incluso mejor que el mío (Y eso que estudié el idioma durante varios años). Leía con perfecta fluidez, tal y como si lo estuviese leyendo en inglés. Y probablemente se debiese a que la combinación de un chico muy guapo con el francés resultase irresistible, además de que Ares entonaba bien las palabras y lo hacía con una sorprendente concentración, porque todos lo miraban sin poder quitarle la atención siquiera por un segundo. Incluso la profesora se quedó mirándolo detenidamente durante unos segundos después de que concluyese la lectura.

— ¿Lo hice bien?— preguntó con una modestia que me pareció algo fingida.

—Más que bien joven Valmont, tiene el mismo acento que un nativo... ¿Es usted de allá?

—Viví en Francia un tiempo —explicó y eso despertó mi curiosidad—, en Langres para ser específico.

La profesora pareció encantada con ello, y para el final de la clase nos asignó un proyecto en equipo de dos, para el cual me tocó con Ares de compañero. ¿No podía esto ser mejor?

Cuando la hora terminó salimos del aula, él se adelantó dejándome atrás mientras yo recogía mis cosas y me apresuré para poder alcanzarlo, encontrándome con la sorpresa de que me había estado esperando junto a la puerta.

— ¿Por qué parece que no te alegra que seamos compañeros? —preguntó con diversión en cuanto nos echamos a andar. Ese día llevaba el cabello descuidadamente húmedo, con las ondas suaves cayéndole por la frente como si no se hubiese molestado en peinarse después de la ducha. ¿Y lo peor? Se veía trágicamente atractivo sin siquiera esforzarse.

—Tal vez porque no me alegra—contesté de mala gana y luego lo miré algo serio—. Si sabes hablar francés a la perfección ¿Por qué tomas la clase?

—Si tú también sabes ¿Por qué la tomas tú?

— ¿Cómo sabes que lo sé?

—Tomé prestado esto de tu librero. —De su mochila sacó mi edición en francés de Orgullo y prejuicio la cual ni siquiera había notado que faltaba y él me la entregó como si no la hubiese hurtado—. Tengo el presentimiento de que no escogiste otro idioma porque querías irte por el camino seguro.

—No puedes tocar mis cosas y tampoco asumir algo que no es —espeté de muy mala gana, abrazando el libro contra mí pecho como así pudiese drenar un poco la rabia—. Y eso de tomar el camino seguro me parece que lo has hecho tú.

Él sonrió y negó.

—No soy totalmente fluido, así que si escogí esa clase es porque la necesito.

Dios santo pero que talento tiene este imbécil para dejarme como un tarado. Sentí el rubor en mis mejillas y como no tuve argumento alguno para defenderme, le saqué la lengua y me fui. Sí, me sentí como de cinco años pero eso fue lo primero que a mí estúpido cerebro se le ocurrió hacer.

De camino a nuestra siguiente clase y con Ares caminando un par de metros tras de mí, estuve pensando en lo rara que había sido esa llamada que tuve con baba y aún más rara la reacción de papá cuando le mencioné el tema de manera casual. Ni siquiera llegó a decirme algo, sino que sólo me cambió el tema. No me gustaba que me escondiesen cosas y muchos menos que me mintiesen, pero era claro que ellos no iban a ceder por más que yo insistiese.

Como sea, no le di más vueltas de lo necesario al asunto y me fui a mi siguiente clase.

.
.
.

Para la tarde nos habían dejado mucha tarea que se basaba en leer varios capítulos de un libro que se nos había indicado y hacer un ensayo de ello, por lo que apenas llegamos a la residencia  me di una buena ducha caliente, me preparé un té en la cocina de la casa y regresé a la habitación para dedicarme a leer. Jk también hacía su propia tarea, mientras que Ares pues... él tomaba tranquilamente una siesta, dejándome todo el trabajo a mí. Ni me sorprendía la verdad.

Tomaba tantas siestas al día que a veces era más lo que estaba dormido que despierto, pero bueno, era mejor eso que a tener que soportarlo mientras estaba ocupado tratando de concentrarme en mi lectura.

—Dylan ¿Puedo hacerte una pregunta?—dejé de lado mi libro mientras Jk me miraba con curiosidad.

—Claro.

— ¿Por qué no te gusta que las personas sepan que Harry es tu papá?

Esa es una excelente pregunta.

—Pues, no me gustaría que me tratasen diferente por ello o que crean que soy un malcriado.

—Pero si tú sí eres un mimado superficial —soltó Ares desde su cama con la voz adormilada. Rápidamente volteé hacia él casi torciéndome el cuello.

— ¿No estabas muerto? —pregunté de mala gana.

—Sí lo estaba, pero el dulce sonido de tu voz y la clara oportunidad de hacerte cabrear se aparecieron ante mí y no pude ignorar ese llamado.

Rodé los ojos sin tener ganas de discutir y devolví mi atención hacia Jk.

—Cómo te decía, no me interesa que la gente me trate diferente por ello o quieran aprovecharse de mí por eso.

—Pues yo no te veo diferente —me dijo y me sentí bien con ello. Era un consuelo para mí saber que no sólo estaba haciendo un amigo de verdad sino que a este tampoco le importaba quienes eran mis padres.

—Qué lindo eres Kang —Ares se levantó de su cama y se estiró perezosamente—, pero yo sí tengo pensado en sacarle provecho.

— ¿Y cómo lo harás? —pregunté interesado y al mismo tiempo enojado. Ares se encogió de hombros y sonrió.

—No lo sé, ya se me ocurrirá algo.

—Si me dieran una libra por cada vez que pienso que eres un idiota, sería millonario —espeté y le di la espalda hundiéndome en el mullido sofá y concentrándome en mi lectura. No quería seguir mirándolo y que se diese cuenta que su belleza me intimidaba. La vida hubiese sido más fácil si Ares fuese feo, pero como no lo era...

—Stone, no sé si lo olvidas, pero ya eres millonario —señaló y se acercó a dónde estábamos.

— ¿Siempre tienes que ser tan molesto?

—Ser molesto es uno de mis mayores talentos, eso y las felaciones —bromeó y yo rodé los ojos disgustado.

— ¿Es así como hablan en las correccionales para criminales juveniles?

— ¿Es así como hablan en los conventos para vírgenes sin vida social?

—Eres un...

— ¡Hay que seguir estudiando!— exclamó Jk antes de que Ares y yo cayésemos en una discusión acalorada en la que podríamos durar un buen rato.

Yo miré mal por última vez a Ares y este me sonreía con diversión, como si estuviese disfrutando de un chiste que sólo él entendía. Me esforcé en ignorarlo y en concentrarme en mis deberes. 

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