Beta β

By BlackOperator

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Aquellos que por los actos sacrílegos de sus antepasados fueron condenados. Hijos de aquellos que traicionaro... More

Capítulo 1: El nacimiento
Capítulo 2: El cambio.
Capítulo 3: Aprendiendo
Capítulo 5: Amar
Capítulo 6: Perder
Extra (curiosidades)

Capítulo 4: Crecer

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By BlackOperator

Capítulo 4: Crecer

El tiempo puede llegar a ser tan imperceptible, que no te percatas que ya han pasado cinco años. Luego de aquel verano, las cosas se volvieron tan tranquilas que, poco a poco el omnitrix quedo en desuso. A pesar de que deseaba cambiar las cosas usándolo, pronto mis propias responsabilidades académicas consumieron mi tiempo. Al menos hasta que entré en secundaria, uno dice que los niños pueden ser crueles, pero los adolescentes pueden ser aun peor.

Muchas veces me vi tentado a usar el omnitrix para vengarme, pero me detenía. La venganza no era la respuesta, un héroe no debía dejarse llevar por el odio, su deber era poner el ejemplo. Muchas veces tenía que recordármelo tres veces al día cuando algo malo sucedía, pero si admitiré que muchas veces usé a XLR8 para irme rápido de allí. Pero no todo era malo, con las cosas malas también había buenas, los jóvenes en la secundaria eran de mente más abierta y cuando alguien intentaba meterse conmigo, solía aparecer alguien a ayudarme. Incluso me invitaron unirme al equipo de futbol.

Mi madre al final me inscribió en clases de defensa personal, ella nunca supo lo que ocurrió en el verano, no quería preocuparla y tanto Gwen como el abuelo estuvieron de acuerdo en guardar el secreto, incluso mi abuelo ofreció pedirle a Asmuth que me quitara el omnitrix para poder vivir una vida normal, pero me negué.

Otro suceso importante que se dio en esos años, fue que mi madre por fin logró conseguir una casa lo suficientemente grande para los dos, incluso invitó a mi abuelo a vivir con nosotros pero él se negó, no quería dejar su camper. Ya no tenerlo cerca fue algo muy extraño para mí, a pesar de que todas las tardes iba a visitarlo no podía negar que lo extrañaba, incluso extrañaba sus extraños platillos.

Pero el día que todo dio un giro fue la desaparición de mi abuelo. Acababa de regresar de un partido de futbol donde habíamos resultado ganadores, como cada tarde fui a verlo para contarle, pero no estaba allí. En su lugar, un ser extraño entró en el camper y apenas logré sacarlo de allí.

No supe que hacer, por lo que decidí buscar a Gwen, quizás ella viera algo que yo no.

Una segunda persona se nos unió, un viejo compañero de mi abuelo. Gracias a él dimos, con quienes pensaba que era el responsable de su desaparición, pero él no estaba allí. Pero en su lugar nos encontramos a un antiguo enemigo, Kevin Levin. Aquel chico alfa doble cara que ya nos había engañado antes.

El talvez pensó que no lo noté la forma en la que miraba a mi prima, pero si lo hice. Él no la conocía, pero cuando me enfadé la defendió como si llevaran juntos muchos años. Y Gwen estaba igual. Suspiré reconociendo los síntomas, quien diría que ambos resultarían ser destinados.

Aquel sentimiento que yo nunca podría conocer, por estar maldito.

Negué con la cabeza cortando esa línea de pensamiento, no era bueno para mí recordar aquello.

Al final logramos impedir que los caballeros eternos se hicieran con las armas, pero ¿Cuántas más tendrían escondidas? Aquello solo sería el inicio de un problema aún más grande.

Los niños plomero.

Mutaciones en los aliens.

Julie.

Ella fue mi primera relación serie, alguien con quien de verdad lo intenté. Pero ella era una omega y en mi corazón, a pesar de que la quería, siempre estaba la duda de si ella acabaría yéndose con su destinado, dejándome atrás.

A pesar de lo increíble y compresiva que era, aquel sentimiento impidió que pudiera darle mi corazón por completo.

Aun con todo, logramos derrotar a los DNAliens y recuperar al abuelo, que había quedado atrapado durante todos esos meses en el proyector; pero el omnitrix fue destruido en el proceso para derrotar a Vilgax y Albedo. Así obtuve el Ultimatrix, una nueva creación de Azmuth, que Albedo había robado de su laboratorio. Con los villanos derrotados, pensé que podría descansar, pero debí esperarme que no fuera así, pues, Jimmy Jones, mi auto proclamado fan n°1, logró descubrir mi identidad revelándola al mundo, así como también la de los plomeros.

¿El héroe de la tierra es un Beta?

¿Un niño maldito tiene un poder como ese?

¿Saben cómo nació, podemos confiar en él de verdad?

Aun podía escucharlos, sus palabras no habían cambiado. ¿No que adoraban a sus 10 héroes? ¿Por qué ser un beta afecta eso? ¿Tiene algún sentido? Para mí no lo tenía, era la maldita hipocresía y la asquerosa "superioridad" de castas.

Y mi madre, ella, quien había logrado mantener a salvo y alejada de todo el tema de los aliens, todo ese tiempo, de la nada estaba en el ojo del mundo y no solo de la prensa. También de mis enemigos.

- ¿Por qué no me lo dijiste? – me preguntó un día, ambos estábamos sentados frente a frente en el sillón de la sala. La preocupación se reflejaba en sus ojos y me sentí culpable, a pesar de haber tenido buenas razones.

- no quería que estuvieras en peligro – contesté pero ella estaba dolida.

- siempre has podido confiar en mí, lo hubiera entendido – ella acarició mi mano y la opresión en mi pecho creció.

- tenía miedo de que algo te sucediera, tengo demasiados enemigos – suspiré y ella se levantó para abrazarme, yo le correspondí. Aun habiéndome quitado un peso de encima, otro aún más grande ahora caía sobre mis hombros.

Un peligro tan real que sentía que podía palparlo.

Tiempo después sucedió lo que tenía que suceder. Julie terminó nuestra relación, no por encontrar a su alfa, sino porque nuestros caminos iban demasiado separados. Ella deseaba una vida estable y tranquila, pero yo no podía darle eso, tenía un deber que cumplir. Aun así, nunca dejamos de ser amigos, era alguien en quien podía confiar y me alivié al saber que ambos estábamos en buenos términos.

¿Alguna vez temí por su seguridad?

Si lo hice, pero desde la llegada de Ship pude respirar. Porque aquella pequeña criatura que adoptó la cuidaría siempre, además, solo había que ver el trabajo en equipo que esos dos podían hacer.

Un día volví a casa luego de entrenar junto a Kevin y otros reclutas en el cuartel. Llevaba la mochila al hombro mientras silbaba una tonada pegajosa que había escuchado en la televisión. Eran las cinco de la tarde, aproximadamente, cuando estas en el espacio, conceptos como el día o la noche dejan de tener importancia, así que no era raro que a veces me confundiera. Ya estaba cerca de mi casa, cuando escuché los gritos.

- ¡ya te dije que no está aquí! – era la voz de mi madre.

- no mientas, Sandra. Sé que está allí – apreté los puños al ver como aquel malnacido sujetaba el brazo de mi madre con fuerza.

- ¡ya déjame, Kenneth! – dejé caer mi bolso al suelo y corrí hacia aquel hombres sujetando su brazo.

- suelta a mi madre, ahora – amenacé mirándolo fijamente a los ojos. Aquella no era la primera vez que aparecía, desde que me hice conocido, pero ya estaba harto de eso – te he dicho mil veces que no me interesa que tengas mi custodia, no iré contigo.

- la corte ordenó que lo hicieras – soltó a mi madre y yo me puse entre ellos – fácilmente podría llamar a las autoridades y hacer que la arresten por no acatar la ley.

- he vivido perfectamente sin ti durante más de dieciséis años y en cuanto a la corte, seguro les encantará saber cómo me abandonaste y me dejaste con el abuelo y sé que tanto él como Gwen testificarían a nuestro favor – el función el ceño mirándonos con enojo.

Odiaba ser tan parecido a él en cuanto a físico. Prefería pensar que me parecía a mi abuelo, para no sentir repulsión hacia mí mismo.

- ahora por favor vete, que tu linda esposa debe estar esperándote – dije y él gruño, como si pronto fuera a usar su "voz". Pero él era lo suficientemente inteligente para saber que eso no le convenía, no cuando yo era inmune a ella.

- si no vienes conmigo, cortaré la pensión que te envió – amenazo pensando que aquello si podría afectarnos.

- no me interesa – contesté – puedes hacerlo si quieres, nosotros estaremos bien.

Enojado por no conseguir lo que deseaba se marchó en su auto mientras murmuraba maldiciones hacia nosotros. ¿Cómo un hombre así podía existir? Agradecía que no me hubiera criado y que me hubiera entregado al abuelo Max, eso era lo único por lo cual podía agradecerle.

Mi madre me abrazó y yo correspondí, acaricié su espalda para calmarla. Ella entró a la casa primero, yo tuve que ir a buscar mi bolso antes de poder seguirla.

Y dentro ella dijo:

- siento que tuvieras que interferir de nuevo – me miró y yo negué con la cabeza.

- ese hombre no sabe aceptar un "no" por respuesta – ella depositó un beso en mi frente para luego sonreír.

- esta noche, prepararé tu favorito, papas con chile, pero solo por hoy – me guiñó el ojo y yo sonreí de la misma forma que ella.

Dos años, pueden pasar volando. Y cargar tanto en sus días, que sientes que ya nada podría sorprenderte, pero entonces algo nuevo llega a cambiar tu mundo y eso es lo que sucedió, unos meces después.




Ya que nadie respondió a lo que dije en mi perfil, escogí yo. 








Spoiler:








En el siguiente capítulo Rook aparecerá por fin.

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