Todos se sorprendieron al ver regresar a Calista con Theo, ya que solo Hermione y Draco sabían lo que pasaba con ellos.
Hermione fue la primera en ir al encuentro de ambos jóvenes y abrazó a su amiga.
- ¡Sabía que volverías!
Calista devolvió el gesto a la castaña.
- Bueno pues por fin tengo un motivo para quedarme.
Ambas chicas sonrieron.
- Me alegra que me hayas hecho caso Theo-
El castaño asintió contento, si Draco no lo hubiese instado talvez hubiera perdido a Calista para siempre.
- Bueno- Intervino Narcissa. - Nosotros queremos saber si entre ustedes dos hay planes de casarse.
Todos los presentes miraron a Draco y a Hermione la cual se puso roja como tomate.
-Si vamos a casarnos madre pero aún no hemos hablado de eso, ni si quiera le he propuesto matrimonio. Respondió Draco un poco incómodo.
- ¿Y que estamos esperando hijo, ahora mismo organizaremos una fiesta de compromiso e inmediatamente después de eso vamos a hacer los preparativos de la boda. Dijo Narcissa entusiasmada.
Hermione miró nerviosa a Draco pero él le sonrió.
- Yo preferiría no aplazar nada amor, no quiero que nada más pase y no podamos casarnos.
Hermione asintió.
-No vayan a olvidarse de que debes pedir la mano de mi Hermana. Harry tenía el gesto serio, justo como un hermano sobreprotector.
- Por supuesto que no, haré las cosas como son. Dijo Draco para calmar a Harry.
Narcissa y Severus se levantaron, iban a retirarse.
- Bueno querida, mañana vengo por ti para ir a ver lo de tu vestido para la fiesta de compromiso.
- No hace falta Narcissa, yo conseguiré uno...
- No, definitivamente no, déjame regalarte el vestido y las cosas para la fiesta, sólo tengo un hijo y solo se casará una vez.
- O eso espero. Soltó Hermione provocando la risa de todos los demás.
- ¿Entonces mañana a las diez? Preguntó Narcissa.
Hermione asintió y se despidió de ella.
-Nos vemos Profesor Snape, adiós Narcissa.
- Hasta luego Hermione. Se despidió Snape. Hacía casi un mes que se trataban y habían entablado una relación pacífica entre ellos.
Snape la visitaba seguido en San Mungo donde ella le hacia terapias, pues a raíz del ataque de Voldemort con el sectumsempra y más el veneno de naginni le quedaron secuelas.
Ella se había convertido en su Medimaga de cabecera.
Draco se quedó un rato más con ella, Harry y Sirius. Theo y Calista se habían ido a pasear junto a Blaise y Gabrielle. Y los esposos Longbottom se habían ido mucho antes.
Pasaron el resto de la tarde jugando ajedrez mágico.
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A la mañana siguiente Hermione ya estaba lista esperando a Narcissa para ir a ver si vestido para su fiesta de compromiso.
Sirius y Harry estaban trabajando y Draco tenía también que hacer, ya estaba trabajando junto con Theo para poner a funcionar su bufete de abogados en Londres cerca del ministerio de magia.
Kreacher apareció en la sala de estar para anunciar la llegada de Narcissa.
- Señorita Potter, la ama Narcissa está aquí.
Hermione se levantó y fue al recibidor por su futura suegra.
- ¡Buenos días querida! Saludó la mujer.
- Buenos días Narcissa, estoy lista.
- ¿El ama quiere algo de tomar? Preguntó Kreacher inclinándose.
- No Kreacher muchas gracias, y no soy tu ama no me trates con tanto respeto.
- La señora Narcissa siempre será mi ama porque siempre será una Black. Respondió Kreacher.
- Está bien, gracias Kreacher pero ahora vamos a salir con Hermione.
El elfo dio una reverencia y desapareció.
- Vamos querida, aprovechemos el día. Apremio Narcissa.
Con Narcissa se aparecieron en Londres. Ella la llevó a una elegante boutique en el centro "Fiorella". La dueña era de Francia y era muy amiga de la madre de Draco.
- Entra querida, veamos que tiene de bueno Nina.
Hermione entró tímida al lugar, realmente era muy lujoso, todo lo que ganaba ella en San Mungo solo le alcanzaría para la mitad de lo que costaba ahí un vestido.
- ¡Ohh, Cissa preciosa, que bueno que vienes a verme!
Una mujer casi de la edad de Narcissa salió a su encuentro. Era alta de figura esbelta y aunque tenía algo de canas las llevaba recogidas en un elegante moño.
-¡Nina de mi vida, cuánto tiempo!
Saludo Narcissa.
Era verdad, cuando estaba casada con Lucius antes de la guerra iba seguido a cambiar todo su guardarropa. Luego de la guerra todo había cambiado y ya no salía con Lucius a eventos de importancia. Así que no tenía necesidad de comprar tanto vestido.
Pero ahora con Severus en su vida, algo en ella había vuelto a nacer. Le tenía un cariño especial a su ex compañero de casa de Hogwarts.
- Vengo por un par de vestidos y no cualquier vestido. El de ella debe ser simplemente espectacular, será su vestido para su compromiso con mi hijo. Anuncio Narcissa alegremente.
La mujer hizo un mohín, y abrazó a su amiga.
- ¡Que felicidad, se casa el bello Draquito!
- Así es...
- Y que novia tan hermosa la que escogió por futura esposa, le daremos el vestido adecuado para una princesa como ella. Dijo la mujer llevando a Hermione de la mano al interior de la boutique.
- No es para tanto. Habló Hermione, no estaba acostumbrada a tantas atenciones y alagos.
La mujer las condujo a una estancia más privada y las hizo sentar en lo que ella iba por un par de vestidos.
Al rato regresó con unos tres o cuatro y se los dio a Hermione para que se los probara.
Ella los tomó y entró al vestidor.
Primero se puso uno rojo entallado muy bonito, se miró al espejo pero no le pareció luego de verse con el.
Después se midió otro blanco era especial, con detalles en bordado y encaje, le quedaba hermoso pero desistió de él al recordar que blanco sería el de la boda. Así que optó por otra opción.
Luego estaba uno verde, era estilo sirena y suelto de abajo y straple, era hermoso con aplicaciones en diamantes, y satén.
Se quedó pasmada con lo que vio en el espejo, no podía creer que era ella.
El vestido le sentaba realmente bien y le acentuaba las curvas de su figura.
Luego se probó otro color vino tinto y Luego otro dorado. Ambos le gustaron también. No sabía por cual decidirse.
Al cabo de un rato salió con los tres que más le habían gustado.
Necesitaba la experiencia y el consejo de las dos mujeres.
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Draco estaba con Theo en el lugar donde iban a poner las oficinas para su bufete.
Habían contratado a un contratista para que remodelara el pequeño edificio.
Y estaban esperando a una decoradora de interiores para darle el toque.
El rubio estaba nervioso, tenía planes de ir con Theo más tarde a buscar un anillo perfecto para su castaña.
- Oye Draco, el señor Storn dice que ente hoy y mañana está listo todo.
Draco asintió con orgullo, su primera empresa que fundaría con su propio esfuerzo.
- ¿Ya vino la decoradora? Preguntó.
- Oh si, está abajo, ven conmigo.
Ambos jóvenes bajaron a la primera planta donde una mujer de unos treinta años estaba dando órdenes a dos hombres.
Al ver a los jóvenes emboso una gran sonrisa.
-¡Señor Malfoy mucho gusto! Saludó tomando la mano del rubio.
Draco le respondió amablemente.
- Precisamente estoy organizando por dónde vamos a comenzar. Dijo la mujer. -Soy Anaí por cierto. Dijo coqueta.
Theo le guiñó un ojo a Draco y éste comprendió la indirecta.
Luego de varias horas de trabajo y soportar las bromas de Theo respecto a la decoradora iban ya de salida.
-Le has gustado a la mujer. Dijo Theo.
Draco gruñó.
- Está horrible, además no es mi tipo, a mi me gustan más castañas y de cabello rebelde y ojos miel. Dijo pensando en Hermione.
Theo casi se atraganta con su bebida.
- ¿Romeo te llaman? Bromeó.
Draco le dio un golpe en la cabeza, provocando que volviese a atragantarse.
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Mis bellezas se acerca el compromiso, que vestido creen que eligirá? Comenten. 😘
Disculpen la tardanza he estado muy ocupada.