Mi Caos Ruso

By articsmonkeys

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Mi nombre es Nyx Evans, mi vida se volvió una rutina monótona sin emociones hace años, todos los días las mis... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15 Parte 1
Capítulo 15 Parte 2
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20 Parte 1
Capítulo 20 Parte 2
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Aviso
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37 Parte 1
Capítulo 37 Parte 2
Capítulo 38 Parte 2
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
¡Sorpresa!
¡¿Otra Sorpresa?!
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54 Part.1
Capítulo 54 Parte 2
Epílogo
Nota

Capítulo 38 Parte 1

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By articsmonkeys



Capítulo 38:

Miro mis converses rojas mientras abro la pesada puerta de la biblioteca nacional, bostezando. Siento como si me hubieran dado un batazo en la cabeza del cansancio ayer llegamos tardísimo a la casa culpa del borracho de Iván. Al parecer, él y Anne estaban jugando a shots, solo que Nikolai puso soda en vez de alcohol en la bebida de Anne. Básicamente, toda la noche tuve a un Xavier posesivo encima y a un Iván cantando a todo pulmón con Anne mientras Nikolai los grababa.

Al entrar, me encuentro con Nikolai sosteniendo por atrás a su novia mientras esta está en una escalera tratando de bajar un libro. Una sonrisa invade mis labios al ver que la chica lleva una camisa de manga larga a rayas azules y naranjas que le compré. Se ve realmente chistosa con la prenda y los mom-jeans debido a que va idéntica Apolo en una foto de la secundario donde sale pegando un chicle a una niña en el cabello. Ese día casi lo dejan esteril.

-¡Te estoy diciendo que no me toques el trasero!-Grita Anne haciendome reir.

-¡Ese trasero es mío!-Responde Nikolai apretandolo otra vez a lo que Anne le lanza un libro en la cabeza.

-Será tuyo en el apartamento o cuando estemos solos, pero no cuando estoy tratando de sacar un puto libro en un área pública.-

-¡Me dijiste que me dejabas si te compraba café!-La chica intenta bajarse de las escaleras, pero solo se medio resbala.

-¡Yo te di el dinero!-

-¡Pero yo fui!-

-Sí, pero ella te dio las libras y todos sabemos que un café es caro.-Anne sonríe al verme y salta encima de su novio para después correr a abrazarme.

-¡Hola! ¿Hace cuánto llegaste?-

-Desde que Nikolai te apretó la nalga.-Veo como el chico sonrojado esconde su cara, saludándome con la mano.

-Lo cual no debió hacer en público.-Anne se separa de mí y me lleva a una de las mesas cercanas al mostrador. Me dejo caer sobre una silla mientras que anne se acomoda en el regazo de su novio pasandome un café.-Para que se te quiten las ojeras.-

-Ayer me dejaron mal, ¿sabes lo que es cargar a un Iván que no para de reirse por las escaleras?-

-Sí, cuando tenía tu edad tendía a llevarme a lugares, todavía lo hacía hasta que se tuvo que ir y ya no le ví, pero en esas salidas regresaba tan ebrio que si le preguntabas cómo se llamaba te respondía que Vanilla Ice.-Una carcajada se me escapa de los labios al imaginar a Iván por las calles gritando que es un rapero.

-Incluso, hubo una vez donde Anne estuvo vendiendo autógrafos de el Vanilla Ice "original"-Me cuenta Nikolai.

-Astuto, ¿Cuánto ganaste?-

-La cantidad suficiente para debatir entre conseguirle ropa limpia a un Iván vomitado o comprar medicina para que parace de vomitar.-

-¡Que asco! Eso me recuerda a una vez en la que Apolo y yo éramos adolescentes y decidimos escaparnos a una feria cercana al barrio. Visualicen a dos pubertos que nunca salían ni a la esquina en un lugar lleno de azúcar y gente, y antes de que pregunten, sí, terminó mal. Apolo pensó que era buena idea comerse cinco salchichas de dudosa procedencia, por lo que durante más de cuarenta y cinco minutos estuvimos en el baño de mi cuarto, él, vomitando como fuente y yo, tratando de mirar y no hacer lo mismo.-Nikolai estalla en carcajadas mientras me mira asombrada.

-Tengo varias preguntas, ¿Qué hacias metida en ese baño? ¿Cómo lograste escapar? Mi papá nunca estaba en casa, pero instaló un montón de mierda para saber si algo que sirviera como entrada o salida se abría. Me tomó años descifrar el secreto acerca de cómo apagar el sistema.-

-Era el apoyo moral, o eso creo. Y escapar era fácil si podías escalar un árbol.-Una alarma interrumpe la conversación y Nikolai la apaga disculpándose para luego mirar a Anne a los ojos con una mirada llena de cariño.

-Colibrí, hay que ir por las medicinas que te receto el psiquiatra.-Veo como la chica se sonroja y baja la mirada. Mi corazón se encoge ante su reacción, por lo que le sonrió.

-Tranquila, no tienes que avergonzarte. Mira, si te hubiera pasado algo parecido a mí cuando tenía diez años, no estuvieras así. En el cumpleaños de alguién, me enterraron la cara en un pastel y cuando me sacaron para poder respirar me sone la nariz y todo le cayó en la cara al niño que me gustaba.-Ese día me dejo marcada, al igual que los mocos mezclados con pastel al niño. Mi amiga se ríe al levantarse.

-¿Quieres venir? Es a la farmacia que está a unas cuadras.-Asiento y me levanto sonriente. Necesitaba pasar a la farmacia por vitaminas de ositos. Son las mejores gomitas.

-Sí.-Anne sonríe y camina al mostrador, donde un chico moreno juega con una engrapadora de arma hasta que mi amiga se la quita.

-Te dije que es mi arma. La tuya está en el otro mostrador, Norman.-Golpeo mi cabeza con mi mano al escuchar sus palabras.

-¡Se supone que ninguno la debe de usar como arma!-

-¡Colibrí! Habíamos acordado que ya no lo volvías a hacer.-

-Si tú dejabas de fumar, pero todavía encuentro los cigarros en tu chaqueta.-Anne besa la mejilla de su novio.-Un trato es un trato, principito.-

-¿Ya te vas? No todavía, por favor, sabes que te necesito.-El chico..¿Norman? le toma la mano y trato de reprimir una risa al ver como Nikolai se tensa y camina a donde Anne. La abraza por atrás y besa su cuello de manera que estoy segura, dejo una marca.

-Ya nos vamos, Torman.-Él chico serio, pero sonrojado sale arrastrando a su novia, que coge su mochila como puede. Yo despido a Norman con la mano y me alejo riendo.

-Algo rudo, ¿eh?-Siento que me voy a orinar de la risa. Camino a tropezones por la calle ya que las lágrimas nublan mi mirada y las ganas de doblarme sobre mi estómago son muchas.

-Principito, es Norman, no hay porque ponerse celoso.-

-¡Ese idiota te estaba desvistiendo con la mirada! ¿A qué no, Nyx?-Suelto palabras incoherentes mientras caigo al piso muriendo de risa. Siento mi rostro rojo y caliente por reirme tanto de la situación y, sinceramente no sé porque mi reacción es tan escandalosa.

-¡Ves! Nyx dijo que sí.-

-Nyx no cuenta, está tirada riendo probablemente de tí.-Anne me ayuda a pararme mientras yo trato de controlar mi respiración logrando por fin para de reir. Ya me estaba preocupando.

-Igual, ese imbécil estaba a punto de tocarte, ¡Tocarte, Colibrí!-Reprimo una risa.

¡Controlate Nyx Evans!

-¡Nikolai Smirnoff!-¿Ese es su apellido? Trato de retener la risa, pero vuelvo a caer sobre mis rodillas ¡La vida es una perra!

-¡Mierda!-El dolor punzante perfora mis rodilla y mi amiga se acerca a levantarme y sentarme en una banca.

-No te muevas, Nyx Evans.-A través de mi vista nublada, veo a Anne tomar la cara de su novio, plantandole un beso de estos que te dejan sin aliento.

-Nikolai Smirnoff, yo te amo a tí, no a ningún otro idiota que no seas tú.-

-No soy...-

-Eres mi idiota.-Interrumpe Anne, plantando un beso en los labios de su novio para después tomar mi mano y jalarme hacia la entrada de la farmacia. El olor a limpia pisos y el blanco aturden mis sentidos al tiempo que mis amigos se acercan al mostrador con una hoja de papel en la mano.

-¿Qué quieren?-Pregunta una señora amargada con una verruga del tamaño de Júpiter en el mentón. Conociendo a Anne y lo poco discreta que es la miro, encontrándome a la chica con los ojos como platos puestos sobre la verruga. Escondo mi sonrisa y le pego un codazo.

-Necesitamos los medicamentos de esta lista.-Nikolai le pasa el papel y la señora se va, permitiéndonos estallar en risa.

-Esa cosa era más grande que la circunferencia del sol.-Anne menciona entre risas.

-¡Colibrí!-Le riñe Nikolai mientras se ríe conmigo. Paro de reir cuando veo a la pelinegra mirar un punto detrás mío con el ceño fruncido ¿Qué tendrá?

-¿Estás bien, Anne?-

-Sí, sólo..estoy observando a un espécimen relacionado a tí, pero extrañamente diferente a tí.-Dice en modo hipnotizado. Volteo, un poco extrañada y dudosa ya que no sé de quién puede tratarse.

-¿Ese no es Apolo, Nyx?-Escucho la voz de Nikolai y asiento un tanto preocupada. No se por qué él estaría aquí y me inquieta pensar que se encuentra enfermo, por lo que me apuro a llegar donde él y abrazarlo.

-¿Por qué diantres no me dijiste que estás enfermo, idiota? Me vas a dar un puto ataque al corazón.-

-¿Quién putas...¡Oh! Nyx, ¿Cómo estás? Veo que hoy vienes amorosa.-Mi hermano me abraza y yo le miro entre confundida y enojada ¿Este neandertal no entiende la gravedad que conlleva una enfermedad?

-¿De qué estás enfermo? No me asustes así.-Apolo suelta una carcajada y le pego en el brazo molesta.-¡Imbécil! ¡Hablo enserio, puedes morir!-

-Nyx, revisa el pasillo en el que estamos.-Me giro de mala gana encontrandome con millones de paquetes de condones de todo color y sabor que exista.-Hay que mantenerse seguros. Recuerda hermanita, sin látex, no hay amor, ¿Quieres unos cuántos para estrenar con tu boxeador? Creo que hay un vibrador por aquí...-Lo interrumpo pegando un manotazo en su frente por avergonzarme y asustarme.

-¡No seas imbécil!-Mi hermano pone su vista en mi amiga, que lo ve con los ojos entrecerrados.

-¿Qué tiene tu amiga? Su mirada es penetrante.-

-Te está analizando. Piensa que eres raro.-Lo jalo por el brazo, llevándolo con la pareja.-Se educado y saluda.-

-Hola ¿Anne?-La chica asiente y le da la mano con una expresión curiosa que me causa diversión. Parece que estuviera examinando a una especie.

-Hola Apolo,¿Cómo estás?-Nikolai aparece con una bolsa de farmacia, tensandose al ver a mi hermano. No se conocieron de la mejor manera debido a que Apolo estaba tratando de ligar con Anne mientras él miraba la escena furioso y yo cagandome de la risa.

-Bien, hola Nick.-

-Es Nikolai, Apolo.-El chico abraza a Anne posesivamente mientras yo miro a mi amiga quien reprime una sonrisa.-Ya tengo todo, moya dorogaya.- Ahora es el turno de tensarse de Anne. Preocupada por ella, veo como la chica se altera sabiendo que los medicamentos están a la vista de mi hermano, quien no tarda en preguntar de quién y para qué son.

-Son para Ivá, el rubio con cara de cagado que hizo de apoyo moral cuando fuimos por mi ropa a casa de mis padres.-Apolo asiente y continúa mirándome, con la duda todavía presente.-Tiene diarrea por lo que nos mandó a comprar algo que le tape la fábrica. Esa Es que, esa mierda estaba mal-Me apura a decir para que Anne se calme y guarde la bolsa en su mochila.

-Que fina, Nyx.-

-Siempre, hermanito.-El rugido gutural del estómago de Nikolai nos interrumpe, moviendo nuestras miradas al chico sonrojado.

-Alguien tiene hambre.-Dice mi hermano.

-Te dije que desayunaras, principito. No quiero cargar con un desmayado por las calles hacia el hospital.-Dice Anne mientras envuelve a su novio con los brazos. Hasta este momento me doy cuenta de que yo tampoco he comido y muero de hambre. Esta mañana, Iván me saco a patadas del apartamento porque puse mi alarma a las cinco de la madrugada pensando que era día de colegio.

-Tú tampoco comiste, Colibrí, y que yo recuerde me ha tocado cargarte más veces que tú a mí.-

-¿Quieren ir a comer? Yo no tuve oportunidad de desayunar ya que iba tarde a la universidad.-Todos asentimos con euforia.-¿Dónde?-

-¡Al Diner! Hay café-Nikolai la mira con una sonrisa mientras niega con la cabeza.

-Eres imposible, moya dorogaya.- Concuerdo con el novio, Anne es imposible, pero eso la hace especial. A parte, ¿no todos tenemos nuestra dificultad?

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Entramos al local y agradezco el calor del lugar. Siento que voy a perder cinco de mis diez dedos y que mis labio van a explotar. No soy la única ya que los otros tres representan un degradé del color azul; Apolo, el más claro; Nikolai, un tono más oscuro y Anne, a un paso del violeta ¡Hey! Pueden ser mi proyecto para la clase de arte. La tarea era para el martes y no creo que el profesor se moleste si se lo envió ahora.

-Vamos por comida y algo hirviendo. Vaya y busquen mesa.-Nikolai nos indica mientras yo inspecciono la tienda viendo que Elena no está. Creo que tenía cita con el ginecólogo hoy.

-Okey, quiero algo con pasas.-Ellos asienten y se mueven al mostrador. Giro la mirada hacia Anne y una media sonrisa preocupada aparece en mi rostro. La chica se ha ido apagando a medida que avanzabamos por las calles, alejándose de todos y encerrándose en un mundo de pensamientos.

-Vamos, Anne.-Tomo su mano y nos sentamos en los sillones rojos. Apoyo mis codos sobre la mesa y observo a mi amiga. Tiembla como chihuahua, sus ojos están llorosos y sus manos no se quedan quietas, índice de sus nervios. Su comportamiento me está inquietando mucho, quiero ayudarla pero no tengo ni idea de cómo. Siento que se va a desmoronar al solo tocarla.

-¿Estás bien?-Pregunto y me lamento al instante, dándome cuenta de lo estúpida que es la jodida pregunta. Veo como el labio le tiembla con intensidad y sus ojos tratan de enfocarse en otra cosa, sin responder mi pregunta aún.

¡Ponte a hacer algo, Nyx Evans!

Miro hacia el mostrador y llamo a Nikolai para que me ayude con su novia. Si la chica continúa así, no haré más que ponerme a llorar y eso, en esta situación, solo empeorará las cosas ¡Jésus! Voy a ser una madre del orto ¿Qué putas voy a hacer cuando mi hijo se ponga a llorar? ¿Berrear con el niño?

-Aquí está la galleta de pasas, no entiendo cómo te puede gustar esta mierda...-Apolo calla al ver a Anne, quien está apunto de estallar en lágrimas junto a una idiota que la ve, sintiéndose mal por ella, pero haciendo nada más que reprimir las ganas de seguirla y llorar. Nikolai viene trás mi hermano, quien se quedó estático viendo la escena.

-Colibrí...-Ella se voltea hacia mí con los ojos llorosos.

-No estoy bien, Nyx, pero lo estaré.-Me salgo del puesto para dejar a Nikolai entrar, quien inmediatamente se la pone en el regazo y la abraza fuertemente. Anne ha estado teniendo bastantes cambios de humor, de feliz a triste, lo cual es preocupante.

-Anne, ¿Has pensado en visitar a un psiquiatra?-Pregunta Apolo, a lo que ella asiente.

-Hoy fue la primera cita.-Su voz no es muy convincente, pero no me puedo quejar ya que yo tampoco creo que una persona que no me conozca pueda ayudarme.

-Comete tu galleta de menta con chocolate.-Nikolai le pasa la cosa esa, alias, sacrilegio de galleta, pero ella la esquiva tomando la taza de café negro, que también es un sacrilegio.

-¿Cómo puedes tomar eso? ¡No tiene ni azúcar!-Después de mis arduos quince minutos como mesera del lugar, me enteré que no le ponen azúcar ni leche al café que dan gratis a los clientes.

-Algunas personas tienen el paladar más afinada, hermanita.-Escucho la carcajada de Anne.

-No creo que café de bolsa que cuesta menos de una libra cincuenta sea una exquisitez.-

-Depende, puede ser que fue robado. La nueva sensación, café robado.-Digo burlona.

-Nah, ya roban hariana.-Apolo coge una servilleta escupiendo la galleta lo que es disimuladamente para él, osea, casi la China puede verlo. Anne se ríe y Apolo le regala una sonrisa, avergonzado. Nikolai sonríe travieso, quita una liga de la muñeca de Anne y le amarra el cabello en una coleta, revelando algo que me hace abrir los ojos como platos.

-¡Tienes al Lago Ness en el cuello!-Anne se lleva la mano al cuello,escondiendo la marca casi negra, pero su novio baja la mano y besa la mancha con delicadeza.

-¡Ayer a tí casi te toman en la mesa de Du Mort!-Anne contraataca, dejándome roja como un tomate.

-Le dije a Xav que no..-Mi hermano me interrumpe.-Te estuve comentando por meses que llevarás los condones que te compré, pero no. Te perdiste una oportunidad.-Le empujo para que se siente, ignorando su comentario que en parte es cierto. Acomodo mi trasero en el asiento y miro a la pareja.

-Hablando de tu boxeador, ¿Vas a la pelea de Xav?-Una sensación incómoda aparece en mi estómago. Detesto que pelee a sabiendas que se va y puede lastimar. Le gusta el deporte, ya que se fue desde la mañana al gimnasio para practicar, pero no me agrada verlo con sus guantes mientras la posibilidad de que termine en el hospital existe.

-Sí, necesito asegurarme que viva el otro contrincante. A parte, soy su porrista número uno, no le puedo fallar.-

-¿Tú vas, moya dorogaya?-Ella asiente y da una mordida a su intento de galleta.

-Tengo que acompañar a Nyx.-Frunce el ceño y me mira guiñandome el ojos para después girarse a su novio.- ¿Cuándo va a ser el día en el que te vaya a ver a tí en el ring? Me gusta como te ves sin playera y sudado, pero me prenderías más si estás de boxeador, principito.-

-Gracias por el dato y...-Lo interrumpo antes de que diga alguna estupidez.

-Anne, lo verás en un ring el día que yo veo tu cuenta de Wattpad eliminada.-La imagen de Anne sentada frente a una de las computadoras de la biblioteca leyendo Wattpad llega a mi mente, creando una duda.

-¿Qué haces en realidad cuando estás en el trabajo?-Apolo trata de quitarme la galleta de la mano pero le planto un manotazo.

-Bueno, si hay un cliente, intento atenderlo sin juzgar sus decisiones mierda de libros. Ahora, en la mayor parte del tiempo, la biblioteca está vacía por lo que me dedico a leer Wattpad o quitarle el papel plástico a los libros nuevos para leerlos y debatir entre comprarlos o no al final de la lectura.-¡Oh! Por eso no todos los libros están plastificados.

-Antes, jugaba con Norman a cualquier estupidez, pero desde que conocí a Nikolai, me ha acompañado en mis horarios por lo menos dos horas. No le gusta dejarme sola en un lugar público donde supuestamente extraños entran y salen a todas horas, lo cual no es cierto.-

-Yo quiero un trabajo así.-Digo terminando la comida.

-Nah, este lugar es mejor. La dueña de la biblioteca llega una hora diaria a ver a sus trabajadores y explotarlos, poniéndonos a reacomodar todos los libros por tipo de literatura, año y letra.-Una mueca invade mi cara. No me gustaría llenarme de polvo con los brazos doloridos por tantos libros que tuve que llevar de un lado a otro.

-Está lloviendo y, según mis cálculos, es decir, los de mi celular, va a llover peor.-Comenta Apolo sacándome de mi imaginación. Veo por la ventana, encontrándome con millones de gotas salpicando en el sucio piso de la calle.- Lo lamento, pero debo retirarme porque no quiero pasar a casa de nuestros padres a cambiarme. No quiero ver a Steve.-Dice Apolo caminando a la puerta.

-Ella se va a enfermar si no me la llevo. A parte, tenemos que pasar al departamento por los papeles de las apuestas.-Nikolai comenta levantándose con Anne.

-Nyx, tú también deberías irte para no enfermar.-Asiento y nos movemos a la puerta, donde nos abrazamos como despedida.

-Adiós.-Salen corriendo como locos mientras yo intento agarrar todo el calor corporal posible para después meterme en la cortina de lluvia.

-¡Mierda!-El frío me cae sobre el cuerpo, haciéndome saltar como gato. Creo que mi idea le valió verga al clima.

Camino apurada mientras me abrazo a mi misma, rogando que Dios tenga piedad de mí y pare con la maldita lluvia y frío. Una sonrisa débil invade mis labios, al recordar que cuando era pequeña pensaba que la lluvia era pipí de Dios. Sí..era bien tonta.

Mi pies empiezan a correr a medida que la lluvia se va intensificando y la temperatura bajando. Mi cuerpo tiembla al tiempo que siento a mis dientes castañar. Si continúo el recorrido, creo que pierdo un jodido dedo, por lo que busco con la mirada algún café o cualquier lugar. Agradezco al cielo cuando una tienda se asoma, entrando sin mirar que hay adentro.

-¡Ay, Jésus!-Suelto un suspiro de satisfacción al calor envolver mi helado cuerpo. Mi cara se vuelve una mueca nerviosa cuando me doy cuenta de que estoy en una tienda de lenceria. Mierda. Una chica de cabello corto y totalmente blanco se me acerca sonriente.

-¡Hola! Me llamo Lucy, ¿se te ofrece algo? No sé si tengamos tu talla, te ves muy pequeña.-Me sonrojo y niego con la cabeza gacha.

-No te molestes,seguramente se confundió de tienda . No entiendo como Xavy le hace caso.-Mi mirada se dirige a la rubia vestida de prostituta conocida como Chloe.-Nos puedes dejar Lucy.-

-¿Qué quieres?-Suelto molesta.

-Nada, contigo. Solo quiero lo que es mio; Xavier.-Me da cáncer que lo diga con tanta autoridad, como si fuera verdad.

-¿Por qué quieres a mi boxeador? Por lo que yo sé, todas las noches tienes a una fila de hombres que te pagan por tus servicios laborales. Al final, solo eres una puta, ¿no?-

-Y le sirvo a tu hombre, ¿verdad?-Me quedo estática ante su comentario.-Déjame decirte algo, niñata, Xavier busca a mujeres con atributos y experiencia para poder complacerlo, lo cual tú no puedes hacer. Quizás te tiene para que aprendas y te vuelvas su putita personal, pero ¿Adivina qué? Él siempre vendrá a mis brazos, porque yo soy la única que lo hace sentir bien. -

-Está bien, concuerdo que eres una puta en celo.-Trato de reprimir mis lágrimas y mantener la mirada en alto. Ella solo suelta una carcajada.

-Entiende algo, cariño, Xavier Volkov no ama, solo folla.-

-¡Perra de mierda!-Antes de que continúe, salgo de la tienda con las emociones a flor de piel. Siento como mis ojos se aguadan mientras que aprieto mis dientes por la furia que llevo dentro. Mi pecho quema por el dolor y el enojo que esa estúpida me causó. Enserio quiero no creerle, pero mi mente juega conmigo como si fuera una cubo de rubic, poniendome a pensar que siempre tendré otro error, otra defecto, otra mierda que me haga inferior. Y no culpo a nadie más que a mí misma porque yo soy la que inicia todo esto.

Las lágrimas corren por mis mejillas mientras mi mente me sigue atormentando con millones de preguntas, cuestionando ¿Serás suficiente? ¿Qué hiciste mal? ¿No sirves para esto? Sacudo mi cabeza, intentando de sacar los pensamientos malignos. El horrible sentimiento de estar siendo encerrada en un hoyo con las desesperadas ganas de salir y respirar me inundan, provocando que mis pasos se vayan pausando.

-¡Nyx!-Una voz femenina acompañada de un pitido me para en seco. Volteo, encontrándome a Mara dentro de un carrito negro.

-¿Mara?-Me acerco al auto poniendo mi cabeza cerca a la ventana abierta.

-¡Muévete y entra! La lluvia está horrible y no quiero tener en mis manos que te enfermes.-

-Pero voy a mojar el auto.-

-¡Me vale un pepino esta chatarra! Tiene más años que la cachetada.-Abre la puerta, estirandose y entro rapidamente. Me siento mal por mojar su carro, se va a dañar y aunque ella diga que es una basura, igual es transporte que te libra de usar los pies.

-¡Jésus! ¿Hace cuánto estás en la lluvia? ¿Por qué no te refugiaste?-Veo que lleva su uniforme lo cuál me causa un poco de intriga.

-¿No deberías estar en el hospital?-Pregunto temblorosa por el frío que se cuela por mis huesos.

-No, mi turno ya acabo. Soy la encargada de la madrugada y noche.-Asiento con la cabeza al tiempo que miro el desorden que hay dentro del auto.

-¿Te gusta el chicle?-Pregunto al mirar la cantidad absurda de papelitos de goma de mascar que hay tirados por el suelo.

-Me encanta, es mi única obsesión..a parte del café..y de los chicos malos sexys.-Me río ante su comentario.

-Creo que te llevarías fantástico con Anne.-

-¿La chica que le tiró la piedra a su novio, quien gritaba que le gustaba cuando leía Wattpad porque se ponía caliente?-Vuelo a asentir mientras una carcajada sale de mis labios.

-La misma. A mí me gustan los chicos malos, pero yo y el chicle no nos llevamos bien desde que mi hermano me pegó uno al cabello.-Ahora, es su turno de reír.

-¿Tú eres la esposa del pelinegro que tenía la boca reventada?-Un color carmesí invade mis mejillas, lo que la hace sonreír.-Supongo que sí, ¿cuántos años tienes?-

-Dieciocho, ¿y tú?-

-Tengo veinticuatro.-Me comenta orgullosa, a lo que yo abro los ojos como platos.

-¿EnserioTe ves más joven, tú sí pareces de veintidós. Te sucede lo mismo que a Anne. Cuando yo la conocí, pensé que era apenas un año mayor.-

-Cuando tenía tu edad y quería ir a las discotecas, siempre debía llevar a un amigo porque no me creían lo suficiente mayor para entrar.-Le sonrío y ella toma camino por una calle copiando mi gesto.

-¿Te gusta bailar?-

-Lo disfruto muchísimo, pero con esto del hospital no tengo tanto tiempo. No me mal entiendas, realmente amo mi trabajo, pero como cualquier cosa buena, requiere sus sacrificios.-

-Claro, pero cualquier día que estés libre me escribes y te invito a uno de los mejores lugares para bailar. Digo pensando en Du Mort. Agarro uno de los papeles y una pluma que encontré en el piso para escribirle mi número.-Te dejo mi número de telefono, pero creo que ya tienes el de Elsa por cualquier cosa.-Me mira con el ceño fruncido.-Iván, tú sabes, grande, con el pelo casi blanco, testarudo.-

-¡Ah! Iceman.-Veo como sus mejillas se tiñen de rojo al mencionarlo. Creo que la doctora corazón no es la única que está siendo arrastrada por las cadenas del amor...¿De donde salio esa idiotez de frase?

-¿Dónde queda tu casa?-Divo la dirección, que no quedaba muy lejos de donde estábamos, eran apenas cinco minutos.

-¿Vives con los hermanos Volkov o sola?-

-Con los dos idiotas.-Una risa sale de sus labios.

-Imagino debe ser una tortura.-

-¡Uh! Sí, estar con mi novio casi que todo el día es un fastidio.-El sarcasmo es palpable en mi voz, lo que nos causa gracia a ambas.

-Debes sufrir como rábano en supermercado.-

-Nite lo imaginas, me tienen en la desgracia. Más Xavier.-Mara estaciona frente al edificio bien conocido y le sonrío, despidiendo y agradeciendo el viaje. Salgo y doy unos pasos, pero su voz hace que me voltee.

-¡Usen condón! No los quiero ver en ese consultorio hasta dentro de unos años.-Retomo mi camino con la cara del color de un tomate. Entro a la estructura rápidamente porque la lluvia se a intensificado a tales niveles que las calles parecen laguna, y al no quedar del todo seca en el auto, me empapo aún más, si es que eso es posible. La recepcionista me mira con odio al ver que dejo charcos de agua por doquiera que pise.

-¡Lo siento!-Grito subiendo las escaleras lo más rápido que mis zapatos mojados y deseo por vivir y no reventar mi cabeza contra las gradas, me permiten. No soy virgen, pero todavía tengo mucho por delante para morir. Llego al tercer piso y me apresuro a tocar la puerta debido a que el frío todavía se instalaba en mi cuerpo temblante y el pasillo tenía el aire a temperaturas demasiado bajas, lo que me lleva a pensar que los dueños de este edificio están muy locos ¡No estamos en la morgue! No hay necesidad de tener el aire acondicionado a estas temperaturas.

-¿Quién...¡Jésus! ¿Te aceptaron en el parque acuático como la maraca del delfín?-Le saco la lengua mientras trato de levantar mi dedo corazón en el aire.

-M-mej-o-r d-dejam-me e-ent-rar, E-els-sa.-Se hace a un lado, riendo mientras yo tiemblo de pies a cabeza. Y él idiota no hace ni por traerme una jodida toalla.

-¿Por qué no te callas, Iván...¡Campanita!-Un Xavier sin camisa y en calzoncillos negros, es decir, jodidamente sexy, la definición viva de mojabragas, corre hacia mi para abrazarme.

-H-ho-ola, g-u-uap-po.-Empujo su cuerpo para no mojarlo ni enfriarlo más de la cuenta, pero su agarre se intensifica. La risa de Iván decora el aire, al igual que el sonido de mis dientes chocando por el castañeo.

-¿Por qué te quedas parado, riendo como idiota? ¡Ve por una puta toalla!-Elsa se queda estático y desaparece de la habitación para regresar con lo pedido, que Xav envuelve alrededor de mi cuerpo.

-Vete a encerrar a tu cuarto porque la tengo que desvestir e idiotas como tú no ven lo que es mío.-

-Iditis cimi ti ni vin li qui es mio.-Imita su hermano saliendo de la sala y causandome una risa que se desvanece al ver los ojos serios de Xav sobre mí.

-No me reía de tí, sino del...de la risa de Elsa, es como chistosa.-Miento a lo que él suelta una carcajada.

-No se te da mentir, Campanita.-Xav comienza a retirar mis pantalones y blusa, que caen al piso en un golpe pesado.-Me encantan tus zanahorias.-Comenta viendo mi ropa interior celeste con dibujos de zanahorias.

-Sí, imagino te prende.-Mi voz ya no suena tan temblorosa gracias al calor del apartamento y otras cosas. Necesitaba que la temperatura subiera y Xav ayuda mucho con eso poniendo sus manos en mi cintura y pegandome a su cuerpo. Las ansias corren por mi sangre cuando su aliento golpea mis labios, que se encuentran a milímetros de los suyos.

-No tienes ni idea, Campanita.-Se acerca más a mi figura, haciendome sentir su dureza, que me tiene tragando fuertemente. Dios, este hombre me va dejar tonta.

-Necesito ir a bañarme, Xav.-Digo apartandome un poco, con intención de ir al baño, pero Xavier me toma por las caderas, elevandome para que enrolle mis piernas a su cintura como soporte.

-A eso vamos, pequeña.-Siento como el autocontrol que intento mantener se me va escapando de las manos a medida que nos acercamos al baño. Sus manos juegan con el gancho de mi sujetador mientras sus ojos me tiene hipnotizada e impaciente. Mi vientre se contrae cada vez que da un paso y su miembro se topa con mi centro, provocando jadeos.

-¡Usen condón y cierren con llave!-Escucho la voz de Iván, sonrojandome por la pena que se va cuando entramos al puerta de lavado y Xav cierra la puerta de una patada. ¡Pff! Me calenté como mil veces más.

-Creo que tenemos que hacer algo con esto.-Un gemido casi inaudible se me escapa al Xavier frotarse contra mí.-¿Qué piensas, pequeña?-Asiento, sin poder encontrar palabras en mi mente. Mi boxeador sonríe, prendiendo la ducha e internandonos en ella, mojando nuestros cuerpos con agua caliente.

Xav camina hasta pegar mi espalda contra la pared, la cual se arquea por el frío. Mi boxeador no gasta tiempo en quitar el sujetador de mi cuerpo, dejando a la vista mis pezones erectos. Xavier se inclina para chupar cada uno y ganarse unos gemidos míos. Sube su cabeza y pega nuestros pechos, frotandolos en movimientos deliciosos.

Sus labios se posan sobre los mío,entreabiertos, sin besarme, solo un roce que me tiene delirando. Muevo mi cabeza hacia delante para atrapar su boca, pero él no me lo permite, haciendo que suelte un gruñido frustrado que le causa risa. Intento otra vez, solo que enredo mis brazos en su cuello para evitar que se aleje. Pego nuestras bocas, hundiéndonos en un beso fuerte. Abro mis labios levemente para deslizar mi lengua por su labio inferior e internarla en su boca, donde se enreda con la suya. Sus manos se cuelan entre nuestros cuerpos, trazando un camino invisible desde el hueso de mis caderas hasta la parte baja de mis pechos. Sus dedos sube lentamente hacia su destino. Toca la piel lechosa y mojada que rodea la areola con las yemas de su dedo provocandome respiraciones temblorosas que solo lo animan a continuar, llegando al círculo de piel rosadita que rodea mi pezón. Sus dedos siguen la forma de la areola delicadamente, entre la línea de estar tocando o no mi piel caliente. Pasa sus dedos arriba y abajo pausadamente al tiempo que sus dientes le dan un jaloncito a mi labio inferior, hinchado por los besos.

Sus suaves labios viajan por mi quijada, lóbulo hasta llegar finalmente a mi cuello, donde se queda estático unos segundos, tentandome. Su aliento fresco pega contra mi piel, mandando un escalofrío por mi cuerpo. Siento su nariz recorrer la parte inferior de mi cuello, llegando después a la clavícula y regresar. Abre un poco su boca, pasando por la superficie de mi cuello al tiempo que sopla ligeramente. Mis manos tiemblan con ansias y ganas que solo aumentan con sus juegos mientras que muevo mi cabeza hacia un lado para darle más acceso. Suspiro cuando por fin sus labios se ciernen sobre la piel, besándola. Le da un chupón para después morder, jalando sin lastimarme, pero causando un dolor placentero que me hace gemir. Su lengua húmeda y caliente se desliza sobre la posible marca púrpura que se creó.

Mi pecho izquierdo se siente frío al su mano abandonarlo para apagar el chorro de agua. Su extremidad retorna a mi cuerpo necesitado, bajando por mi abdomen hasta el hueso prominente de mi cadera, donde deja caricias. Toca el elástico de mis calzoncitos, jugando con este hasta enredar sus dedos, dejándome con un nudo en la garganta.

-Xav...-

-¿Qué pasa, pequeña? ¿Quieres parar?-Niego con la cabeza rápidamente, lo que le causa una carcajada ronca.

-Nunca....no me han tocado ahí.-Bajo mi cabeza, avergonzada.-No de esa forma, ni de otra.-

-Pero.-Sus labios se posan en mi oído.-¿Lo deseas?-Me quedo pensando ante sus palabras ¿Sabía cómo me sentiría? No, pero ¿Quería intentarlo con él? Sí.

-Contigo todo, Xavier Volkov.-Siento su sonrisa sobre mi piel, a la cual besa dulcemente.

-Te amo, Nyx Evans.-Su mano se adentra en mis calzoncitos, provocando que me tense. Toca delicadamente mi monte de venus mientras besa mi cuello para relajarme. Su dedo baja pausadamente y mi respiración comienza a agitarse. Mi corazón va a mil por hora al tiempo que mi cuerpo tiembla con la espera. Mi mundo se para cuando su dedo se interna en mi feminidad.

-Estás tan humedad.-Me toca lentamente, explorando mis adentros y dándome tiempo para adaptarme a las sensaciones que me tienen gimiendo. Me mira a los ojos, pidiendo permiso, que le doy asintiendo por falta de fuerzas para hablar. Mi boca se entreabre al sentir como su dedo se mueve de arriba a bajo sobre mi clítoris. Mi vientre se contrae y mis piernas se tensan queriendo cerrarse por la sensación tan deliciosa y tortuosa. Sus movimientos se vuelven circulares y mis caderas comienzan a mecerse, queriendo algo más sin saber qué. Mis ojos se cierran y muerde mi labio, intentando contener los gemidos descontrolados.

Xavier le da un pellizco al nudo de nervios que anteriormente acariciaba, mandando mis intentos de retenerme a la mierda. Nuestras respiraciones se mezclan y mis caderas topan con su piel al moverme sobre su hábil mano que me tiene en las nubes. Siento como otro dedo pasa por mi feminidad mojada hasta toparse con mi centro, acariciandolo antes de internarse en él, haciendo que un gemido escape de mis labios. Su dedo se mueve en mí mientras sigue dándole atención a mi clítoris palpitante. Mi cuerpo se retuerce, un poco incómodo al sentir otro dedo en el interior.

-Tranquila, deja que te adaptes. Si No quieres, paramos.-Bajo mi mano hasta la suya y la muevo, para que sus dedos acaricien mi interior, dándole a entender que está bien. Xav aparta mi mano cariñosamente para continuar con su exploración. Jadeos salen de mi boca al intensificarse el placer con su tacto, que ya no es tan inocente. Sus dedos giran, entran y salen en mí, causando que gemidos se me escapen mientras mi vientre se contrae más y más. Mi espalda se arquea al sentir que da con un punto específico y extremadamente sensible en mi interior. Xav no pierda la oportunidad y empieza su asalto en mis pechos, besando la piel hasta llegar al pezón, donde muerde y succiona con intensidad.

-M-e..me v-en-go.-Digo tartaja cuando su dedo experto acelera el ritmo, golpeando ese punto con más fuerza. Un gemido agudo sale de mis labios al sentir un líquido caliente salir de mi. Segundos después, Xav gruñe y suelta un suspiro, consiguiendo la liberación. Apoyo mi frente sobre la suya y trato de regular mi respiración.

-Te amo, Campanita. Por llevarme a las estrellas de otro mundo que nos pertenece, donde solo habita nuestro amor.-Sus palabras consiguen lugar en mi corazón, enterneciendo.

-Y yo te amo por llevarme a lugares que solo logramos abrir con nuestros corazones, Xav.-Xav acaricia mi mejilla para después fundirnos en un beso mágico.

Nota:

¡Hola querid@s lector@s!

Aquí les tenemos un capítulo travieso ;)

Esperamos lo disfruten :D

Ana y Maru.

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