Fuerzas Opuestas.

By Gathergerd

3.5K 491 77

En las tierras de Arium, diferentes seres conviven en paz y armonía... ¡O eso quizás fue en el pasado! ... More

Fuerzas Opuestas
Mapa.
🍃Capítulo 1.🍃
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
♛SEGUNDA PARTE♛
Capítulo 17.
Capítulo 18.

Capítulo 2.

234 30 2
By Gathergerd

     Los tres, luego de una charla un tanto incómoda, salen del bar terminando de aliarse. En su conversación previa, habían decidido que en primer lugar, visitarían la herrería abandonada del padre de Eleonora, en busca de las herramientas que necesitaban para comenzar. 

     Mientras veían el sol posado sobre la copa de los árboles, caminan en silencio desde hacía ya un buen rato. En parte, se les llegaba a hacer más agradable el sonido de los alrededores, más que el de sus voces compartiendo tiempo entre sí. Sin embargo, uno de ellos decide tomar primero la palabra.

Rumshum: ...

Eleonora: —pensativa— Y.. ¿Ustedes qué tienen en contra de Favio?

Cian: —viendo la naturaleza a su alrededor— ¡Hum! Por el momento, no tengo nada más que cumplir con mi misión de acabar con él y sus desastres.

Rumshum: —buscando su caja de cigarrillos— Él es un vampiro. Soy un caza vampiros. —viendo de reojo a Eleonora— Nada en concreto o que te interese, elfa. —toma de su bolsillo los cigarros y, con un encendedor en su otra mano, enciende uno mientras habla— Solo me extraña que no se trate de algún tipo de vampiro especial.

Eleonora: ¿Vampiro...especial? 

Rumshum: Algún rey vampiro o algo por el estilo. A eso suelo llamarlo —haciendo comillas— ''Vampiro especial'', o a alguno con algún tipo de habilidad única. —le da una calada a su cigarro— Pero como ya dije, su información escasea, no estaré seguro hasta que lo vea.

     La elfa, recuerda perfectamente aquellas llamas  en los inocentes ojos de su niñez, y las brasas alimentándose de todo a su paso. Eleonora tiene un ligero sentimiento de incomodidad y furia en su interior.

Cian: ¿Es decir que simplemente estamos detrás de un vampiro común y corriente? —llevándose un dedo a su mentón— Me pregunto por qué será tan difícil asesinarlo entonces...

Eleonora: Yo fui testigo de uno de sus desastres. He oído que es alguien muy poderoso.. —desviando la mirada hacia un par de árboles—  Es extraño que si no es —haciendo comillas de igual forma— ''especial'', pudo eliminar como si nada a medio territorio. 

Rumshum: Quién sabe, quizás simplemente no pueden matarlo porque quienes lo intentan son unos buenos para nada. —tira al suelo su cigarrillo, pisándolo antes de seguir caminando— Por mi parte, nunca lo he encontrado, y desconozco sus movimientos. Oí que con un arma en específico podría vencerlo, pero ahora que el herrero está muerto, estoy un poco mareado. —mira a ambas— ¿Han enfrentado alguna vez a algún vampiro, o a él?

     Las chicas intercambian miradas entre sí, haciendo algo de memoria y refrescando sus pensamientos. Ninguna parece haberse cruzado personalmente con un vampiro hecho y derecho, quedándose con simplemente los relatos básicos: seres que aman la sangre, pueden convertirse en murciélagos y odian el sol.

Eleonora: Nunca.

Cian: Pues es el primer vampiro que me toca. —sonríe— 

     Tanto Rumshum como Eleonora, piensan en lo mismo: cómo aquella chica, de suaves e inocentes facciones, la cual camina descalza sobre el césped de manera relajada, sin llevar ningún tipo de armamento encima, podía ser capaz de llevar a cabo misiones como esa. 

     Al cabo de unos minutos, el equipo llega nuevamente al pueblo central de Elanfhaim. Allí, con apenas un par de personas arreglando algunos hogares con materiales fáciles de conseguir, seguía viéndose en un muy mal estado. La extensa vegetación que se complementaba pocos años atrás sobre los alrededores, es ahora intercambiado por unos árboles talados, flores marchitas, y césped seco. Eleonora guía a ambos hasta la puerta de su casa, donde se detienen viendo el moho sobre las paredes de piedra de la misma, y algunos insectos escalando hasta el techo.

Eleonora: Llegamos. —se acerca hasta el picaporte de su puerta y lo toma, deteniéndose.— << No creo que sea buena idea dejarlos entrar... a papá y mamá no les hubiese gustado que extraños viesen las cosas del hogar... >>  —voltea un poco la cabeza, viéndolos en una media sonrisa— Espérenme aquí afuera.

     La misma entra rápidamente a su hogar, y les cierra la puerta en la cara a Cian y Rumshum. Éste último, el cual le llevaba una cabeza y media de altura a la muchacha, la ve aún con inseguridad.

Rumshum: Oye, tú. —observándola de pies a cabeza— ¿Qué habilidades se supone que tienes? Tenemos una elfa, un genial cazavampiros.. ¿Y tú? ¿qué habilidad útil traes?

     La chica se lo queda viendo, algo seria, durante un par de segundos. Luego, solo se limita a reírse, viéndolo dulce.

Cian: ¡Ah! Pues, tengo la habilidad de ser una muy agradable persona. —sonriente—

     Dentro de la casa, Eleonora se queda inmóvil viendo lo que cree que será su última vez en su hogar. O al menos, durante un muy buen tiempo. Comienza a caminar alrededor de los pequeños salones, recordando los vagos momentos en su memoria: En la sala principal jugando o entrenando con su padre, contando historias de magia con su madre, cuidando del jardín, comiendo pastel de cumpleaños en la cocina, viendo durante las noches las pequeñas luciérnagas que se posaban sobre la ventana de su habitación...una pequeña lágrima se escapa de sus ojos. El sentimiento de encontrarse ahora muy lejos de aquellos a quienes quería, y con la mayor de las ansias por darles un abrazo y no soltarlos nunca más, hace que su corazón se estruje de tristeza.

     Revisando los muebles de la habitación ya destruida de sus padres, nota un pequeño retrato familiar de ellos sobre el estante, de aproximadamente unos siete años atrás: Ella está siendo cargada en los hombros de su padre, quien la sostiene seguro de un brazo, tomando la mano de su madre con su otra mano. No duda en tomar el cuadro y guardarlo en su bolso. También abre uno de los cajones donde había ordenado algunas armas sanas que habían sobrevivido al incendio de su padre: entre ellas, las flechas. Las saca de allí, notando que solo hay tres de ellas.

Eleonora: <<Supongo que serán más que suficientes..>> —cierra el cajón y camina en dirección al exterior de su hogar. Saliendo, se reencuentra con Cian y Rumshum. Les enseña las flechas— Bueno...ya traje todo lo que necesitamos. Tengo el arma definitiva y un par de cosas que podrían servirnos en el camino. Sin embargo...las flechas no están completas, como ya dije. Aún debemos encantarlas.

Cian: ¿Y cómo las encantamos?

Eleonora: Si mal lo recuerdo, debemos llevarlas a un lago de Elanfhaim. —se detiene unos instantes para sacar de su mochila un mapa— ¡Pero tengo un mapa!, yo acompañaba a todos lados a mi padre. —lo despliega y observa detenidamente. Identificando el lugar al cabo de un tiempo, lo marca con la punta de su dedo índice— ¡Aquí! Está no muy lejos de aquí, posiblemente un día si vamos a pie...

     El humano, impaciente, le arrebata a Eleonora el mapa, enrollándolo y comenzando a avanzar.

Rumshum: Sí que son lentas. —comenzando a caminar, alejándose, da un suspiro— ¡Si se quedan ahí de pié hablando, pasaremos de un día a una semana!

     El equipo prosigue con su caminata. Al no portar de muchas monedas para comprar unos caballos y llegar a su destino, no tienen más opción que ir de pie. 

/  /  /

     Pasaron horas desde el transcurso del viaje, y el atardecer comienza a darse en el cielo, denotando sus tonalidades anaranjadas. De pronto, las copas de los árboles comienzan a moverse estruendosamente, como si un viento intentase volarlas. Las aves salen disparadas de allí, hasta que el suelo comienza a temblar con cada vez más intensidad, cerca de los tres. El equipo se detiene.

Rumshum: Son ogros. —sacando de su bolso una ballesta y virotes, cargándola— Y el camino es por allí. 

     De los árboles, dos enormes figuras hacen aparición frente a los tres. De aspectos toscos, pálidos y desagradables, llevando solo un par de taparrabos oscuro. Con orejas puntiagudas y ojos pequeños y amarillos, ven al equipo derramando gotas de baba en el suelo. Dos ogros, hambrientos, proceden a hacer extraños gruñidos, que se intensifican al bajar sus miradas, encontrándose con la presencia de tres presas.

Cian: Estos dos no tienen cara de ser gente agradable... 

Rumshum: Esto sí es lo mío.

     El humano dispara un virote a uno de los ogros, que se clava perfectamente sobre uno de sus brazos. Sin embargo, el mismo ruge y de un tirón se lo quita de encima. Le gruñe a su compañero, el cual se acerca y toma a Cian de una de sus piernas. La misma, intenta safarse dándole una patada, pero el ogro se ríe al verla como una pequeña galleta de vainilla, o un postre de festividad.

Eleonora: —retrocediendo un par de pasos— ¡Cian!

Rumshum: ¡Elfa, no te quedes ahí quieta y haz algo!

    Rumshum retrocede un par de pasos e intenta disparar otro virote al ojo del ogro que sostiene a la rubia, sin embargo, el primer ogro le ataca desprevenido de un golpe, y sufre algunas heridas. El chico se aleja unos pasos jadeando, viendo con desprecio a ambas bestias. Por otro lado, Eleonora se queda paralizada, viendo la situación. 

Eleonora: <<Vamos...¡Vamos...! No, no es momento de quedarme así, debo actuar...>>

    Pero sin más dilación, uno de los ogros la golpea con uno de sus mazos, mandándola a volar un par de centímetros lejos de la pelea. Levantándose como puede, sujetándose de su estómago adolorido por la caída, rebusca en su mochila una de las cosas útiles para un momento como éste. Un par de pequeñas bombas de humo. Las mira por unos instantes, hasta que regresa a la batalla rápidamente, y las lanza lo más alto posible sobre la cabeza de ambos ogros.

     Las bombas explotan en el aire, dispersando sobre ellos un humo verdoso que imposibilita y reseca los ojos de las bestias. Cian, aprovechando la distracción, muerde uno de los dedos del ogro y este lanza un alarido de dolor, dejándola caer al suelo. Rumshum dispara un último virote al otro ogro, que da sobre su abdomen y lo confunde alrededor de la niebla que se está provocando. Eleonora toma la delantera y les hace señas a ambos para que la sigan, pero a pesar de intentar rodearlos, el ogro que soltó a Cian, pisa furioso el suelo, causando un temblor y desorientando a la elfa. 

Rumshum: ¡Carajo! —escondiéndose por seguridad—

     Es entonces que una de las bestias reconoce entre el humo a una pequeña figura desde el césped, y la toma irradiando furia. Levantándola y haciendo caer su mochila, hasta llegar al casi pecho del ogro, poco a poco, su puño con el cual envuelve el cuerpo de Eleonora, empieza a ser apretado con más fuerza, a cada segundo que transcurre. La elfa grita adolorida.

Cian: —intentando mantener la calma, se esconde entre algunos arbustos, tomando la mochila de Eleonora y rebuscando algo útil. Habla fuerte y claro— ¡Muy bien, tranquilos! Vamos a hacer algo muy divertido... ¿Saben cómo se llama?

    Ambos responden al unisono:

Rumshum: ¿Abandonen a la elfa?

Eleonora: —entre gritos— ¡¿Abandonen a la elfa?!

Cian: Eh... —incómoda— No. —encuentra una flecha común de la mochila de Eleonora. Se levanta y corre a toda velocidad hacia el ogro que mantiene a la elfa— Se llama...¡Pinchazos!

     Cian clava con mucha presión la flecha de Eleonora en el centro del pie del ogro. El mismo grita una vez más, y la elfa aprovecha para safarse de él, cayendo por igual al suelo. Es entonces que, sin dudarlo ni una vez más, todos corren en la dirección correcta, hasta perder de vista al dúo de monstruos.

    Corrieron aproximadamente siete minutos enteros hasta quedar completamente agotados. Se miran entre sí. Eleonora tiene un par de moretones en sus brazos, y Rumshum una herida un tanto grande sobre su abdomen, el cual ensucia su camiseta negra de sangre seca. Extrañamente, Cian no parece tener ningún rasguño.

Rumshum: Ah... —tirándose en el césped— ¿Alguien tiene pócimas de recuperación? Estoy un poco herido...

Eleonora: —algo pálida— No... 

Cian: No quiero sonar obvia, pero los dos se ven bastante mal... —se acerca a ambos— Supongo que puedo hacer algo por ambos. Quédense quietos, voy a curarlos.

     La joven rubia toma la mano de Eleonora e invita a sentarse a su lado. La misma, acepta y se arrodillan sobre el verde césped húmedo. Luego, sucede lo mismo con Rumshum, y, extrañado, acepta frunciendo el ceño. Es entonces, que una pequeña aura blanca de luz, les rodea a los tres, y tanto el humano, como la elfa, sienten como el dolor, junto con sus heridas, se desvanecen hasta ver nuevamente su piel lisa y sin un rasguño.

     Ambos se quedan tensos viendo asombrados la situación, pero sobre todo, sus heridas ahora sanadas.

Rumshum: ... —ve a Cian con algo de miedo— ¿Eres...una bruja?

Cian: ¡Ay, claro que no! —se cruza de brazos, haciendo la imitación de alguien ofendido— Esas chicas no son tan agradables como yo.

Rumshum: ...Bueno, mientras no seas una elfa. —encogiéndose de hombros— Gracias, Cian.

Eleonora: —ignorando el comentario de Rumshum— Si, gracias...  <<Casi sucede de nuevo...>> —aún viendo sus brazos sanados— <<Casi muero otra vez...>>

/  /  /

     Todos se sumergen en sus pensamientos hasta que cae el anochecer. El equipo logra llegar hasta el inicio de un pueblo de Elanfhaim, el pueblo Rhampsia. La bonita iluminación nocturna, las contrucciones rústicas y la gente caminando de un lado a otro, les reconforta luego de horas de caminata en silencio, con peleas de ogros y extraños hechizos de curación. Comienzan a caminar, viendo las diferentes casas y tiendas.

Cian: —rompiendo el silencio— Ugh, ya es muy tarde... 

Eleonora: ...

Rumshum: ...

Cian: —siente su estómago rugir— Y... tengo hambre.

Eleonora: —pensativa, comienza a sentir a su vez algo de hambre— Podríamos pasar la noche aquí. Tal vez encontremos donde dormir y comer.

Cian: ¡Eso suena excelente! —sonriente— Si hay comida, ¡Pues me apunto!

Rumshum: Si no hay elfos, sí.

     Eleonora ignora una vez más el comentario de aquel humano de fedora negra. Una corta caminata después, llegan hacia una pequeña posada con bar incluido, la cual parecía estar abierto toda la noche. Sin pensarlo dos veces, deciden entrar.













Continue Reading

You'll Also Like

151K 18.8K 30
«Mi futuro marido sabe todo de mí... yo solo sé que cuadruplica mi edad, y que pertenece a una especie que podría matarnos a todos» Libro de la saga...
14.2K 1.6K 27
cada mil años dios debe mandar a uno de sus ángeles más puros para tener en pie el trato que hizo con el rey del infierno uno de sus antiguos ángeles...
52.5K 1.8K 41
Les vengo a informar que si demoró en publicar más capítulos es por falta de ideas o porque estoy ocupada y si no les gusta el ship por favor no haga...
11.2K 737 4
Arrepentimiento, es ese sentimiento que no te deja dormir por las noches, es ese sentir de pesar por haber hecho o haber dejado de hacer algo. Este s...