CAPÍTULO
XVIII
14 de octubre de 1983
—Miren nada más a quien nos acabamos de topar. —Dijo Orson lanzando sus libros a la mesa frente a Juicy, con Todd a su lado. El cinéfilo sonrió cuando el mayor de todos tomó asiento delante de él en una de las mesas de la biblioteca. Charlie tomó asiento al lado de Orson, y al haberse llenado las mesas, tomé asiento en la siguiente. —¿Llevan clase con la maestra Fitzergard? Nos ha dejado un repaso larguísimo.
—¿Qué esperabas? —Le contestó Todd buscando en un libro de historia universal. —Tiene cientos de años; espera que recordemos todo lo que ha pasado en el mundo tanto como ella cuando lo vivió. —Orson rió y asintió.
—Oigan, podría escucharnos. —Les reprendió Charlie.
Miré las diez hojas tamaño oficio que tenía en mis manos repletas de preguntas para el próximo examen que tendríamos y las dejé en la mesa sin muchas ganas de levantarme a buscar libros para responderla. Sintiéndome un poco solo, pensé en tomar mi silla y llevarla hasta la mesa de ellos, esperando que las bibliotecarias no me regañaran, pero antes de que pudiera siquiera ponerme de pie, alguien se sentó delante de mí. Mao, quien ese día llevaba un rasguño en su mejilla, puso el libro de historia universal en medio de nosotros, y dejó su mano sobre él como si esperara a que yo tomara también el libro, aunque solo agaché la mirada para no enfocarme en su pequeña herida. Sabía que si volteaba a verlo, no podría evitar mirarla.
—Por fin llegué a la parte del baile de Darcy y Elizabeth. —Me dijo llamando mi atención. Miré directamente a sus ojos y él, desinteresado, comenzó a buscar algo dentro de su mochila. La cabellera fina y oscura caía como una cortina que cubría sus ojos y mejillas. —Ahora Elizabeth me desespera. ¿Cómo puede juzgar a Darcy así nada más?
—Hm. —Traté de recordar la escena del libro y negué. —Elizabeth está enamorada de Wickham, no puede evitarlo. —Alegué. Me incliné a tomar el libro de Historia, y él sacó las mismas hojas que la maestra Fitzergard nos había dado. Aunque no llevábamos esa clase a la misma hora. —Está ciegamente enamorada.
Chasqueó su lengua y siguió buscando en su mochila. Me asomé ligeramente para ver el horario de la clase que llevaba, en la parte superior del repaso. "Avanzado - 7:00 a.m. - 8:00 a.m.". Sorprendido, tomé su ensayo pensando que sería diferente por ser de una clase avanzada, pero parecía ser lo mismo.
—¿Tienes algo en contra de Wickham?
—Acababa de conocer a Elizabeth, y ella le creyó todo lo que le dijo. —Sonreí un poco divertido por su comentario y sacó un lápiz de color verde, dejando por fin la mochila en su lugar. Le regresé su repaso y el lo tomó para dejarlo de nuevo en la mesa.
—¿Tienes algún problema con el amor a primera vista? —Mao negó.
—Preferiría enamorarme como Darcy. —Sonreí ante su respuesta, pero no dije nada, así que él continuó poco satisfecho por mi silencio. —El amor de Darcy no solo era por los bellos ojos de Elizabeth. Se veía el deseo de conocerla mejor, a pesar de ser su familia más humilde y con los peores modales posibles, él estaba más interesado por otras cosas que por simple estatus. —Asentí dándole la razón, pero antes de que pudiera contestar, Todd se paró al lado de nosotros.
—Oigan, hay que mover la mesa para que sea más grande. —Le dijo a Mao, quien tomó el libro de historia y se inclinó en su silla para leerlo.
—No quiero. —Le contestó el chico de ojos violetas y con un gesto en su mano, le indicó que se fuera. —Platican demasiado y Juicy querrá copiar mis respuestas. No avanzaré nada si me siento con ustedes. —Todd, con un gesto ligeramente sorprendido, me dedicó una rápida mirada y me encogí de hombros.
—Bien, como quieras. —Dijo el menor resignado y volvió a su lugar. Levanté mis hojas del repaso y, un poco feliz de por fin estar a solas con él, sonreí un tanto sonrojado. Aunque no hicimos más que hablar sobre el repaso de historia, sentí que era un pequeño avance para conocerle un poco más.