Mi Caos Ruso

By articsmonkeys

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Mi nombre es Nyx Evans, mi vida se volvió una rutina monótona sin emociones hace años, todos los días las mis... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15 Parte 1
Capítulo 15 Parte 2
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20 Parte 1
Capítulo 20 Parte 2
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Aviso
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37 Parte 2
Capítulo 38 Parte 1
Capítulo 38 Parte 2
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
¡Sorpresa!
¡¿Otra Sorpresa?!
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54 Part.1
Capítulo 54 Parte 2
Epílogo
Nota

Capítulo 37 Parte 1

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By articsmonkeys


Capítulo 37:

Mis párpados aletean hasta abrirse completamente cuando una sensación de cosquillas se extiende por mi abdomen. A pesar de que deseo continuar envuelta en las redes de los sueños, las malditas cosquillas me impiden poder cerrar los ojos. Suelto un bostezo, cansada y bajo la mirada hasta mi vientre, una mata de cabello desparramada me saluda. Una sonrisa se cuela en mis labios al ver a mi boxeador con sus facciones relajadas, durmiendo plácidamente.

-Mi boxeador -Susurro, pasando la punta de mi dedo por su brazo hasta llegar a su cabello, donde enredo mis manos. Siempre me preguntaré cómo tiene el pelo tan suave si solo usa un shampoo normal.

-¿Campanita?-La ronca voz de Xav me sobresalta, no pensé que se despertara.-¿Qué haces despierta?-

-Ya es tarde, guapo. Recuerda que hoy tengo trabajo.- son las nueve de la mañana. Ayer hable con Elena, y muy amablemente, lo cual me sorprendió, me consiguió trabajo en el café. Quedamos que empezaba hoy al mediodía, lo cual me tiene contenta y agradecida ya que detesto levantarme temprano.

-Sabes que no es necesario, Campanita.-Suelto un suspiro agotada de este tema y paso mis manos por su espalda, acariciando la piel. Hemos hablado muchísimas veces de la situación y siempre le digo lo mismo; voy a trabajar porque no quiero estar de mantenida.

-Y tú sabes mi postura acerca del tema, Xav. No voy a dejar que me sigas pagando las cosas. Soy capaz de conseguir trabajo y ganar dinero para ayudar con los gastos. Somos tres en el departamento y solo dos mantiene el lugar; es injusto para ustedes.-

-Pero no me agrada la idea de que trabajes en el café. Mucha gente viene y va, chicos vienen y van. No es muy seguro.-Ruedo los ojos y dejo un beso en su cabeza. A veces es bueno que sea sobreprotector, pero enserio necesitamos el empleo.

-Elena también está ahí y no le dices nada.-

-Porque ella es intimidante y tiene un bulto en el vientre que aleja a los hombres. Tú eres mi dulce e inocente Campanita.- Frunzo el ceño y arrugo la nariz.

-Yo puedo ser de lobo feroz.-Xavier suelta una carcajada y besa mi vientre.

-Mi lobita que no mata ni a una mosca.- Le saco la lengua divertida al saber que él tiene razón en parte.-Te voy a dejar y recoger del trabajo, Campanita ¿A qué hora sales?-

-Eres imposible, Xav. Ayer acordamos que yo iría y regresaría por mi cuenta ya que tú necesitas descansar.-

-Campanita, voy a hacerlo y no aceptaré un no como respuesta.-Este idiota tiene que entender que dormir bien es esencial.

-Pues lo lamento, no siempre conseguimos lo que deseamos.-Una sonrisa traviesa se hace aparecer en su boca, poniéndome un tanto nerviosa ¿Qué tendrá en mente?

-Sí, es una pena, ¿no?-Sus labios se mueven sobre la superficie de mi abdomen dejándome con el aire atascado en la garganta. Es increíble que a pesar de que hemos hecho mucho más que esto, siempre que me da un beso, por tan simple que sea, causa el mismo efecto, es decir, dejarme sin palabras y con la mente en blanco.

-Pero, ¿estás segura de tu desición, Campanita?-Su lengua se abre paso por todo mi estómago hasta llegar a la parte baja de mis pechos desnudos. Siento como mi respiración se va acelerando con la anticipación de lo que viene. Mis manos sudan y tanto mi labio como piernas tiemblan.

La punta húmeda de su lengua cubre mi pecho, dejando un rastro mojado. Sus labios empiezan a torturarme amoldando fuertemente la piel suave y lechosa mientras su mano sube y baja por mi muslo. Sus dientes pasan por la superficie provocando un escalofrío en mi cuerpo para después dejar que esa boca se abra y cierre sobre el pecho, mordiendo levemente de vez en cuando.

Mi mente delira de placer cuando sus labios se ciernen sobre mi pezón erecto, adentrandolo en su boca húmeda y caliente. Mi espalda se arquea al sentirme abrumada cuando chupa el montículo con intensidad, como si quisiera saborear lo más que pueda de mi cuerpo. Gemidos comienzan a abandonar mi cuerpo cada vez que succiona el pezón dándole luego una pequeña mordida.

-No vayamos a dejar a este otro solo.-Su voz retumba en el seno, provocando una oleada de placer. Sus labios vuelven a envolver la protuberancia al mismo tiempo que su mano sube hasta el otro seno, pasando sus dedos delicadamente. Queriendo una caricia diferente, elevo mi torso par darle más acceso y él, al captar mi mensaje, pellizca mi pezón fuertemente. Su mano toma el seno y lo aprieta sin tanto cuidado, causando que un suspiro mío resuene por la habitación.

Libera al otro pezón de su boca y desliza su nariz por mis pechos hasta toparse con la protuberancia que su boca no a tocado. Xavier me tienta pasando su nariz por la aureola y rozando el pezón de vez en cuando. Muerdo mi labio con fuerza, tratando de controlar mis gemidos, pero es en vano al sentir sus dientes ejercer presión sobre el montículo para después darle un jaloncito, volviendome loca. Mientras tanto, sus dedos pasan por mi otro pecho, dejando caricias que me tiene delirando.

-Tienes un sabor exquisito, Campanita.-Da otro jalón y vuelve a morder el pezón.-Y es todo mío.-

Su lengua se desliza de forma circular alrededor del montículo, trazando la aureola. Mis manos bajan a su cabello, enredándose con la intención de mantener su cabeza en la zona. Sus labios besan la piel de forma que sé que dejará marcas, pero ahora eso no me importa.

-¿Voy a dejarte y recogerte del trabajo, Campanita?-Al ver que no respondo para sus movimientos y yo rápidamente asiento, permitiendo que su boca continúe con sus maravillas.

-Sí..-Digo como puedo.

Da lametones lentos y pausados por el pezón con su lengua áspera y cálida, presionando unas veces con más fuerza que otras. Succiona ambos pezones, uno por uno, soltandolos con un estallido no sin antes haber jugado con ellos y su hábil lengua. Un suspiro se nos escapa a ambos y Xav sube su cabeza para plantar un suave beso en mis labios.

-Vamos a ducharnos, Campanita. Estamos muy sudados y pegajosos.- Asiento a duras penas, tratando de regular mi respiración al tiempo que Xav me carga en brazos a la ducha, donde me baña con cuidado y cariño, dejando caricias en mi piel que me tiene perdida en la sensación de ternura.

Al terminar, Xavier me envuelve en una toalla y saca de baño, quedándose él adentro para arreglar una situación con su amigo de ahí abajo, lo cual causa que un color carmesí se plante en mis mejillas.

Seco mi cuerpo y coloco mi ropa interior negra seguido de unos mom-jeans, una blusa negra y la chaqueta de Xav. Siento el frío recorrer la planta de mis pies por lo que me apuro a poner calcetines y mis converses. Ya más calientita, me siento en la cama, observando el cuarto de Xavier, perdiéndome en los pensamientos que lleguen. Sinceramente, no me cuesta creer que mis padres se van a divorciar debido a que su relación era super toxica. Apolo y yo nunca tuvimos a unos padres con un matrimonio decente no digamos perfecto. Siempre estaban peleando o simplemente no se juntaban. A mi esto me tenía despreocupada, había otros asuntos que me importaban más preocupada que el posible divorcio. A mi hermano siempre le valió un pepino el mundo, se mantenía estudiando en la biblioteca o de fiesta. Desde pequeño a estado con la naricilla metida en un libro, por lo que cada vez que un problema aparecía se escondía en otros mundos a los cuales nadie más que él podía acceder. Cuando creció fue que encontró otro método de escape, pero sus libros siempre fueron y serán lo principal.

-Vamos a desayunar, pequeña.-La voz de Xav me saca de los pensamientos. Se puso unos jeans y una camisa verde que se le maravillosa. Mi chico sí que es un mojabragas.

-Okey, boxeador.-Me levanto y dirijo a la cocina con él tras mis talones.

-¿En qué pensabas, Campanita?-Xavier me toma por la cintura, acariciando la piel que la corta blusa no cubre.

-En el divorcio de mis padres y Apolo.-

-¿Te preocupa la reacción de tu hermano?-Xavier hunde su cabeza en mi cuello y deja besitos ahí, intentando distraerme de cualquier preocupación. Sonrió, apreciando que me cuide y se ponga alerta al hablar de estos temas.

-No, a la verdad que a los dos nos daba igual su relación. Nunca fue buena así que era de esperarse.-Al entrar, ambos estallamos en carcajadas ante la escena que tenemos. Iván se encuentra con la misma ropa de ayer solo que luce más sucia, desparramado en la mesa de la cocina con un pedazo de galleta en la boca y la nostálgica mirada clavada en su celular, que si enfoco la vista está mensajeando a Mara.

-¿Qué te pasó, Elsa?-Me acerco a él con los ojos llorosos por la risa. Le quito o trato de quitarle el teléfono para posarlo en la mesa, pero el lo agarra como si su vida dependiera de eso.

-Nop, Mara me dijo que me escribiría cuando terminara su turno.-La ternura me inunda al imaginarlo todo la noche esperando por un mensaje. Mi princesa se está enamorando.

-Vamos, grandulón, quitemos ese pedazo de galleta.-Remueve la comida y la tiro en el tinaco para luego poner a la cafetera a funcionar.-Ya te escribirá, no te atormentes, Elsa.-Suelta un bufido y se encoge de hombros poniendo el celular dentro de uno de los múltiples bolsillos de su short.

-Nikolai y Anne salieron del hospital hoy a las tres de la madrugada. Al parecer, Nikolai no tenía nada más que un raspón debido a la falta de fuerza del tiro que Anne hizo. Mara le dijo a Anne que tenía que limpiarlo dos veces al día por dos semanas para prevenir alguna infección. Por otro lado, la coneja estaba deshidratada por lo que se quedó hospitalizada un tiempo. Anne recibió suero y le hicieron unas pruebas. Mara me llevó a su oficina para que durmiera ya que me vio muy cansado.- Abro los ojos como platos al ver que el rubio se sonroja. Este ya cayó en la redes de Mara.

-Entonces...¿cuándo es la boda?-Elsa me saca la lengua y yo le sonrío para después servir una taza de café, ponerle azúcar y dársela a Xav junto a un dulce beso en los labios.

-¿Qué vas a comer, pequeña?-Estudio la cocina con duda. A la verdad, no tengo hambre, pero sé que sino como Xav se molestara. Dirijo la mirada a Iván.

-¿Manzana?-

-Verde.-Me responde y procedo a lavar la fruta para luego darle una mordida y pasarsela.

-¿Qué vas a hacer hoy, guapo?- interrogo a Xav tomando otra mordida en mi turno. Él solo se queda en silencio y observa la escena asombrado. Frunzo el ceño, confundida por su expresión y miro a Iván que tiene una sonrisa divertida mientras come la manzana y me la da. Antes de que pueda llevarme la fruta a la boca, Xav se levanta de la silla, coge la manzana, la lava casi que purificando el alma de la pobre y me la entrega.

-¿Qué acaba de pasar?-Pregunto confundida. Escucho la risa de Iván en el fondo, pero mi atención está clavada en el loco de mi novio, quien me abraza por la cintura pegandome a su cuerpo. Debido a su altura, levanto la cabeza para mirarle.

-Mi campanita solo comparte babas conmigo y nadie más.-

-¡Que asco!-Digo entre risas, mientras él se cuela en mi cuello.

-No te quejabas esta mañana.-Susurra a mi oído dejándome sin palabras y de color rojo vivo. Una risa suave se le escapa y se separa tomando mi mano llevándome al baño para cepillarnos los dientes. Minutos después, los tres estamos en la puerta de salida despidiendonos.

-Buena suerte en el trabajo, Tomate.-Se me acerca Elsa para despeinarme, pero un sonidito lo para en seco. Saca su celular a la velocidad de un rayo y se pone a sonreir como idiota mientras salta y golpea la pared.

-¡Me escribió! ¡Me escribió!-Suelta una maldición y nos le quedamos viendo raro.-¡Lo sabía, ningún puto se resiste a Iván Volkov!-

Este chico está realmente loco.

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-Estaré bien, boxeador.-Llevamos como diez minutos en la puerta del café discutiendo acerca de mi seguridad. No entiendo, en el camino íbamos muy bien, abrazados y dándonos besos de vez en cuando. Incluso, Xav me estaba susurrando cosas al oído, y ahora está armando una escena.

-No, eso no lo sabes con exactitud. Esto de que vayas a trabajar aquí ya no me parece una idea genial.-

-¡Nunca te parecio genial, Xav!-Me pego a su cuerpo y toma su cara entre mis manos.-Voy a estar bien, guapo. Tomo el empleo como quiero hacer un equipo contigo, no solo amarnos sino ayudarnos en cualquier aspecto. No quiero ser un piojo que vive de tí, eres mío y tengo que echarte una mano. Tú me dejas quedarme en tu casa y yo traigo dinero para mantenernos.-

-Lo entiendo, pequeña. Pero me preocupas.-

-A mí también me preocupas cuando vas a tus peleas porque no tengo control sobre lo que puede o no pasarte, pero confío en tí. Haz lo mismo conmigo.- Xavier suelta un suspiro y une nuestros labios en un ciclo de movimientos suaves y cariñosos, donde nuestras bocas se buscan para saborearse. Siento una humedad rozar mi labio para después entrar a enredarse con mi lengua.

-Te recojo a las siete y media, Campanita.-Dice separándose.-Te amo, pequeña.-

-Te amo, Xav.-Veo como desaparece en las calles de Camden Town, uniéndose con la sombra de los edificios.

-Vamos, Julieta que te espera mucho trabajo.-La voz de Elena interrumpe mis pensamientos, haciéndome aterrizar en la realidad. Me giro y entro al local junto a la pelinegra con su uniforme.

-Hoy no tengo un buen día, pero supongo que todavía tengo que seguir lo regímenes de la educación así que ¿Cómo estás, Nyx?-Esta chica es especial, definitivamente.

-Bien, ¿y tú?-

-Como dije, no estoy de buen humor, así que no preguntes. No te lo tomes a lo personal, me caes bien si soy sincera, pero hoy siento que la espalda se me partirá en dos.-Decido callar para no molestarla más. Ella me lleva a la caja, donde me entrega un delantal, libreta y un bolígrafo.

-Vamos a tratar con mesera, trata de no cagarla, las demandas son caras -Me da un empujón y quedo frente a una mesa, pero antes de ver a los clientes miro a Elena con duda.-Lo mismo de las películas, pregunta qué quieren atascarse, le das la orden al supuesto chef y traes la comida. Si es café o galletas, tú lo sirves.-Asiento lentamente y me volteo mirando la libreta.

-Lo lamento, es mi primer día y no manejo este tipo de empleos. Lo más cerca a trabajo que tuve fue vender artesanías en una tienda durante cinco meses.-

-Sí Nyx, eso ya me lo habías comentado, no te pagaron al final ¿Qué tal estás?-Levanto la mirada asombrada para encontrarme con la pareja de locos.

-¿Qué hacen aquí? Ustedes deberían estar reposando después de haber sido internados en el hospital por una horas.-Anne se arregla el enorme suéter azul que tiene y toma la mano de su novio.

-¿Y?, soy una buena amiga y no puedo faltar a tu primer día de trabajo, Nyx. Tenemos que ser tu primer cliente.-Nikolai, quien está sentado al lado de Anne abrazándola, mueve su cabeza hacia mí.

-A parte, no quiso desayunar, según ella la comida de hospital es plástico con uñas de enfermera -Una sonrisa se forma en mis labios y simultáneamente, una sensación calidad crece en mi pecho. Aprecio mucho que hayan venido para estar conmigo en mi primer día a pesar de que se encuentre parcialmente mal. Julian nunca haría esto.

-Está bien, ¿Qué van a querer?-

-Café, deseo cafeína-Dice Anne con ojos de loca, lo que me lleva a pensar que quizás tenga un problema con la cafeína. Miro a Nikolai y él niega con la cabeza.

-No puedes tomar café, Colibrí. Es por tu salud y sabes muy bien que te causa.-Anne le mira con ojos de piedad lo cual me causa un poco de gracia.-No, Colibrí no seas así.-

-Me como un pedazo de pastel.-Anne besa el cuello de su novio dulcemente, lo cual parece dar resultado ya que Nikolai asiente y pide lo mismo. Salgo del lugar y me muevo detrás del mostrador para sacar dos tazas y llenarlas de café negro. Mientras tanto, saco el trozo de pastel de vainilla que pidieron.

Observo a la pareja a lo lejos. Anne se veía un tanto apagada y fuera de este mundo, perdida en sus pensamientos, dejando de sonreír cuando Nikolai volteaba la mirada, pero creo que él la podía ver por el reflejo del vidrio. Mi ceño se frunce ligeramente ante tal comportamiento, me preocupa que mi amiga esté teniendo problemas con los recuerdos de Jake. Se nota que tiene algo, pero no creo que esté dispuesta a decirlo, por lo menos no ahora.

Pongo los platos en la charola que me dio Elena y veo como Nikolai la abraza y susurra algo a su oído que hace a su forzada sonrisa relajarse, revelando sus sentimientos a él. Mi corazón se encoge cuando la chica se le monta en el regazo y esconde su cara en el cuello de Smirnoff, permitiendo a su cuerpo temblar. Escuchar sus pequeños sollozos me destruye un poco el corazón, al saber que algo la está atormentando. Nikolai la sostiene por la cintura, meciéndola.

-Vamos, malen'kaya krasivaya, no hay que retenerlo.-Nikolai deja un beso en su sien.-Respira, moya dorogaya.-

-Ve a dejar estas tazas de café a la mesa de al lado, Nyx. Dales un tiempito.-Elena me entrega las cosas en la charola y me hago paso a la mesa con mucho cuidado. Al parecer est mierda pesa mucho y no es estable. Llego de milagro y me encuentro con una cara joven y familiar ¿Donde he visto a este chico? Cuando giro y me encuentro con una señora mayor, la pregunta se responde ¡Es la señora con el chico estúpido del supermercado!

-Buenos días, su café.-Le dejo a la señora la taza y ella sonríe al verme.

-Gracias, cariño ¿Dónde está el baño?-

-Fondo del pasillo a la izquierda, señora.-La viejita se retira, dejándome con el idiota.

-Al parecer el destino nos quería juntos, nena.-Dice mientras barre mi cuerpo con su mirada, provocando que me remueva incómoda.-¿Por qué no vienes a sentarte? Te aseguro que puedo complacerte al igual que tú a mí. Si quieres te pago, aunque no creo que tú necesites el dinero. Ya deben de existir muchos que paguen por la noche.-Su comentario me deja la sangre hirviendo por lo que agarro la taza y vació el contenido sobre su cabeza.

-¡Estúpida, está caliente!-El líquido marrón chorrea por su cabello y se desliza por su ropa, empapando todo en su camino.

-Mira, para ver si se te activa la neurona que tienes escondida, imbécil.-Me retiro y camino al mostrador, donde Elena me mira curiosa. Los nervios me invaden al analizar lo que he hecho. Aunque sea un tarado, era un cliente y tratarlo así me puede costar el empleo.

-No creí que pudieras con los cerdos -Me encojo de hombros, restándole importancia. intentando de disimular mis nervios- Me has sorprendido-

-Todos hacemos cosas inesperadas.-

-Te voy a poner en la cocina, por si acaso. A pesar de que estoy de acuerdo contigo, el dueño del local no se pone muy contento cuando se le lanza café a un cliente. Horneamos la galletas.-Asiento débilmente recordando que no soy la mejor chef del mundo. Una risita hace que me voltee hacia la procedencia.

-Nunca pensé que un sacrilegio en contra del café me causaría tanta gracia.-Dice Anne, entre carcajadas con rastros de lágrimas en las mejillas. Nikolai me sonríe y guiña el ojo. Al parecer, mi "accidente" sí sirvió de algo importante.

---------------------------

-Parecen fantasmas con tanta harina en el cabello- Dice Nikolai, abriéndonos la puerta del local a mí y Anne, quienes tenemos harina por todo el cuerpo. El dueño llamó en la tarde diciendo que quería como mil putas galletas para una fiesta, así que me las estaba arreglando para hornear todo lo posible. Anne, al verme en apuros, se puso un delantal y e ayudo con la mezcla y el horno. Creo que después de esto, ninguna verá las galletas de la misma forma.

-¡Callate! Tú no estuviste en esa cocina, solo había harina. En las paredes, mesa, suelo, por doquier.-Digo ya afuera. Anne se hace una coleta y suelta un escalofrío.

-La noche está helada. Buen día para no llevar camisa.-Dice en tono burlón, abrazando a su novio.

-¿Qué hora es, Anne?-La chica mira su reloj y me lo muestra. Miro las agujas y los puntitos con confusión debido a que no sé leer esas porquerías. Nunca las entendí bien.

-No sé leer eso, Anne.-

-Son las ocho, ¿Acaso tu maestro nunca te pidió la hora?-Niego con la cabeza mientras suelto una carcajada. Mis maestros se limitan a dar la clase.-Pues mis profesores nos preguntaban a cada rato para saber cuánto les faltaba de clase ya que estaban deseosos de irse.-Nos reímos del comentario y Anne nos mira confundida. La chica voltea la mirada a su novio y frunce el ceño, a lo que él le borra la expresión con un beso. Una sonrisa se cuela en mi rostro, pero se va tan rápido como vino. Xavier no ha venido y está media hora retrasado lo que me preocupa.

Como si fuera por arte de magia, mi boxeador aparece, saliendo de una calle. Sus manos están metidas en los bolsillos de su chaqueta y una mueca seria domina su rostro, haciéndome fruncir el ceño, preguntándome qué tendrá.

-Hola, Rusky.-Saluda Anne acercándose, pero Xavier le lanza una mirada asesina que nos hiela la sangre a los tres. Nikolai toma a su novia por la cintura y se la pega al pecho, mirándolo con los ojos entrecerrados.-Veo que estás algo hormonal.-Anne continúa.

-Veo que te disfrazaste de un puto hisopo asqueroso. Déjame en paz.-Mi ojos se abren como platos ante la grosería que acaba de hacer.

-¿Cuál es tu jodido problema, Xavier?-Pregunta Nikolai molesto, a lo que mi boxeador lo ignora. Trago duro y me acerco a abrazarlo nerviosa, envolviendo mis brazos en su cuello. Me asusto un poco al ver que él no hace ni por moverse. Me pongo en puntillas y trato de dejar un beso en sus labios, pero él gira la cabeza para evitarlo y me quita de su cuerpo. Me muevo hacia atrás, sintiendo como la vergüenza y tristeza me inundan. No pensé que estaría tan disgustado de verme, puesto que soy su novia, pero al parecer me equivoque. Siempre me equivoco y termino cagandola.

-Ven.-Anne, quien se safo del agarre de su novio, me jala y toma mi mano, acariciándola sin que Xav mire. Mi amiga levanta la mirada y trata de intimidar a Xav, fallando al instante, pero haciendome reir a lo bajo. Ella sabe lo que hace y aprecio que trate de animarme.

-¡Jésus! Xavier, es tu Campanita, no una loca de la calle, ve y saludala como es debido. Además, prepará unas galletas increíbles.-Nikolai dice tratando de aliviar el ambiente.

-No me digas que diantres hacer, Nikolai-El chico se queda callado, dejándonos a todos en un silencio incómodo.

-Bueno, el principito y yo debemos irnos, pero quería invitarlos a una fiesta que habrá en Du Mort. Si el amargado de Volkov no te quiere llevar porque le pican lo huevos, nos llamas y te pasamos a buscar, ¿vale?-Anne me da una última mirada preocupada y yo asiento para no retenerla aquí más tiempo. Me da un abrazo y toma la mano de su novio para perderse en la penumbra.

-¿Qué pasa, Xav?-

-No pasa nada, ¡Puta madre! ¿Acaso tengo un letrero que diga "me siento mal"? Deja de obstinarme-Me encojo en mi puesto y decido comenzar a caminar. El tramo es un pelín más largo ya que debo pasar al supermercado por ingredientes para hornear galletas. Escucho sus pasos detrás mío, pero lo ignoro y trato de contener las lágrimas. Su comportamiento me lastima y sé que él está conciente de eso.

Diez minutos y unas cuantas lágrimas después, entramos al supermercado y me apuro a alejarme para ir por las cosas. Estudio la variedad de harina que hay y me pregunto cuál de todas es la que debo usar.

-Si quieres hornear galletas, lleva la del paquete azul.-Dice Xav. Hago caso y pongo la bolsa en la canasta para luego voltearme hacia él, cansada y frustrada. Creo que no se había dado cuenta de que estaba llorando debido a que cuando me ve sus mueca seria se cae y es reemplazada por una que muestra preocupación y pena.

-Quiero que sepas que no volveré a preguntar Xavier Volkov, ¿Qué mierda te pasa?- El silencio continúa por lo que suelto un suspiro y giro mi atención a los ingredientes que están en la lista intentando ignorar las lágrimas de frustración que resbalan por mi rostro. Dejo la canasta en el suelo y leo la lista que me escribió Elena mientras paso mis manos por los ojos, quitando las gotas.

-¡Maldita sea!-Xavier me quita la lista de las manos y toma mi rostro entre sus manos, limpiando las lágrimas con sus pulgares, uniendo nuestras frentes. Yo me remuevo, tratando de alejarme.-Lo sé, Campanita, soy una puta mierda que no puede controlarse cuando le dicen que su intento de padre lo quiere contactar porque ya no tiene dinero, se descarga sobre tí.-

-¿Qué?-

-El hijo de puta que se casó con mi madre y huyó cuando esta se enfermó llamó ayer por la tarde, diciendo que nos extrañaba y que necesitaba un dinero. Estoy harto, Campanita, siempre es lo mismo con él, solo quiere beber y fumar lo que encuentre. Todo lo que le pasó a mi familia fue por su puta culpa, todo.-Veo como sus ojos se

aguadan y algo se parte en mí cuando una única lágrima se desliza por su mejilla. Él se apura a removerla, pero tomo su mano, poniéndola en mi cintura.

-Está bien llorara, Xav, no hay problema. Ya pasó, ese señor está lejos, en un lugar donde se pudrirá en su porquería. No quiero que cometas el mismo error que yo y te guardes todo, me tienes a mí, amor.-Xavier me abraza con más fuerza, hundiendo su rostro en mi hombro mientras se descarga. Siento como la tristeza por él se atora en mi garganta, formando un nudo que se va desatando con la caída de mis amigas las lágrimas.

-Te amo tanto, pequeña.-Suelta.

-Te amo, Xav, recuerda eso.-

Nota:

Traducciones: malen'kaya krasivaya-pequeña hermosa.

¡Hola lector@s!

¡Aquí sus torturadoras!

¿Adivinen qué hay hoy?

¡Un maratón!

1/2

Ana y Maru.

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