19. Aliento
Shawn
—Señor, ¿Seguro que no volverá a la reunión? La señorita Forbes aún está ahí. —habló Garret mientras tomaba en sus manos el saco de color negro que le daba.
—Tuve suficiente. Necesito ir al laboratorio, dime los informes de ahora. —exigí, caminando por los pasillos a pasos alargados.
—Bueno señor, la doctora Dalia y el doctor Embry se están encargando aún con respecto a la congelación de embriones, el doctor Daniel y George ya están acabando con el estudio de la población, el doctor Cooper sigue en investigación con respecto a la atmósfera y los demás siguen ayudando en las áreas de la nave.
Fruncí el ceño, deteniéndome en seco, ya que aquello no fue lo que esperaba escuchar. Sabía muy bien cuál de los investigadores trabajaba con quien y donde. Algo estaba incompleto y no me agradaba en absoluto.
—¿Son los datos de ahora?
—Son todos los que están en el laboratorio, señor.
—¿Cooper esta solo? —pregunté con molestia.
—Si, señor. Neith Brand trabajo con él esta mañana pero no estuvo en el salón a partir de las diez.
—Ve al laboratorio, Garret. Te veré después. —dictamine.
—Si, señor.
Cambié mi rumbo hacia el piso de los huéspedes, donde esperaba encontrarla pero no hubo rastro de ella. La sala de conferencias, la biblioteca, el observatorio, nada. Me desesperaba la idea de no encontrarla donde quería.
—Y aquí estas, primo. Ya decía yo que te habías lanzado al espacio y por eso no te veía. —bromeó Nash a mis espaldas.
Estaba por mandarlo al demonio hasta que observe aquel rojo escarlata bailando entre sus manos.
—¿De dónde sacaste eso?
—Estoy bien, gracias. —sonrió cínicamente —Lo encontré en el ascensor, se lo iba a dar a Neith.
—¿Cómo sabes que es de ella?
—Lo ha estado utilizando mucho... Shawn, ¿Enserio estamos hablando de un broche?.
—Dame eso —dije con la intención de arrebatárselo de sus manos pero este lo esquivo, agotando mi paciencia.
—Calma a tu precoz temperamento, primo. Quiero algo a cambio. —dijo Nash cruzándose de brazos —El broche por una cena con tu familia, ¿Qué dices?.
—No tengo tiempo para esas cosas, Nash. Lo sabes.
—Entonces no hay broche, Mendes.
—Mañana a las dos, donde quieras. No prometo nada. Ahora dámelo. —dictamine.
—Neith no está aquí, se fue a tomar un descanso en la base C. —dijo él dándome aquel broche.
—No pregunté sobre ella.
—Tienes a todos los que quieres en su lugar menos a ella. Tanto que un simple gancho de pelo te mantiene desorientado.
💫🌎💫
La música resonaba contra las paredes, las risas y murmullos de la gente iban en sintonía. Olvidé lo que era estar en ese tipo de fiestas, me alegraba la idea de por fin estar en una, me hacía demasiada falta.
—Vamos Neith, no dejes que la presencia de tu hermano no te deje disfrutar de esta delicia —me dijo Harry entregándome un pequeño vaso con lo que al parecer era alcohol —Aunque creo que allá tienen mejores bebidas.
—Pues solo he probado champagne —comenté sujetando el vaso entre mis manos mientras él se sentaba a mi lado.
—Si estuviera en tu lugar, iría y me llevaría todas las botellas a mi habitación —dijo esbozando una sonrisa y sus hoyuelos hicieron acto de presencia.
—Al parecer a Niall y a ti si que les gusta mucho sus bebidas especiales —reí al ver al ojiazul servirse otro trago junto a su amigo.
—Puedo hacer alarde de que aguanto mucho más que tu nuevo pretendiente, Neith. —comentó, guiñándome un ojo.
Me sonroje al instante, que sea un nuevo amigo no significa que evite el hecho de que en verdad era alguien atractivo.
—Me refiero a las bebidas, no lo malentiendas, pequeña. —bromeó tomando un sorbo de su trago.
Lo golpeé en el hombro, haciendo que este llevará su mano en la parte lastimada, fingiendo molestia.
—El no es mi pretendiente y a ti al parecer ya te pegó el alcohol a la cabeza. —comenté haciéndolo reír.
—Sigo consciente como para decirte que estas ciega o es que te niegas a ver la forma en la que Niall te mira.
—Acabas de verlo hoy, no hay base en tus sospechas, Harry.
—El viene constantemente por aquí, le gusta ayudar, y sobre todo le gusta hablar. No he pasado desapercibido las veces que he escuchado tu nombre salir de su boca. No lo culpo, eres una mujer hermosa, además de inteligente. Tienes suerte que alguien como él tenga sus ojos puestos en ti, es bueno.
Trague saliva, sintiendo el aire atrapado en mis pulmones, deseando que la suposición de Harry no fuera cierta. No porque no quisiera que Niall se fijará en mi, sino por el temor, pensar en Niall me llevaba a pensar en Shawn. Ambos parecían conectarse en mi cabeza que no me dejaban pensar claramente, sin embargo, ahora mismo, pensar en Shawn sólo me provocaba un revoloteo de emociones que me mareaba de más.
—Bella, ¿Estás bien? —escuché la voz de Niall hacia mí derecha, dándome cuenta que Harry se había ido en cuanto me liberé de mis pensamientos.
—Solo estoy cansada.
—Ven conmigo.
Niall tomó mi vaso, colocándolo en la mesa junto a los demás, para después guiarme hasta la salida del lugar. El ruido se había apaciguado en el momento que caminábamos por los pasillos del vestíbulo principal de esta base hasta llegar a uno de los balcones.
—¿Quieres que te acompañe hasta tu habitación? —me pregunto en el momento que nos detuvimos.
—Aún no, creo que tienes que devolver esa copa. —señalé hacia su mano izquierda donde el trago aún se encontraba a la mitad, el esbozo una sonrisa.
—Lo haré después... necesito que estés bien, Neith. —lo miré desconcertada.
—Estoy bien.
—¿Es por mi primo? ¿Hizo algo contigo? —preguntó mientras yo solo me permitía mirarlo muy afligida.
Quería pensar que me decía todo ello por el alcohol en su sistema, sin embargo, sus palabras no parecían temblar aún así. Pensando que en aquello parecían ser iguales Shawn y él.
—No, él no hizo nada. —respondí.
—Puedes confiar en mí, Neith. —comentó dándome un abrazo inesperado. Oliendo su perfume que aún seguía impregnado a su camisa. —Te quiero, bella.
—Y yo a ti, Niall. —dije con lo poco que me quedaba de aliento.
Era demasiado para un solo día, pensé.
Él me separó de su lado lentamente, sintiendo su toque en mi mejilla, no me atreví a mirarlo a los ojos, me sentí débil y mirarlo iba a ser mi detonante. No sabía que hacer.
Escapar o depositar mi dolor en él. Porque después de todo, entendí que lo que vi esta mañana, si lastimó mi interior, pero Niall no merecía aquello de mí.
—Al menos el alcohol me ayuda a atreverme a tocar tu piel, bella. —declaró, sintiendo como su pulgar jugaba ligeramente con la comisura de mi labio.
Estaba por perder, cuando el sonido de su celular comenzó a sonar. Lo escuché maldecir en voz baja mientras se daba paso a contestar, pudiendo así recuperar el aire que me faltaba.
—¿Qué ocurre?
—Owen está muy tomado que al parecer ni siquiera puede mantenerse de pie. —mencionó a su amigo.
—Ve por él, yo iré a mi habitación, estaré bien, lo prometo. —esboce una ligera sonrisa, dándole un poco de calma.
Se despidió dándome un beso en la frente, dándose la vuelta y desapareciendo de mi campo visual.
Necesitaba respirar, pero todo parecía estar en mi contra en cuanto llegue a mi base ya que apenas las puertas del ascensor se abrieron, vi a Shawn apoyado en una de las columnas, como si hubiera estado esperándome especialmente ahí mismo.
—Ven conmigo ahora, es una orden, Neith. —mencionó con su voz un poco más gruesa de lo normal mientras caminaba hacia otra dirección.
Solo me limite a seguirlo. Podía ver su gruesa silueta caminar gracias a la poca iluminación que se apreciaba a través del pequeño ventanal de vidrio que había en el centro de la nave.
Su camino me llevó hasta lo que al parecer era su oficina, donde solo podía ver libros y más libros, su escritorio en medio del cuarto, sus sillones de cuero y el gran pizarrón que contenía algunos escritos.
—Disculpe, ¿Qué necesita? —pregunté una vez que cerró la puerta detrás nuestro.
—Ahora te atreves a dirigirte a mi como si no me conocieras —dijo con ironía.
—Es un hombre comprometido, es mejor olvidarlo todo.
—¿Y crees que me daré el lujo de hacer lo que tu me pidas? —cuestionó, acercándose peligrosamente hacia mí —Aquí el que da órdenes soy yo, no olvides eso, Neith. Yo no estoy dispuesto a olvidar.
—No puedes ser tan desalmado para engañar a una mujer que te ama —proteste ante él aún sabiendo que no le gustaría para nada.
Sus ojos mieles parecían perforar mi queja, mi silencio, todo. Una de sus manos sujeto mi brazo con una fuerza que no esperaba para nada, gemí del dolor una vez que esté tiro de mi cuerpo hacia uno de sus muebles, cayendo sobre este violentamente.
—En mi mundo nadie se casa por amor, su empresa y la mía están vinculadas. Mi padre solo quiso una unión para mantener la calma y no perder ni un maldito billete de nuestra empresa, pero como te vuelvo a repetir, nadie decreta lo que voy a hacer o no, porque todo está arreglado por mi de ahora en adelante. —habló frente mío sintiendo su aliento y respiración de manera gradual que lo envidie por aquella calma que me faltaba.
—Yo no soy parte de ello —dije apenas audible.
—Ya lo eres al haber entrado aquí. Lo que sabes ahora no saldrá de ti a menos que te lo permita, estarás conmigo a partir de mañana y cuida con quien hablas. —demandó, soltando su agarre y caminando hasta su escritorio.
Las piernas me temblaban pero aún así me puse de pie para retirarme, quería salir lo mas rápido de ahí pero de nuevo su voz hizo que me detuviera.
—Aún no —susurró. Esta vez, su voz se escuchaba más suave.
El dio unos pasos hasta llegar a uno de los cajones del estante, retirando un objeto envuelto en un pañuelo de color blanco, tomándolo entre sus manos como si de una ligera pluma se tratase. Volvió a mirarme, caminando hasta llegar frente mío.
Era tan alto que podía no hablar e intimidarme solo con su presencia.
—No vuelvas a quitártelo, Neith. —ordenó, desenvolviendo el pañuelo, mostrándome el broche del que me había deshecho esta mañana.
Respire hondo, observando como una de sus manos tocaba un mechón de mi cabello mientras que con el otro iba colocando el broche en el mismo.
Posicionó mi cabello detrás de mis hombros, para luego hacer que lo mirase, y como de costumbre uno de sus rizos cayó sobre su frente al tener que mirar hacia abajo.
Me robaba el aliento sin tener que hacer nada y eso estaba haciendo que la lucha en mi interior solo incrementará más, porque él me estaba cegando y empezaba a ver solo los colores que él podía entregarme.
—Shawn... —lo llamé.
—Tus mejillas acaban de sintonizar con la espinela en tu cabello. —dijo en un ronco susurró que me heló la piel.
—Tu lo escogiste —solté sin pensarlo.
—Y no fallé.
Desee poder decirle algo más, deseé irme, deseé dejarlo, sin embargo, un beso era mi límite para no desear algo más que sólo ello. Sus labios tibios y suaves me quitaron todo pensamiento de encima, tocarlo era sentirse en la nieve, y sus manos que podían cubrir toda mi cintura me envolvían en lo que parecía ser mi ruina más divina.
Hola a todos, aquí otro nuevo capítulo para ustedes ❤️.
Disculpen si hay fallas, mi laptop ha dejado de funcionar y no tengo donde poder editarlo bien (como también no puedo dedicar capítulos 💔) , espero no les incomode :(.
Además de esto, quiero contarles que hace tres días fue el concierto de Shawn aquí en mi país, y solo debo decirles que no hay palabras para describir esa noche tan mágica, escucharlo en vivo y verlo ahí a unos metros de mi ha sido el sueño más grande. Se que dije que iba a intentar hacer un vlog pero la memoria de mi celular no es tan buena por lo que solo alcanzo para grabar el concierto :( pero aquí les dejo algunas fotos para que lo puedan ver ❤️.
Atrás está Shawn, so... Declaró esta foto como una mía y con él, asies.
Se caerían de su silla si les digo cuanto me costó comprar la merch de nuestro querido Shawn, solo digo que le dolió a mi billetera💔 pero lo vale ❤️.
PD: Si quieren ver los videos, solo pídanlo y los estaré subiendo en la cuenta especial de instagram 💫
@lettersbokk_
No se olviden de comentar y votar que me animan muchísimo, los amo.