Capítulo 12
¿Puedes explicarme en que clase de novela romántica se había convertido mi vida? ¡Oh, venga ya! Mi vida era lo más aburrida y simple que se podía pedir. Y de repente... Heracles. Ese sería un buen título, "Y de repente Heracles". Si algún día quieres, puedes escribir mi biografía. Ponle ese título, por favor.
—¿Cómo es posible? — Ni siquiera lograba entender de me conocía— ¿Por qué nunca me lo has dicho?
—Es muy complicado, Arthys. Pero algún día lo entenderás.
No entendía nada. Simplemente estaba agotada tratando de comprenderlo. Necesitaba llevarlo al límite. Tanto como estaba yo.
—No es complicado. Lo complicas tu. Necesito saber quien eres, Heracles. Necesito ponerle un nombre real a la persona que quiero.
Si no hubiera sido por su respiración, juraría que la llamada se había cortado.
—No puedo... todavía no, Arthys— Susurró con un hilo de voz.
—¿A que mierda le tienes miedo? ¿A qué te rechace?
—Son muchas cosas... Creo que necesitamos tiempo. Poner todo en orden...
Sabía lo que pretendía, no podía dejar que lo hiciera.
—Ni se te ocurra colgarme. No lo hagas—. Le espeté furiosa.
De poco sirvió. El pitido de que la línea se había cortado invadió todo mi cuerpo.
Cogí el teléfono lo tiré contra el sofá. Estaba realmente cabreada. No entendía aquel hombre.
¿A qué le tenía tanto miedo?
Ya le había reconocido lo que sentía por él. ¿Qué más quería de mí?
Y lo peor estaba por venir...
Continuará...