Lauren quedó petrificada por un segundo y después su mente empezó a reaccionar a toda velocidad observando al ángel que había cambiado su vida varios meses atrás.
¿Qué demonios está haciendo Shawn allí?
Había imaginado que se olvidaron de ella, que no iban a devolverla a ese otro mundo, incluso estaba feliz que fuera así y ahora no iba a permitir que la alejaran de su familia… de ella nunca más.
-¡Tu! – dijo Lauren sintiendo como su corazón explotaba de su pecho y sus manos sudaban… no, no quería ver a ese ángel, hombre o lo que sea que sea en su vida.
-Y era tan fácil… - continuó Shawn levantándose del suelo y limpiándose la ropa – solo tenía que preguntar cómo estaba… perdió una buena oportunidad.
Lauren lo observaba sin pestañar, ¿de qué mierda estaba hablando?, no entendía qué estaba sucediendo - ¿Por qué estás aquí? – preguntó observando a los alrededores para descubrir que no había alguien alrededor.
Cuando volteó hacia Shawn observó cómo su ropa estaba inmaculada de nuevo y que la bicicleta había desaparecido.
-Eres una mujer inteligente Lauren… creo que debes imaginarte qué hago aquí – la miró y sonrió casi amorosamente, como si fuera un padre observando a una hija del que se sintiera orgulloso – mírate amiga… hasta pareces feliz con tu vida… de verdad has aprendido muchas cosas ¿no es así?
-No vas a enviarme de regreso – ordenó mientras negaba con la cabeza y se apartaba un paso. No iba a perder lo que tenía en ese momento, no después de haberse dado cuenta que podría vivir allí y ser feliz.
Shawn volteó a ver algo y negó con la cabeza al observar la esquina donde el hombre que lo vio caer desapareció, tal vez esperaba que volviera a ayudarlo. Lauren observó cómo negó con la cabeza cabizbajo – Caridad y preocupación… ¿dónde quedo eso en ese sujeto?...
-¡Hey! – Gritó Lauren molesta, porqué el imbécil ángel era incapaz de entender lo que le estaba diciendo - ¿me estas escuchando?. ¡Estoy hablando contigo!... no voy a regresar, ¿entiendes? – dijo apretando los puños como si con eso evitara golpearlo.
-Tranquilízate Lauren – dijo Shawn, y por primera vez no la veía burlón o sardónica, era como si fuera un ángel de verdad, calmado, irradiando paz. Una paz que Lauren no quería ni necesitaba.
-No puedes hacer esto, no pueden entrar y estropear la vida de la gente. No es correcto – dijo desesperada tratando de buscar una forma de transigir o hacer que no la devolviera.
-Un vistazo por definición es algo temporal Lauren – empezó Shawn mirándola conciliatoriamente - te lo dije, incluso me preguntaste si al volver todo estaría igual que antes y yo respondí que sí. ¿Recuerdas?
Lauren negó con la cabeza aunque no tenía muchos argumentos a eso, si, se lo había dicho, ¿pero acaso no veía que las cosas habían cambiado? Ella no era la misma mujer que entró a esa dimensión unos meses atrás. No podía perder lo que había conseguido, cosas que no quería o había pensado tener y después que las experimento se hicieron imprescindibles. Lo miró por unos segundos y negó con la cabeza, no se iría - No me separaras de ellos, de mi esposa y de mis hijos… me voy a casa – dijo
Se montó en el vehículo y llegó a casa en diez minutos.
No podía perderla, ni a ellos, simplemente no lo permitiría.
Cuando entró en la casa sintió que su corazón retumbaba ya que no se escuchaba ningún sonido ¿la habrán enviado ya a su realidad y ahora estaba completamente sola?
Corrió hacia la cocina y en el marco de la puerta volvió a respirar. Allí estaba ella…
-Camila… - susurró y la miró cortando unos tomates para la parrillada, tenía la cabeza ladeada como si estuviese medio concentrada en otra cosa y estaba usando un delantal blanco. Se veía hermosa y ella iba a perderla…
Faltaba poco para que se fuera de ese mundo…
Cerró los ojos entendiendo que todo lo que le pudo decir a Shawn es falso, ella no tenía control de nada, ni cuando la arrastraron a un mundo que no quería conocer ni cuando la devuelven al que pertenece pero de alguna forma ya no desea.
En ese momento Camila se volteó y sonrió ligeramente - ¿Trajiste el carbón? – preguntó mirándola con sus ojos brillante y llena de confianza.
Lauren sintió que su corazón se retorcía y caminando tres zancadas llegó a su lado. La miró lentamente, como si estuviese detallándola y ella frunció el ceño, tal vez por la contrariedad de sentimientos que debía mostrar su mirada. Lauren tomó su cara entre las manos y la besó posesivamente. Su intención era rozar sus labios pero toda esa idea se fue al caño cuando la tocó.
¿Quién sabe si podré volver a hacerlo? – le susurró el inconsciente y en respuesta la pegó en el mesón, abrió su boca y la besó desesperada, ansiosa, tratando de tomársela toda con esa unión.
Ella gimió y apoyó sus manos en la camisa de ella, arqueándose y pegándose más a su cuerpo.
Lauren bajó las manos hasta rozar su espalda baja y la cargó un poco, unos segundos después escucharon que alguien se aclaraba la garganta varias veces reticentemente liberó sus labios aunque sin apartarse ni un centímetro.
Camila apoyó la cabeza en sus pechos y empezó a respirar aceleradamente. Ella volteó para encontrar a Ally y Troy mirándolas picaros y medio avergonzados y sonrió en forma de saludo.
Sintió una mano en su mejilla y observó de nuevo a Camila - ¿Estás bien? – preguntó ella acariciándola.
No… - quería decir – ¡no quiero irme!… - gritó su interior pero en vez de eso ella asintió y sonrió ligeramente.
-Iré a preparar todo – anunció y ella sonrió para continuar con su tarea con la recién llegada Ally y Lauren caminó con Troy hacia el patio para empezar a organizar todo.
Troy hablaba sobre los resultados del futbol y ella conversaba un poco ausentemente. Cada vez que pasaba unos minutos era como si se dijera "es la última vez que hablare con él" o "es la última vez que hare una parrillada en este mundo"
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Varias horas después ya estaba todo el grupo reunido, la parrilla la estaban cocinando Dinah y Lauren, quien había pasado todo el día conversando con todos y jugando con los niños. En cada descanso abrazaba a Camila y ella la acariciaba sonriendo. Trataba de estar en todos los lados a la vez, aunque no lo conseguía ya que su concentración se había ido a la mierda desde que vio a Shawn en la mañana.
-Vas a dejar quemar la carne – gruñó Dinah y la apartó de la parrillera, al parecer por estar observando a Camila había descuidado sus labores de cocinera.
Lauren sonrió al ver como Dinah se hacía cargo de la preparación mientras estaba a su lado. Si hay algo de lo que Dinah nunca bromeaba era sobre la comida, claro los cincuenta kilos de musculo daban un ejemplo sobre la importancia de eso en su vida, ya que amaba sus dietas.
Suspiró hondo y se acercó un paso – Dinah… si nunca hubieses decidido vivir en Portland con nosotras ¿a dónde hubieses ido?
Ella la miró confundida - ¿Vamos a jugar a las adivinanzas? O ¿es que quieres que me convierta en una dama y te cuente mis sueños y fantasías?
Lauren rodó los ojos y la empujó fuertemente, aunque sin lograr que se balanceara gran cosa. Nunca lo diría en público, pero sabía que no tenía ningún tipo de posibilidad en una pelea con Dinah – Sígueme la corriente por favor – dijo casi desesperada, aunque aparentando bastante bien. Tenía ocho años que no la veía y cinco que no sabía dónde estaba. Habían roto relaciones y ella deseaba saber por lo menos algún indicio para ubicarla.
Dinah bufó sonoramente, y siguió cocinando, por unos segundos pensó que no le iba a contestar, pero después la miró sonriendo – Hace varios años, antes que decidieran Camila y tu vivir en Portland, Mani y yo habíamos pensado comprar una pequeña finca en Texas o tal vez abrir una consulta en el sur de Seattle… cualquiera de esas dos hubiesen sido válidas.
-¿Por qué decidiste venir a Portland? – preguntó deseando no haberlo preguntado antes o no saberlo como debía hacerlo.
Dinah se encogió de hombros – Tu y Camila necesitaban ayuda con Sophie y encontré una plaza en este sitio. La verdad es que a Mani le enamoró la idea que le vendió Camila, sobre que todos viviéramos cerca como una verdadera familia, ya sabes que con toda esa historia de los orfanatos y hogares temporales en los que vivió, no había nada que quisiera más que una familia.
Lauren asintió sin saber muy bien esa historia, no recordaba que Normani le hubiese contado algo así, que era huérfana – Me alegra haberme ganado el derecho de ser tu familia – dijo aunque sabía que no era cierto. Ella debió haber estado con Dinah en su boda, mantenido el contacto, apoyándola cuando la necesitaba si la necesitaba.
Dinah se encogió de hombros – Hey, ya sabes lo que te dije el día de mi boda… demonios… - negó con la cabeza y rodó los ojos – ya me estás haciendo hablar de sentimientos… ¿ves lo que haces?
Ella rió y negó con la cabeza - Claro… - dijo un segundo después – tu boda…
Su amiga colocó la comida en un plato y le guiñó un ojo – Siempre hermanas… ¿no?
Lauren quedó paralizada por unos segundos y parpadeó repetidas veces – Hermanas… - repitió palmeando su espalda y caminando a la mesa. Mierda… fue una maldita bastarda al no asistir a esa boda.
Se sentó a comer y sintió como Camila la abrazaba cariñosamente besando su cuello. A su lado tenía a Ally que comía tranquilamente y la miraba interrogativamente.
Le cortó la comida a Sophie y ella sonrió ampliamente mientras hablaba como una pequeña lora y todos comieron en familia, felices, sonriendo. Todos menos Lauren. Ella los miraba a todos y era como si en verdad estaba en su despedida, pero sin que nadie más lo supiera.
Después del almuerzo empezaron a cantar en Kareoke y ella sonriendo observó a Ally sentada en una esquina viendo un dúo entre Troy y Mani cantando Againts All Odds.
Caminó hasta ese extremo y se sentó a su lado. Ella la miró y sonrió por un segundo antes de volver a observar a su esposo.
Lauren se apoyó en la silla y la miró por unos segundos – Nunca te agrade demasiado ¿verdad? – le preguntó por fin logrando así que no le quedara nada por dentro.
Ella la miró sorprendida por unos segundos - ¿De qué hablas? Soy la madrina de tu hija y tú el de mi hijo… ¿cómo dices que no me agradas?
-No lo sé… - confesó ella teniendo por fin una conversación que había sido pospuesta muchos años – a veces, casi siempre, pareciera que sí, pero hay otras veces donde me miras inquisitivamente, sobre todo cuando nos conocimos en la universidad.
Ally rió y bebió un poco de su trago – Es que en la Universidad eras una idiota… - Ella la miró confundida y ella bufó sonoramente – vamos Lauren, sabes que tengo razón.
-¿Lo sé? – preguntó ladeando su cara.
-Eras egoísta, egocentrista, malcriada, lo cual pareciera ilógico ya que no hay seres más noble y dulces que tus padres… así que… por supuesto que no me agradabas.
-Yo no era así… - replicó ofendida.
-Claro que lo eras… y hacías sufrir a mi amiga, lo cual nunca podría perdonarte ya que Camila había sufrido suficiente.
Lauren negó con la cabeza y frunció el ceño – Creo que te estas equivocando de persona.
Alky negó con la cabeza – Tu no lo sabías – se encogió de hombros – no veías como ella a veces llegaba llorando a mi cuarto porque no se sentía importante para ti, como creía que le dabas las migajas de tus ambiciones y deseos. Como pensaba que era lo último en tu lista y por eso cuando te fuiste… no te dijo nada… yo estuve allí cuando te escribió la carta, yo la consolé cuando ella repetía que no podía hacerte eso, que no quería sentirse culpable de que perdieras tus sueños… aunque yo sabía lo que en verdad le preocupaba.
Ella tragó cada una de las palabras observando reír a Camila. ¿Ella se sentía así en ese tiempo?... pero la amaba, ¿cómo pudo creer otra cosa?
Recordando todo su noviazgo en la universidad no pudo hacer otra cosa que taparse la cabeza con las manos y negar repetidas veces. Era cierto y no podía negarlo por más que se tratara de hacerlo. Ella tenía una visión de vida y Camila simplemente fue algo accidental y que no tomó completamente en serio.
Cuando ella no fue a Londres ¿Una parte de ella se sintió aliviada de eso? ¿Será por esa razón que no la buscó con tanto ahínco como debió haberlo hecho?
-¿Qué era lo que le preocupaba? – preguntó casi sin voz sabiendo que tenía que saberlo.
Ally apretó el agarre de su vaso y ella escuchó que respiraba hondo – Que en el momento de elegir no lo hicieras por ella… - Lauren se tapó la boca con una mano y respiró hondo – mi amiga tenía muchas virtudes. Era cariñosa, bondadosa, inteligente, y no había una pizca de egoísmo en su ser. Pero tenía un gran defecto adquirido y en ese tiempo fue peor que nunca ya que estaba unido a lo insegura que la hacías sentir, sobre todo porque estaba tan escondido en su ser que nunca lo hubieses podido descubrir.
-¿Cuál era ese defecto? – preguntó mirando como Camila tomaba las manos de Sophie y empezaba a dar vueltas riendo.
-Pensaba que no valía lo suficiente para que la quisieran… tal vez por causa de sus padres y como la ignoraban o le exigían tratando de volverla otra persona – Ally volteó y la observó haciendo que ella hiciera lo mismo – pero tu hiciste que dejara de pensar eso así que… no Lauren… no te odio, resentí a esa adulta inmadura que no sabía valorarla, porque ella se merecía y se merece todo lo bueno del planeta, pero amo a la mujer que la convirtió en eso… - dijo señalando como Sophie y ella reían tiradas en el césped.
-¿En qué…?
Ally se levantó y le guiñó un ojo – En una mujer feliz y completa…
Lauren le sonrió en respuesta y la observó caminar hacia Troy felicitándolo por su interpretación.
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Llegó la noche y se empezaron a ir todos. Abrazó a cada una de las personas que conoció en ese sitio, excepto a Lucy, disimuladamente le dio únicamente la mano para despedirse.
Desde que decidió no tener nada con ella, le había dejado claro que no estaba interesada, incluso de una forma hasta grosera para que parara de molestarla.
Los últimos en irse fueron Ally, Troy, Mani y Dinah que ayudaron a recoger y lavar todo antes de retirarse. Tal vez debieron pensar que estaba loca, porque con cada uno de ellos pasó más tiempo del normal abrazados.
Escuchó que Camila suspiraba y sonrió al voltearse y apoyarse en la pared – Gracias – dijo ella sonriendo.
-¿Por qué? – preguntó con el ceño fruncido.
-Por un buen día – dijo encogiéndose de hombros – además creí que dirías hoy lo del cambio de trabajo y agradecí tener una reunión normal antes de los llantos, despedidas y paranoia de mi amiga.
Ella sonrió y se acercó a su lado besando su frente – He decidido declinar la oferta de Benjamín – dijo suavemente.
Ella la miró confundida – Pero… eso era lo que querías… no quiero que pierdas esta oportunidad por mi… yo te dije…
-Camz… - la detuvo tapándole la boca – fui yo quien decidió esto, no tú, ¿entiendes?
Ella asintió y besó su cuello – Lo siento…
Ella rió y la abrazó con fuerza – Yo no… - dijo sabiendo que esa había sido la única buena decisión que había tomado en mucho tiempo – te propongo algo… toma un baño o relájate y yo acostare a los niños…
La miró confundida y negó con la cabeza – Debería por lo menos disimular diciendo que no podría dejar que lo hicieras sola pero…
Lauren se carcajeo y besó su frente – Ya se lo que te encantan los baños de espuma… ve… - le dijo guiñándole un ojo y cuando se volteó le dio una nalgada causando que gritara de la impresión.
Primero subió al cuarto de Ethan, al que cambió y colocó en la cuna, aunque ya estaba más dormido que despierto, por lo que a los diez segundos estaba completamente rendido – Me hubiese gustado verte crecer… - susurró acariciando su mejilla – Adiós Ethan – le dijo respirando hondo y sintiendo como su pecho se comprimía un poco.
Entró al cuarto de Sophie y sonrió al verla con la pijama, jugando con unas muñecas en la cama – Hora de dormir – dijo Lauren quitándole los juguetes y haciendo que se acostara.
-No tengo sueño… - dijo ella arrugando la cara – léeme un cuento mamá… - le pidió sonriendo y ella se sentó en la silla que estaba al lado de la cama.
Lauren suspiró y observó los pequeños libros de cuentos pero un segundo después miró a Sophie sonriendo - ¿Quieres que te cuente la historia del ángel con reflejos castaños?
Ella sonrió y asintió emocionada acomodándose en la cama.
Lauren sonrió y se acomodó en la silla - Era un ángel que vagaba por la tierra, con una cabellera castaña que a la luz reflejaba como si fuera más oscuro o color cafe, poseía los ojos brillosos y un corazón tan grande que su motivación en la vida era luchar por las causas perdidas. Salvar a todos.
-¿Y qué paso con el ángel? – preguntó en un bostezo.
Lauren sonrió - Encontró a la causa más perdida de todas, una persona que ansiaba todo lo que nunca había tenido y obviaba lo que creía una carga, como el amor o las obligaciones.
-Mamá dice que el amor es lo más importante – dijo ella y cerró los ojos, se veía que se estaba durmiendo pero quería saber el resto de la historia.
Asintió - Esa es exacta la enseñanza que le dio ese ángel a la persona, lo envolvió en su embrujo e hizo que anhelara mundos distintos, incluso soñar imposibles…
Sophie sonrió y se colocó de lado mirándola, aunque se veía que le costaba mantener los ojos abiertos - ¿Y qué paso al final?
Lauren acarició su mejilla y cerró los ojos un segundo - La saco del mundo de la oscuridad y le dio el regalo más grande de todos… y después se lo volvió a dar. Se enamoró de ella por una razón que nunca entendió, y viven felices junto a sus dos hijos.
Sophie sonrió - Los ángeles no se casan - dijo risueña y soltó un enorme bostezo.
Lauren besó su frente y acarició su mejilla - Eso fue obra de otro ángel mi preciosa niña, uno que quiso que la mujer viera lo que se estaba perdiendo y lo que su corazón anhelaba…
-¿Y vivieron felices por siempre? - preguntó inocentemente.
Ella levanto la mirada y la fijó en las muñecas que estaban colocaras decorativamente detrás de la cama. No sabía que contestar a eso, la mujer de esa realidad, la Lauren que regreso dos días después de Londres si lo haría, ella… no tenía ni idea.
-Te amo Sophie - le susurró besando de nuevo su cabello, evitando responder su anterior pregunta.
-Yo también mamá - dijo cerrando los ojos y quedándose dormida.
Lauren se quedó un rato observándola sin decir palabra, solo imaginándose como iba a ser cuando fuera grande, con Camila como madre y siendo la niña hermosa, extrovertida y cariñosa que era – Cuídate Sophie – le susurró acariciando su mejilla – tengo que regresar a mi nave espacial.
Salió del cuarto y escuchó que Camila estaba en la cocina, tal vez ya salió del baño. Entró a su cuarto y se duchó rápidamente colocándose únicamente la ropa íntima como pijama de color gris. Cuando emergió del baño sonrió al encontrarla sentada en la cama con un albornoz azul de flores blanca bebiendo un vaso de agua.
Ella sonrió al verla y dejó el vaso en la mesita de noche - ¿Todo bien con los niños?
Lauren asintió y se sentó a su lado acariciando su mejilla suavemente. La miró fijamente y volvió a asombrarse de lo hermosa que era, además parecía que su piel brillaba pero sabía que era por el jabón que usó en el baño y las cremas frutales que se olían en el ambiente.
Bajó la mano y suspiró hondo. Para ella esa experiencia iba a ser la más distinta y extraordinaria de su vida, pero ella no tiene ni idea de que no es igual a su esposa.
Y en ese momento temió que nunca la recordara, de que haya sido un espejismo de su vida. Unos meses donde Lauren Jauregui se volvió un poco loca pero después se normalizo de nuevo. De igual manera sabe que no fue igual a su esposa, que la hizo llorar, y de alguna forma quería disculparse por eso - Sé que en estos últimos meses he hecho muchas cosas inusuales… – empezó sonriendo ligeramente.
Ella sonrió a su vez y entrelazó sus manos - Ha sido interesante, eso puedo asegurártelo – susurró sonriendo y mirándola con tanto amor que ella sentía que su corazón se estrujaba un poco más, ya que en su vida, no había nadie que la mirara así.
-Pero he hecho algunas cosas buenas ¿no es así? – preguntó pidiendo que ella no la haya odiado completamente, deseando que no solo la haya hecho sufrir.
-Has sido Lauren Jauregui y eso siempre va a ser bueno – dijo acariciando su mejilla y se acercó a besar sus labios – La mujer más dulce, cariñosa… - le susurraba en cada beso – y a la que amo como nunca.
Ella acarició su cabello y la atrajo para besarla más profundamente. Rodó para acostarla en la cama y delineó sus labios acariciando su cuerpo sobre la tela de seda del albornoz.
Deseaba sentirla una vez más, que le hiciera el amor y por un momento olvidar que el mañana iba a ser tan vacío como el resto de todas las cosas que ganó en su mundo.
Se separó un poco acariciándola y bajó las manos hasta el lazo del albornoz desatándolo rápidamente. Ella se levantó de la cama y dejo caer la tela mostrándose completa a ella, con el cabello cayendo en su espalda y mirándola con amor y deseo.
Camila caminó hasta quedar entre sus piernas y la besó abrazándola por el cuello mientras Lauren la tocaba por toda su espalda y su cuerpo que se lo ofrecía parada frente a ella.
Después empezó a besar su cuello, hombros, y tomando su cadera con una mano besó sus senos que le quedaban prácticamente en la cara, tocándolos, succionando y disfrutando cuando ella emitía pequeños gritos por la forma en como le hacía sentir.
-Te amo… - repetía Camila en forma de gemidos y ella la apretó más a su cuerpo cerrando los ojos y sintiendo como su pecho le explotaba y le exigía que le demostrare cuando la amaba a su vez.
-Eres tan hermosa… - dijo mientras la acostaba de nuevo en la cama acomodándola en el centro y acostándose sobre ella. La miró por unos segundos, tenía ya los labios hinchados y se removía sobre ella, deseosa de todo lo que pudiera darle – tan… tan hermosa – repitió empezando a besar su piel de nuevo.
Ella gimió y con sus piernas empezó a bajar su pantalón. Lauren se movió para ayudarle a terminar el trabajo y unos segundos después ambas estaban entrelazadas completamente desnudas.
Camila la volteó y empezó a besar su cuello, apretaba y mordía sus pechos y ella la acariciaba respirando aceleradamente, demonios… con solo tocarla era suficiente para que llegara casi al límite. Empezó a bajar besando su abdomen y cuando iba más abajo Lauren bajó la cabeza para verla como atrapaba con sus manos y sus labios su erección.
Se tapó la boca para evitar emitir el grito por sentirla complaciéndola así ya que estaban los niños en habitaciones cercanas, y trato de agarrarla para que no lo hiciera. Ella tomó sus manos evitando que la interrumpiera y medio segundo después ya era demasiado tarde.
Sentía tanto placer que era inexpresable y todo le resultaba sumamente erótico. Verla darle placer y su cabello castaño las envolvía como si fuera una capa entre ellas. Movió una pierna para tocar su sexo, su punto más sensible y empezó a tocarla para llevarla al mismo sitio donde la estaba enviando.
Escuchó como gemía entre ella y ambas tenía las manos tomadas, apretándolas. Cuando se sintió ya casi cerca a terminar, y que iba a perder el control, la jaló por las manos evitando que la hiciera acabar con su boca y se besaron frenéticamente. Ella también había estado cerca, lo presentía por la forma en cómo se estremecía y encerrándola con su cuerpo llevó su mano a ese punto haciendo que unos segundos después explotara tragándose sus gritos con sus labios.
La sentó en la cama y todavía sin que dejara de estremecerse por los espasmos se introdujo en ella causando que arañara su espalda y se pegara en su ser.
La tomó rápidamente, indomable, con su cabellera entre las manos y pidiéndole que la mirara todo el tiempo – Te amo… - susurraba Lauren en sus labios sin permitir que cerrara los ojos.
-Si… si… si…- repetía ella tocándola en donde llegara y abrazándola fuertemente.
-Di mi nombre Camila… - pidió arremetiendo contra su ser.
-Lern… - la poseía más y más adentro, besándola y unos minutos después hizo que volviera a explotar más fuerte que la primera vez.
Pero en ese momento ella cerró los ojos y se controló lo más posible, no quería que se acabara, no quería… empezó a moverse lentamente, sobre y dentro de ella, mientras la veía estremecerse por su orgasmo anterior – Mírame… - le pedía agarrando su cabeza.
Ella se había dejado caer en la cama y la miraba completamente saciada y con amor – Lauren… - susurró ella acariciando su cabello.
-No… - dijo Lauren arremetiendo un poco más rápido y cerrando los ojos para tratar de controlarse, pero estaba tan cerca que sabía que era imposible su deseo de durar eternamente.
-Déjate llevar cariño… - susurró Camila acariciando sus brazos y mordiendo sus labios – quiero sentirte… - y esas palabras, la forma en como levantó sus caderas para que llegara hasta lo más profundo de su ser y el amor con el que la miraba hizo que le fuera imposible esperar más tiempo y explotó como nunca lo había hecho antes. Vio fuegos artificiales, la luna, hasta que un segundo después todo fue negro, cayendo contra sus pechos mientras trataba de normalizarse.
Nunca había sentido algo así antes.
Camila acariciaba su espalda y ella quedó allí, sobre su cuerpo desnudo y mojado del sudor sin siquiera poder salirse de su interior - Necesito que me recuerdes Camila – susurró sin verla, unos minutos después, apretada a su cuerpo.
Escuchó que reía bajito – Creo que es imposible que no lo haga…
Ella levantó la mirada por fin y acarició su mejilla negando con la cabeza – Que me recuerdes como soy en este momento, siempre… necesito que guardes esta imagen en tu corazón y la mantengas en ti, no importa lo que pase – dijo un poco desesperada y por la forma en como la observó se dio cuenta que la había preocupado.
-¿Te encuentras bien? – preguntó alarmada tomando la cabeza entre sus manos y mirándola preocupada.
-Si… - dijo sonriéndole pero la verdad no estaba tan bien como decía, sentía como si estuviesen apretando su corazón hasta hacer que casi explote - solo prométeme eso por favor… porque si no lo haces es como si nunca hubiese ocurrido y no creo que pueda soportarlo.
Ella la miró y sonrió ligeramente - Lo prometo.
Lauren negó con la cabeza, eso no era suficiente, necesitaba más, que no lo tomara como broma, porque nunca había hablado más en serio -Prométemelo de nuevo.
Camila dejó de sonreír y la empujó para sentarse y mirarla fijamente. Lauren se salió de ella y se sentó a su vez mirándola de frente. Dejó de respirar cuando se arrodilló y empezó a acariciar su cabello mirándola solemnemente y haciendo que ella se relajara un poco – Lo prometo… - volvió a decir acariciándola y dándole lo que había pedido. Una firme palabra de que el tiempo que paso con ella fue importante para ambas.
Ella unió sus frentes y acarició su espalda desnuda – Camila… - dijo sintiendo que su corazón se oprimía aún más – siempre fuiste importante, el problema es que yo no me di cuenta hasta qué extremo…
Ella la miró confundida y acarició su cabello – Lo sé… - susurró besando su frente – vamos a dormir…
Lauren tragó grueso y asintió – Acuéstate… yo verificare que todas las puertas están cerradas.
-Ya yo lo hice… - dijo buscando una dormilona blanca y colocándosela encima de su cuerpo.
-Déjame revisar de nuevo… no dormiré tranquila si no lo hago - Camila asintió y ella sonrió, besó sus labios de nuevo, se colocó su ropa y salió de la habitación por unos minutos.
Revisó cada cerradura, observó cada foto y rincón de la casa. Una hora después entró al cuarto y la encontró profundamente dormida en su lado de la cama.
Se sentó en un mueble y la observó dormir, decidida a combatir lo imposible. No dormiría, y con eso evitaría que se la llevaran lejos.
-Lo siento… - le susurró varias horas después cuando ya sentía que sus ojos se cerraban solos.
Y dos minutos después había quedado completamente dormida sobre el sillón del cuarto.
Espero terminarla para año nuevo, disfruten.