-Lindo lugar. – dijo Luke seguido de un silbido.
Todos estábamos detrás de él, incluido Dylan que tenia los brazos cruzados mientras fingía desinterés, sonreí ante esa imagen, ¿Por qué se empeñaba en hacerse el duro?
Emily, Ana, Ryan, Luke, Dylan y yo habíamos quedado en la misma cabaña, las cuales eran para máximo ocho personas, se veía lindas desde afuera, aunque no sabía si por dentro eran igual de bellas porque Luke seguía como tonto parado en la entrada y ninguno de nosotros podía ver al interior de la cabaña, me moví por entre mis amigos.
-Eres mi amigo Luke, pero no puedo seguir parada aquí afuera. – le dije cuando llegue a él y lo empuje al interior de la cabaña, mis amigos murmuraron un “Gracias Belleza” imitando la voz de Ryan y entraron.
-Fue un placer. – murmure con una sonrisa. Mire a Dylan que seguía con los brazos cruzados. – Anímate ¿quieres? Quita esa cara y sonríe un poco. – le dije pellizcando sus mejillas como si fuera un niño.
Él se movió para que lo soltara. – Oye, oye… no soy un muñeco para que me trates así. – dijo con fastidio en la voz, pero yo sabía que estaba reprimiendo una sonrisa. Sonreí y entre a la cabaña con él detrás de mí.
Una vez dentro no pude ocultar mi sonrisa, la cabaña era realmente preciosa, tenía una enorme chimenea y sillones alrededor, la cocina era muy linda, había cuatro puertas, los chicos ya estaban viendo lo que había, una de las puertas era el baño, las otras dos eran las recamaras con dos literas cada una y la ultima puerta, era una habitación para una pareja, tenía una cama matrimonial y su propio baño.
-Tenemos un problema mi estimada Taylor. – Me susurro Ana en voz baja para que solo la oyera yo.
-¿A qué te refieres? – pregunte mientras ambas mirábamos la cama matrimonial.
-Quiero esta habitación para Luke y para mí, apuesto a que tú la quieres para Dylan y para ti. – dijo.
-No lo había pensado, pero tienes toda la razón mi amiga. – dije mirándola.
-¿Qué hacemos ahora? – pregunto.
Después de unos segundos troné los dedos. – Ryan.
-Cierto.
-¡Ryan! – gritamos al mismo tiempo, él apareció frente a nosotras a los pocos segundos.
-¿Qué ocurre? – pregunto.
-Quiero esta habitación, pero Taylor también la quiere. – le explico Ana.
Ryan bufo como si la solución fuera my sencilla. –Pues compártanla. – dijo como si fuera lo más obvio.
-Claro, a Dylan le encantara compartir la cama con Luke, con Ana y conmigo, tendremos dulces sueños los cuatro. – comente sarcástica.
-Ya veo por dónde va el asunto. – dijo rascándose la barbilla pensativo. – Hagamos esto, cara, Taylor se queda con ella, cruz, Ana se la queda. – dijo sacando una moneda del bolsillo se sus jeans.
-De acuerdo. – dijimos Ana y yo a la vez.
Ryan lanzo la moneda al aire y yo me mordí el labio de ansiedad, espero que mi suerte no esté tan jodida, la moneda cayó en la mano de Ryan y cuando la vio sonrió – Chan, chan, chan ¿Qué será? – pregunto con misterio.
-Deja ese teatro y dinos que es. – le dijo Ana igual de ansiosa que yo.
-Es cara, lo siento Ana. – Dijo Ryan mostrando la moneda, en efecto, era cara.
Sonreí como una loca. – Te gane. – Le dije a Ana con una sonrisa.
-Tramposa. – dijo enseñándome la lengua divertida.
-No se puede hacer trampa en eso. – le dijo Ryan.
Tome mi maleta y entre a la habitación, estaba tan cansada por el viaje que me deje caer en la enorme cama, mire mi reloj de muñeca, las 10: 11 am, habíamos llegado temprano en la mañana y el profesor de biología dijo que podíamos descansar el resto de la tarde para reponernos del cansado viaje en autobús y que en la noche habría una gran fogata. Cerré los ojos y deje salir un suspiro de satisfacción por lo cómoda que estaba, unos minutos más tarde escuche a alguien entrar pero no abrí los ojos, sentí a alguien acostarse a mi lado y después un brazo alrededor de mi cintura, reconocí el olor de Dylan, me gire en sus brazos y escondí mi cara en su cuello.
-¿Te desperté? – pregunto en voz baja.
-No bebé. – conteste medio dormida.
Soltó una pequeña risa. – ¿Me dijiste bebé? – pregunto divertido.
Mierda, sentí como mis mejillas se calentaban, lo dije sin pensar. – Claro que no, es tu imaginación. – conteste.
-Si claro. – comento sarcástico.
Me acurruque junto a él y en pocos segundos me quede dormida.
***
Me desperté por el inmenso calor que sentía, era el calor que me daba Dylan, me levante de la cama con cuidado de no despertarlo y salí de la habitación. Ryan y Ana estaban sentados en el sillón platicando, camine hacia ellos y me deje caer en el sillón a un lado de Ryan.
-Hasta que despiertas. – dijo Ryan con una sonrisa.
-¿Dónde están los demás? – pregunte.
-Luke sigue dormido y Emily también, no es por nada pero ambos roncan como una morsa con gripe. – dijo Ryan riendo.
-Es cierto. – dijo Ana con una sonrisa. - ¿Dónde está tu príncipe oscuro? – pregunto,
-¿Príncipe oscuro? ¿Enserio? – conteste divertida, ella solo se encogió de hombros. – Sigue dormido, me alegra decir que él no ronca.
-Él es tan diferente contigo. – comento Ryan distraído.
Ana suspiro soñadoramente. – Si, él se ve tan relajado y contento, no parece el mismo Dylan que conocemos, Luke dice que cuando está contigo se parece al que era antes.
Sonreí inconscientemente – Me gustaría que se arreglara el asunto de Dylan y Luke, no creo que deba quedarse como está ahora.
-¿Qué te ha dicho Dylan? – pregunto Ana.
-Nada, él no me ha dicho nada, no hablamos mucho de eso. – conteste.
-Claro, están muy ocupados metiendo la lengua en la boca del otro como para hablar. – dijo Ryan divertido.
-Cállate, si lo dices así suena asqueroso. – Comente – bueno, como sea, aun tengo sueño, apenas son las dos de la tarde y quiero seguir disfrutando de esa enorme cama. – dije seguido de un bostezo
-Corrección belleza, quieres seguir disfrutando del dios griego que está en tu habitación. – dijo Ryan con una sonrisa.
-Los veo en un rato chicos. – comente con una sonrisa mientras negaba con la cabeza.
***
Faltaban diez minutos para las ocho, Dylan estaba en el baño duchándose, mientras que yo deslizaba un vestido sencillo color crema por mi cuerpo, estaba tratando de abrochar el cierre del vestido cuando la puerta del baño se abrió y Dylan salió únicamente con unos vaqueros negros que le quedaban de muerte, su torso desnudo y su cabello mojado, tenía una toalla colgando de sus hombros. Su mirada se fijo en mí.
-¿Me ayudas a subir el cierre de la espalda? – le pregunte.
Él sonrió de manera traviesa y se acero a mí, dejando la toalla a un lado. – ¿No te gustaría que en vez de subirlo lo bajara? Eso sería más divertido. – dijo poniendo las manos en mi cintura. – Te vez tan inocente con ese vestido. – murmuro mirando mis labios.
-¿Eso te pone? – pregunte para provocarlo, las palabras habían salido de mi boca antes de que me diera cuenta.
Me apretó mas a él y yo puse mis manos en su pecho, mierda que fuerte. – Mucho. – contesto antes de enredar una mano en mi cabello y besarme con fuerza, me llevo hasta la pared, donde me aprisiono y siguió besándome con intensidad, no pude evitar gemir en su boca, provocando que él gruñera cuando sentí una de sus manos en mi trasero, sentí su erección en mi abdomen, enrede mis manos en su cabello mientras él besaba mi cuello y la cima de mis pechos, luego volvió a juntar nuestros labios, nuestras respiraciones eran aceleradas. Alguien toco la puerta rompiendo la magia del momento. Dylan gruño fastidiado.
-Chicos, ya es hora de irnos. – se escucho la voz de Luke del otro lado.
-Ya vamos. – conteste. Dylan me miro por unos segundos y luego me dio la vuelta, deposito un beso en mi hombro y luego subió el cierre de mi vestido.
-Gracias. – murmure, me senté en cama y me puse mis botines cafés, Dylan se puso una camiseta blanca.
***
Estábamos alrededor de la fogata, éramos como veinticinco alumnos y estábamos escuchando historias aburridas de terror que el profesor se empeño en contarnos, mi cabeza estaba sobre el hombro de Dylan, el calor de la fogata nos mantenía cómodos, pero aun así se sentía un poco de frio, por eso estábamos tapados con unas mantas, Dylan jugaba con nuestras manos entrelazadas debajo de la manta, no tenía nada de frio y me sentía muy cómoda a su lado. Dylan y yo somos tan extraños, a veces quiero arrancarle la cabeza con mis propias manos y mandarlo a mierda, pero otras veces, solo quiero tenerlo cerca, sentir su calor, su aroma, oír su voz y ser la única que sepa lo dulce y tierno que es.
-¿Tienes frio? – pregunto.
-No, de hecho estoy muy cómoda. – dije levantando mi cabeza de su hombro para mirarlo.
Me miro de una manera que me dejo sin palabras, no sabía que significaba aquel brillo en sus ojos, se acerco a mí y me dio un beso suave y corto en los labios. Luke empezó a hablar, al parecer nos contaría una historia de terror.
-Deberías escuchar eso nena, es una buena. – dijo Dylan señalando con la cabeza a Luke.
Le puse atención a Luke, él se aclaro la garganta y comenzó a hablar. – Estaba con un amigo jugando en una casa abandonada, siempre nos metíamos ahí para jugar, teníamos como siete años o algo así, un día estábamos jugando escondidas cuando un niño apareció y nos pregunto si podía jugar, nosotros le dijimos que si y que le tocaba buscarnos, nosotros nos escondimos mientras él contaba hasta veinte, ambos nos escondimos en un ropero, era de los pocos muebles viejos que había en esa casa, dejamos la puerta del ropero medio abierta para ver el exterior y vimos al niño ir de un lado a otro buscándonos, hasta que de un momento a otro ya no lo vimos mas, de repente, se escucho que a un lado de nosotros el niño nos decía “Los encontré”. Ambos salimos corriendo, mi amigo salió gritando como niña hasta la calle, porque vamos, ¿Quién mierda… perdón profesor no vea así, como decía… ¿Quién demonios aparece de la nada en un ropero contigo? En ningún momento el niño abrió la puerta o lo vimos cerca del ropero, simplemente se apareció ahí dentro con nosotros…
-Que mentiroso, él que salió corriendo como niña fuiste tú. – Dijo Dylan de repente, todos lo voltearon a ver sorprendidos, incluyéndome.
-No, estoy seguro que fuiste tú. – le contesto Luke con un poco de sorpresa.
-No es cierto, como sea, termina de contarles.
Luke asintió todavía sorprendido y era justificada su sorpresa porque Dylan hablo sin enojo o fastidio, casual y viniendo de él, eso era mucho. Luke continúo con el relato. – Bueno, después de eso, no volvimos a entrar ahí jamás y días después nos enteramos que en esa casa vivía una pareja de casados con su hijo, dicen que el señor se fue de ahí después de que misteriosamente, su esposa y su hijo desaparecieran.
-¡Oh por dios! ¿Qué no es el caso de la familia Kenton? – pregunto Emily.
-El mismo. – contesto Luke.
-Dijeron que los policías nunca encontraron nada en la casa y que el señor Kenton estaba loco. – dijo uno de los chicos que estaba sentado alrededor de la fogata mientras calentaba malvaviscos.
-Dicen que se volvió tan loco que mato a su esposa e hijo y luego los enterró muy profundo en la casa y que nunca encontraron los cuerpos. – dijo otro.
Me gire a ver a Dylan. - ¿eso es cierto? – le pregunte.
Él asintió. – Si, lo es, lo de la familia Kenton paso antes de que naciera pero nunca ocuparon la casa hasta hace apenas unos años, la familia Roberts vive muy feliz ahí.
-Entonces el niño con el que según jugaron era…
-Jamie Kenton, fue un día muy extraño ese. – dijo
-¿Qué paso con el señor Kenton.
Dylan se encogió de hombros. – Nadie lo sabe… ¿te asusta que venga por ti en la noche? – pregunto divertido.
-Claro que no. – conteste con una sonrisa.
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Aqui un nuevo capitulo ¿que les parecio? ¿les gusto?
no olviden dejarme sus comentarios, amo leer cada uno de ellos.
Si les gusto el capitulo, regalenme un voto <3
Les dejo la cancion de "Ghost" de Ella Henderson
Hasta la proxima :'D
-Laura Sánchez.