Un novio de mentiras

By Imsweet_shit13

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Lo que empezó como un simple y sencillo trato, donde cada parte ganaba algo, terminó iniciando una historia... More

Pʀᴏ́ʟᴏɢᴏ.
01. Uɴ ɴᴜᴇᴠᴏ ʜᴏɢᴀʀ.
02. Pʀᴏʙʟᴇᴍᴀs.
03. Cᴀsᴛɪɢᴀᴅᴀs.
04. Uɴ ʜᴇʟᴀᴅᴏ?
05. Cᴏʀʀᴀɴ.
06. Cᴏɴsᴇᴄᴜᴇɴᴄɪᴀs.
07. Yᴏᴜ ᴀʀᴇ ᴄʀᴀᴢʏ?
08. ¿Es ʙʀᴏᴍᴀ?
09. Esᴛᴏ ᴇs ᴍᴜʏ "REAL"
10. Eʟ ʙᴇsᴏ.
11. 𝐸𝑆𝑇𝑂 𝐸𝑆 𝑈𝑁𝐴 𝐴𝑃.
12. Pᴇsᴀᴅɪʟʟᴀs!
13. ᴄɪᴛᴀ
15.Sʜᴏᴄᴋ
16. Eʟ ᴘᴀsᴀᴅᴏ
17. Esᴏ Fᴜᴇ...
18. Bᴇɴᴅɪᴛᴏ ᴠɪᴀᴊᴇ.
19. Sᴏʟ, ᴀʀᴇɴᴀ ʏ ᴍᴀʀ
20. Cóᴍᴏ Rᴇᴄʜᴀᴢᴀʀ ᴀ Uɴ Dᴇsᴄᴏɴᴏᴄɪᴅᴏ?
21.- Eᴍʙᴀʀᴀᴢᴀᴅᴀ?
22. Vᴇɴᴛᴀ ᴅᴇ Pᴀsᴛᴇʟᴇs.
23. Nᴏᴄʜᴇ Dᴇ Cʜɪᴄᴀs.
24. Pʀɪsɪᴏ́ɴ.
25. Sᴏsᴘᴇᴄʜᴀ.
26. Pʀᴇᴛᴇɴᴅɪᴇɴᴛᴇs.
27. Aʟɢᴏ Esᴛᴀ́ Mᴀʟ
28. Esᴛᴏ ᴇs ᴜɴᴀ ʟᴏᴄᴜʀᴀ
29. Dᴏʟᴏʀ
30. Mᴇɴᴛɪʀᴀs
31.- Mᴀʟᴅɪᴄɪᴏ́ɴ.
32. Felices? Un Poco
🛸Thanks You 🛸

14. Aᴍɪɢᴏs !

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By Imsweet_shit13

—Creo que me gustas —dijo.

Esas cuatro palabras y quince letras fueron las que interrumpieron el hermoso y sencillo silencio que había entre nosotros.

Dos opciones, dos opciones, salir corriendo o aventarme al precipicio. Bien, en estos momentos les recomiendo estar en pánico, digo en total serenidad y no intentar de tirarse del precipicio podrían morir en vano.

—También me gustas como amigo —dije con toda la seriedad del mundo.

Mensaje enviado, indirecta enviada, enviado a la zona de amigos. ¿Fui cruel? no lo se, a veces en la vida hay que tomar estas decisiones.

***

Entre a mi casa sorprendiéndome al ver a Alisha en mi sala.

—Necesito hablar contigo.

Subimos a mi habitación.

—¿Cómo entraste?

—La noche de la broma dijiste que escondías las llaves cerca de las escaleras.

—No recuerdo haber mencionado eso

—Bien, no lo dijiste pero fue fácil encontrarla.

Nota mental: ya no esconder las llaves de mi casa.

—¿Que tienes que contarme?

—Terminé con Alex, me volvió a engañar —Alisha estaba a punto de llorar.

Acaso de verdad le creyó cuando Alex dijo que iba a cambiar?

—Wow, no me lo esperaba —El sarcasmo en mis palabras era muy notorio.

—Lo mismo dijo Madison y Lluvia, pensé que me entenderías.

—Me enoja que sigas creyendo en su palabra, simplemente eres mucho para él, deberías amarte y alejarte de él por algún tiempo.

Había una montaña de ropa limpia en mi cama, así que me senté para doblarlas.

—Eso hice, pero al hacerlo me enoje mucho...creo que solté la lengua demás y sabe que nosotras fuimos las responsable de la broma.

—¡Hiciste que!

Mande a volar una prenda.

—Nada, es broma —dijo riendo —era para saber si me estabas prestando atención.

Me limite a darle una cara de perro enojado pero al rato se me borró.

—Creo que aun no aprende la lección, crees... ¿quieres hacer algo sobre esto?

—Por supuesto, llamaré a a las chicas.

***

Estábamos en el parque que estaba en frente de la casa de Madison, charlando sobre el próximo ataque, digo el próximo recordatorio para Alex para que aprenda que las mujeres no son juguetes de nadie.

—Ya le quitamos las cejas, que puede doler mas que eso? —Madison suspiró impaciente.

Tenia razón, que podía doler mas que eso.

—Una vez me enoje con mi madre, así que robe a Candace, pero luego se me perdió a mi, así que no se si fue buena idea —nos contó Lluvia.

—¿Quién es Candace? —pregunté tirándome en el césped.

—Mi perrita, mi mama le daba de comer pensé que le dolería perderle...resulto que más me dolió a mi —Lluvia contesto nostálgica.

—Nunca he tenido una mascota, si eso te hace sentir mejor —dije riendo —mi papá era alérgico al pelaje de los perritos y gatos.

—A nadie le importa sus tristes experiencias, pero estamos en algo mas importante —Madison nos corto sin darle mucha importancia.

Hay algo mas que duele y no es perder un par de cejas.

—Lo tengo —me levanté del suelo, algo energética—esta va a estar muy buena.

Todas me miraron como si estuviera loca de remate.

—El plan.

Todas se levantaron al instante, emocionadas y a la vez preocupadas.

Me pregunto si esto es el plan de "defendemos a nuestra amiga" o de "solo nos gusta ver el mal ajeno", espero y sea el primero.

***

—Estas segura que esto va a funcionar...creo que estamos yendo muy lejos, parece que somos crueles —Lluvia estaba junto a mi, escondidas tras un gran arbusto, teníamos tanto tiempo esperando que ya había perdido la cuenta de todos los mosquitos que me han picado en las piernas, solo en estos momentos odio ir en short.

—Somos crueles —susurro Madison, que se encontraba junto a Lluvia.

Las tres esperábamos la señal de Alisha.

—Esta demorando mucho, ¿que hacemos...- Lluvia estaba mas nerviosa que la primera vez que hicimos esto, supongo que no tiene una buena y agradable experiencia, un dedo roto no lo era, y sobre mi, había aprendido a no comer en misiones tan importantes como estas.

—Seguir esperando —respondí mientras observaba con los binoculares en la oscuridad y fue cuando vi la señal —es hora.

Llegamos al garaje con mucho cuidado, en silencio, la verdad era que sentía muchas ganas de reírme, las cuatro juntas somos un peligro para la sociedad.

—Estuvo fácil —Alisha nos acompaño y llegamos al coche indicado.

Era la segunda vez que llegábamos a esta casa, sin ser invitadas y solo para hacer algo muy malo.

Madison que era la mas fuerte de nosotras, dejo la bolsa junto a mis pies, una vez mi padre y yo nos quedamos botados junto a una carretera muy solitaria, esa tarde me enseño a cambiar llantas y era la primera vez que lo hacia sola, sin la guía de nadie, pero vamos, que tan difícil era sacarle las cuatro llantas a un carro?

Saqué la gata hidráulica y la ubique debajo de la primera llanta que iba a sacar, levantando lentamente el carro, tome la llave en cruz y proseguí a aflojar las tuercas de la llanta, en sentido contrario a las manecillas del reloj. Retire las tuercas una por una, de cada llanta, Lluvia me daba jugo de naranja cada que se lo pedía, lo que me hacía recordar a Peyton con el jugo de naranja echándole en la cara de Eric.

Reí despacito al recordar su cara.

—También me causa mucha risa, no tienes carro, pero si sabes como quitar una rueda —Alisha susurro, riendo un poco.

Este era un trabajo pesado y por alguna razón parecía que era la única que sabia como quitar esas llantas.

Lluvia caminaba de un lado a otro, nerviosa y Madison grababa el momento, cada una tenia una mascara que cubría nuestros rostros, no íbamos a arriesgar todo.

—Ella es toda una profesional, merece una medalla —hablaba Madison para el vídeo.

Cuando todas las llantas estaban sueltas, Alisha y Madison las rodaron hasta una calle mas abajo, donde se encontraba el carro de Madison, dejé la gata, lo único que sostenían el carro, no si antes limpiarla, por si alguna huella quedaba en ellas. Lo único que quedaba en la bolsa era la pintura en spray, el color rojo resaltaría con el carro, admito que después de ver el trabajo hecho daba mas risa, todas las llantas estaban en el carro de Madison, cuando de nuevo entraron al garaje.

—Le falta el toque final —dije esperando que alguna se ofreciera para hacerlo, pero ninguna lo hizo —bien se lo daré yo.

No habíamos pensado en que hacer, dibujar o escribir, obvio que nuestros nombres estaban prohibidos, tampoco podíamos poner "infiel de mierda", seria demasiado fácil para que nos delatara la misma palabra, solo quedaban nuestras iniciales, que era efectivo y seguro, de alguna manera.

Le saque la tapa al spray, en la parte trasera y delantera del auto, escribí ALMA,
¿Por qué? Era el orden correcto de la forma en que nos conocimos, nada mejor que nuestras primeras letras de nuestros nombres. Si, soy muy brillante y qué lástima por Alex, le sería difícil de saber quien era Alma.

—Y... aquí tienes tu merecido.

Salimos del garaje, Lluvia parecía menos nerviosa y mas divertida por la situación, Madison y Alisha ya se encontraban en el auto.

—Está vez nadie salió herida, deberíamos festejar.

Era asombrosa la manera en la que entrabamos, hacíamos desmadres y ninguno de los vecinos se daba cuenta. Buenos vecinos los que tiene Alex.

***

Apague la alarma como pude, los brazos y las piernas me dolían demasiado como para ir a clases.

—Astrid, tu amigo Eric te espera abajo, todavía no estas lista —preguntó mi madre al verme aún sobre la cama.

—Si, ya estoy lista —dije sarcásticamente.

Mi madre se cruzó de brazos y refunfuñó.

—Bueno o te alistas rápido o le digo a ese muchacho que te mande a pies.

—Ya estoy preparándome, bajo en dos minutos.

Me levante rápidamente de mi cama.

—Más te vale.

Había quedado con Eric de que pasaría por mi todos los días para ir a clases, no me culpen por no querer ir con Sebastian y no querer escuchar sus frases motivadoras que hacen que me de mas sueño de lo normal.

—Maaaa —grité fuertemente, escuché un "mande"—donde están mis medias blancas?

—En la cocina —gritó desde la sala.

—¿En la cocina? —grité yo confundida.

—No Astrid, claro que no están en la cocina.

—Y entonces, donde están?

—Están en tu armario, donde deben estar —gritó.

Busque pero no encontré las medias.

—¡No están! —grité de vuelta.

Mi madre ya se escuchaba con poca paciencia.

—Y si voy y las encuentro? Dime, Astrid, que voy hacer si subo y las encuentro?

Uh, parece que ya estaba enojada.

—Pero —me detuve al encontrarla debajo de una fila de ropa doblada —Ya las encontré!

Hoy me tocaba ir con el uniforme de educación física, unos básicos pantalones deportivos oscuros, la camisa típica blanca, mis deportivos y mi abrigo extra grande que era auspiciado nada más y nada menos que por Eric el oscuro.

—Y qué esperas? —mi madre seguía llamándome.

—¡Voy!

Mientras bajaba las escaleras guardaba todas las cosas en mi mochila. Eric agarró mi mochila haciendo mas fácil el trabajo de guardarlas, aún faltaba algo. Mi celular, carajo.

—Espérame un momento.

Subí de nuevo a mi habitación, que estaba muy desordenada, busqué en la cama, en las sabanas, en el baño, y nada. Me arrodille y miré bajo la cama, lo único que había allí era una llanta, prueba del delito que habíamos cometido la noche anterior, no dejaría que nadie pise mi habitación.

—Vaya, pensé que las chicas eran las ordenadas y los chicos los desordenados —me paré asustada.

Querido celular, creo que te dejare por hoy.

—Prohibido entrar a la habitación del otro, no te gustaría que haga eso —dije tratando de poner limites.

—Ya lo haz hecho muchas veces, te recuerdo una? por cierto ese es mi abrigo —dijo percatándose de mí abrigo —se te ve mejor que a mi.

—Si, ya lo sabía.

—Como sea, llegaremos tarde por tu culpa.

Drama y mas, drama. Su abuela es la directora, está a su favor, nada malo sucederá.

—Adiós, Alice —Eric se despidió de mi madre con total confianza, ¿qué pasó en 10 minutos sin mi presencia?.

—Adiós, Eric que tengas un buen día —dijo mi madre, entregándole una funda de papel.

Repito una funda de papel con dulces dentro. ¡Pánico!

—Oye, eso es dulce? —le pregunté a mi madre.

—Si, Astrid —dijo mi madre sin paciencia —¿algún problema?

¿Que si tenía algún problema? No, claro que siiiii.

—Pero... me prohibes comer dulces.

Mi madre me dio una mala mirada.

—Tu te obsesionas rápidamente con los dulces, Eric no.

Le dio una mirada feliz a mi compañero.

—Que tengas un gran día.

Salimos de mi casa, apurados

—¿Qué pasó con tu mano?

—¿Que le hiciste a mi madre? —pregunté al mismo tiempo.

—Yo pregunté primero —respondió.

Mire mis manos que estaban rojas, manchadas de spray, lo que faltaba.

—¿Tienes alcohol? —pregunte mientras subimos al carro.

—No, no bebo alcohol.

—ALCOHOL DESINFECTANTE —Oficialmente estoy a punto de perder mi paciencia.

—Bueno, para la próxima especifica —Eric andaba gracioso, de buen humor y no es que me molestara ver a la gente feliz... bien si me molesta, más cuando yo no estoy de humor, tenia muchas razones de estarlo.

Había perdido mi celular

Mis manos estaban manchadas de spray y no salia ni con alcohol.

Tenia la prueba del delito en mi propia casa

Solo dormí dos horas.

Me dolía el cuerpo

Y para rematar, las picadas de mosquitos ardían y costaba bastante dejar de rascarme.

—Solo para aclarar, están muy ricos estos dulces —dijo mientras se metía puñados de mis dulces en la boca.

Hoy lo odiaba.

—No caeré en tus provocaciones.

Llegamos al colegio y las puertas estaban a punto de ser cerradas, Eric y yo bajamos del carro para entrar corriendo.

—Que bonito que lleguen tarde, pero lo mas bonito es que están castigados —dijo la directora cruzando sus brazos.

Lo que faltaba.

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