La Consejera

By LeilaRipiano

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Desde hace tres años tengo un blog llamado "La Consejera". Doy consejos sobre lo que sea, dando mi opinión y... More

La Consejera
Capítulo 1 | Anónimo
Capítulo 2 | El Individuo
Capítulo 3 | El Soborno
Capítulo 4 | Consejo Nº1
Capítulo 5 | El Plagio
Capítulo 6 | La canción
Capítulo 7 | La prima
Capítulo 9 | El Consejero
Capítulo 10 | El profesor
Capítulo 11 | La culpa
Capítulo 12 | La cita
Capítulo 13 | La sal
Capítulo 14 | Conejos
Capítulo 15 | La "novia"
Capítulo 16 | La Videollamada
Capítulo 17 | El encuentro
Capítulo 18 | El cumpleaños
Capítulo 19 | El almuerzo
Capítulo 20 | La amistad
Capítulo 21 | Los sentimientos
Capítulo 22 | La cena
Capítulo 23 | El vacío
Capítulo 24 | La distancia
Capítulo 25 | La decepción
Capítulo 26 | La esperanza
Capítulo 27 | La verdad
KYLE | Capítulo 23
Capítulo 28 | El pasado
Capítulo 29 | El presente
Capítulo 30 | Las consecuencias
Capítulo 31 | La inseguridad
Capítulo 32 | La comunicación
Capítulo 33 | La idea
Capítulo 34 | La decisión
Capítulo 35 | La seguridad
Epílogo
EXTRA 🎄✨🎅🏻

Capítulo 8 | El gato

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By LeilaRipiano

―En tres días es el cumpleaños de Jess. ¿Verdad? ―le pregunto a Kyle, mientras él observa y agarra todo lo que ve en mi cuarto.

―¿Qué es esto? ―pregunta con curiosidad, al ver un conejo hecho con calcetines en mi escritorio.

Se lo quito de la mano y lo dejo en su lugar.

―Me lo regaló mi madre el día que me caí del tobogán del colegio y me tuvieron que dar tres puntos en la pierna.

―Qué lindo ―dice con tono burlón― ¿Y lloraste solo por tres puntos de sutura?

Lo miro con odio.

―¡Tenía siete años y estaba muy asustada! ―exclamo, y me siento al borde de mi cama― Ahora, ¿Podemos retomar la conversación sobre Jess?

―Está bien ―contesta suspirando, y se sienta en el asiento de mi escritorio, en frente de mi― Me estabas felicitando por haber seguido tu consejo de darle espacio a Jess.

―Si, por no haberle hablado desde el incidente de la ensalada.

―Así es, y hace una semana ella me ha desbloqueado de Instagram. No me ha vuelto a seguir, pero me ha likeado una foto. Es una buena señal ¿no?

―Eso parece, por lo que tenemos que pensar bien nuestra próximo movimiento ―le informo― en tres días es su cumpleaños, podríamos comenzar por allí.

―No me invitará a su cumpleaños.

―Lo sé, pero de todas formas puedes hacerle llegar un regalo. Piensa en algo que ella siempre ha querido ―le digo, y él ya pone cara de pánico―, tiene que haber algo que te haya dicho que le gustaría tener.

Agarro una botella de agua de mi mesa de luz para tomar un sorbo mientras Kyle piensa.

―Bueno, ella siempre me ha dicho que ha querido hacer un trío.

El agua casi se me sale por la nariz al escucharlo, comienzo a toser.

― ¿Un trío? Vaya, esas son las cosas importantes que te acuerdas ―digo indignada― ¿Y por qué no lo ha hecho contigo? ―indago.

―Porque me considero una persona egoísta ―explica.

Me río dejando la botella en su lugar.

―De todas maneras, esa información no nos sirve, Kyle. ¿Es que quieres llevarle dos personas con un moño y decirle feliz cumpleaños?

―Espera, una de ellas sería yo ―aclara y luego me mira interesado― ¿Te gustaría hacer un trío? Puedes ser tú, más económico.

―No, estúpido. Y si sigues con esa actitud Jess no volverá contigo.

Kyle resopla y luego de unos minutos se le ocurre algo.

―¡Ya se! ―exclama― Ella siempre ha querido un gatito.

―¿Un gatito? ―pregunto desconfiada.

―Si, siempre ha querido uno, pero sus padres no aceptaban mascotas en su casa.

― ¿Y por qué ahora lo aceptarían?

― ¡Es un regalo! No le puedes decir que no a un regalo.

―Kyle, ¿estás loco? Claro que pueden decirle que no.

― ¿Quién abandonaría un gatito indefenso?

―¡Los estúpidos seres humanos abandonan animales todo el tiempo! No puedes darle una mascota sin estar seguro que la aceptará.

―Está bien, hablaré con los padres para estar seguro.

―Bien. ¿Cuál es nuestro Plan B? Tenemos que tener uno.

― ¿Algo de ropa?

―No, un poco superficial para esta ocasión. Podría ser... un mixtape.

― ¿Volvimos a los años '70?

―Es tierno.

―Es viejo.

―Bueno, regalale un pendrive con música, chico del 2000 ―me quejé.

―¿Y qué canciones pongo? ¿De Daddy Yankee?

Lo miro boquiabierta y él me mira alzando las cejas sin entender mi reacción.

―Mira... no tengo nada contra Daddy Yankee, pero estoy segura que puedes encontrar algo más... romántico. ¿No tienes alguna canción que te haga acordar a ella?

―Sí.

Suspiro aliviada.

― ¿Cuál?

―Tumba la casa mami.

Abro mucho los ojos.

― ¡¿Tumba la casa mami?! Qué romantico ¿Esa es la canción que te hace acordar a la chica de la que estás enamorado?

―¿Qué tiene? ¡Me hace acordar a ella porque ella la escuchaba todo el tiempo! ―me contestó, a la defensiva.

―Mira, por hoy lo dejaremos aquí. Tú sigue pensando opciones, y asegúrate de hablar con sus padres sobre el gatito.

―Copiado, jefa.

―No me digas jefa.

―Copiado Amy.

―No me digas Amy.

―¡Pero uno no puede expresarse hoy en día! Este es un país libre, democracia, libertad de expresión y—

Suelto un sonido de exasperación y lo empujo para que salga de mi habitación.

----

El día siguiente estoy de buen humor porque es viernes y puedo quedarme en la cama todo el día sabiendo que no me tengo que despertar temprano. Estoy acostada en mi cama con Lily, quien se quedará a dormir. Su cabeza está apoyada en mi hombro y Ratón está entre medio de las dos. El ventilador está girando encima de nuestras cabezas, es absurdo el calor que hace.

Lily está en Instagram con su celular y me acerca la pantalla a mi cara.

―Mira, el mejor amigo de Kyle es lindo.

Alejo un poco mi cara de la pantalla para observarlo.

―En persona es más lindo ―considero.

―¡Amber! Ya lo has visto en persona. Quente ―dice en portugués.

―¿Quenchi? ―le pregunto sin entender.

―¡Caliente en portugués! ―explica Lily haciéndole zoom a sus abdominales en una foto en la que se encontraba en la playa― Podrías conocerlo ―sugiere.

Me encojo de hombros.

―Estoy bastante concentrada en ayudar a Kyle a conquistar de nuevo a Jess.

―¿Y? Eso no te impide conquistar tú a otro ―dije subiendo y bajando las cejas.

―Créeme, ayudar a Kyle es un trabajo de tiempo completo.

―¿Iras a la fiesta de cumpleaños de Jess?

Suspiro pesadamente al recordarlo.

―Kyle me pidió que lo acompañara para asegurarme de que no haga nada malo.

―¿Y Jess los dejará pasar?

―Según Bethany, sí. Jess quiere que vaya mucha gente a su cumpleaños y no estará controlando. ¿Estás segura que no quieres venir? ―le pregunto.

―No, gracias. Voy a estar ahogándome en dos kilos de helado.

―Te envidio.

―Lo sé. Hey, ¿En serio Kyle le regalará un gatito?

―Al parecer habló con los padres de Jess y le dijeron que no había problema. Me ha pedido que le mande una página de algún refugio donde adoptarlo, espero que todo salga bien.

En ese momento alguien toca la puerta, el novio de mi hermano pasa y nos mira.

―Tres perezosas debajo del ventilador ―observa y Ratón alza las orejas― ¿Han visto a Maia?

―Está con su novio ―le digo y él me fulmina con la mirada―. Oops, su otro novio.

―Gracias por nada ―dice y cierra la puerta.

―Eres malvada ―me dice Lily, sonriendo.

―Mira, a nosotras nos puede decir perezosas ―contesto―, pero Ratón ya tiene demasiado teniendo un nombre de otro animal para que Dylan lo esté mareando con más bichos. Va a tener un complejo de identidad.

――――

Dos días después, estoy haciendo una video llamada con Lily, mostrándole todo mi guarda ropa para que me aconseje que ponerme para el cumpleaños de Jess. La observo con envidia ya que tiene puesto su pijama y está lista para hacer una maratón en su casa.

―Tal vez no debería ir ―digo, esparciendo los vestidos que tengo sobre la cama.

―¿Por qué no? Tienes vestidos preciosos ―me alienta Lily, llevándose un pochoclo a la boca.

―No es por eso, te imagino a ti comiendo pochoclos en pijama, mirando una serie en tu cama mientras yo estoy tratando de no parecer una asocial en una fiesta en donde claramente no encajo.

―¿Por qué no?

―¿Tal vez porque no fui invitada?

Me llevo un vestido rojo al cuerpo para observarme en el espejo. Lo descarto, me parece demasiado.

Agarro otro azul marino, pero tiene flecos y Ratón comienza a saltar para morderlos. A pesar de que lo reto, sigue tirando del vestido y decido guardarlo en el armario antes de que me lo destroce.

―Bah ―hace un ademán con la mano quitándole importancia― son solo detalles. Hey, ¿Y ese vestido negro? ―pregunta, señalando la pantalla― Creo que ya te lo has puesto en otra ocasión, pero no lo recuerdo.

―Lo he usado hace dos años en el festival de artes de nuestro instituto―respondo, sosteniéndolo entre mis manos―. No sé cómo me quedara ahora. Espera, voy a probármelo.

Dejo mi celular en la mesita de luz y me apresuro a colocarme el vestido. Me miro al espejo, el vestido me quedaba al cuerpo, más ceñido que la última vez que lo usé, pero no me apretaba. Me favorecía el busto y no me quedaba corto que era lo que me temía. Lo más importante: era fresco; necesitaba algo fresco para los treinta grados que hacía.

Cuando vuelvo a agarrar el celular, Lily me mira con la boca abierta.

―¡Te hace las tetas enormes! ―exclama― ¡Tienes que llevar ese!

Me rio y maldigo cuando veo la hora. En una hora iba a pasar a buscarme Kyle y todavía tenía que arreglarme y sacar a pasear a Ratón.

―Diablos Lily, tengo que irme. ¡Luego te cuento todo!

―¡Más te vale! ¡Suerte!

Finalizo la videollamada, y corro a ponerle la correa a Ratón para sacarlo. Agarro las primeras ojotas que veo y bajo con el perro entre mis brazos.

Mis padres, Dylan y Maia están en la sala de estar y todos se quedan mirándome fijamente.

―¿Qué? ―pregunto.

―¿Tan arreglada vas a sacar a Ratón? ―pregunta mi padre.

―Me parece que a Amber va a cazar a su Ratón ―bromea Dylan y yo lo miro mal.

―En una hora viene Kyle y me estaba probando ropa ―Maia baja su mirada hacia mi busto, iba a decir algo, pero me apresuro a llegar a la puerta ―¡Ahórrense sus comentarios! ―digo antes de salir.

Cuarenta minutos después, estoy maquillada, peinada y lista para salir. Kyle me envía un mensaje diciendo que ya está por llegar, y bajo para esperarlo en la sala. Ya todos están en sus habitaciones así que puedo estar tranquila. Ratón me sigue y se pone en dos patas para que lo levante, pero yo niego con la cabeza, si le hago mimos después va a llorar detrás de la puerta cuando me vaya.

Kyle me envía un mensaje diciéndome que está afuera, y, en efecto, escucho un motor de auto apagándose en la entrada de mi casa. Agarro mi cartera y abro la puerta. Kyle se acerca a mi puerta... con un gatito negro en sus manos. Ratón, se pone entre mis piernas, tratando de salir, pero yo lo detengo. Cuando Kyle se para en frente de mí, Ratón comienza a ladrarle al gato.

―¡Hey! ―se queja Kyle, resguardando más al gatito entre sus brazos― ¿No se supone que los ratones le tienen miedo a los gatos? Ratón se lo quiere comer crudo a Whisky ―dice, señalando a mi perro quien está gruñendo y mostrando sus dientes.

―Ratón odia a los gatos ―le digo, entrando a Ratón y cerrando la puerta con llave. Lo miro haciendo una mueca― ¿Whisky? ¿Así le has puesto al gatito?

―Sé que estás pensando que lo nombre así por la bebida alcohólica, pero no. Es por sus bigotes. Whisky es mi abreviatura de Whiskers, bigotes ―dice y acerca el gatito a mi cara, señalando el único pelo blanco de bigote que tiene―. Tiene solo uno y se me ocurrió Whisky. Es un nombre perfecto para él. Además, tú eres la última persona que puede cuestionarle el nombre. ¿No es hermoso? ―pregunta, con una sonrisa de medio lado.

Observo a Kyle, está vestido de negro de pies a cabeza, a excepción de sus zapatillas blancas. Tiene al gatito negro, que deberá tener dos o tres meses, entre sus manos. Kyle se lo lleva al pecho y es gracioso el contraste que hay entre el cuerpo pequeño del gatito y el cuerpo trabajado de Kyle. Los ojos de "Whisky" son grandes y celestes, y parece un poco asustado. Clava sus garras en la camiseta de Kyle como para acercarse más a él.

Kyle se ríe y me mira. Sus ojos negros me atrapan contemplándolo, y me recorren el cuerpo de arriba abajo. Cuando vuelve a posar su mirada en mi rostro me siento alerta, preparada ante cualquier comentario burlón.

―Ese vestido lo has usado en el festival de arte ¿no?

Lo miro sorprendida de que se acordara. No, no de que se acordara, sino de que se hubiera fijado en mí ese día, yo apenas recordaba haberlo visto en el festival.

Whisky empieza a maullar y Kyle baja la mirada a su pecho, acariciando la cabeza del gatito.

―Deberíamos irnos ―dice Kyle, haciéndose a un lado para que pasara primero.

Me dirijo al auto y me doy vuelta para preguntarle.

―¿Has hablado con los padres de Jess, entonces?

―Si, han dicho que no tenían problema de tener un gatito. He ido al refugio que me has pasado, este gatito lo habían encontrado en una zanja, y la persona que denunció que estaba allí, dijo que una vecina lo habían tirado porque era negro y "da mala suerte".

―Que imbéciles ―digo, sintiendo mi sangre hervir de impotencia.

―Lo sé ―concuerda cuando entramos los dos en el auto. Kyle se estira par agarrar una caja transportadora del asiento de atrás, y cuando lo hace, siento su perfume― Le compré esta caja y le he puesto un moño rojo. ¿Crees que le gustará?

Sonrío mientras Kyle deposita a Whisky en la caja con cuidado.

―Le encantará ―aseguro y agarro la caja para ponerla en mi regazo.

Kyle pone el auto en marcha y yo comienzo a jugar con el gatito, poniendo y sacando mi dedo meñique de la caja para que él lo atrape.

―Cuidado, mira lo que me ha hecho a mi el chiquitín ―me dice, mostrándome un rasguño en el dorso de su mano.

Me río.

No tardamos en llegar a la fiesta, y como Kyle me anticipó, nadie se fijó en nosotros cuando entramos. La casa de Jess es enorme, y hay gente tanto dentro como fuera en el jardín; algunos chicos en la pileta y otros la parrilla cocinando, otros sentados en el pasto hablando. La música está al tope, y trato de visualizar algún rostro conocido, pero, a pesar de que hay gente que me suena del instituto, no encuentro a nadie con el que yo haya hablado alguna vez.

Kyle me guía hacia donde está su amigo, Austin, cerca de la mesa donde están los tragos. Nos acercamos a él y él me sonríe y no puedo evitar pensar en la foto que me mostró Lily, donde está el en la playa en cuero.

―Quemchi ―digo involuntariamente.

―¿Eh? ―pregunta Kyle, con el ceño fruncido.

Niego con la cabeza, sin explicarle. Llegamos hasta donde está Austin, y nos saluda, entregándonos una cerveza a cada uno. La acepto, porque tengo demasiado calor y no sé como voy a sobrevivir a la fiesta sin un poco de alcohol en mi sistema.

― ¿No irás a ver a Jess? ―le pregunto a Kyle, él tiene la caja entre sus manos y no acepta la cerveza.

―Recién la vi con Bethany ―le dice Austin, bebiendo un sorbo de la cerveza que Kyle rechazó―. No sé si te conviene ir a verla cuando está con ella.

Pienso en lo incómodo que sería para Jess, ver a su ex novio con su mejor amiga con quien -supuestamente- Kyle la engañó.

―Tienes razón ―dice Kyle y le echa un vistazo a la caja―. Por suerte, Whisky está durmiendo, no quiero que se asuste con la música.

―Mira, es igual a ti ―observa Austin― no se despierta ni aunque le pase un huracán por encima.

―Que gracioso ―murmura Kyle y me mira a mí con el ceño fruncido― Amy, ¿Tienes frío?

No me había dado cuenta que se me había erizado la piel.

―No, no. Estoy bien.

―Tengo una campera dentro, si quieres la voy a buscar ―me ofrece Austin.

Rechazo su oferta, sonriéndole.

Bueno, el chico quemchi ha sumado un punto.

Kyle está por decirme algo cuando vemos que Jess sale al jardín sola. Cuando ve a Kyle se para en seco, y él se tensa. Kyle recorre el espacio que los separa y se detiene en frente de ella. Se lo nota nervioso, y a Jess enojada. No puedo descifrar qué es lo que se están diciendo exactamente, pero ambos hablan con brusquedad. Jess se pasa una mano por la frente, parece angustiada. Kyle trata de tocarle el brazo, pero ella se zafa de su agarre, dando un paso hacia atrás, sacudiendo la cabeza.

Es entonces cuando Kyle le acerca la caja a Jess, y aguanto la respiración, expectante. Jess se muestra recelosa, pero agarra la caja de todos modos. Ve lo que hay en su interior, y luego mira a Kyle a los ojos, más calmada.

Lo logró, pienso entusiasmada. Jess vuelve a mirar el interior de la caja, detiene a una amiga de ella que justo está pasando por su lado para que le sostenga la caja. Jess se acerca a Kyle, lentamente, parece insegura, pero tiene una pequeña sonrisa en el rostro.

Y justo cuando creo (y estoy segura que Kyle también cree) que Jess lo va a besar, ella lo empuja con toda su fuerza a la pileta, Kyle cae de espaldas, salpicando a todos los que están a su alrededor. Ahogo una exclamación y Austin hace una mueca de dolor. Todos se dan vuelta para mirar lo que acaba de pasar.

―¡Soy alérgica a los gatos, idiota! ―escucho a Jess gritar antes de entrar a la casa hecha una furia.

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¡Hola! Quiero confesarles que por alguna razón no sabía si seguir publicando esta historia,  pero últimamente me han llegado mensajes preguntándome por ella y decidí seguirla.

Espero que les guste, y gracias por el apoyo siempre ❤❤

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