RAMÉ ✔️

By mondhanna

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Erase una vez una niña llamada Jade y un niño llamado Asher, ambos eran víctimas de los daños colaterales de... More

PRÓLOGO
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39
CAPÍTULO 40
CAPÍTULO 41
CAPÍTULO 42
CAPÍTULO 43
CAPÍTULO 44
CAPÍTULO 45
CAPÍTULO 46
CAPÍTULO 47
CAPÍTULO 48
¡IMPORTANTE!
CAPÍTULO 49
CAPÍTULO 50
CAPÍTULO 51
CAPÍTULO 52
CAPÍTULO 53
CAPÍTULO 54
CAPÍTULO 55
CAPÍTULO 56
CAPÍTULO 57
CAPÍTULO 58
CAPÍTULO 59
CAPÍTULO 60
EPÍLOGO
AGRADECIMIENTOS

CAPÍTULO 20

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By mondhanna

El barullo ocasionado por los gritos de la muchedumbre que vivía con intensidad los últimos minutos del partido de fútbol retumbaba en mi cabeza como pequeñas agujas enterrándose en mi cerebro para torturarme.

¿Qué hacía el fútbol en las almas de estos seres para volverlos tan locos por un par de chicos lanzándose unos contra otros y robándose un balón en forma de un esferoide? 

Quiero decir, si gritaran por lo ardientes que se ven todos los jugadores sonrojados por el esfuerzo físico, con la respiración agitada, las venas de los brazos marcadas, los músculos de sus cuerpos tensos por la presión y el enorme trasero que se les veía con aquellas mallas tendría un poco más de sentido.

— No puedes simplemente ir con alguien del otro equipo y meterte con él para darle celos a Charles, Celia — dijo Jasmine divertida mientras miraba a los jugadores correr de un lado a otro — Ni siquiera te hizo caso cuando te encontró haciéndole una mamada a Asher, ¿crees que le va a importar un mocoso del equipo contrario? —

— Pues claro que sí — respondí rodando los ojos, ignorando la punzada de dolor que había atravesado mi pecho al escuchar su comentario referente al chico de ojos azules que horas atrás me estaba besando en la parte trasera de la limusina —, sé que eres nueva Jasmine pero no seas tan ingenua, no hay nada peor para los hombres que te metas con las personas que odias. Sus amigos les dan igual, pero los chicos del equipo contrario...—

Mentía.

Estaba tan segura de que a Charles le resultaba igual si Celia besaba una vaca o a su propio padre, sus tiempos de gloria como una de las mejores parejas habían terminado hace mucho y estaba segura que él lo sabía. Sí, seguían teniendo sus encuentros casuales pero eso era solo porque extrañaban el pecado, no su relación.

En realidad el tema había dejado de importarme hace mucho tiempo, solo quería mantener a la zorra de Celia lejos de Asher hoy. Quería estar con él y ella no iba a impedírmelo.

— Creo que me meteré con el pelirrojo, jamás he tenido sexo con uno.— respondió Celia sonriendo mientras miraba a su nueva víctima desde las gradas.

— ¿Cuándo termina esta mierda? — gruñó Kora — Estoy tan harta de que todo el mundo grite y de ver a las patéticas porristas intentando robar miradas de los jugadores. —

— ¿Qué hay de malo en las porristas? — preguntó Jasmine con el ceño fruncido, a veces su ignorancia acerca de la cultura de esta ciudad era demasiado para mi paciencia — Pensé que eran las chicas lindas y populares. —

— En las películas — respondí con una sonrisa maliciosa mientras alzaba la voz un poco más para que me lograran escuchar — en la vida real solo son las hijas de los nuevos ricos que intentan dar sus cinco minutos de grandeza; pobres jugando a ser los dueños del mundo... y de la escuela —

— Y es por eso que nosotras no somos porristas, Jasmine — asintió Kora — las reinas no buscan minutos de grandeza, porque ya nacimos con ella. —

— ¡Y también nacen zorras! — gritó una de las chicas uniformadas sobre el campo de juego.

— ¡Mira quien lo dice! — exclamó Celia con una carcajada — La estúpida que mandó una foto desnuda mostrando su cara a Charles hace dos días, cuando casualmente se quedó a dormir en mi casa —

— Sería una lástima que alguien la subiera a las redes sociales y terminará con el pequeño legado del pastor corrupto que se vende por un par de billetitos — agregué con una sonrisa maliciosa mientras clavaba mis ojos en la chica de cabellera pelirroja que nos miraba desde abajo — no creo que Dios y tu padre se sientan muy orgullosos de tu comportamiento Bonnie —

— Yo no... por favor no lo hagan — rogó dejando a la vista su vulnerabilidad.

Daba lástima, era tan tonta que nos daba justo lo que queríamos ver.

Estaba a punto de estallar en una carcajada ante su mediocre intento de arreglar su situación cuando la multitud se quedó completamente en silencio.

Alcé la vista de inmediato en busca de aquello que había logrado que el par de animales escandalosos dejarán de gritar por un par de segundos.

— Mierda — dije en un grito ahogado cuando vi el cuerpo tirado en medio de la cancha.

Llevaba tantos años conociéndolo que sabía quién era, aún con todo ese equipo encima.

Baje las gradas rápidamente sin prestar atención a las personas que obstaculizaron mi paso y terminaron ganandose un par de codazos por mi parte.

Sentí como los tacones de mis zapatos se clavaban sobre el pasto que cubría el campo de juego pero ni siquiera me importó, estaba segura que podría comprar otros después. Sólo podía enfocar mi vista hacía el cuerpo de Asher que era llevado por una camilla hacia una de las ambulancias que se estacionaba cerca del lugar en caso de emergencia.

— ¡Asher! — chille preocupada mientras se acercaba a él — ¿Qué sucedió? —

— Tuvo un golpe en la cabeza y cayó inconsciente, se lo llevaran al hospital para ver que todo esté bien, Señorita Johnson — anunció en entrenador mientras se posaba frente a mí, cortándome el paso — él estará bien, vuelva a las gradas —

— No, yo iré con él — respondí rodeando al hombre vestido con ropa deportiva — y más le vale que no intente hacer nada para impedirlo o yo misma me encargo de que mañana éste buscando empleos en las escuelas públicas —

Escuche un par de murmullos de su parte pero no presté atención alguna, no podía hacer nada que no fuera ver el rostro sudado y cubierto de mugre de Asher. Parecía dormido con la respiración pesada, los ojos cerrados y la cabellera castaña completamente despeinada a causa del casco.

Aún en su más grande tragedia se veía perfecto.

Tome su mano con delicadeza mientras me sentaba a su lado dentro de la ambulancia, manteniendo la compostura delante de los médicos que me había preguntado más de tres veces si estaba bien o si al menos quería llorar para demostrarles que no estaba en una especie de trauma.

*

— Ya te dije que estoy bien Jade, solo me duele un poco la cabeza — gruñó Asher mientras me miraba con cara de pocos amigos.

Sabía que estaba molesto porque había hecho que los doctores revisarán tres veces sus estudios médicos y había perdido los últimos minutos del juego por mi culpa.

— ¿Está bien? — pregunte ignorando al chico ojiazul que estaba listo para lanzarme una almohada en la cabeza si me atrevía a hacer que otro médico diferente viniera a revisarlo.

— Sí, está todo en orden — asintió la mujer de mediana edad que portaba su bata blanca de médico — sólo necesita un poco de reposo, comer bien, tomar agua y descansar... Nada de alcohol o drogas —

— Yo no bebo, ni me drogo— respondió Asher rodando los ojos mientras hacía un gesto con su mano para que la mujer se retirara de su habitación — ¿ahora me crees cuando te digo que estoy bien? —

— Sí — asentí con una media sonrisa.

— Actuaste como una loca.

— Estaba preocupada, estoy segura de que si yo hubiera sido la que cayera inconsciente en mitad del campo de fútbol tu estarías peor — respondí rodando los ojos mientras soltaba su mano bajo la sábana de la camilla — ahora será mejor que duermas un poco hasta que se acabe el suero que te administraron —

Asher soltó un bufido antes de removerse en la camilla dejando un pequeño espacio libre a su lado antes de mirarme con una sonrisa de oreja a oreja.

— Ven aquí — dijo dando pequeñas palmaditas sobre el colchón.

Sin pensarlo dos veces me coloque a su lado dejando mi chaqueta de punto y tacones a un lado del sofá que había en la habitación.

Recosté mi cabeza sobre el pecho de Asher y dejé que sus brazos me envolvieran en su calor corporal devolviendome la tranquilidad que había perdido minutos atrás.

— ¡Asher, estamos en un hospital! — exclame cuando sentí sus manos tibias colarse por debajo de mi falda y posarse sobre mi trasero.

— ¿Y? — preguntó divertido — Solo fue un pequeño golpe —

— La doctora dijo que debías descansar.

— Pero no dijo nada sobre no coger — respondió juguetón mientras tiraba del elástico de mi ropa interior — además, puedes ponerte encima de mí y así ya no tendré que hacer esfuerzo físico.... al menos no demasiado —

— Primero a dormir — susurre mientras enterraba mi rostro en su cuello — luego haremos todo lo que quieras, bueno al menos todo lo que requiera de poco esfuerzo físico —

— Bien — asintió antes de depositar un beso en mi cabello — pero solo una pequeña siesta, porque ya me has puesto duro —

— Cierra los ojos — gruñí antes de llevar una mano a su cabellera donde comencé a masajear hasta que pequeños ronquidos escaparon de sus labios entreabiertos y su cuerpo de relajo bajo el mío.


El viento que el otoño traía cada vez se volvía más frío, podía sentir como éste se colaba entre mis huesos para congelarlos cada vez más mientras caminaba contra corriente en dirección a la casa de Asher.

En cada paso que daba mi valor y coraje iban cayendo, sabía que tenía que ser una buena madre y defender a mi pequeño pero la idea de lastimar a alguien usando las debilidades que solo me había confesado a mi me causaba un hueco en el estómago.

Con cada minuto que pasaba en esta ciudad me sentía más y más estúpida, era agotador tratar de dividirme entre cómo se suponía que debía actuar para sobrevivir a las fieras que rondaban mi vida y como era en realidad.

Mire mi celular una vez más, en la pantalla de bloqueo aparecía una foto de Nathaniel haciendo galletas navideñas y sobre ésta brillaban las notificaciones de un mensaje los cuales no ayudaban para nada a mi Jade nueva, la que creía que las cosas no se solucionaban como su madre y abuela le habían enseñado.

«Trata de mantenerte tranquila y cuando menos lo esperes estaré ahí»

Tome una bocanada de aire helado esperando que esto me diera todas las respuestas que necesitaba en aquel momento.

Mi vida no había sido fácil pero jamás me imaginé que después de tanto aún tendría ganas de hundirme en más miseria.

¿En qué momento me convertí en una tragedia andante?

Quería llegar con Asher y gritarle en la cara el pedazo de imbécil que era, lo mucho que lo odiaba y cuanto me arrepentía de haberme siquiera fijado en él. Solo deseaba aclararle que lo único bueno que me había dado en la vida era la idea del hombre que no quería cerca de mí y a Nathaniel; pensaba en amenazarlo con un par de cosas y dejarle en claro que después de todo yo me iría con mi pequeño de su vida para siempre.

Pero también tenía miedo, demasiado.

¿Y si eso no funcionara? ¿Si solo lo hago enojar más?

Las puertas de la mansión de los Faith se alzaron frente a mi sellando el inicio de lo que sería mi destino, sentía el aire pesado intentar entrar en mis pulmones pero me era imposible.

Inhale aire manteniendo la imagen de Nathaniel en mi mente y presione el botón del timbre en espera de una respuesta rápida.

«Puedes hacerlo, solo piensa en él y en el daño que puede causarle» me dijo la pequeña voz en mi cabeza que sonaba un poco familiar.

— Yo puedo — susurré.

— Buenos días señorita Jade — la voz masculina resonó en mis oídos a través de la bocina del comunicador — es un placer tenerla por aquí, ¿en qué puedo ayudarle? —

— Buenos días Mateo — respondí con una pequeña sonrisa recordando el nombre del mayordomo — ¿Está Asher Faith en casa? —

— Me parece que está en su habitación descansando, ¿quiere dejar algún recado? — preguntó.

— En realidad necesito hablar con él, es muy urgente — respondí — por favor, Mateo —

— Señorita, no creo que...

Una voz femenina sonó a lo lejos manteniendo una conversación con Mateo quien me pidió amablemente que esperara unos segundos mientras atendía sus responsabilidades como empleado de la mansión.

Mis nervios estallaron mientras me imaginaba las miles de posibilidades que podrían estar por venir, tal vez la familia Faith hubiera estado al tanto de todo el escándalo y una vez que entrara a la propiedad me dirían que la demanda por la custodia de Nathaniel se estaba llevando a acabo.

Ningún miembro de la familia había sido malo conmigo, al menos no de verdad pero eso se debía a que yo jamás les había hecho ningún daño. Todos sabían que aún así los Faith se odiaran a muerte unos contra otros ellos defenderían a los suyos con uñas y dientes.

Y eso era lo que harían conmigo cuando se enteren de que no solo había dado a luz al hijo de uno de los Faith, sino que me guarde el secreto y huí con él hace ya cinco años.

Y lo volvería a hacer.

Con cada segundo que pasaba estaba más decidida a luchar por Nathaniel, sabía que él era demasiado bueno incluso para mí. Un solo día en sus garras y lo apagarían como el viento a las llamas flamantes de una vela; tan fácil y tan rápido.

— La señora Faith me ha pedido que la deje entrar — anunció Mateo con seriedad antes de que un estruendo se hiciera presente y la puerta frente a mi se abriera.

Solo podía escuchar el martilleo de mi corazón contra mis costillas y el crujir de mis botas que cubría el camino hacía la entrada a la casa. Era un bulto de lágrimas, miedo y odio andando hacía el infierno.

Me encontraba a un par de metros de la puerta cuando ésta se abrió a la par mostrando a Isabel Faith, la señora de la casa. Su cabellera blanca iba sostenida en un elegante moño alto dejando a relucir sus pendientes de rubíes que iba a juego con su collar.

Tal ves debí de haberme puesto algo más elegante para venir aquí.

Mientras yo venía en mi pijama verde de seda cubierta con una abrigo grueso negro y botas para la nieve del mismo color, Isabel se encontraba vestida de un hermoso abrigo gris y pantalones rojos que le daban una presencia demandante.

Aún no llegaba a ella y ya estaba temblando.

— Buenos días — salude con firmeza mientras recorría los últimos centímetros que nos separaban parando el temblor en mis manos, la mirada de miedo y ocultando la presión en mi pecho que apenas me dejaba respirar.

Lauren podría ser la desgracia más grande que me había sucedido pero al menos me había enseñado a cómo jugar en este mundo de apariencias y para mi sorpresa aún lo hacía bastante bien.

Estaba lista para recibir alguna amenaza e incluso una bofetada pero Isabel Faith me tomó entre sus brazos como pocas veces lo hacía con alguien.

— Jade, cariño, no puedo imaginar por todo lo que has pasado — dijo con voz dulce mientras se alejaba lentamente de mi — lamento todo lo que ha pasado últimamente pero... —

— ¿No me odia? — pregunte sorprendida olvidando por completo mis modales, apenas podía creerlo.

— ¿Qué? — preguntó sorprendida — Claro que no lo hago, Jade, jamás podría odiarte a ti que eres casi como mi propia nieta — dijo con una pequeña sonrisa — supongo que al inicio si me encontre un poco molesta pero fueron las circunstancias de todo, no puedes pedirle a una anciana como yo que guarde la compostura en un momento tan mediático como el de ayer —

» Así que eso es todo, ¿no? — sus ojos se inundaron de lágrimas — Te fuiste de aquí porque estabas embarazada de Asher, ¿cierto? —

Quería negarme, decirle que no se entrometiera y venir a cumplir mi cometido pero no podía. Había desatado un caos ayer, necesitaba hacerme responsable por todos los daños que cause aún así fueran mínimos y colaterales.

Asentí lentamente apartando la mirada de su rostro.

— Hiciste lo correcto, sé que de haberte quedado jamás lo habrías tenido — respondió en voz baja mientras tomaba mis manos entre los suyos — sé lo que son cada y uno de los miembros de mi familia, quisiera poder culpar a una sola persona por como son pero creo que simplemente son el resultado de lo que causaron nuestras decisiones— asintió con tristeza — demasiado ocupados generando montones de dinero como para criar hombres de bien —

— Al menos lo intentaron — respondí recordando todas aquellas veces que Isabel y Arold Faith tomaban la responsabilidad de ser los abuelos de los tres hermanos; era justo como siempre deseé: cariñosos y divertidos — supongo que todos en esta ciudad estamos condenados a ser lo que somos, todos aquí están cegados por el dinero y el poder —

— Tu no — dijo alzando la mirada para encontrarse con mis ojos — tu abuela hizo un buen trabajo contigo —

— Mi abuela fue una gran mujer pero solo en sus últimos años — negué con sinceridad — tuve que huir de aquí para llegar a ser esto, señora Faith —

— ¿Cómo se llama? — preguntó con una ligera sonrisa, era tan claro como el agua a quién se refería.

— Nathaniel.

— Es igual a él cuando era niño, solo que tiene el cabello rizado — su voz sonaba igual a la de mi abuela cuando cargo por primera vez a Nathaniel en sus brazos, era como si pudiera ver en sus ojos como nacía el amor — no sé si Asher quiera hablar contigo Jade, acaba de llegar hace un par de minutos y las cosas en esta casa se han vuelto un poco locas desde ayer —

— Lo sé, pero necesito hacerlo — respondí, yo era la que menos quería hacer este lío más grande — ¿puedo pasar? —

— Está siempre a sido tu casa — asintió — pero antes quisiera pedirte algo, un favor —

— ¿Qué necesita? — pregunte con el ceño fruncido.

Isabel Faith no era una mujer estúpida y dudo que por su mente le pasara la idea de pedirme que hiciera algo con la actitud de Asher — como en los viejos tiempos solía hacer — viendo la situación en la que me encontraba ahora mismo.

— ¿Podríamos conocer al niño? — sus ojos brillaban ilusionados en espera de una respuesta — William, mi hijo se volvió tan loco como Arold y yo cuando escuchamos la noticia... sé que las cosas son complicadas y no quiero presionarte pero nosotros no... no tenemos la culpa —

— Señora Faith, no sé si eso sea lo mejor... Son tantas las cosas que están pasando ahora mismo que no sé si sea lo mejor para Nathaniel — dije con una sonrisa torcida — pero lo pensare, tengalo por seguro —

— Supongo que primero debes de hablar con él —  asintió con una sonrisa triste — espero que todo salga bien y podamos conocerlo —

— Yo también.

Pase a lado de la mujer de cabellera color plata hacia el interior de la casa rezando con toda mi fé que todo saliera bien, si es que había alguna posibilidad de que esto pasara.

— Jade — la voz de Isabel me detuvo antes de que subiera el primer peldaño de la gigante escalera que se abría paso frente a la entrada principal.

— ¿Si? — pregunte mirando en su dirección.

A pesar de los años seguía siendo la misma mujer elegante y hermosa que recordaba con una sonrisa que ocultaba todo el carácter digno de una Faith que guardaba en el interior de su corazón.

— Asher no es una mala persona, solo está herido — dijo mirando al suelo como si no supiera lo que aquello significaba.

Porque si había algo peor que un Asher molesto, era uno herido. Podía escuchar las trompetas del apocalipsis resonando sobre mi cabeza mientras ascendía hacia la planta superior de la mansión donde se encontraba su habitación.

La cabeza me daba vueltas y la ansiedad susurraba martirios a mi oído robándome el oxígeno al mismo tiempo que mis rodillas eran reemplazadas por dos bolsas de agua.

Sentía como mis pies dejaban de responder a mí y comenzaba a pararse en medio del camino. Ojala pudiera dejarme llevar por el instinto de supervivencia y salir corriendo de aquí.

Creía que después de todo lo que había sucedido había aprendido que jamás podría huir de él. Ahora me daba cuenta de que no era así, en realidad jamás había aprendido nada acerca de Asher.

Necesitaba una corona que rectifique que soy la más tonta del mundo de los tontos.

La puerta de Asher brillaba sobre el pasillo, tirando de mí como si estuviera atada a él por algún lazo invisible del cual no podía deshacerme aún así pasarán mil años.

Tome el poco aire que mis pulmones se dignaron a recibir bajo la presión en mi pecho, levante la mano en dirección a la puerta y sin más enfrente mi destino dando un golpe en ésta.

La puerta se abrió lentamente bajo el impacto de mi golpe sobre ella, alguien la había dejado abierta y sabía perfectamente que no se trataba de Asher porque él siempre la mantenía cerrada.

Trague saliva con dificultad mientras esperaba escuchar alguna voz desde su interior que me hiciera saber que había alguien dentro que no fuera él pero lo único que inundó mis oídos fue el silencio.

— ¿Asher? — pregunte con la voz entrecortada mientras tomaba la manija de la puerta con mi mano temblorosa — ¿Estás ahí? —

Silencio.

— Sé que estás enojado conmigo y agradezco mucho que no te pongas como un animal salvaje pero necesito que hablemos — dije pegada a la puerta.

Nada, no había respuesta absoluta de su parte.

Cerré los ojos un par de segundos aliviando la presión en mi pecho, estaba claro que la única persona adentro era Asher y estaba decidido a ignorarme. Aunque esto era mucho mejor de lo que me esperaba no podía quedarme ahí parada esperando a que él se dignara a afrontarme de la misma manera que yo había hecho.

Sé que no es una noticia fácil de recibir, no creo que a nadie le guste la idea de que una persona que desapareció cinco años de tu vida venga a decir: "Hey, ¿cómo estás? ¿Te acuerdas de mí? Bueno, pues tenemos un hijo juntos", pero no podía solo ignorar la realidad.

No era como que esperaba que el brillo paternal naciera en el corazón de Asher, que se interesara por Nathaniel o me recibiera con los brazos abiertos pero al menos podría tener la decencia de recibirme para poderle aclarar que él solo había sido la persona que había puesto accidentalmente su semen dentro de mí y ya.

Después de todo si hiciéramos una competencia de quien lastimó más al otro él terminaría ganando la medalla de oro.

— Mira sé que las cosas no son fáciles entre nosotros y tal vez sientes que de alguna manera te falle pero no es justo que me ignores cuando tú me orillaste a hacer todo esto — brame mientras sentía un par de punzadas de ira en el pecho — no puedes tratarme como la mierda durante años y después esperar que regrese corriendo a tus brazos perdonando todo como solía hacerlo... así que sal de ahí y sé un hombre —

¡Mierda!

¿Por qué había creído que el hecho de que no me hubiera recibido en medio de una escena de gritos, muebles rotos y groserías era un buen indicio? Tenía que haberme apegado al plan inicial, usar a la Jade del pasado y ocultar en todo momento lo mal que me sentía por usar sus vulnerabilidades en su contra.

— ¡Carajo, Asher! — gruñí perdiendo la paciencia — ¡No me importa un carajo lo que sientas al respecto, lo único que quería decirte es que si crees que de alguna manera voy a dejar que me intimides con tus amenazas estás muy equivocado, ya no soy esa niña estúpida que temía a que la dejaras porque creía que no podía tener algo mejor! —  brame antes de empujar la puerta.

Había actuado con desdecia, esperando que él se comportara como el adulto que era pero solo había agotando las últimas gotas de empatía que sentía por él.

— Nathaniel es mi hijo, ninguno de nosotros necesitamos de ti para...

Sentí como si el mismo cielo me hubiera tirado una cubeta de valde fría congelando mi cuerpo por completo, parando mi corazón y mis palabras.

Asher se encontraba tendido en el suelo con el rostro sonrojado, parecía estar durmiendo una siesta profunda pero no había ronquidos y tampoco podía ver la forma pesada en la que su pecho solía inflarse mientras respiraba.

Sentí el frío del suelo colándose entre los huesos de mi rodillas cuando éstas impactaron a lado del chico inmóvil.

— ¿Asher? — pregunte mientras lo sacudía con cuidado — ¿Asher me escuchas? —

Su cuerpo se movía con facilidad ante mis intentos de despertarlo mientras intentaba mantener la calma pero el vago recuerdo de estar encima de mi padre intentando despertarlo una de las últimas mañanas de verano para que me llevara a la piscina invadió mi mente, aquella noche su corazón se había quedado quieto y jamás volvió a palpitar.

— Asher por favor, si estás jugando esto no me da risa — chille con la voz entrecortada mientras lo giraba sobre el suelo para ver su rostro.

Éste se encontraba rojo como el arrebol del cielo resaltando las heridas que se había causado tras la pelea con su hermano. Su cuerpo apestaba a alcohol, algo que no era normal en él o al menos no en el Asher que yo llegue a conocer años atrás.

Jamás se ponía borracho o se drogaba a comparación de sus amigos o hermanos, él era diferente en esos aspectos.

— ¡Asher! — grite desesperada — ¡Mateo, Isabel! —

Escuché un par de pisadas a lo lejos y con el paso de los segundos éstos se escuchaban cada vez más cerca.

— ¡Ayuda! — exclame mientras me aseguraba que el cuerpo de Asher se mantuviera con pulso — Asher, no es gracioso por favor abre los ojos —

— ¿Qué sucede? — preguntó Mateo al llegar a la habitación, su voz era entrecortada y cuando sus ojos se encontraron con la escena a sus pies su piel palideció varios tonos.

— Lo encontré así... yo, yo estaba hablando con él pensé que no quería hablarme y luego abrí la puerta y... está inconsciente — dije mientras desabrochaba su abrigo grueso cuando note que estaba sudando — Mierda Asher, despierta por favor —

— ¡Asher! — gritó Isabel llegando a mi lado — ¿Q-qué... Asher... — balbuceo mientras miraba a su alrededor en busca de algo — ¿Lo volvió a hacer? —

— ¿Hacer qué? — pregunte asustada mientras sentía como las lágrimas resbalaban por mis mejillas.

¿En qué momento había comenzado a llorar?

Isabel se levantó del suelo tan rápido que su cuerpo se tambaleó bruscamente mientras se acercaba a las mesitas de noche que había a los costados de su cama y sin decirme nada comenzó a sacar todo de los cajones.

— ¿Q-qué hace? — pregunte siguiéndola con la mirada mientras acomodaba la cabeza de Asher sobre mi regazo y escuchaba a Mateo hablar por teléfono a una ambulancia.

— ¡Arold! — gritó con fuerza ignorando mis preguntas.

El abuelo Faith entró en la habitación tan rápido que apenas pude escuchar sus pisadas sobre el pasillo.

— ¡¿Qué sucedió?! — preguntó antes de mirar a su nieto tirado en el suelo conmigo a lado — Asher... —

— Las pastillas... no están las pastillas para dormir — sollozó la señora Faith mientras tiraba todos los cajones de su escritorio — volvió a tomarlas —

— ¿Qué?

— La ambulancia ya viene en camino — anunció Mateo — la señorita de la línea de emergencia dijo que revisarán las vías respiratorias y su pulso —

— Ya lo hice — asentí mientras apartaba las ondas castañas que se pegaban a la piel de su cara debido al sudor — por favor Asher, no hagas algo estúpido —

Mis pulmones gritaban por aire, mi mente se nublaba ante los recuerdos de mi padre siendo sacado por la ambulancia con una manta cubriéndolo por completo y mi cuerpo temblaba bajo mis sollozos de manera involuntaria.

— Asher — sollocé — abre los ojos, por favor —

Todo a mi alrededor se volvió algo ajeno a mi, era como si el silbido que martilleaba mis oídos me encerrara en una caja donde no podía escuchar a los demás.

Alguien me tomó de los hombros y me obligo a ponerme de pie mientras que Asher era tomado por un par de hombres que lo acomodaban sobre una camilla antes de sacarlo de la habitación.

Isabel tiro de mi brazo arrastrándome con ella escaleras abajo y antes de que pudiera negarme ya me encontraba dentro de la ambulancia sentada a lado de Asher quien recibía primeros auxilios.

¿Cómo era que cada vez que intentaba alejarme de él la vida parecía arrastrarme de nuevo a su lado?

*************************************************************************************

¡Ah caray, esta si no me la esperaba!

¿Qué creen que le haya pasado a Asher? ¿Se esperaban la reacción de Isabel o creen que todo es parte de su plan malvado? ¿Con quién demonios se mensajea Jade? ¿Qué pasará?

¿Les gustó el capítulo y el recuerdo? Creo que aquí pudimos ver todas las facetas de Jade, desde la chica mala de alta clase social hasta la niña asustada intentando conservar lo único bueno en su vida, siento que cada vez la conocemos más, ¿y ustedes qué creen?

¡YA SOMOS 21k DE LECTORES! ¡JESÚS DEL HUERTO, ¿QUÉ ESTA PASANDO AQUÍ? No saben lo mucho que me emociona ver cómo es que les gusta esta historia y como la disfrutan, no solo por el hecho de crecer más como una familia sino por lo que esta obra significa para mi (luego les cuento el chisme). Los/as quiero mucho, gracias por permitirme alegrarles (o no) un pedacito de su sábado, gracias por sus comentarios, votos y mensajes.

No olviden votar, comentar y recomendar la historia para que sigamos creciendo cada vez más, también vayan a seguirme a Instagram para que vean los memes que me mandan sobre los capítulos y podamos echar el chisme a gusto.

¿Qué creen que pase el próximo capítulo que como especial de los 20K se subirá mañana? ¿Quieren una pista? Bueno, narra Asher Faith o sea ya valió madres, ¿o no?

Este capítulo va dedicado a Sararubianom, gracias por esperar cada sábado para leer un nuevo capítulo, espero que sigas amando la historia tanto como yo. Te quiero. ❤️

Nos vemos mañana.

¡Ya les extraño!

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