Tras abrir los ojos y levantar su cuello dolorido del hombro de Yixing, Luhan echó una mirada al precioso paisaje natural y su mirada se encontró con los ojos indiferentes de Yixing.
―Ya era hora de que te despertaras, ancestro ―dijo Zhang Yixing.
Luhan miró fijamente a Yixing y parecía estar examinando las pequeñas líneas que surcaban su rostro.
―¿Qué me ha pasado...? ―preguntó.
―La próxima vez, antes de quedarte dormido, podrías dar algún tipo de pista de que tienes sueño, como bostezar o algo ―le dijo Yixing, sonriendo.
―¿Cuánto tiempo he dormido? ―Luhan sacó su móvil y comprobó la fecha.
―Un par de minutos, nada más ―contestó Yixing, masajeándole los hombros, y se puso de pie para acercarse a por unos snacks. Después se volvió para mirar a Luhan:
―Dime la verdad, no habrás venido a dormir aquí porque Kris y yo nos hemos tumbado en tu cama, ¿verdad?
Luhan miró a Yixing, dudando.
―Estás triste y silencioso hoy... ―Yixing se quedó mirándolo―. Si tienes algo que decir, dilo ya.
―A finales del año pasado... Gayo Daejun... yo... aquello fue...
Yixing lo interrumpió, con los ojos cerrados.
―¿Por qué te sigue importando tanto ese incidente?
Luhan se queda quieto. Esas pocas palabras, tan tranquilas, que habían salido de la boca de Yixing parecían haber pinchado algo en su mente.
―Eso pasó hace mucho tiempo, ya no le molesta a nadie... Ya recogimos el premio y nos disculpamos, además, hasta las fans estaban tristes por ti. Hablando de eso, tu comportamiento fue rarísimo ese día. Primero te quedaste aturdido en el escenario, pero ni siquiera cuando estábamos ya en el backstage podías recordar nada de lo que había pasado. Tao dijo que era amnesia post-traumática e insistió mucho en llevarte al médico. Lo bueno es que al menos has vuelto a la normalidad... No vuelvas a tomar pastillas para dormir, ¿vale?
Luhan ni siquiera estaba escuchando a Yixing. En absoluto. Se giró lentamente y caminó hasta la enorme pared de piedra, vio los pequeños clavos tirados en el suelo, entre la tierra y la hierba. El martillo también estaba en el suelo, justo al lado de la flecha roja.
Cogió el martillo, lo lanzó con todas sus fuerzas hacia los arbustos y cogió a Yixing, arrastrándolo con él por donde habían venido.
―¿Eh? ¿Ya nos vamos? ―Zhang Yixing estaba más que contento de coger su mochila y marcharse de allí.
Luhan cogió la mano de Yixing y sintió que irse de allí era como escapar de una pesadilla. Se frotó los ojos con la mano que tenía libre y sintió que veía a Clown frente a él, sonriendo y diciendo: "No te olvides del camino de vuelta".
―¡Nunca voy a volver aquí! ―exclamó Luhan hacia las montañas. Yixing se quedó mirándolo, en silencio.
―¡Yixing! Si alguna vez se me ocurre querer volver a este sitio, debes detenerme a cualquier precio ―le dijo Luhan, mirándole a los ojos―. Tienes que prometérmelo.
Yixing siguió mirándolo, sorprendido.
―¿Por qué?
―Prométemelo ―Luhan seguía mirándolo fijamente.
―De acuerdo ―dijo Zhang Yixing, viendo lo serio que estaba Luhan―. Pero tendrás que decírmelo cuando quieras venir.
La mirada de Luhan se debilitó, sus piernas parecían haberse vuelto de gelatina y cayó, sentado, al suelo.
Hay cosas en las que no se debería profundizar. La curiosidad puede impulsar a las personas a seguir adelante, pero también puede adelantar el momento de su muerte. Atrapado por las circunstancias de no poder explicarse, Luhan decidió estrangular su propia curiosidad hasta que desapareciera. Porque desde luego, no podía permitir que fuera su propia curiosidad la que lo estrangulara hasta la muerte a él.
La siguiente semana pasó tranquilamente, y lo primero que hacía Luhan en cuanto se levantaba cada mañana era comprobar la fecha, y ver si los demás miembros que había en la casa tenían los mismos recuerdos que él sobre la noche anterior, empezando por Kris. Después de asegurarse de que todo estaba bien tras examinar a los miembros, empezó lentamente a aceptar que su vida había vuelto a la normalidad.
En el pasado, no le gustaba nada su rutinaria vida, y siempre estaba deseando que le pasara cualquier cosa mínimamente excitante. Ahora, rechazaba cualquier ocasión emocionante. Por suerte, llevaba una vida ocupada y su tiempo estaba medido al milímetro. No le quedaba mucho tiempo para pararse a pensar en el extraño sueño que tuvo. Tenía ensayos, actuaciones y fansigns. La luz del estudio de fotografía iluminaba siempre las expresiones serias y seductoras de sus rostros, y nunca le había parecido un problema si tenía una mano entrelazada con la de Sehun, o si pasaba un brazo por los hombros de Yixing, tampoco las extrañas cosas que le pedía su líder en los programas de variedades o el sacrificio que tenían que hacer sus labios al hacer la pantomima de un boca-a-boca.
Su corazón había estado preparándose para todo esto desde que cumplió 17 años. Así que, cuando el día llegó, no era ni tan extraordinario, ni tampoco algo que le disgustara. Se lo merecía.
Era como un estudiante de medicina que sabe que acabará en un hospital tratando pacientes en el futuro: Luhan ya estaba preparado para muchas cosas. Cuando sus compañeros de instituto estaba preparándose con todas sus fuerzas para los exámenes nacionales, él también estaba preparándose con todas sus fuerzas para entrar en la SM Academy. Aunque el nombre de la universidad era algo extraño y que la tasa de empleo de los que se graduaban allí era bastante baja, Luhan se sintió afortunado por pertenecer a ese 20% que, después de graduarse, encontraba un empleo. Justo al principio de su carrera, era como cualquier otro rookie: un poco ignorante e inexperto en el trato con tanta gente a la vez. Después de trabajar durante un poco más de tiempo, empezó a darse cuenta de que aquello se alejaba bastante de lo que él había imaginado, pero todo le parecía bien de todas formas: era el precio que tenía que pagar para conseguir lo que quería, fuera cual fuera su carrera.
El precio que tenía que pagar probablemente incluía perder partes de su privacidad, soportar críticas sin fundamento alguno, y aceptar el hecho de que muchas veces tendría que socializar aunque no quisiera, así como unas cuantas otras cosas. Viendo las carreras de sus sunbaes en la industria... ¿Vestirse de mujer? ¿Besarse durante un concierto? ¿O que le golpearan unas cuantas botellas de agua durante una pelea de fans?
Recordaba que el líder de uno de sus grupos senior se había comportado de manera amable y suave el día de su debut, mostrando atención y preocupación por las fans, y que era perfectamente consciente de lo que podía decir en una conversación y de lo que no... Quién sabe cuánto tiempo le había llevado adquirir una forma completamente redonda, a base de infinitos incidentes, cuando él mismo sólo era un triángulo por aquel entonces.
Por supuesto, también había muchas partes de esto que le gustaban, como el escenario con el que siempre había soñado, la sensación de satisfacción que obtenía cuando actuaba, el inmenso amor que recibía por parte de un montón de desconocidos, así como el poder de expresión que tenía hasta cierto punto.
Definitivamente, la fama puede ser algo bueno el 90% del tiempo, ya que les permitía expresarse tal y como eran en una plataforma desde la que todo el mundo te ve. Por supuesto, todo eso debía suceder sólo cuando tenían permiso, y en ningún caso podían saber el odio que también obtendrían por ello.
Los días que pasaban eran excitantes y a la vez aburridos. Luhan mantenía la sonrisa durante un fansign aunque su cara empezaba a crisparse después de haber firmado con el mismo autógrafo mono unas mil veces. El dolor en los brazos y los ojos cansados le recordaban que pertenecía al sector terciario de la industria. Se oían los gritos y ánimos de la gente, tanto de la que estaba cerca como de la que estaba lejos; como en una comedia inmutable. La comedia no podía cambiar, todas las entradas estaban vendidas para espectadores que querían ver una comedia y por los principios de su trabajo, la expresión que tenía el payaso bajo su maquillaje era mejor que se la guardara sólo para él.
Los clientes son los dioses, los clientes son los ángeles. Al principio pensaba que él sólo existía para el escenario, pero luego se dio cuenta de que el escenario existía sólo por el público.
Sin el público, ni siquiera se llamaría escenario.
Por ello, les decía a las fans con toda sinceridad: "Vosotras sois los ángeles, sólo existo gracias a vuestro apoyo. Por favor, continuad apoyándonos, si no, dejaré de existir."
El 22 de marzo de 2013 no fue la primera vez que los llamaban para ir a una cena, ni era la primera vez que las mismas 4 personas iban a una de esas cenas. Afuera estaba lloviendo, no caía un chaparrón pero llovía lo suficiente como para acabar mojado si no te resguardabas. Luhan estaba enfermo y tenía un poco de fiebre a causa de la falta de descanso, pero aún así, se puso un simple abrigo sobre la camisa y se subió en el coche con Baekhyun. Chanyeol y Kris, que se acababan de despertar, los siguieron después. El teléfono de Kris pitó en su bolsillo, avisando de que la batería estaba baja. Lo sacó y lo miró, y miró a Luhan y Baekhyun que ya estaban en el coche. Volvió a guardarse el teléfono en el bolsillo y se subió al coche con los demás.
Luhan había ido acostumbrándose poco a poco a este tipo de cenas con personas pertenecientes a, por ejemplo, cadenas de televisión afiliadas, revistas, y también productores musicales, productores de dramas, etc. Parecía que todo el mundo quería ser "conocido" suyo, y detrás de cada acuerdo y contrato siempre había una cena de ambiente cordial.
En cuanto a estas avariciosas empresas de la industria del entretenimiento que siempre estaban buscando una forma de sacar beneficios, Luhan ya sabía que los idols guapos como él eran en realidad el peldaño más bajo de la pirámide dorada, mientras que los peces gordos que sostenían los "látigos del dinero" procuraban que ellos estuvieran al final de esos látigos, al frente de la batalla que era el negocio del entretenimiento. Cantando y bailando, en uno de los aspectos; así como usando su apariencia para atraer a las fans de todo el mundo y también, como estaban haciendo ahora, manteniendo una actitud cálida y amable, que permitiera a la gente sentirse cómoda y a gusto en la mesa, en otro aspecto.
Estos aspectos del trabajo no se podían ignorar, y todos requerían mucha habilidad.
Las cenas de negocios eran simplemente cenas, no daban tanto miedo como se puede pensar. Pasa lo mismo con los vendedores de coches, por ejemplo, que tienen que socializar como parte de su trabajo; lo único diferente era que en esta cena lo que ellos estaban intentando vender eran sus caras y sus apariencias. Igual que los rookies que aún están en una posición inestable tienen que empezar a escalar por el último peldaño de la escalera y no pueden permitirse tener ni el más mínimo atisbo de mal genio, Luhan pensaba que esta era una experiencia vital por la que necesariamente tenía que pasar antes de poder descansar para siempre.
No había mucha gente en la cena. Había tanto hombres como mujeres, y parecía que la empresa consideraba que esta cena era de vital importancia ya que algunos jefes que no solían estar presentes en este tipo de actos estaban allí. Normalmente sólo aparecían uno o dos miembros en las cenas cuando se trataba de proyectos pequeños, pero esta vez, cuatro de los miembros estaban presentes. Era obvio que además de entretener a los invitados, había otro motivo para su presencia allí: tratar el tema de su promoción en el extranjero.
Después de las típicas fórmulas de cortesía, Luhan empezó a darse cuenta de cuál era el tema principal de esta cena, que estaba relacionado con los recientes rumores de que iban a dividirlos en subgrupos japoneses. Es decir, discutir el posible debut de la subunidad EXO-J de EXO.
El ranking de la compañía era muy estricto y, excluyendo a los directores de la empresa que eran además los principales accionistas, los máximos dirigentes de la empresa eran un grupo de 7 personas, conocidos como los gerentes superiores. Cada gerente superior estaba a cargo de unos cuantos gerentes de rango inferior, y cada uno cumplía funciones diferentes. Algunos se encargaban de distribuir y establecer las tareas de los artistas solistas, mientras que otros tenían a su cargo a grupos como el suyo. La noche de la cena, además de su propio gerente superior había otros dos directores de la empresa presentes también. A pesar de que sólo hacía un año desde el debut de EXO, ya habían hecho un progreso impresionante, y a causa de esto había acudido gente de tan alto rango.
Luhan era perfectamente consciente de la importancia de esta cena, y se esforzaba por mantener una sonrisa tensa a pesar de la fiebre, pero no conseguía disimular del todo el hecho de que no estaba bien. Chanyeol tomó la iniciativa de proponer un brindis . Entre la gente que conversaba en diferentes idiomas, Chanyeol le explicó a Kris con disimulo quiénes eran las personas de las otras empresas.
―El que está a la izquierda sonriendo todo el rato es el director de producción de la estación de TV japonesa NHK.
Los ojos de Kris siguieron a los de Chanyeol hacia el hombre con la sonrisa más falsa y redundante de la habitación.
―Los dos que están a su derecha son los directores de su empresa. El más joven es el intérprete y la mujer que está a la derecha del todo es una gerente superior. Se encargaba del PAMS (Performing Arts Market Seoul) hasta no hace mucho.
Los ojos de Kris iban pasando de una persona a otra, en silencio.
―Sinceramente, los planes sobre la formación de EXO-J ya existían incluso antes de que EXO debutara ―dijo el gerente superior que estaba al lado de Luhan, complacido―, pero, en primer lugar, no eran lo suficientemente maduros cuando debutaron; además, necesitaban tiempo para asentarse tanto en el mercado coreano como en el chino. Así que el plan se ha pospuesto durante mucho tiempo.
Se puso de pie para hacer una reverencia y servirle vino a la gente de la otra empresa.
―Probar suerte en el mercado japonés no es un asunto trivial. No es que la empresa no lo haya intentado ya antes, pero sin tener la preparación adecuada, no resultaría de la manera que nosotros queremos. Todos sabemos que lleva cierto tiempo sacar adelante estos proyectos. La planificación comenzó el año pasado, así que necesitaríamos incluirlos ya en la programación... Aún son jóvenes, por lo que necesitarán su consejo y su ánimo para poder avanzar en el mercado japonés... ―reiteró el manager, y la voz del traductor le siguió inmediatamente, interpretando sin pausa, rápido como una bala. Para entonces, el dolor de cabeza de Luhan ya era insoportable, y sin embargo seguía poniendo todo su empeño en no caer en coma.
―Dos de estos cuatro artistas son de EXO-K y los otros dos son de EXO-M, y han acumulado una reputación muy buena y mucha popularidad durante este año. Además, también cooperan bien con los demás ―dijo el mánager con tacto―. Aunque aún no hayamos establecido una lista de nombres concreta, si vamos a debutar a EXO-J, podríamos incluir a miembros del mismo EXO, y elegir de entre ellos a un nuevo líder.
―Parece que entre ellos no está ninguno de los bailarines principales ―comentó un director japonés, sonriendo.
―Sí ―contestó uno de los directores de su empresa―, estos dos bailarines principales son indispensables en ambos grupos. Sin embargo, su japonés no es muy bueno y además son muy tímidos, por lo que a lo mejor no sería adecuado para ellos estar activos también en otro país ―sonrió, y señaló a Luhan―. Si creamos EXO-J, tenemos pensado hacerle a él el líder.
Luhan levantó la cabeza, mareado, mientras el director lo agarraba por el brazo para ponerlo de pie antes de que pudiera siquiera entender lo que estaba pasando.
―Luhan ahora es miembro de EXO-M, y promociona en China. Sus habilidades para el canto y el baile están por encima de la media, se le dan bien los idiomas, tiene una inmensa popularidad y es guapo ―el director se deshacía en sonrisas, acariciando la mejilla de Luhan como si estuviera presentándole un producto a un cliente―. Sabe cooperar, es maduro y se adapta muy bien a diferentes situaciones. A mi juicio, estoy seguro de que estará al nivel de sus expectativas ―dijo, y se giró para echar un vistazo a la cara, pálida como la de un fantasma, de Luhan.
―¿Luhan? He oído hablar mucho de ti ―dijo el productor de la NHK―, ¿crees que Japón es interesante?
Luhan parpadeó pesadamente, sin contestar, y el mánager que estaba a su lado le dio unos golpecitos en el hombro:
―¡Te están haciendo una pregunta!
Luhan estaba en blanco, pero se las apañó para forzar unas palabras:
―Oh. Japón. Me interesa.
Los otros miraron la expresión ausente de Luhan, agacharon la cabeza y se echaron a reír.
―¿Oh, en serio? ¿Y qué cosas te interesan de Japón? ―preguntaron, mirando fijamente a Luhan.
―Yo... ―de repente, Luhan se encontraba fatal, como si tuviera un nudo enorme en la garganta, los oídos le pitaban y el dolor de cabeza ya hacía tiempo que había superado la barrera de lo soportable―...he probado la comida japonesa.
El intérprete que estaba sentado a su lado se rió con Baekhyun, mientras que Kris agachó la cabeza y pensó en las palabras que Luhan no había podido decir. Intentó distraerse y dejar de pensar en ello imaginándose una película de acción. Sin embargo, pronto los demás dejaron de sonreír, cuando vieron que la expresión del director japonés sentado frente a ellos no era agradable en absoluto.
―Sabe algo de japonés ―añadió el mánager―. Normalmente entiende las películas y los programas de variedades japoneses ―añadió, y luego agarró el brazo de Luhan y le lanzó una mirada asesina. Luhan no dijo nada después, y siguió mirando al infinito en silencio.
El mánager se apresuró a llenar los vasos de todos de vino, incluyendo el de Luhan. Luhan se apoyó en la mesa, sintiendo que el mundo giraba demasiado rápido a su alrededor y empezó a sentir naúseas. Al ver la cara del director, Chanyeol empujó el vaso de Luhan un poco más cerca de su mano, pero Luhan continuó apoyado en la mesa, sin intención alguna de coger ese vaso. Los de la otra empresa esperaron en silencio a que Luhan cogiera el vaso, pero éste seguía pálido y con el ceño fruncido, con la vista fija en la mesa.
La tensión se podía cortar con un cuchillo. Kris miró a Luhan durante unos segundos y agachó la mirada. Recordó vagamente que Luhan en ocasiones rechazaba a los japoneses por su temperamento.
El director japonés retiró su mano, preparada para el brindis, y sonrió al decir:
―Parece que la definición que tienen en su país de "maduro" y "trabajador" es diferente a la que tenemos en el mío ―miró a Luhan, aún sonriendo―. Deben de tratar a sus artistas muy bien, normalmente, porque parece que algunos aún mantienen su mal genio.
Luhan seguía callado, y su mánager intentó forzar una sonrisa incómoda. Los directores de la empresa empezaron a disculparse:
―Esto es un malentendido, nosotros también somos muy estrictos con nuestros artistas.
―¿Ah, sí? ―la expresión del director era escrutadora, llena de interés―. Pues me temo que tal vez no serían capaces de adaptarse si vienen a Japón en estas condiciones.
El director de su empresa agachó la cabeza, incómodo, y sonrió. Su expresión no auguraba nada bueno cuando se giró para lanzarle una mirada al mánager.
El mánager arqueó las cejas con preocupación, y se quedó quieto durante un par de segundos para luego coger el vaso de vino que había ante Luhan y tirar su contenido directamente a la cara de Luhan. El silencio fue instantáneo.
Luhan seguía paralizado en el sitio, presa del terror. El vino le goteaba por la cara y por las puntas de su pelo. La verdad es que el vino tinto y frío sabía muy bien, y al menos sirvió para disminuir la temperatura de su frente, que estaba ardiendo.
El director japonés sonrió y lo miró en silencio. No parecía sorprendido por lo que acababa de pasar. Luhan agachó la cabeza y, tras un par de segundos, hizo una reverencia y se disculpó al momento.
―Perdón. Iré a lavarme ―dijo, se puso en pie y se fue al baño.
En el baño, Luhan se lavó la cara directamente con el agua fría del grifo. No tenía tiempo para reprocharse nada, lo único que quería era recuperar el control. Apoyando su peso en los bordes del lavabo, Luhan se miró al espejo. Su piel estaba clara y fina, y se sentía tan pequeño como una hormiga en la mesa de fuera.
Practicó una sonrisa en el espejo. A este juego no se jugaba así.
Pero no eran ellos los que ponían las reglas, así que ¿cómo se suponía que tenían que jugar?
Al volver al salón privado donde estaban cenando, Luhan se quedó un momento en la puerta antes de abrirla, pensando en qué debería hacer al entrar. Luego abrió la puerta y, con su mejor sonrisa, dijo:
―Lamento mucho lo que ha pasado antes ―volvió a donde estaba antes sentado, pero se quedó de pie junto a la silla, y continuó―: Beberé tres vasos como castigo.
Habló con fluidez en coreano, y esperó a que la intérprete terminara su frase antes de llenar él mismo su vaso, sin dejar de sonreír. Decidió beber sake japonés.
El director de la empresa lo miró inexpresivo hasta que Luhan se acabó los tres vasos, y entonces volvió a sonreír:
―Este es el verdadero Luhan.
El jefe japonés sonrió y le hizo un gesto a Luhan para que se sentara, y dijo:
―Si no toleras bien el alcohol, no deberías beber. El contenido de alcohol de este sake es muy alto, no tienes por qué forzarte.
Luhan tembló un poco antes de sentarse por fin. Chanyeol le cogió la mano por debajo de la mesa, pero Luhan siguió sonriendo y dijo:
―Tenía que hacerlo.
Parecía que ese día los representantes japoneses habían decidido no dejar de meterse con Luhan, o tal vez lo que hicieron fue usar a Luhan como chivo expiatorio para afrentar a la otra empresa. Continuaron dándole a Luhan cantidades ingentes de alcohol durante la velada, e incluso pidieron que Luhan, que tenía las mejillas ardiendo a causa del vino y la fiebre, les enseñara sus habilidades vocales. No importaba cuánto se esforzara Chanyeol por salvarlo cambiando de tema, o cómo intentara Kris ayudarlo a tragar el vino, esas personas habían tomado a Luhan como su objetivo y ya no había quien los parara. El ambiente era extraño, Luhan se sentía como si estuviera atado por la promesa que su empresa había hecho de que todos sus artistas eran muy trabajadores y sabían cooperar. También se sentía como si fuera un cebo para los japoneses, para degradar a SM. Estaba atrapado en ese dilema, y lo único que podía hacer era beberse el vino que le daban, impotente.
―¿No habían dicho hace un momento que tus habilidades para el canto y el baile eran superiores a la media? ―dijo el director japonés, dando palmadas sólo para armar jaleo.
―Entonces enséñanos esas habilidades, todos estamos deseando verlo.
―¡Sí, vas a trabajar en Japón en el futuro así que tenemos que ver si podrás triunfar pronto o no! ―dijo otro director para complacer al japonés, sonriendo.
Kris agachó la mirada, cerrando los puños bajo la mesa, y Luhan puso todo su esfuerzo en intentar mantenerse despierto.
―Creo que hoy estoy ronco, así que si pudieran disculparme...
―¿Tienes la voz ronca? ―le interrumpió el productor japonés, provocándole―. En estos momentos tu voz debería sonar mejor que nunca, en Japón hay un dicho que dice que cantar después de tomar tres tragos siempre lo hace todo más divertido; tanto el que canta como los que lo oyen lo pasarán mejor.
―Yo cantaré en su lugar entonces, también canto muy bien ―dijo Chanyeol, con expresión interesada, pero su voz sonaba demasiado áspera.
―¿Tú? ¿Cantar? Creo que tú eres el único que sí está ronco aquí ―dijo el productor, y las personas sentadas a su lado se rieron.
Chanyeol dejó de hablar por la incomodidad que hay en el ambiente; y a Kris, que estaba a su lado, se le reflejaba en la cara que probablemente no podría soportar ni una risa más por parte de los japoneses y explotaría en cualquier momento.
Entonces, Luhan abrió la boca para hablar.
―Cantaré.
Su cara, que hacía un minuto estaba roja, se había vuelto pálida otra vez.
―Me gustaría cantar una canción en chino, pero a lo mejor el intérprete no la entiende... ―Luhan volvió a apoyar su peso en la mesa y se rió, cansado.
―No pasa nada ―dijeron los japoneses―. Sólo queremos oír tu voz.
Kris levantó la cabeza para mirar a Luhan. Luhan estaba de pie, apoyado en la mesa. Kris cerró los ojos por un momento, y pensó que probablemente no olvidaría esa escena en toda su vida.
Una melodía familiar salió de las comisuras de los labios de Luhan, era The Olive Tree, una canción que Luhan siempre cantaba en privado.
Era el único que de verdad entendía lo que Luhan estaba cantando, pero en ese momento, deseaba no entender ni una palabra. No podía contestar a las preguntas que flotaban junto a esa melancólica melodía. ¿Qué era exactamente el olivo que aparecía en sueños? ¿Dónde estaba...?
Él tampoco lo sabía.
(n. de la t.) "The Olive Tree" es una canción del año 1979 bastante conocida, de la taiwanesa Chyi Yu, y que podéis escuchar aquí. (Yo no lo había escuchado pero me ha gustado mucho, e imaginarme la voz de Luhan cantándola aún más, ¡os recomiendo que la escuchéis!). La letra en inglés de la canción está aquí, y básicamente se traduce por "No me preguntes de dónde vengo, mi hogar está muy muy lejos, / ¿y por qué has venido hasta tan lejos?"
Créditos:
Fic original
Traducción al inglés por heecups en lj
Traducción de fenshen (traducción en inglés que he encontrado hoy mismo, otra más para contrastar)
Traducción de yixingdotjpg y oh_luhans