"Consolar: Verbo transitivo/verbo intransitivo que hace referencia a aliviar la pena o disgusto de una persona".
Era un pueblo, uno pequeño, aun cuando era de noche había niños jugando a la pelota en las calles. Había varias casas pequeñas y se podía ver en su interior personas cocinando, un pueblo normal, podríamos decir eso si no fuera porque todos usaban un uniforme blanco y en sus cuellos destacaba un collar. Note como el balón con el que jugaban los niños llegaba a los pies de Jinko, estos pedían que se la devolvieran entre risas, pero este no se las devolvió con su típica sonrisa. Estaba paralizado y en sus ojos se notaba el puro terror. Sin pensarlo mucho devolví el balón, los niños me agradecieron sonriendo. Cuando continuaron con su juego mire a Jinko
- ¿Que te pasa?
Sus ojos se conectaron con los míos, dándome una mirada con un sentimiento que podría reconocer en cualquier persona, miedo
- Yo...no quiero estar aquí - me dijo temblando mientras se colocaba el gorro de mi sudadera para tapar su cabello - Vámonos de aquí, por favor
- ¿Por qué?
El negó con la cabeza y se abrazó a sí mismo. Esto no estaba bien, parecía estar a punto de desmayarse. Suspire.
- No podemos irnos, Jinko ¿O sabes de otro lugar donde investigar donde estamos? - él negó con la cabeza, pero seguía temblando mientras observaba todo a su alrededor.
- No quiero ver esto, hay mucha sangre, sufrimiento en todos lados- susurro, lo mire confundido ¿Sangre? ¿Sufrimiento? Observe como todos a mi alrededor sonreían felices. Pero siento que, aunque le preguntara no lograría sacarle información
- Jinko, vamos - le dije tomándolo del brazo e instando a que me siguiera, pero su mirada aterrada solo aumento.
- No, te esperaré aquí...- me susurro mientras se mantenía firme. Pero su mano no dejaba de aferrarse a mí. Lo mire con atención, entonces el mocoso no quería quedarse solo pero tampoco quería acompañarme, ¿En que nos dejaba eso?
- ¿No quieres ver esto? - le espete comprendiendo el problema. Asintió sin dejar de temblar - me deberás algo grande, Jinko - le dije con un gruñido
Con un suspiro lo atraje hacia mí. El me miro sorprendido, coloque mi brazo alrededor de sus hombros, dejándolo cerca de mi costado. Sin que nadie lo notara permitir que Rashomon tapara sus ojos, pareciendo simplemente como si alguien hubiera tapado sus ojos y no que un poder estuviera activo. Él me sonrió tembloroso
- No te queda lo amable, Akutagawa - me dijo, pero en su voz se notaba la gratitud, luego sin más escondió su rostro en mi costado, parecía estar olfateando mi ropa - Jinko... - le dije con severidad a lo que el respondió con una risita
- No hueles mal si eso es lo que te preocupa…hueles dulce- me susurro contra mi costado - quita el olor de la sangre
Debo admitir que eso es lo más extraño que me han dicho hasta la actualidad. ¿Qué es eso de la sangre? Me quede unos segundos pensando en que debía hacer, información en primer lugar y luego salir de ese lugar. Por cómo vamos vestidos cualquiera notaría que no somos de aquí, es evidente que ellos son parte de la organización que nos trajo aquí. Mire de reojo al chico aferrado a mi costado, ¿Porque lo querrían con tantas ganas?
Suspire, no me confío de nada sobre esta situación. Cualquier cosa que lleve en si el nombre de Dazai no es algo en lo que se deba confiar.
Caminamos un rato por las orillas del pueblo, con cuidado de que nadie nos viera, Jinko estaba en silencio, solo se aferraba a mí. Después de tenerlo todo el día hablando era extraño que se mantuviera en silencio.
Observe que era un pueblo bastante normal, uno que otro negocio, un solo hotel, plazas para jugar, y las casas de las personas. Sin embargo, no podía evitar pensar que todo esto era como estar viendo una obra de teatro. Junto con las palabras de Jinko
- ¿Son nuevos? - me tense ante esas palabras dirigidas a mi espalda, me gire notando a un señor que venía desde el bosque con madera cortada. Estaba sonriendo con felicidad, como todas las personas que están en el pueblo. Sentí como Atsushi se aferraba fuerte a mi costado
- Recién llegamos - espete sin dar más información, el asintió comprendiendo lo que él quería entender
- ¡Entonces son nuevos! Que extraño, hace tiempo no llegaba a este pueblo olvidado - dijo con una risa - ¡Vengan! Me llamo Tanaka, les daré la bienvenida en nombre de todos los que están aquí - me dijo mientras caminaba hacia una casa en particular.
- No lo sigas, Akutagawa- me susurro Jinko
- No seas cobarde, Tigre - le dije mientras lo obligaba a seguirme. No es que este confiando, pero realmente necesitábamos información. Y no veo otro modo de lograrlo.
El sujeto abrió la casa emocionado, la casa estaba amueblada pero claramente nadie vivía aquí, luego el sujeto subió corriendo las escaleras para bajar a los pocos minutos con dos bolsas transparentes, en su interior había dos vestimentas iguales a las que usaban todos en este lugar.
- Aquí tienen, deben ponérselas de inmediato, tienen el diseño especial que ustedes necesitan - me dijo sin perder la sonrisa
- ¿Que diseño? - le dije con frialdad, pero él ni se inmuto
- Vestimenta para pareja, claramente, el botón superior es de color rojo, indicando su promesa de estar juntos
¿Pareja? ¿El acaba de decir pareja? ¿Yo y Jinko? ¿Que? Lo fulmine con la mirada, pero el sujeto continuo
- Son pareja ¿verdad? Porque aquí no está permitido que dos personas que no sean parejas se aferren de ese modo y si es el caso que no son pareja, debo dividirlos según su edad, es la cultura de este lugar - dijo con esa sonrisa que ya parecía escalofriante, sin más intento separar a Jinko de mí, pero este gruño amenazante, como el Rahomon tapaba sus ojos estos no se notaban, pero de seguro eran los de un tigre y uno a punto de morder
- No me toque - dijo en gruñido, a lo que el sujeto se tensó, intentando tomar su teléfono para llamar a alguien, pero antes de que pudiera hacerlo. Tomé a Jinko y lo volví a colocar en mi costado. Donde se calmó de inmediato, esto era extraño
- Mi pareja tiene problemas con que lo toquen personas desconocidas - dije entre dientes, pero el sujeto pareció comprender, aunque en todo el rato no había perdido la sonrisa se notaba que estaba algo nervioso
- Comprendo, los dejare solos para que se vistan, pueden usar esta casa para parejas, la habitación está en la parte de arriba, temprano vendré de nuevo para guiarlos por el lugar - dijo perdiendo los nervios y con confianza - ¡Pero recuerden que deben sonreír! ¡Este es un pueblo feliz!
Eso fue lo último que dijo antes de irse y cerrar la puerta despacio. Me quede unos segundos quieto, esperando a que sus pasos desaparecieran. Luego me separe de Jinko. Este intento mantenerse aferrado a mí, pero lo separe con firmeza. El me miro malhumorado
- Casi atacas a ese hombre - le dije sin más
- No iba a hacerle daño - dijo nervioso
- Explica - le dije ignorando eso. Él se paralizó y me miro con los ojos abiertos con sorpresa
- ¿Qué cosa?
- Sangre, sufrimiento, tu miedo - le dije sin escrúpulos
- Este lugar es una farsa - me susurro mirando con sospecha a su alrededor
- Lo se
- No...no es eso, aquí torturan gente, aquí experimentan con gente, aquí destruyen gente - me dijo casi en pánico
- Habrá que investigar más o no podremos salir de aquí - le dije con seriedad
- Lo sé...pero este lugar me desagrada - me dijo con una sonrisa triste - se parece a mí orfanato, la vestimenta, los collares, el olor a sangre, es su forma de marcarnos como si fuéramos ganado
- Tendrás que superarlo, Jinko
- Gracias, Akutagawa, como no pensé en eso antes- me dijo con sarcasmo. Al menos sus ojos tristes se habían ido.
Sin más le entregue la vestimenta, el la miro en Shock, y luego me observo a mi confundido
- ¿Porque me pasas esto?
- Colócatelo
- No me pondré esto - dijo apretando la bolsa entre sus manos con fuerza
- ¿No escuchaste lo que nos dijo el sujeto? - el bajo la vista avergonzado
- No....estaba escuchando a Byakko calmarme - me dijo sonrojado
- Si queremos escapar con vida de aquí y de paso obtener información tendrás que ponértelo - le dije sin pensárselo mucho, el parecía estar en pánico. Dejo caer el paquete al suelo e intento correr, pero con ayuda de Rashomon lo mantuve quieto - No me obligues a vestirte yo, Jinko. Créeme, no seré gentil El solo negó con la cabeza aterrado, suspire, aquí vamos.
Como prometí simplemente rasgué en pedazos la sudadera. Era mía, pero de ahí a que logrará quitársela al mocoso. Y sin detenerme a mirar coloque la camisa blanca del uniforme sobre él, notando el botón rojo que había prometido el sujeto.
Cuando termine de colocarla, note que Jinko se estremecía, conecte miradas con él y parpadee realmente sorprendido al ver que estaba llorando en silencio
- Quítame esto, no lo quiero sobre mí, que desagradable... - me dijo entre lágrimas. Con la voz rota, mientras se estremecía con fuerza. Sentí como el pecho se me apretaba ante la vista de Jinko llorando tan desesperado, ni siquiera por todas las heridas que había tenido había llorado de esta forma.
Con cuidado lo solté, él se dejó caer por la pared y se sentó contra ella. Acurrucándose, parecía más que nunca un niño. Intento romper su camisa, pero de inmediato lo tome por ambas manos agachándome a su lado, conectamos miradas, el pareció contenerse un poco
- Hay un modo para superar los miedos, Jinko - le dije al notar que tenía su atención, el me miro curioso, pero sin dejar de derramar lágrimas - Tienes que enfrentarte a ellos, no dejarlos ocultos o te perseguirán toda la vida, como ahora - El me miro con una mueca, y agacho la mirada
- Akutagawa....es muy doloroso y difícil - me susurro sin levantar la mirada -... a ellos les gustaba tanto ver hasta donde soportaba el dolor, cada día cambiaban el modo de demostrármelo, este uniforme siempre estaba manchado de sangre para mí, porque a ellos les gustaba ver como la sangre se extendía por mi vestimenta, aun puedo escuchar en mi mente sus voces, como me decían que debía sonreír, porque de ese modo el dolor se iba...y ahora... aparece ese sujeto que dice quererme , que quiere tenerme, trayéndome todos mis recuerdos de golpe...es tan doloroso - me dijo con la voz rota, parece ser que el día de hoy por fin lo había alcanzado, junto con todos sus recuerdos.
Lo mire con atención, mi hermana siempre me decía que era demasiado frio para consolar pero que aun así me lo agradecía, y sinceramente Jinko necesita algún tipo de contacto. Suspire, no me engañare diciendo que esto es por el bien de la misión, este solo soy yo consolando a un niño o eso es lo que me diré
- Ven - le dije abriendo mis brazos tensos, él se enfocó en mí, aun sin dejar de llorar y sin pensarlo un segundo me abrazo con fuerza, algo rígido le devolví el abrazo.
Él se relajó en mi contra, sollozando en silencio hasta que solo le siguió un simple hipo. Mas relajado me senté contra la pared dejando que se aferrara a mi sin romper el abrazó, no pude evitar pensar en lo que esto me estaba provocando, un sentimiento de lo más extraño, que me hacía no querer soltarlo mientras lloraba.
- Lo intentare – me susurro contra mi hombro, con la voz ronca por el llanto – Lo que dijiste, sobre enfrentar mis miedos
- No estaría de mas que dejaras de ser tan cobarde, Jinko – el se rio divertido ante eso
- Dazai-san me decía lo mismo cuando me entrenaba – me susurro, yo me tense ante eso
- ¿Te hacia daño?
- No con intención de lastimarme, solo me enseñaba a su manera – me respondió con una pequeña sonrisa- Era divertido la mayoría de las veces, y siempre me terminaba regalando alguna golosina, Dazai-san es alguien muy amable
- Esa frase no va al lado de ese bastardo – le dije con frialdad, el me miro atento
- ¿Te hizo daño? – me pregunto tímido
- Dañar es una palabra muy floja para describir lo que hizo – le dije apretando demasiado mis brazos a su alrededor, a lo que él se quejó por el dolor, así que casi inconscientemente solté el agarre fuerte.
- Lo siento – me dijo después de unos segundos, lo mire con seriedad
- ¿Por qué?
- Solo pensé que necesitaba decirlo – me murmuro con una sonrisa amable – Se que los odias, a Mori-san, a Dazai-san y quizás a mi…pero a pesar de todo son mi familia, mis personas más queridas, así que solo puedo disculparme contigo por ser cercanos a ellos
- Por eso nunca podremos ser cercanos, Jinko, eres la reencarnación de todo lo que más odio – le dije con una mueca, el perdió la sonrisa hacia mí, y me miro con los ojos brillantes, me estremecí sin quererlo por esa mirada.
- Yo no te odio – me dijo luego de unos segundos, intente separarme de él, su mirada me traía recuerdos que no me agradaban, pero él se mantuvo abrazándome, luego con suavidad apoyo su cabeza en mi hombro y cerró los ojos, susurrándome – Quedémonos así un poco más, más rato podemos volver a enfrentar la realidad
Luego de unos minutos se relajó contra mí, cayendo dormido mientras me abrazaba, el cansancio no pudo más con él. Mire su rostro húmedo por las lágrimas, y lo acomode de tal modo que se quedara recostado cerca de mi corazón, deje caer mi cabeza con fuerza hacia atrás, sin importarme el dolor del golpe contra la pared. ¿Pero que me pasaba? ¿Porque estaba abrazando a Jinko de este modo? No debo olvidar que es un asesino, la definición completa de porque me aleje de la Port mafia, aun así ¿Por qué no puedo soltarlo?
- ¿Por qué? - le susurre sin esperar una respuesta. Suspire cansado, sin mucho esfuerzo me levante con el en brazos, subí las escaleras en dirección a donde el sujeto nos había indicado la habitación.
Lo acomode en la cama, el se aferro a mi gabardina, no queriendo soltarme, y Rashomon pareció querer aferrarse a él. Así que me aleje con rapidez, logrando que me soltara, simplemente se acomodó contra la almohada con un suspiro. No pude evitar quedarme mirándolo unos minutos, de seguro parecía un acosador, ¿Pero que me ocurría?
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