-Bien muchachos, los veo esta noche, no lleguen tarde, les recuerdo que la persona con la que se sentaran en el autobús es su mismo compañero de asiento. – dijo el profesor de biología antes de que se acabara la clase.
Dylan estaba a mi lado escuchando al profesor con flojera. Cuando la clase termino tome mis cosas y salí del aula, estaba caminando por el pasillo cuando alguien golpeo mi hombro, me gire para ver quién era y mi mirada fue a dar al suelo, donde un chico se encontraba recogiendo sus libros de manera nerviosa, me agache, igual y no me había empujado a propósito, comencé a ayudarle a recoger sus libros y cuando se los tendí el me miro de manera nerviosa, juro que casi estaba temblando, tenía el cabello corto y de color caramelo, delgado y ojos azules que estaban escondidos detrás de unos lentes. Tomo los libros que le ofrecí de manera nerviosa.
-¿Estás bien? – le pregunte, parecía que se desmayaría o algo así.
-Ssi… si – contesto tartamudeando, miro por su espalda y luego abrió los ojos como platos. Mire en su dirección y vi a los chicos del equipo de futbol doblar la esquina en dirección a donde estábamos nosotros, cuando vieron al chico empezaron a reír y murmurar entre ellos, entonces entendí todo.
-Te están molestando ¿verdad? – le dije, el me miro de manera nerviosa, nos pusimos de pie, los chicos del equipo de futbol llegaron a nosotros, eran seis y todos se reían del pobre chico que estaba a mi lado.
-Aquí estas Thompson, ¿seguirás negándote a hacer mi tarea? – dijo uno de los chicos.
-Míralo, esta tan asustado que se va a orinar en sus pantalones. – dijo otro.
-Déjenlo en paz. – dije con voz severa metiéndome en el asunto.
Las miradas de los chicos fueron a parar en mí.
-Eres Taylor Jenner ¿cierto? – pregunto uno mirándome con una sonrisita arrogante.
-Si ¿algún problema? – conteste.
Uno de los chicos silbo, tenía el cabello rubio. – Tranquila muñeca, no queremos problemas contigo, al contrario, es tu día de suerte.
-¿Ah si? – pregunte sarcástica mientras me cruzaba de brazos.
La sonrisa del tipo se ensancho – Claro muñeca, ¿Qué dices si después de la escuela salimos tu y yo?
-Disculpa, pero no salgo con idiotas que molestan a otros chicos. – conteste a su estúpida propuesta.
Los chicos se empezaron a reír y burlar de su amigo por mi respuesta y el frunció el ceño haciendo que todos se callaran. Tome al pobre chico que estaba a mi lado y lo arrastre lejos del grupo de idiotas, lo lleve hasta los jardines y me detuve cuando llegamos al árbol donde descansaba siempre.
-¿Estás bien? – le pregunte de nuevo.
-Sí. – dijo apretando los libros contra su pecho con fuerza.
-Tranquilo amigo, no muerdo… ¿por qué dejas que esos idiotas te molesten?
-No tengo opción, así es la vida para algunos, haces lo que ellos piden y no terminas golpeado o con la cara en el retrete. – dijo encogiéndose de hombros como si lo que dijera fuera la cosa más normal del mundo.
-Escucha, estoy segura que eres más inteligente que ellos, pero esa forma de pensar tuya me hace dudar… no es la única opción, no permitas que te traten como mierda. – le dije, no sé porque quería ayudar a este chico, se veía realmente perdido. - ¿Cómo te llamas?
-James.
-Bueno James, yo soy…
-Sé quién eres.
-¿Así?
-Vamos juntos en matemáticas y en literatura. –contesto, hice memoria de esas clases pero no recordé su rostro en ninguna de ellas.
-Lo siento, no te recuerdo, en realidad no recuerdo el nombre de muchos de mis compañeros. – dije con una mueca.
-Yo si te recuerdo, eres la chica que esta con Dylan en todas las clases.
-¿Conoces a Dylan?
-Todos conocen a Dylan Collins. – dijo con un estremecimiento. – Dicen que el sujeto está loco.
Sonreí. – No está loco… solo es un poco difícil.
-Prefiero mantener mi distancia aun así. – dijo encogiéndose de hombros con una sonrisa.
-Oye, tienes una linda sonrisa. – le dije con afán de animarlo y de hacerlo sentir más seguro de sí mismo, aunque lo que provoque fue que se sonrojara.
-Aquí estas. – escuche a una voz decir detrás de mí. Dylan. Me gire y lo vi, tenía el ceño fruncido y miraba a James de mala manera. - ¿Qué quieres con ella? Largo. – le dijo Dylan a James de manera amenazante, el pobre tembló y casi salió corriendo de ahí, cuando estuvo fuera de mi campo de visión me gire enojada hacia Dylan.
-¿Qué mierda hiciste? – le dije enojada.
Él me miro y frunció el ceño. - ¿Qué?
-No tenías porque tratarlo así. – le reproche.
-¿Porque te preocupa tanto?
-Eso no importa Dylan, no debiste tratarlo así, todos sabemos que eres un idiota malhumorado, no necesitas demostrarlo todo el maldito tiempo. – conteste enojada, era inaceptable que tratara a las personas como basura y no importarle.
-Cállate Taylor, no empieces conmigo.
-No, no empieces tu, detesto que trates como mierda a la gente, en especial si son chicos lindos como James.
-No entiendo porque te enfadas tanto por el pequeñín ese, pero si es tan lindo como dices, vete a la mierda con él. – grito y después se dio la vuelta y se fue hecho una furia.
Ese era nuestro problema, de repente parecía que todo estaría bien, pero de un momento a otro todo se iba a la mierda por cualquier estupidez, dábamos un paso adelante y dos atrás.
***
Seguía de mal humor cuando empaque en una maleta pequeña todo lo necesario para el campamento, ropa, zapatos, productos de belleza etc. Cuando mi maleta estuvo lista la deje sobre la cama y me metí a la ducha para después vestirme con unos jeans negros y una blusa de manga larga color blanco, me puse mi sudadera gris y luego me calce mis converse blancas. Cuando estuve lista baje con mi maleta en mano y mi tía y Abby me llevaron a la escuela, donde se supone que iba a llegar el autobús que nos llevaría a las cabañas, baje del auto con Abby a mi lado, busque con la mirada a mis amigos pero no los vi, de seguro todavía no habían llegado, de repente vi a Dylan con una maleta a sus pies, estaba concentrado en su celular.
-¡Es el príncipe! – grito más fuerte que de costumbre mi pequeña hermana, tenía una sonrisa enorme en su cara. Dylan miro en nuestra dirección, obviamente había escuchado el grito de Abby. - ¡Príncipe! – le grito Abby haciéndole señas a Dylan.
-Cállate Abby – le dije con el ceño fruncido, pero era demasiado tarde porque Dylan estaba caminando hacia nosotras.
-Hola pequeña princesa. – le dijo Dylan arrodillándose frente a ella para estar a su misma altura, le dio un beso en la frente. - ¿No me darás un abrazo? – le pregunto y al siguiente segundo Abby ya estaba en sus brazos, Me miro con una sonrisa divertida. -¿Quieres un abrazo también Gnomo?
Quise decir “infiernos si!” pero en cambio dije… - Ni loca Bestia.
-Cierto, olvide que tienes al enclenque ese. – dijo mirándome con disgusto.
-¿También estas enojado príncipe? – le pregunto Abby.
-Claro que no pequeña princesa. – le dijo dándole un golpecito a su nariz con el dedo índice.
-Es que todos parecen de mal humor hoy, la tía Margaret se enojo porque no llego a tiempo para ver su novela y Tay está molesta desde que llego de la escuela. – Le conto mi pequeña hermana con su voz de bebé mientras hacia un puchero.
-No te preocupes por eso, lo que pasa es que tienes un feo Gnomo como hermana. – le dijo Dylan divertido haciéndola reír.
-¡Dylan! – dijo mi tía alegremente mientras salía del auto, Dylan se puso de pie con Abby en brazos y le dio un beso a mi tía en forma de saludo.
-¿Cómo estas Margaret? – le pregunto animadamente. ¿Desde cuándo se llevaba tan bien con mi familia?
-Estoy bien, gracias por preguntar, no te veía desde aquella vez en el parque. – le comento mi tía, yo no entendía nada.
A lo lejos vi a Ryan llegar, camine rápidamente hacia donde estaba y cuando lo tuve enfrente le di un abrazo. –Gracias a dios que llegaste. – le dije mientras lo abrazaba.
-Wow, eso fue inesperado ¿Qué pasa belleza? – dijo devolviéndome el abrazo.
-Dylan. – conteste simplemente.
-De acuerdo, tranquila belleza, tienes que ser fuerte ¿Qué está pasando ahora? – dijo mientras lo soltaba.
-Está hablando con mi familia y ellas lo adoran.
El frunció el ceño confundido – y eso está mal porque… - dijo animándome a continuar.
-¡Le pidió un abrazo a Abby! El nunca me ah pedido un abrazo. – me queje.
Ryan comenzó a carcajearse.
-¿de qué te ríes idiota? – le pregunte.
Él se agarro el estomago de la risa – Estas celosa de tu hermanita de seis años… si no lo hubiera escuchado de ti no lo hubiera creído. – dijo para luego volver a partirse de la risa.
-No le veo la gracia.- le dije malhumorada.
***
Estábamos todos en el autobús, cada quien en su respectivo asiento, Ana con Luke, Emily con Ryan y para mi mala suerte, el idiota de Dylan conmigo, yo estaba del lado de la ventana.
-¿Sigues molesta por lo del enclenque? – pregunto Dylan a mi lado. Bufe por la estúpida pregunta y mire por la ventana. – contéstame. – murmuro con la voz tranquila pero demandante.
-¿Tu qué crees? – conteste cortante.
-No entiendo tu enojo.
-Eso está claro Dylan ahora cállate.
-No, cuéntame.
-¿Qué? – dije mirándolo
-Cuéntame por que estabas con él.
-Ni pienses que lo hare.
Suspiro pesadamente. – No te entiendo Taylor, te molestas porque no te entiendo y luego te molestas porque quiero entenderte… entonces ¿Qué mierda quieres que haga? – dijo exasperado, suspire, en parte tenía razón.
-Se llama James, choco conmigo en el pasillo de la escuela mientras huía de los idiotas del equipo de futbol, le ayude a quitárselos de encima, no lo conozco pero me di cuenta de que es un chico tímido e inseguro y quise ayudarlo, estaba tratando de animarlo, pero luego apareció tu estúpida persona y tu insoportable mal humor y lo asustaste… ¿feliz?
Me miro por unos segundos. – Bien, no tienes que ponerte pesada ¿de acuerdo?
-Lo dice el que me mando a la mierda hace unas horas por milésima vez desde que lo conozco. – murmure.
-Sabes que no lo digo enserio.
-¿Ah no? – pregunte con una ceja levantada.
-Vamos Nena, no estés enojada. –dijo Dylan mientras ponía una mano en mi rodilla.
-Eres un idiota a veces.
-Lo sé Nena, pero aun así no puedes vivir sin mí.
-¿Quieres apostar? – lo rete.
Me miro y una sonrisa apareció en su cara. – Ven aquí. – dijo con esa voz que me dejaba medio estúpida, al ver que no me movía me tomo en sus brazos y me sentó en su regazo. – No te enojes, me equivoque lo admito pero no lo pude evitar. – dijo mirándome a los ojos, admiraba su capacidad para reconocer sus errores, eso no lo hace cualquiera.
-¿Por qué? – pregunte mientras ponía mis brazos alrededor de su cuello.
-No me hagas decirlo. – pidió mirándome suplicante.
-Lo dejare pasar por esta vez Dylan… solo por esta vez. – advertí.
Asintió y luego comenzó a besar mi hombro y mi cuello. – Dylan para, aquí no. – dije mirando a los asientos de al lado donde se encontraban Ana y Luke, pero ellos no nos estabas haciendo caso.
-No seas tan delicada. – dijo en mi cuello entre besos.
-Cállate. – dije sintiendo como mordía mi cuello, valla, este chico sabia mis puntos débiles. – Bésame – le pedí y él no dudo un segundo en hacerlo, sus labios y los míos encajaban a la perfección, una de sus manos viajo a mi cintura y la otra estaba en mi nuca, cuando el aire se nos acabo nos separamos.
-Este será un viaje interesante. – susurro por encima de mis labios.
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Aquí un nuevo capítulo, déjenme sus coemnt