ABBY.
Me abrazo a mi misma, observo como Trevor corre nuestra cama hasta bloquear la puerta de nuestra habitación, afortunadamente era el segundo piso, por lo que no debíamos preocuparnos por la ventana, me acerco a esta y corro un poco la cortina, abro mis ojos y llevo mi mano a mis labios ahogando un jadeo, habían varios de esos infectados caminando fuera de la casa y por la calle, caminaban de forma torpe y lenta.
Entrecierro mis ojos al reconocer a uno de ellos, era el señor Tomás, nuestro vecino, él tenía setenta años y era muy amable, muchas veces aconsejaba a Trevor sobre como mantener las plantas y el césped del patio, aprieto mis labios y cierro la cortina, temblando miro a Trevor.
—El señor Tomás está infectado, y creo que Trudi fue atacada por uno de ellos— Murmuro alejándose de la ventana, con un nudo en la garganta y ganas de vomitar, esa cosa que me atacó tenia un olor a carne podrida y aun estaba llena de sangre.
—Son muertos, no están infectados, son muertos ahora— Murmura Trevor, observo como busca en el cajón de la mesa de noche algo, el saca unos documentos y dinero, mucho dinero.
—¿A donde iremos?— Preguntó temerosa, él camina con prisa a el closet, saca una mochila y la tira en la cama, se inclina y busca la caja de emergencia, Trevor la tenía por si un desastre natural ocurria, tenía linternas, muchas baterías, tenía móviles de repuesto, encendedores, velas, y muchas más cosas, incluso una glock diecisiete.
Él siempre estaba estaba preparado, siempre pensando en todo, parecía que el estaba preparado para esto, y sabía que si uno de los dos llegaría hasta el final sería él, porque yo no tenía la fortaleza ni valentía que él tenía.
El terror me inunda, nuestros padres, mi hermano, él estaba en el ejército, sabía que el estaría a salvo, pero nuestro padres, el hermano mayor de Trevor es parte del S. W. A. T sabía que el podía cuidarse también.
—Debemos llamar a nuestros padres, no sabemos si esta enfermedad, virus, droga, salió de este estado— Susurro acercandome a él, donde esta guardando todo en la mochila.
—Tienes razón, toma llama a mi madre, si en casa esta todo bien luego llama a tus padres y dile que vayan a la casa de mi madre, es mucho más segura y estoy seguro que Bobby buscará a mi madre para llevarla a un lugar seguro, si tus padres están con ella Bobby también los llevará con él— Intruye en voz baja mirándome, mis manos tiemblan, tenía razón si hermano los mantendría a salvo.
Trevor nota mi nerviosismo y terror, el suspira, deja lo que está asiendo y me abraza, cierro mis ojos sintiéndome protegida, dejo escapar unas cuantas lágrimas.
—Se que estas asustada, se que nadie esta preparado para esto, pero debes ser fuerte, ¿Sí?— Pide con voz ronca, el busca mi mirada, limpia mis lágrimas —Yo voy a protegerte, pero necesito que seas fuerte— Parpadeo varias veces, humedezco mis labios y asiento.
—¿Que vamos hacer?— Pregunto aclarando mi garganta, Trevor duda unos momentos, luego suspira.
—Por ahora pasar la noche aquí, debo pensar a donde iremos, probablemente la ayuda militar llegue en algún punto de la ciudad—
Explica con voz suave, Trevor toma mi mano y da una ligera caricia, su mirada baja hasta el anillo en mi dedo anular, muerdo el interior de mi mejilla, preguntándome que pasa por su mente, el suspira y se gira para ir nuevamente a la mochila, un vacío se instala en mi pecho, trago con dificultad y me dispongo a llamar, llevo el móvil a mi oído.
Dos veces suena y suspiro cuando la voz de Mónica, la madre de Trevor constesta, por la preocupación en su voz, se que ya sabe todo lo que está ocurriendo.
—¿Abby?, ¿mi niña eres tu?, ¿Donde están?, ¿Están los dos bien?— Pregunta alarmada, retengo mis lágrimas ante la emoción de que esta bien, ella es como mi segunda mamá.
—Estamos bien, ambos, pero estamos atrapados en casa, vamos a pasar la noche aquí y mañana ya veremos, ¿Estas bien?, ¿allá también esta ocurriendo esto?— Pregunto temblorosa, Trevor me mira.
—Si mi niña, el centro de la ciudad es un caos, aquí estamos a salvo por estar fuera de la ciudad y Bobby llegara en un par de días para llevarnos a un lugar seguro, están preparando una base para rescatar personas y mantenerlas a salvo—
—¿Estamos?, ¿Con quien estas?—
—Con tus padres, ellos se encuentran aquí, estamos a salvo, no saldremos, los muros nos mantendré a salvo— Dice rápido, llevo una mano a mi pecho sintiéndome aliviada de escuchar que todos están bien.
—Oh, Dios, estoy tan feliz de escuchar que todos están bien— Susurro en un hilo de voz, Trevor suspira con alivio y va al closet para sacar mi mochila.
—Cariño, ¿Ya le dijiste a Trevor?— Pregunta Mónica con preocupación y voz más baja, humedezco mis labios y me tenso.
Estaba aterrada y la única persona a la que le dije que creía que estaba embarazada fue la madre de Trevor, trago con dificultad.
—No, aun no le digo— Susurro, Trevor me mira y frunce su ceño sin comprender el porqué digo eso, escucho como Mónica guarda silencio.
—Debes decirle, él debe saber que no puedes hacer mucho esfuerzo físico, ni correr mucho o te hará daño— Intruye más seria, aprieto mis labios.
—Aun no es seguro, yo...—
—Cariño, se que tienes miedo pero es normal, ustedes son jóvenes es verdad, pero se cuanto se aman, y un bebé siempre será una bendición, no importa el momento— Murmura con cariño, bajo mi mirada.
—¿Puedo hablar con alguno de mis padre?— Pido tratando de mantener mi calma, hablar sobre el posible embarazo ya era difícil, ahora en medio de todo esto tan horroroso lo era más.
—Claro que si linda, te voy a pasar a tu mamá, piensa en lo que te dije— Dice, guardo silencio, escucho como dura, posiblemente estaba alejada de ellos para que no escucharan lo del bebé.
—¿Hija?, ¿Abby ambos están bien?— Pregunta mi madre al borde del llanto, trago con dificultad bajando el nudo en mi garganta.
—Estamos bien, todo va a mejorar mamá, sé que será así, todo volverá a la normalidad—
Guardo silencio de golpe al escuchar golpes en la puerta principal de nuevo, mi cuerpo se desata en temblor y Trevor me hace un gesto de que guarde silencio, cierro mis ojos.
—Mamá, debo colgar, quiero que sepas que pase lo que pase te amo—
—¿Hija, que sucede?, ¿Están bien?— Aprieto mis labios y termino la llamada, los golpes son más fuertes.
Trevor camina hasta donde estoy y toma mi mano, el me direje hasta el baño, cierra la puerta tratando de hacer silencio, y se gira, el se acerca a mi y me abraza, el ruido aún se escucha, dura varios minutos, pero luego se deja de escuchar.
—¿Que es lo que no me has dicho?— Pregunta en voz baja, mi cuerpo se tensaz elevo mi mirada, sus ojos me miran fijamente.
—¿De qué hablas?— Preguntó tratando de evadir la pregunta.
—Le dijiste a mi madre que no me habías dicho algo, ¿Que es?—
—No es importante ahora— Susurro apartando mi mirada, Trevor me hace mirarlo nuevamente, su ceño se frunce y me analiza, intento mantener una expresión neutra.
—Me estas mintiendo, me estas ocultando algo, ¿Que es Abby?, ¿Que hiciste?— Pregunta profundizando su ceño, aprieto mis labios y me aparto de él.
—Suenas como si siempre me metiera en problemas— Murmuro con un poco de molestia.
—Bueno, no sé, dímelo, ¿Haz causado un problema que debas contarme?— Pregunta ahora con seriedad, lo miro con dolor.
—¿En serio quieres discutir ahora?, esas cosas están ahí fuera y quieren entrar y ¿tu te centras en pelear?—
—No estoy intentando pelear, eres tu la que esta a la defensiva— Murmura, ruedo mis ojos y me siento en el suelo.
Ambos guardamos silencio, Trevor también se desliza y se sienta en el suelo, escucho como suelta una respiración cansada, parpadeo y lo miro, trago con dificultad.
—¿Fue difícil llegar aquí?— Pregunto bajo, Trevor lleva sus manos a su rostro y asiente.
—Allá afuera hay más muertos de lo que puedas imaginar, no se como ocurrió, pero los infectados incrementaría en cuestión de minutos— Dice mirándome, muerdo mi labio inferior y bajo mi mirada.
—Gracias por venír por mi— Susurro.
—¿Piensas que no vendría por ti?— Pregunta, guardo silencio unos segundos y eso parece que responde su pregunta —Se que nuestra relación ha estado mal Abby, pero prometí protegerte y es lo que haré—
—Claro, es lo que le prometiste a mis padres— Murmuro sin mirarlo.
—Y porque eres importante para mi Abby—Dice con voz ronca, aprieto mis labios, la pregunta de que si aún me ama quiere salir, pero no lo hago, suspiro y me limito a no decir nada más.
........
Frunzo mi ceño, abro mis ojos lentamente, miro a mi alrededor, unos brazos me rodean, mi mente procesa todo d einmediato, recuerdo lo ocurrido, Trevor se acerco a mi y me abrazo atrayendo me a su pecho, debido al cansancio y conmoción me dormí de inmediato.
Aun estábamos en el baño, mi cuerpo dolia por la incomodidad de dormir sentada, hago un gesto, me aparto de Trevor y lo muevo para despertarlo, el se queja y luego abre sus ojos y se reincorpora, el parece recordar todo.
—Oh maldición, ¿Que hora es?, ¿Cuánto dormimos?— Pregunta alarmado, pardeo mirándolo sin comprender, el se acerca a la puerta y trata de escuchar.
—No lo sé— Murmuro, me acerco a él lavamos y arreglo mi cabello, abro el grifo y mojo mi rostro, luego busco el cepillo dental.
—Debemos irnos ya— Dice, abre la puerta y el miedo me invade, afortunadamente no hay nada en la habitación y la cama aún bloquea la puerta.
Me cepillo los dientes mientras observo a Trevor buscar la mochila que preparo, la coloca en su espalda, mira la hora en el despertador, es temprano aun son las seis de la meñana, me acerco a el lavamanos y escupo, abro el grupo, cierro mis ojos y me sostengo del lavamanos al sentir un fuerte mareo.
—Lo importante ahora es buscar ayuda— Murmura Trevor en la habitación, abro mis ojos recuperandome del mareo, hago un gesto cuando las náuseas me invaden, y sin poder evitarlo corro al retrete, me inco y devuelvo todo vomitando.
Trevor se acerca a mi y toma mi cabello, mi cuerpo tiembla al sentir las arcadas, Trveor maldice bajo, y las lágrimas se acumulan en mis ojos. Era la primera vez que Trevor estaba cuando me daban las náuseas matutinas, el salia temprano casi todo el tiempo y cuando tenía libre el sloia levantarse muy temprano y pasaba tiempo en el jardín en la mañana.
—Abby se que salir aterra y que los muertos son horrorozos, pero no podemos quedarnos aquí, estoy seguro de que nada bueno nos pasará si decidimos quedarnos— Murmura con preocupación acariciando mi espalda.
Mi cuerpo se siente débil, trato de recuperarme, las náuseas pasan, hago un gesto, me alejo del retrete bajo la tapa y luego la llave, me levanto y me dirijo nuevamente a tomar mi cepillo.
—No me siento bien Trevor, ¿No podemos esperar unos minutos?— Pregunto bajo, busco la mirada de Trevor a través del espejo, el hace un gesto dudoso, lleva su manos a su cabello y lo despeina.
El nudo se forma en mi garganta al saber que sólo soy una carga para Trevor.
—Solo unos minutos Abby, tiempo es lo que no tenemos— Susurra, asiento lentamente, me cepillo los dientes, Trevor suspira y hace lo mismo, puedo sentir su mirada en mi.
.....
Había pasado media hora hasta que me sentí preparada para salir, Trevor me dio mi mochila vacía, según el para llevar agua y alimentos, el plan era, baja a la cocina, empacar lo necesario y luego ir a la cochera para tomar su auto.
Trevor deja su arma en la cama, luego la empuja para desbloquear la puerta, el me da una mirada, trago con dificultad tratando de que mi cuerpo no tiemble, él se acerca a la puerta y escucha, se encoge de hombros como si no escuchara nada de ruido, el toma el arma y cuenta con sus dedos para que este preparada, al llegar al número tres abre la puerta el apunta con el arma, pero no hay nada, me mira y hace una señal para que lo siga.
Los latidos en mi pecho se aceleran, bajamos los escalones con precaución, el se detiene, ambos tratamos de escuchar algo que no indique que los infectados entraron a la casa, pero no se escucha nada así que continuamos bajando, al llegar a la sala principal ambos miramos a la puerta, esta cerrada, mi mirada baja al cuerpo inerte de aquel que le clave la tijera en la frente, esta igual a como lo había dejado anoche, hago un gesto con asco y mi estómago se revuelve.
—Hay que ir a la cocina— Susurra Trevor, asiento y lo sigo, el me hace un gesto para que me detenga, lo miro con temor, él continúa caminando solo, suspiro cuando asiente para que lo siga, la puerta trasera también está cerrada.
Abro la mochila y la dejo en la mesa, me dirijo a la despensa y comienzo a sacar la comida enlatada y todo lo que sea necesario, lo guardo en la mochila, abro el refrigerador y tomo cuatro botellas de agua y las guardo.
Terminó de guardar, y me coloco la mochila en la espalda, muerdo el interior de mi mejilla, camino hasta un mueble, abro el cajón y tomo dos cuchillos, trago con dificultad, me acerco a Trevor quien mira por la ventana, el hace un gesto para que guarde silencio, frunzo mi ceño y miro al igual que él por la ventana, hay uno de esos muertos en nuestro patio, lo miro con miedo.
—Hará menos ruido que el arma, así no llamaremos a más— Susurro dándole uno de los cuchillos, Trevor me mira sonríe levemente y guarda su arma.
—Buena idea— Susurra dando un guiño, sonrío levemente —Mientras yo me encargo de ese, necesito que abras la cochera y enciendas el auto— Intruye ahora con más seriedad, trago con dificultad sintiendo los latidos en mi pecho.
—Esta bien, lo haré—Digo un tanto insegura, ¿Era capaz de enfrentarme a otro infectado?, debía hacerlo, era para sobrevivir, ya había aniquilado a uno.
Trevor camina hasta la puerta, me mira, asiento dándole a entenser que estoy lista, él toma una respiración, tarda unos segundos y luego abre la puerta, los latidos en mi pecho golpean y casi puedo escucharlos, miro como esa cosa, llena de sangre, y los ojos de un extraño color blanco, camina hacia nosotros por el ruido, el sonido que hace es aterrador, observi su forma de caminar.
—Abby, rápido— Dice Trevor sacándome de mi estado, corro hasta el garaje, introduzco la contraseña en la pared cercana, mientras la puerta abre giro mi cabeza hacia Trevor.
Él se acerca al infectado rápido, este se quiere lanzar hacia él pero Trevor con más fuerza y estabilidad lo retiene, miro preocupada el forcejeo, Trevor eleva su mano con el cuchillo y la entierra en la cabeza del infectado, este cae de inmediato, escuchamos unos gruñidos y gemidos, mi mirada se enfoca en tres infectados que entran por un hueco de la tapia que Trevor debía arreglar hace un tiempo.
—¡Enciende el auto y espera dentro de él, yo me encargaré de estos!— Exclama mirándome, si rostro con gotas de sangre que le salpico el anterior infectado, trago con dificultad y asiento.
Me dirijo al auto, con manos temblorosas abro la puerta y entro, introduzco la llave y enciendo el motor, miro por el retrovisor si Trevor viene, los segundos pasan y no se si ir a donde él o solo lo atrasaria más, ahogo un suspiro de alivio al verlo entrar corriendo, el pasa directo para abrir la puerta, el miedo me invaden, quedaríamos expuestos y Trevor debería correr para entrar al auto.
Cuando él abre la puerta, mi cuerpo entra en shock, no escucho nada, todo ocurre de forma lenta, la vista hacia la calle principal me deja ver el montón de infectados que hay, al menos unos doce, todos al escuchar el sonido se giran a nuestra dirección, Trevor corre al auto y sube.
—¡Acelera!— Es lo único que lo escucho decir, asustada, hago lo que dice, trato de mantener mi control.
Conduzco el auto a toda velocidad, golpeando a dos de esos en el camino, aceleró lo más que puedo, la cuanto más avanzamos encontramos más de esos infectados, mis ojos se llenan de lágrimas.
—¿A donde vamos?— Le pregunto a Trevor que esta igual de asustado que yo, el traiga con dificultad.
—A la biblioteca, ellos lograron cerrar y mantenerse a salvo— Dice, asiento y conduzco.
Minutos después logramos llegar a la biblioteca, no detengo el auto, hay varios infectados en la calle.
—Debemos bajarnos aquí, si corremos hasta un costado podremos entrar por una ventana—
—Es peligroso ¿y si hay más ahí?—
—Es el único modo de entrar— Murmura, trago con dificultad, tomo un suspiro y asiento.
Dentengo el auto, mi labio inferior tiembla, mis piernas se sienten débiles, ambos bajamos del auto, Trevor me hace una señal para que lo siga, corremos tratando de que los infectados no nos vean, rodeamos la biblioteca, afortunadamente solo hay uno, Trevor se adelanta y encaja el cuchillo en la cabeza de este.
Me dirijo a la ventana, esta cerrada, solo espero que no tenga el seguro puesto, la empujó hacia arriba y abre, suspiro con alivio, Trevor se acerca y me ayuda a subír y entrar, una vez adentro me siento segura, el también entra y luego cierra la ventana colocando el seguro.
—Lo logramos— Susurro con alivio, Trevor sonríe y asiente, el entrelaza su mano con la mía.
El me direje a una de las salas de estudio, el silencio me aterra, y el más mínimo ruido le espanta, escucho voces, cuando llegamos a la sala puedo ver a varias personas, en distintos grupos, tal vez grupos de amigos que se reunieron y quedaron aquí, me enfoco en uno, al que Trevor nos dirige, me sorpendo al ver que son sus amigos.
Elevo mis cejas cuando esa chica que esta en el grupo, ahoga un chillido de emoción y con entusiasmo se acerca a Trevor para abrazarlo, lo reconozco de inmediato, es esa amiguita cercana, la incomodidad me invade, y más cuando Trevor suelta mi mano para corresponder al abrazo de ella, trago con dificultad y me abrazo a mi misma.
Tenía bastante con que esto fuera el fin del mundo, ¿Porque tenía que seguir lideando con esto?
—Lograste venir de vuelta— Dice uno de sus amigos, Allan, es que se llama.
La verdad no los conozco muy bien, a Trevor no le gustaba cuando hablaba con ellos mucho tiempo, en cierta forma le molestaba que fuera la atención se sus amigos. La chica y Trevor se separan, esta sonríe ampliamente, guardo silencio.
—No podía dejar a Abby— Murmura Trevor tomando mi mano nuevamente, sonrío levemente, no tan cómoda, sus amigos me miran, y puedo sentir la mirada de esa chica.
—Vaya, parece que el maldito mundo se tenía que acabar para que nos dejaras pasar tiempo con Abby— Murmura un pelirrojo llamado Dereck.
—Tanto tiempo Abby, es un gusto verte de nuevo— Dice Allan, le sonrío con sinceridad, el es una buena persona, lo conozco porque es el que más frecuenta a Trevor en casa.
—Igual— Logro decir, Trevor rodea con su brazo mi cintura y me atrae a su cuerpo.
Él deja un beso en mi frente, elevo mi mirada a la suya, lo conozco, no le gusta que esté aquí, humedezco mis labios.
—Pasaremos la noche aquí, mañana veremos que haremos todos— Susurra en mi oído, asiento sin mirarlo, e incómoda por la mirada de esa chica, Celia, era evidente que le gustaba Trevor.
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