แดŠแด‡ส€แด‹; แด‹แด€แด›sแดœแด‹ษช ส™แด€แด‹แดœษขแด x แดแด„

By foortuunee

257K 23K 11K

๐“™ | MAGGIE nunca creyรณ poder enamorarse de ese espรฉcimen... KB fanfic x fem!oc More

[ INICIO ]
[ 1 ]
[ 2 ]
[ 3 ]
[ 4 ]
[ 5 ]
[ 6 ]
[ 7 ]
[ 8 ]
[ 9 ]
[ 10 ]
[ 11 ]
[ 12 ]
[ 13 ]
[ 14 ]
[ 15 ]
[ 16 ]
[ 17 ]
[ 18 ]
[ 19 ]
[ 20 ]
[ 21 ]
[ 22 ]
[ FINAL ]
โœจESPECIAL 2Kโœจ
โœจESPECIAL 3k Y 4Kโœจ
โœจESPECIAL โœจ
โœจESPECIAL โœจ
๐‘ณ๐‘ฐ๐‘ด๐‘ฌ๐‘น๐‘ฌ๐‘ต๐‘ช๐‘ฐ๐‘จ

โœจรšLTIMO ESPECIAL [O NO] โœจ

4.8K 447 87
By foortuunee

AVISO: PROPUESTA ABAJO

Por ahora, lo único que le había gustado a Maggie de aquella idea, era vestirse con sus mejores galas.

No se consideraba superficial, pero sí ligeramente pija. Le encantaba maquillarse y vestirse de forma elegante, ir a conferencias y fiestas elegantes con gente de gran cultura y perfecta armonía al hablar.

— ¡Sal de una puñetera vez, nos esperan!

Claro que aquello podía resultar aburrido a veces. Maggie quería pensar que su amor por Katsuki era una especie de cambio de aires.

— ¡Ya voy! —exclamó mirándose al espejo por última vez.

Llevaba un vestido rojo largo y ligeramente ajustado de tirantes, unos tacones de tamaño mediano negros, joyería cara y maquillaje impecable.

Salió del baño encontrándose con una escena bastante divertida a su parecer, su querido rubio se peleaba con la corbata roja.

Soltó una armoniosa carcajada y se acercó a su novio para ayudarle.

— ¿Me pides que salga y tú ni siquiera has terminado? —preguntó cogiéndole de la corbata y haciendo el nudo con gran habilidad.

Katsuki bufó y desvió la mirada.

—Cállate —ordenó en un murmuro.

Cuando la morena finalizó, le sonrió.

—Estás guapísimo —le alagó ajustándole la chaqueta.

—Mis padres nos esperan abajo —dijo tratando de desviar la atención de la chica.

Maggie asintió y cogió su bolso. Había aprendido que, por mucho que le gustaría un alago por parte del rubio hacia ella, él no era así. Y no le importaba en absoluto, había aprendido a llevarlo y, de hecho, estaba tan enamorada que jamás se había lamentado mucho por ello.

Bajaron en el ascensor y llegaron al vestíbulo, donde sus compañeros cenaban.

—Bakugou, qué guapo estás —se burló Sero, ganándose la mirada fulminante del rubio.

—Ya os contaremos mañana —se despidió la chica mientras empujaba al chico hacia la salida.

— ¡A las doce aquí! —exclamó el héroe desde su cuarto.

—Sí, sí. Adiós, tío Shota —se despidió la chica.

En la entrada, se encontraron con una limusina negra. Un hombre esperaba de pie al lado de la puerta que daba a los asientos traseros.

—Señorita Akira, por aquí —hizo una breve reverencia y abrió la puerta.

La chica cogió del brazo a su novio y ambos anduvieron hacia allí.

Ella fue la primera en entrar, encontrándose con los Bakugou en sus mejores trajes y fantaseando con aquella vida.

— ¡Marggaret, querida! —exclamó Mitsuki cogiéndola de las manos— Esto es fantástico, nos ha hecho mucha ilusión que tu padre haya pensado en nosotros.

La chica sonrió.

—Y a mi me ha encantado que hayáis aceptado venir, no sé qué habría hecho si hubiera tenido que ir sola —hizo una mueca y volvió a sonreír.

—No creo que Katsuki hubiera dejado que eso pasara —negó Mitsuki— ¿verdad, hijo?

—Déjame en paz —Mitsuki le fulminó con la mirada y alzó el brazo para darle su merecido al chico.

Fue un milagro que el teléfono de Marggaret empezara a sonar e hiciera que madre e hijo se relajaran.

— ¿Papá? —preguntó la chica.

— ¡Cariño! —habló el hombre— Nosotros acabamos de llegar al restaurante, hace fresco así que entraremos, ¿os importa?

—No, claro que no —respondió ligeramente incómoda—. Nosotros estamos de camino, yo me encargo de todo.

—Gracias, cariño. Nos vemos ahora.

La chica colgó e hizo una mueca

— ¿Estás bien? —le preguntó Masaru.

La chica suspiró, seguidamente notó la mano de Mitsuki apretar la suya como apoyo.

—Me siento rara —admitió—. Quiero a mi padre y quiero que sea feliz, pero siento algo raro que me hace no querer conocer a esa mujer...

—Eso es normal —aseguró Masaru con una tranquilizadora sonrisa.

—Tu padre nunca te había presentado a nadie y es una sensación y sentimiento nuevo, pero recuerda que nos tienes a nosotros y a tu padre —habló Mitsuki con gran dulzura, y es que aquella chica había sido la única valiente como para enamorarse del impulsivo y cabezota de su hijo.

Era una adolescente de diez que se merecía mucho más que lo que era su hijo —aún estando feo decirlo era verdad—, y aún así, sabiéndolo, intentó comenzar una relación con él y tras las dificultades, seguían juntos.

Maggie les sonrió y asintió.

—Lo sé, gracias de verdad —agradeció de corazón.

Aquella familia había sido un gran pilar en su vida, después de su padre claro.

—Y si no quieres ir, nos escapamos.

— ¡Katsuki! —exclamó la mujer furiosa, de esta no se iba a librar.

Masaru trataba de separarlos o por lo menos tranquilizarlos, nada.

Maggie rió a carcajada limpia. Después de todo, la idea —aún siendo disparatada— le había agradado.

Él y ella cogidos de la mano mientras corren por la calle lujosa, riendo y sintiendo sus pulmones arder tras su gran carrera. Era una imagen que le hacía sonrojarse.

Ya delante de la entrada del caro y lujoso restaurante, Maggie sintió sus fuerzas abandonarla, hizo una mueca de duda, realmente se estaba planteando en salir corriendo. Todo hasta que y una cálida mano agarró la suya.

—Vamos, tengo hambre —habló el chico sin mirarla.

—Tú siempre tan romántico —se burló ella con una pequeña sonrisa divertida, seguidamente tiró ligeramente de él y ambos entraron al restaurante seguidos de los Bakugou.

El recibidor era espacioso, no se parecía en nada a cualquier restaurante que la familia Bakugou haya ido jamás y, sin embargo, ya era la decimoquinta vez que Maggie iba.

Incluso los camareros ya conocían a la perfección a la señorita. De hecho, cuando uno de ellos la vio, se acercó a ellos.

—Buenas noches, señorita Akira —le saludó cortésmente—. Su padre ya la espera en la mesa de siempre, ¿desea que los acompañe? —Maggie sonrió ante la buena educación de aquel camarero, para ella era una gozada tratar con gente educada.

—No hace falta, no quiero desperdiciar tu tiempo en un camino que ya me sé de memoria —rió ligeramente—. Gracias igualmente.

—Es un placer —se despidió haciendo una pequeña reverencia frente a ella.

—Este restaurante es increíble —murmuró Mitsuki colocándose al lado de la joven—. Bakugou, más te vale comportarte —advirtió a su hijo con una mirada asesina.

El rubio rodó los ojos y abrió la boca para hablar, siendo interrumpido por su novia, quien le dio un codazo en el costado y le avisó con la mirada.

El chico bufó, sabía que su novia quería que recordara lo que habían hablado en el viaje de vuelta.
La morena había puesto ciertas normas:
1. No discutir.
2. Nada de insultos o maldiciones.
3. Por el amor de lo que más quieras, no discutir.

La chica había sido bastante clara, no se podía negar. Y además, ella ya estaba lo suficientemente nerviosa como para que él se pusiera a romper las tres sencillas reglas que había mencionado de forma tajante.

Así que respiró hondo. Todo sea por ella.
Y le hizo el vacío a su madre, que estaba demasiado concentrada en cada detalle del restaurante como para reclamarle una respuesta.

Llegaron a la mesa que les correspondía. Bakugou reconoció a su suegro y miró a su nueva suegra. Pelo claro y ojos grises, esas eran las características que primero le entraban a uno por los ojos.

La mujer se llamaba Shakura Lee y estaba incluso más nerviosa que Samuel y Maggie juntos.

No era lo mismo que tu novio te presente a su hija pequeña a una adolescente, y que encima traiga a la familia de su pareja. Sentía que debía dar las mejores expectativas que podía.

—Es un placer conocerte por fin, Marggaret —sonrió Shakura.

—Llámame Maggie —dijo la adolescente—. También es un placer para mí.

Shakura siguió presentándose a la familia Bakugou mientras Sammuel se acercaba a su hija.

—Estás preciosa —la elogió.

—Es bonita —alagó en un murmuro—. Por ahora me gusta.

Sammuel la miró y no pudo evitar sonreír como nunca. Sabía que su hija era difícil de ganar, era una chica que había madurado a una edad impensable. Ya era como una pequeña adulta, incluso ya era una heroína conocida por todo Japón.

También era un poco exagerada la preocupación del adulto. Maggie podía tener las expectativas muy altas, pero a ella le daba igual que Shakura fuera una empresaria adinerada. Si le hacía feliz a su padre —y era buena persona—, la habría aceptado. 

Y es que Maggie se sentía culpable de la soledad de su padre, ella había ocupado muchas horas del adulto, horas en las que podía estar durmiendo, socializando o incluso trabajando.

Sammuel había vivido con el peso de la villana Nightmare encima de sus hombros durante dieciséis años. Para él no lo eran, su hija era su vida y así lo diría cada vez que le preguntaran por ello.

¿Quién lo hubiera dicho? Sammuel Akira jamás planteó que llegase a ser padre de una —muy pequeña y adolorida— familia. Y con una gran idea en la cabeza sobre un negocio internacional de héroes, se enamoró.

Acababa de terminar su carrera en administración de empresas, razón por la que viajó hasta Japón desde su país natal, y apenas tenía dinero. Sammuel, que era un joven adulto muy inteligente, se negaba a pedirle un yen a su familia, ya que era de los jóvenes que querían empezar de cero y sin ayuda de ningún familiar. Era una especie de querer superar sus expectativas.

Así que alquiló un piso de bajo costo para ir sobreviviendo. Era un piso cuarto D y en el C, vivía ella. Marggaret era su viva imagen, mujer alta y atractiva en todos los sentidos. Nadie hubiera pensado que se ganaba dinero robando o haciéndole trabajos a los peores villanos. Era tan dulce, que nadie se lo habría imaginado.

Estuvieron juntos  por unos cuatro años antes de que el detonante naciera.
Sam juraría que ella era el bebé más precioso que jamás había visto, por otro lado, Nightmare —de verdadero nombre Alía— tenía miedo de ella. Sabía que la pequeña no sólo había heredado el poder del viento por parte de padre —de su abuelo, Windman, héroe internacional— sino que también el que a ella tanto pánico le daba.

Por supuesto que Sammuel no sabía nada de aquel segundo kosei. Apenas sabía nada de Alía y aún así se enamoró perdidamente de ella.

La empresa del hombre iba viento en popa, les daba mucho dinero y podían vivir de manera lujosa. A la vez que su estatus social crecía, el miedo de Alía hacia Maggie también lo hacía.

Tanto fue así, que usó su kosei contra ella una vez que Maggie lloraba desconsolada al tener hambre. Alía se desquició por completo y Sammuel no tardó en saber la verdad. Rompió cualquier relación con ella al enterarse de como hacía sufrir a su niña con aquella habilidad tan cruel cuando Maggs tenía apenas cuatro años.

Alía no se detuvo y siguió buscando a su pequeño demonio. Estaba furiosa por el comportamiento de Sammuel hacia ella, quien era el amor de su vida —supuestamente—. Así que con todo su rencor, secuestro a su niña para darle un pequeño susto a su querido amado. ¿Cómo supo Sammuel que había sido ella? La fecha era la misma en la que él le había propuesto ser su pareja y aquella nota que encontró en la cuna del bebé diciendo <Feliz aniversario>, lo dejó aún más claro. Allí conoció a Eraser Head, héroe que le serviría de apoyo en los siguientes años hasta la actualidad.

Una semana de intentos fallidos por parte de la policía, Sammuel encontró a la pequeña. Conocía a Alía a la perfección y sabía dónde se escondía cuando realizaba sus planes de villana.

Jamás le dio ni un detalle a ningún héroe o villano, ni siquiera al propio Eraser, tan solo dio información sobre su antiguo amor, quien se fue a la fuga antes de que el adulto llegara a por la niña.

Los traumas de Maggie fueron también dolorosos para el padre. Sammuel incluso se sentía culpable por todo lo ocurrido, por cada grito que su pequeña daba al sentir verdadero terror.

Se podría decir que la pequeña Marggaret era lo único que tenía Sammuel —quitando a su anciana madre—, y también era lo único que quería, o eso pensaba.

Conoció a Shakura desde hacía dos años y era la primera vez desde Alía que él sentía algo en el pecho, todo desde el primer día. Shakura era preciosa y su presencia te envolvía en un sueño del que no querías despertar, así lo describía el adulto enamorado.

Aquella mujer le había revivido en todos los sentidos y tras un año y diez meses, decidió compartir su vida con ella. 

Su único inconveniente era la reacción de la —ahora mujer— que más amaba, Maggie. Esa chica con la que tanto se había esmerado y roto la espalda para que fuera feliz. No tenía ni la menor idea de cómo podría sentarle la noticia y daba gracias a todo lo que conocía que —por ahora— Shakura era de su agrado.

—Hoy es un día de celebración —afirmó Sammuel—, quiero que sea una cena inolvidable —aseguró.

Y así lo fue, entre risas y gruñidos —por parte de Katsuki y su madre—, la noche voló y la cena había terminado. Habían decidido dar una vuelta por la ciudad para bajar un poco el festín que entre todos habían devorado. Masaru y Sammuel charlaban animadamente cerrando el grupo, Mitsuki discutía con su hijo abriendo el grupo y en el medio hablaban la nueva madrastra e hijastra.

—Te vi en el festival deportivo de la UA y no pude cerrar la boca de lo impresionada que estaba con tu fuerza, resistencia y perseverancia que mostrabas hacia tus contrarios —alagó la dulce adulta.

—Bueno, no fue fácil —miró de reojo a su novio y sonrió—. Hay quien lo pone difícil.

—Bakugou es... —comenzó buscando un adjetivo que pudiera encajarle al adolescente malhumorado.

—Digamos que es único—se burló la menor— y aunque parezca brusco y sin sentimientos, créeme que jamás, después de mi padre, me han cuidado tanto.

—Eso me gusta, jamás te dejes pisotear por nadie —negó—, ni por ningún hombre ni por ninguna mujer. Te lo aconsejo desde experiencia propia —suspiró.

— ¿Te han infravalorado alguna vez? —preguntó Maggie. No entendía cómo aquella mujer tan inteligente y despampanante pudo haber sido tratada mal.

—Mi ex —respondió—. Era un maldito machista que me infravaloraba día sí y día también. Cuando me divorcié de él, me monté mi propia empresa y ahora soy millonaria mientras él se pudre en su piso triste y desordenado.

—Vaya, ese tío era un capullo —declaró la pequeña—. Te aseguro que mi padre jamás te tratará así.

—Lo sé, es un hombre trabajador, leal, fuerte, inteligente y mil adjetivos buenos más —suspiró con una sonrisa en los labios y negó mientras sus mejillas se sonrojaban—. Es un gran y buen hombre, pocos quedan así... Es una suerte que ambas hayamos encontrado alguien así.

Maggie sonrió y miró a su padre de reojo. 

Shakura había recibido un diez como nota final, era apta para seguir saliendo con su padre.

— [ foortuunee ] 🥀

Bien, bien, bien.

No sé ni cómo empezar mis disculpas por la gran espera que os he dado, empecé este especial cuando eran tan solo seis mil leídas y ahora estamos en casi catorce mil...

Y como último, al ver que esta historia es gustada por muchas de vosotras y que muchas me habéis pedido seguir, he pensado en dejar que vosotras me deis ideas para escribir otro especial, obviamente tendréis, como crédito, os dedicaré el especial. Por ejemplo: Katsuki y Maggie de viaje a el país natal de Maggie para conocer al resto de la familia...

Como One-Shots de estos dos en diferentes situaciones.

Esperaré vuestras ideas...

Continue Reading

You'll Also Like

549K 50.3K 42
Mazaki Suki es estudiante de primer aรฑo, compaรฑera de los grandes jugadores del equipo de voleibol: Hinata Shoyo y Kageyama Tobio. Ella es amante de...
7.6K 596 29
โ€•๐™พ๐š—๐šŽ "๐™ด๐š—๐š๐š›๐šŽ ๐š–รก๐šœ ๐š˜๐šœ๐šŒ๐šž๐š›๐šŠ ๐šŽ๐šœ ๐š•๐šŠ ๐š—๐š˜๐šŒ๐š‘๐šŽ ๐š–รก๐šœ ๐š‹๐š›๐š’๐š•๐š•๐šŠ๐š— ๐š•๐šŠ๐šœ ๐šŽ๐šœ๐š๐š›๐šŽ๐š•๐š•๐šŠ๐šœ" โ€•๐šƒ๐š ๐š˜ "๐šˆ ๐šŒ๐šž๐šŠ๐š—๐š๐š˜ ๐š–๐šŽ๐š—๐š˜๐šœ ๐š...
93.5K 7.9K 15
ยป Natsuki es una ex jugadora de voleibol con un poco mรกs de 1,70 de estatura, perfecta para intentar robar besos de alguien de mรกs de 1,80. _________...
114K 10.5K 52
Dos personajes importantes del Voleibol juvenil en la prefectura de Miyagi, un talentoso setter de cabellos castaรฑos y una wing spiker de ojos color...