El trato y el sacrificio

Catherine_11k

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En el pequeño pueblo Villa Lóbrega, las fiestas de Halloween son muy famosas entre los jóvenes en donde una v... Еще

Prólogo
Capítulo 1 "Villa Lobrega"
Capítulo 2 "El juego"
Capítulo 3 "Mi informante"
Capitulo 4: Rompiendo las reglas
Capítulo 5 "Supervivencia"
Capitulo 6 "Fantasmas"
Capitulo 7 "El trató"
Capítulo 8 "Dulces sueños"
Capítulo 9 "Lo correcto"
Capítulo 10 "Morir o Sobrevivir"
Capítulo 11 "Sacrificio"
Capítulo 12 "Pesadillas"
Capítulo 13 "Una Cuenta Saldada"
Capítulo 14 "Juntos"
Capítulo 15 "Dios"
Capítulo 16 "Atrayente y peligroso"
Capítulo 17 "Mirada de Cristal"
Capítulo 18 "Intercambio"
Capítulo 19 "Fiel"
Capitulo 21 "Monstruo"
Capitulo 22 "Jugadora"
Capitulo 23 "Amargas palmadas"
Capítulo 24 "Tú mascara"
Capitulo 25 "La chica bajo la máscara"
Capitulo 26 "La promesa rota"
Epílogo

Capitulo 20 "Feliz Halloween"

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2 de Noviembre
En el presente.

La luz del sol estaba en su punto máximo cuando Conner y Rachel regresaban con la mochila cargada de los suministros que Teresa le había pedido. Absolutamente todo estaba allí y más. Rachel planeaba pagarle a Teresa con aquello y tal vez convencerle de no entregarle todas las máscaras.

— ¿Cómo lo hiciste? — preguntó Conner quien guardaba la intriga desde que ella había salido de aquella habitación con absolutamente todo en mano.

— Es un secreto — dijo lanzándole el bate de béisbol de regreso y él lo tomó.

— Me tienes fascinado — explicó el chico sonriendo evidente.

Rachel se detuvo a medio camino. Una puerta familiar llamó por completo su atención y sin avisó entró en ella. Abrió los compartimientos familiares y cargo toda la comida que pudo dentro de la mochila.

— Ahora se quien es el cerebro entre tu y ese chico — felicito

— Ese chico se llama Derek — informó — Y va a necesitar lácteos, así que ve por ellos a la nevera y... ten mucho cuidado — pidió recordando la última vez que ella había estado en aquel lugar.

— Lo are jefa — dijo el muchacho con una sonrisa de aprobación.

Rachel admiro marcharse por un momento mas hasta que lo perdió de vista.

Cuando la mochila llegó a su límite Rachel colocó las correas en sus hombros y tambaleó con su gran peso.

Su vista se turbo y tuvo que sostenerse de la mesada frente a ella para no caer al suelo. Comprendió entonces que la falta de alimento y sueño comenzaba a pasarle factura a su cuerpo.

Estaba lista para marcharse cuando su mirada choco contra una figura ahora frente a ella, pero en lugar de sorprenderse se sintió molesta.

— ¿Que es esto? — pregunto con una capa de sudor recorriendole la frente.

La figura no contesto. Continuaba viéndola a los ojos; esos ojos ahora oscuros sin vida que inspiraban temor. Rachel la observo, cargaba con el mismo uniforme que ella, su cabello castaño oscuro y ondulado era idéntico, incluso su postura era igual. La única diferencia entre ambas era su rostro; cubierto con una de esa ya familiar máscaras blancas.

Entonces su respiración se detuvo, su corazón se descolocó aumentando las palpitaciones y alterando su presión.

La figura ladeó su cabeza y Rachel casi pudo escuchar como se reía de ella. «¿Quién será el último en quitarse la máscara?» preguntó y volteó. Entonces teniendola de espaldas Rachel pudo ver las palmas de sus manos, unas manos manchadas de goteante sangre.

Parpadeo con fuerza y el fantasma de ella misma desapareció.

— ¿Qué diablos fue eso...

*********🎭********

— ¿Por qué tardan tanto? — se quejó Derek.

— Deberías pensar diferente — explicó Teresa, pero Derek la miró con notable disgusto.

— No es asunto tuyo como deba pensar — gruño.

— Sabes que me llevaría a Rachel si ella llegara a estar dispuesta — comentó bajo como si fuera a explotar.

— ¿Y tú que sabes? — preguntó — ¡Oh!. Genial. Incluso los pasillos de este juego hablan — se burló Derek — ¿Y que dicen? — pregunto.

— Sacrificio — explicó Teresa — Das asco...

Derek la miró amenazante, pero unos ligeros pasos avanzaron hasta ambos desvaneciendo toda tensión. Eran los pasos Rachel y Conner quienes entraban a la habitación.

La muchacha de ojos verdes vio los de Derek los cuales cargaban con ese brillo oscuro en ellos, pero esta vez estaban despiertos y eso era todo lo que a ella le importaba.

— Estás despierto — exclamó la alegría notable en su voz — ¿Cómo te sientes? — preguntó con la intención de acercarse, pero temiendo provocarle daño.

Derek estuvo a punto de contestar, pero Teresa le interrumpió.

— ¿Esas son las medicinas? — Rachel le entregó la mochila sin quejas y ella comenzó a revisar. Mientras ella se hacerlo a él quien para intentar calmarla le regalo una suave sonrisa.

— Creo que te llevaste algo que es mio — hablo él y ella sonrió quitando de su morral la plateada pistola para devolvérsela.

— ¿Como te sientes?

— Ahora que te veo. Mucho mejor...

— Trae un poco de agua — ordenó Teresa a Rachel entregándole una botella de plástico vacía.

Rachel sonrió a Derek.

— Enseguida regreso — murmuró y fue al baño en busca de aquello.

— Déjala en paz. Ella sabe bien donde queda el baño — ordeno Derek a Conner quien se disponía a seguirla.

— Creo que me caías mejor dormido — murmuró esté viéndolo con fastidio mientras se recostaba sobre el marco de la puerta con los brazos cruzados. Vigilando el pasillo.

*******🎭******

Rachel no podía disimular su sonrisa. Estaba en verdad alegre por Derek, alegre de que él despertara y estuviera bien.

Cargo la botella con agua y con la misma emoción de antes salió del baño. Pero una mano la empujó y jalo de ella. La botella cayó al suelo e impactó sobre este dejando un tintineo en el lugar.

Quien la empujó tambien sujeto su cara apretándo sus mejillas al mismo tiempo que la colocaba contra la pared del pasillo.

— Hola Rachel — la saludo. La muchacha entonces vio la intensa oscuridad en los ojos que la miraban y los reconoció de inmediato — ¿Me extrañaste? — pregunto — Porque yo si lo e hecho linda — musito muy junto a su oído.

— Jonathan, ¡Maldito! — gruño Rachel — Déjame ir — ordeno con despreció sacudiéndose — ¡Suéltame!.

Jonathan la ignoró y sujetó con rudeza llevándola lejos del pasillo y encerrandose con ella en un pequeño cuarto de mantenimiento.

Cuando Rachel lo tuvo de frente lo golpeó con el puño cerrado y se alejó chocando su espalda con una estantería repleta de suministros de limpieza del cual una botella cayo. Admiro asustada el pequeño cuarto en el cual solo la luz de una pequeña ventanilla sobre los estantes los iluminaba.

— Sabes — empezó sonándose el lugar golpeado — Por un instante creí ver un fantasma, pero... — le miró — Al parecer tu tienes mas vidas que un gato. Vamos, ¿Me extrañaste Rachel? — preguntó una vez más.

Ella negó con la cabeza retrocediendo y viéndole. Le temía; a él y a aquella mirada tan profundamente oscura, porque se podía ver un hueco en ella, una intensa oscuridad que daba vértigo poder llegar a hundirse en ese gran y profundo vacío.

De pronto se encontró luchando contra las lágrimas y parpadeo. Su cuerpo entero zumbaba con una emoción tan extraña que no podía ni siquiera nombrarla.

— Tu... Tu. ¡Me das asco! — chillo con furia.

— Mientes — la boca del muchacho se volvió aún más macabra.

Se acercó a ella y la zarandeó tomándola del brazo. Rachel dio un traspié alejándose; recuperó el equilibrio una vez más contra el estante y entonces lo empujo lejos mientras le imponía varios golpes en el pecho. Jonathan retrocedía, pero antes de que ella pudiera dejarlo y correr hacia la puerta el ya había logrado agarrarla rudamente por las muñecas. Tiró de ella una última vez apartándose de la puerta y empujándola ahora rudamente contra la pared.

— Jonathan — susurró ella, horrorizada. Notando la fuerza de este, su gran desventaja y como los dedos del muchacho se le habian clavaron dolorosamente en la piel.

— ¿Rachel? — susurro muy junto a su rostro. Olía asqueso, transpiración, sangre y metal.

— Déjame ir... ¡Déjame en paz! — chilló ella intentando liberarse de las manos de él. Era inútil: él era demasiado fuerte.

— Para — le siseó él al oído — Solo lo empeoraras para ti — advirtió.

Ella paró toda resistencia colocando su rostro contra la fría pared en sentido contrario a él y suspirando agónicamente.

— ¿Qué es lo que quieres? — preguntó rendida con los ojos cerrados sin desear verle.

— Quiero que lo recuerdes — habló bajo provocando con el aire de su aliento el movimiento del cabello de ella quien vibró y tembló sintiéndolo también sobre su piel.

— ¿Que? — preguntó con voz apagada.

— La fiesta de Halloween, esa noche, la noche de este accidente... — explicó impaciente con su pie izquierdo tocando su pierna haciendo presion en ella y provocando que chillara en queja de dolor — ¿Que pasó esa noche Rachel?.

— No por favor — suplicó.

— ¡Rachel! — llamó una voz a lo lejos.

Los ojos de la muchacha se abrieron y animada pensó que estaba salvada pues Conner no tardaría en encontrarlos.

— Nos queda poco tiempo — explicó Jonathan y tomando su mentón lo alzó y la obligó a verlo a la cara — Mírame — ordenó — ¿Me recuerdas? — preguntó. Rachel lo hizo. Recordó haber visto aquellos ojos iluminados por la luz del auto en la carretera. Los recordó tan oscuros como siempre. Podía ver el pequeño e inteso hueco en ellos tomados por la oscuridad que daba vértigo y que amenazaba con arrastrarla, quería retroceder de ella, solo eso quería — Lo haces — afirmó, pero la muchacha negó con la cabeza con frenesí — Sabes lo que pienso — dijo con la desilusión marcando su rostro el cual se endurecía aún más — Pienso que eres una maldita mentirosa — explicó apretando su mejilla sin piedad. Luego tomó de su cuello alzandola de este para que sus pies no tocaran el suelo — ¿Quién te dejó esa marca Rachel? — preguntó.

— Suéltame... — pidió.

— ¿Quien? — casi gritó la pregunta.

— Tú — musitó ella — Detente... No... No respiro — suplico Rachel. Sentía la falta de aire y el palpitar fuerte en su cabeza. Estaba roja y el rostro le ardía.

— ¿Quién salio de la fiesta y corrió tras de ti hasta la carretera? — preguntó. Ella no contestó — ¿Eh? — insistió.

— Fui... fuiste tú — escupió sin aliento.

— ¿Y quien vio como tus manos se marcharon de sangre? — preguntó una última vez.

..................❦❤❦..............
31 de Octubre. (Halloween)
Un año atrás.

Sus rodillas y brazos rasparon duramente contra el suelo. Se puso de pie y temblando corrió con nada más que el bosque frente a ella.

Una escabrosa risa impactó contra el bosque haciendo eco en el lugar y sus oídos.

Continúo corriendo casi a ciegas. Por su frente se escurría un sudor mojándole por completo casi tanto como la llovizna que caía y la sangre en su pierna la cual estaba empapada de ella. Aun así continuaba corriendo. El aire entrando y saliendo por sus pulmones agitadamente. Sus ojos empañandose por las lágrimas y escurríendose por el viento que chocaba contra su cara.

De pronto volteó, la luz de sus linternas aun se reflejaban a lo lejos. Continuo corriendo el aire le faltaba, pero no se detendría.

La oscuridad del bosque la engullía mientras más se hundía en la frondosa y arbolada vegetación. De noche el oscuro y tenebroso lugar le ponía los pelos de punta, pero nada jamás se había asemejado a aquello.

Grandes arboledas de pinos frente a ella reflejaban figuras extrañas que siempre le asustaban de pequeña ya que la ventana de su cuarto daba de frente a ese oscuro bosque. Además el rocoso camino le hacía aún más estorboso el correr. Pero ella conocía con exactitud ese camino y ese lugar. No podía perderse. No tardaría en encontrar la carretera y entonces allí pedir ayuda.

Con aquel optimismo se encontró imaginando poder huir de allí, odiaba ese maldito pueblo; tanto era su desprecio que alguna vez se encontró pensando en una masacre o en cualquier cosa que realizará una limpieza y acabará con todos.

Entonces una figura familiar apareció frente a ella y toda esperanza de sobrevivir decayó considerablemente producto de esa superioridad mecánica que él tenía, algo que a lo largo en su trayectoria confirió sobre ella una alta ventaja ahora no solo física sino también psicológica.

Cuando ella lo vio, nuevas lágrimas empañaron su vista. Era Christian; La persona causante de todas sus pesadillas y de sus más profundos temores.

- ¡Bhu! - murmuró - ¿Te encontré? - pregunto jugando con ella.

Entonces Rachel recordó tanto daño infringido, tantos insultos, tantos golpes y forcejeos.

- ¿Cuál es tu problema? ¿He? ¿Cuál es tu maldito problema? - gritó envuelta en cólera y lágrimas.

- Tu... tu eres mi maldito problema Rachel. Te crees mejor que nosotros, pero todo este juego termina ahora.

Rachel no lo entendía, siempre que ellos eran crueles con ella, simplemente los ignoraba y era amable, jamás había sido cruel con nadie, ni siquiera cuando ellos la atacaban. Pero ese día comprendería, ese día lo sabría. Sabría que la bondad no siempre le podía ganar al mal.

- Déjame sola - gritó y su cuerpo se impulsó hacia atrás abandonando todo el aire de sus pulmones.

- ¿Sola? - preguntó divertido - Oh... Rachel. Tú siempre has estado sola - se burló.

Rachel sacudió la cabeza ante aquello, pero era la triste verdad. Estaba sola y nadie jamás vendría a rescatarla.

- ¿Qué vas a hacer? - preguntó envuelta en miedo un miedo que la dejaba paralizada y provocaba que todo su cuerpo temblara y fallará.

- Ya lo sabes - sentenció - ¿Por qué tuviste que abrir la boca Rachel? - preguntó fingiendo estar dolido - Ahora nadie va a venir por ti. Nadie escuchará tus gritos. ¿No es triste?...

Rachel retrocedió, si estaba llorando las gotas de lluvia y la oscuridad de la noche no lo dejaban ver con claridad.

- ¿Por qué lo mataste, porque dejaste que Bruno y Jhonatan hicieran algo como eso? - preguntó

Cristián miró al extenso bosque y seco las gotas de sudor en su rostro mientras se mordía el labio inferior.

- Porque es nuestro pueblo Rachel. ¡No puedo creer que aún no lo comprendas! - exclamó riendo y tocándose la cabeza - Hacemos lo que queremos y todo aquel que no acate la reglas debe sufrir - explicó - Tú lo sabes. Tu lo viste - dijo apuntandola con las manos esténdidas - Él escupió y tragó tanto lodo antes de morir como el cerdo que era en vida...

Ella lo recordaba, había visto con demasiada claridad como ellos acababan con la vida de su amigo Damián y esa noche en la fiesta de Halloween habían venido por ella. Podía haberse quedado con Jonathan bebiendo alcohol toda la noche y fingiendo una sonrisa ingenua como todas lo hacían, acostándose con ellos y viviendo dentro de una absoluta mentira. Pero no lo hizo. ¿Por qué tenía que ser diferente y aguantar tanta crueldad?.

- Ustedes son los cerdos - gruño ella - Y algún día les llegará su hora - anunció y chilló hipando producto del llanto.

Cristián río a carcajadad. Estaba tan confiado en si mismo.

- Solo mírate Rachel - dijo apuntándola - ¿Que vas a hacer? - preguntó - Sabes... en realidad es una verdadera pena que no te pudieras quedar a disfrutar de la fiesta - dijo avanzando - Pero de igual forma me asegurare de que tengas un ¡Feliz Halloween!.

- No lo hagas. Por favor. Te lo suplico - chillo retrocediendo.

Cristian río aún más. Ella era tan patéticamente frágil y vulnerable.

- ¿O que? ¿Qué harás Rachel?. Tu no eres como las demás... Tú eres tan... patética - sentenció con su mirada fría sobre ella.

Inmediatamente un nudo se formó en la garganta de Rachel, podía sentir el cosquilleo en su nariz, las lágrimas acumulándose en sus ojos y quiso llorar. Quiso llorar por lo que le habían hecho, por el daño que le habían causado, por ella, por ambos. Recordó el rostro de Damian y lo inútil que ella había sido al no poder hacer nada para defenderle ni ayudarle.

Aquello le provocó puntadas en el pecho, fuertes, tristes y duras puntadas. Se sintió terrible, el corazón le dolía.

Cuando Cristian se acercó diciendo eso, ella lo empujó. La cínica sonrisa que él le lanzaba la llenó de una extraña y angustiante ira y el persistente desequilibrio de su cuerpo, la hizo perderme en un inmenso mar de deseos y pensamientos perversos.

- ¡No me subestimes! - le gritó e incapaz de controlarse a sí misma, agarró su camisa con los puños, y tiró de él empujándolo hacia atrás.

Ella era valiente aunque por dentro le temblaba todo el cuerpo. Ella era fuerte. Siempre había querido sentir ese poderoso sentimiento de convicción en su interior, pero como siempre el dolor era el estelar, cuestionándola una y otra vez. Siempre que hacía algo malo la conciencia no paraba hasta hacérselo saber. Pero esa noche todo sería diferente y esa voz de la conciencia seria callada por primera vez.

Cristian aun se burlaba cuando ella lo empujó de nuevo y los pinos y abetos parecieron abrirse camino y acuñar su cuerpo a la perfección y entonces Cristian cayó deslizandose hasta llegar sobre la carretera.

Cuando Rachel recciono e intentó desacer su acto ya era demasiado tarde.

Llego a la carretera justo a tiempo para ver a las blanquecinas luces del coche negro que solo continuó su camino mientras el cuerpo crujía bajo sus ruedas y Rachel escuchó el grotesco quiebre de los huesos de Cristian como el de unas simples ramas.

Solo entonces cayó de rodillas las cuales le ardíeron cuando tocaron en frío suelo rasgando su piel con el impacto. Su voz perdió poder debilitadose al gritar una última súplica, pero aquel cuerpo ya no recuperaría su antigua forma, ni aquella sangre que regaba su ropa y la húmeda carretera volveriá a su lugar.

Sus manos estaban manchadas de sangre por las agujas de los abetos afilados, pero ella se sentía ajena al dolor; y así con su sangre y la de Cristian sus manos pintadas permanecerían para siempre y aunque en su piel no se percibiera aquel color tan rojo. En su viva esencia sí lo haría; la culpa y el remordimiento que en ella habitaría.

- Cristian - grito su nombre otra vez.

Su voz rebotó en los árboles, en el basto cielo. Ningún ave levantó el vuelo. Él no le podía oír. Nadie podía.

Estaba sola. Igual que siempre.

La otra única figura testigo de todo permanecía escondida entre las largas ramas de los abetos frente a ella y la carretera; llevaba el rostro cubierto, pero no aquellos oscuros ojos y esa catana bañada de sangre que ella jamás olvidaría.

...............❦❤❦..............
2 de Noviembre
En el presente.

— Tu — murmuro — Tú estabas allí — murmuró como recién cayendo en la idea.

— ¿Y quien lo mató? — preguntó — ¿Quién mato a Cristian?...

— Yo... yo lo mate — chillo aquel secreto.

— ¿Qué? — pregunto Jonathan animado.

— Yo lo mate — habló con la voz quebrada y apagada.

Jonathan soltó a la muchacha de golpe quien cayó tan livianamente como una hoja de papel, desplomándose sobre el suelo de madera y su corazón rompiéndose en miles de fragmentos imposibles de recomponer.

Rachel apoyó la vista en el suelo y exhaló un profundo y agónico suspiro. Las lágrimas resbalaron pesadamente por su cara hasta mojar el piso. La pesadilla volvía a engullirle y la arrastraba a una profundidad desconocida. Tocó con ambas manos su cuello caliente producto de la hinchazón.

— Yo lo empuje, yo lo mate — repuso con voz gruesa sin ganas de aclararla — Yo lo mate... lo mate — chillo con frenesí negando a la nada y sucumbiendo ante la emoción de culpa y realidad que la consumía.

Miró a sus manos temblando y a la roja sangre en ellas.

— Eres una asesina, un monstruo igual que todos — anunció Jonathan aburrido ahora viendo hacia la puerta del lugar — No lo olvides mi querida Rachel.

*******❦❤❦******

Jonathan

******❤******

Nota de Autor: ¡Feliz Halloween querid@s lectoras!.
Capítulo fuerte así que pueden dejar sus gritos, suspiros. Lo que quieran Aquí ↘️:

Gracias ❤

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