¿Qué hacer cuando la enfermedad del odio se te mete en cada vena y fluye por todo tu cuerpo sin poder evitarlo?
¿Qué hacer cuando la cura de este virus que te ataca no existe? Solo está en tus sueños y en tus deseos, pero nunca la vas a tener, y solo imaginar no basta, no es suficiente.
Te ahogas, te cuesta respirar y el llanto tampoco alcanza para llenar lo que en ti ya ha sido devorado.
Valen