Saura
Grité.
Nada. Podía sentir como utilizaba mis cuerdas vocales pero no emitía sonido alguno. Perdí completamente mi visión y mi voz, comencé a hacer movimientos desesperados y traté de gritar, ¿qué estaba pasando?
¡Ayuda! ¡Jake! ¡Jake!
Podía sentir el esfuerzo que hacía en la garganta... pero el resultado era el mismo.
Podía escuchar la respiración agitada de Jake, había roto la cadena, pero no se movía.
¡Jake!
Comencé a sollozar y a forzar las cadenas con mis piernas, pero lo único que conseguí fue dañarme los tobillos.
Jake reaccionó. Lo supe porque podía sentir el cambio de temperatura en el ambiente y escuché el sonido de la cadena impactandose contra una superficie dura. Justo en la máscara.
Podía escuchar los gemidos de dolor que emitía la máscara; Jake consiguió liberarse completamente. Los golpes que le proporcionaba a él los escuchaba a la perfección.
sentí que pasaron horas... demasiadas largas e infinitas horas.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo al sentir el tacto de una mano en mi espalda. Comencé a llorar, estaba temblando mientras las lágrimas humedecian mis manos y cara hasta caer al suelo. Distingui unas muy debiles luces, pero cada vez eran más fuertes, crearon imágenes distorsionadas, carentes de color, se volvieron más claras y en el momento en el que pude apreciar el rostro de Jake mis labios buscaron los suyos, aún seguía llorando, asi que humedeci su cara.
Cuando me separé de Jake abrí los ojos muy lentamente y esperaba sonreír al saber que Jake estaba conmigo, pero en lugar de mostrar una sonrisa mi gesto se transformó en una mueca de espanto; la cara de Jake estaba llena de pequeñas manchas negras, miré mis manos, también estaban manchadas del mismo color, en el piso... había un charco, igual negro. Eran mis lágrimas.
Mis lágrimas fueron color negro.