Zhou Yun Sheng y Zhao Xuan no fueron directamente a la playa, sino que tomaron un desvío hacia la tribu Renault. Se encontraron con muchos equipos que se dirigían hacia la tribu Renault, algunos cargando montañas de presas, otros cargando fardos de piel, y otros sosteniendo un grupo de hembras, aparentemente para cambiarlas por cristales rojos.
Evitaron a estas personas colándose en el bosque y entraron silenciosamente en el territorio de la tribu Renault. Corrieron hacia la colina trasera, que estaba custodiada por muchos guerreros.
Tuvieron que robar un montón de cristales rojos de la tribu para comprar sal.
"Mi amor, ¿encuentras esta tribu un poco extraña?" Dijo repentinamente Zhou Yun Sheng, a mitad de camino.
Zhao Xuan asintió con la cabeza, de acuerdo.
Al entrar en el bosque bajo el control de la tribu Renault, el número y la concentración de las bestias ancestrales era mucho mayor que en cualquier otro lugar. La pareja había estado aquí durante mucho tiempo, y poco a poco fueron capaces de diferenciar entre una bestia ancestral y una salvaje. Los ojos de las bestias ancestrales eran más espirituales y podían expresar todo tipo de emociones, mientras que los ojos de las bestias salvajes sólo eran feroces.
Vivían en el bosque oriental con más de una docena de tribus, cada una de las cuales expulsó bestias ancestrales, pero sólo tenía entre una y doscientas en total. Sin embargo, este bosque era vasto y sólo albergaba a la tribu Renault, pero el número de bestias ancestrales superaba con creces los uno o doscientos.
Zhou Yun Sheng no lo calculó con precisión, pero en el camino, setenta u ochenta bestias ancestrales habían asentido hacia el león tonto, aparentemente queriendo estar en buenos términos con él.
Según este número, el número de bestias ancestrales alrededor de la tribu Renault debería ser de más de mil.
¿Cuántas bestias ancestrales se habían reunido por aquí? ¿Hubo algún propósito especial? Sus conjeturas se disiparon rápidamente. Zhou Yun Sheng escuchó un grito que venía desde una corta distancia. Había varias hembras que, bajo la supervisión de los machos, tiraron a la bestia en sus brazos. Las bestias habían nacido hacía menos de dos meses. Las hembras nacieron en forma humana, y los machos se transformarían en un mes. Sólo las bestias ancestrales permanecieron como bestias después de un mes.
Los cachorros que tenían en sus brazos eran sin duda sus propios hijos, de lo contrario, no llorarían tan miserablemente. Cuando las hembras se negaron a entregarlos, los machos agarraron a los cachorros y los arrojaron a la hierba, antes de arrastrar a las hembras. Mucho tiempo después, varias bestias ancestrales adultas siguieron el rastro y recogieron a las bestias bebés que lloraban.
Aunque abandonados por sus padres, sus compañeros bestias ancestrales los cuidarían bien.
Al ver esto, Zhou Yun Sheng entendió que las bestias ancestrales del bosque eran las abandonadas por la tribu Renault, no reunidas aquí para ningún propósito especial.
"Mi amor, la tribu Renault es muy problemática. Otras tribus no habían producido una bestia ancestral en varios años, pero la tribu Renault producía cuatro o cinco a la vez. La probabilidad de mutación es demasiado alta. ¿En qué se diferencia la tribu Renault de las demás? Siempre había rastros de esta amplia variación". Zhou Yun Sheng murmuró, y tenía una respuesta en su corazón.
Zhao Xuan dio un leve rugido y usó su pata delantera para apuntar en dirección a la majestuosa mina donde estaban enterrados los cristales rojos.
Las únicas diferencias entre las tribus Renault y las otras eran, por supuesto, los cristales rojos. Los cristales rojos almacenan energía y deben contener sustancias radioactivas. Había una parte de ellos que eran beneficiosos para el cuerpo humano, pero afectaba sus genes, llevando a muchos de sus descendientes a ser bestias ancestrales.
Aunque las mujeres continuaron viniendo a la tribu Renault, la población se aplanó como resultado del impacto cada vez mayor de la radiación. Tal vez sólo una o dos hembras o dos machos nacerían de una camada de cachorros, y el resto serían bestias ancestrales.
El cristal rojo, por un lado, aumentaba la fuerza de los hombres bestias, pero por otro, destruía su fertilidad. Si esto continuara así, la famosa tribu de los Renault se extinguiría con el tiempo. El cristal rojo no era un tesoro, sino un veneno. Si querían aumentar su resistencia, obviamente no era aconsejable absorber indiscriminadamente cristales rojos.
Sin embargo, esto no tiene nada que ver con Zhou Yun Sheng y Zhao Xuan. Mientras los cristales rojos fueran usados para comprar sal, no serían salvadores. Además, sería una desventaja exponer los inconvenientes de los cristales rojos, y sería un acto que afectaría la historia nativa y violaría seriamente la ley interestelar. Zhou Yun Sheng no quería ir a la cárcel después de su luna de miel.
Zhou Yun Sheng se rió y saltó a la espalda del león, para que pudiera ser llevado a la montaña.
El rey de este bosque era un tigre ancestral de dientes de sable, y quería cuestionar a las dos figuras sospechosas. Justo antes de acercarse, fue abofeteado por una pata y pasó mucho tiempo antes de que pudiera volver a levantarse. Zhao Xuan dio dos vueltas a su alrededor, rugiendo en voz baja. No sabía a qué acuerdo habían llegado las dos bestias, pero el tigre dientes de sable asintió y huyó temeroso.
Después de media hora, Zhou Yun Sheng finalmente entendió lo que el estúpido león había querido hacer.
Dejó que un grupo de bestias ancestrales atrajeran a los guerreros que custodiaban las cuevas, para que pudieran aprovechar la oportunidad de entrar y robar algunas.
Aunque el planeta Beastman era estéril y extremadamente atrasado, no fue difícil para los bestiarios cavar una mina debido a sus afiladas garras y tenacidad. El túnel era muy oscuro y largo, y parecía que no tenía fin. Les tomó diez minutos ver el tenue resplandor rojo que les esperaba.
Un hombre y una bestia se apresuraron a acercarse, y sin duda, vieron la pared de la cueva cubierta de cristales en forma de diamantes, agrupados como magníficas flores. A los fuertes bestias les llevó más de un mes de laborioso y paciente trabajo cortar un cristal rojo del tamaño de una palma, pero Zhou Yun Sheng lo rompió suavemente, como si estuviera pellizcando tofu.
Se acercó al cristal rojo y lo estudió cuidadosamente. Sentía como si estuviera brillando de rojo con un toque de energía malévola, que probablemente era la responsable de los frecuentes nacimientos de bestias ancestrales en la tribu de los Renault.
"El problema está en el cristal rojo. ¿Te gustaría verlo?" Le dio el cristal rojo al león tonto.
Zhao Xuan agitó la cabeza para mostrar que no estaba interesado. Levantó la pata delantera y le dio palmaditas en las nalgas a su amante para que se apresurara. La falda de piel de animal de Zhou Yun Sheng fue casi arrancada por Zhao Xuan. Rápidamente tiró de la cintura hacia arriba y, de manera casual, lanzó los cristales rojos al anillo espacial. Sus anillos espaciales podían acomodar incluso aviones, y era más que suficiente para almacenar unas pocas piezas de cristal rojo.
Un hombre y una bestia se llevaron todos los cristales rojos de la pared de la cueva. Cuando se fueron, los guerreros que habían custodiado la cueva acababan de regresar y se preparaban para entrar en la cueva para inspeccionarla. Zhou Yun Sheng cogió varios trozos de grava y les disparó, golpeando a los guerreros uno por uno, y luego se fueron tranquilamente. En el continente oriental, los cristales rojos eran los mismos que las monedas de oro. Con los cristales rojos, no tenían que preocuparse por lo que querían comprar.
En lugar de abandonar inmediatamente el territorio de la tribu Renault, los dos se volvieron hacia un lago cercano. El Planeta Bestia tenía una gran variedad de bestias. Incluso en los lagos de agua dulce, podían ver criaturas que normalmente vivirían en los océanos, como el gran tiburón blanco, las rayas, y más. Los lagos de la tribu Renault eran diferentes a los de otros lugares". Varios plesiosaurios también vivían allí. No siguieron a sus comunidades cuando la corteza terrestre se movió hace varios cientos de millones de años. Más tarde, no podían nadar y seguir aunque quisieran; el nuevo continente en ascenso había bloqueado el estrecho.
Eran los tiranos del lago, y ninguna bestia se atrevía a acercarse a beber del lago, temiendo ser arrastrados al fondo por un plesiosaurio que de repente saltaba del agua. La petición del tigre dientes de sable era muy poco convencional; esperaba que Zhao Xuan pudiera cazar a un plesiosaurio y dejarles probar su carne. Los plesiosaurios se habían comido a muchos de sus compañeros, así que naturalmente los odiaba hasta los huesos. También había una razón más profunda para comer la carne del plesiosaurio: haría más fuertes a las bestias ancestrales.
Las bestias ancestrales no podían absorber los cristales rojos, pero podían ganar fuerza devorando bestias poderosas. Instintivamente, el tigre dientes de sable sabía que el león dorado era muy fuerte y poderoso. El otro podía asustar a todas las bestias del bosque sólo con su aura. Trajo consigo un sentimiento más peligroso que los plesiosaurios.
Lo más importante es que tenía una hembra extremadamente hermosa, que era 10.000 veces más atractiva que la compañera del líder de la tribu Renault, pero que estaba dispuesta a comprometerse con una bestia ancestral. ¿Quién podría hacer esto sin una gran fuerza? El tigre dientes de sable creía firmemente que el león dorado debía tener algo especial.
Los hechos demostraron que su suposición era correcta. El león dorado se dirigió al lago, colocó suavemente a la hembra sobre la hierba blanda, y luego se zambulló en el agua. Después de un tiempo, el agua tranquila del lago fue compensada por olas enormes, y el líquido rojo brillante se mezcló con el rocío pálido. La escena fue terrible.
El tigre dientes de sable estaba preocupado de que la hembra se asustara y quería saltar desde la copa del árbol. Pero la hembra levantó la mano, cubrió su boca y bostezó. Su cara estaba opaca y aburrida. ¿Dónde estaba el más mínimo miedo? Se detuvo, y justo entonces, una enorme ola rodó hacia la orilla y estaba a punto de tragarse a la hembra. Sin embargo, la hembra evitó la ola a una velocidad que era difícil de distinguir a simple vista, y saltó más de una docena de metros en un abrir y cerrar de ojos.
Al mismo tiempo, Zhao Xuan arrastró a un plesiosaurio de 10 toneladas a tierra, y varios otros plesiosaurios le rugieron en el agua cercana. Eran aparentemente feroces, pero en realidad estaban llenos de miedo.
Fueron arañados por las garras del león dorado, con la piel y la carne desgarradas, con moretones esparcidos por todo el cuerpo y con la mitad del lago manchada de sangre. El otro lado ni siquiera había perdido un pelo de su cuerpo.
Los plesiosaurios eran anfibios, así que aunque no podían vivir sin agua, podían vagar dentro de un radio de cien millas. Para evitar convertirse en el alimento del plesiosaurio, un área prohibida rodeaba el lago, donde ninguna bestia o bestia se atrevería a entrar. Así que incluso si Zhao Xuan hizo un movimiento tan grande, la tribu Renault retrasó el envío de guerreros. Pensaron que eran sólo dos plesiosauriosos luchando entre sí.
Zhao Xuan mordió el trozo más tierno de la carne del plesiosaurio, lo apartó y rugió contra el tigre dientes de sable, diciéndole que se acercara. El tigre dientes de sable saltó del árbol y caminó lentamente hacia el león dorado. Se inclinó, golpeando su cabeza contra sus patas delanteras como un gesto de sumisión. Al oír el rugido del león, las bestias rápidamente se aplastaron contra el suelo, y la magnífica escena fue como ver a un emperador. Los varios plesiosaurios que quedaban en el lago no se atrevieron a causar problemas de nuevo, y se zambulleron rápidamente bajo el agua y se fueron.
Zhao Xuan usó su cola para levantar a su tranquilamente risueño amante, y se fue lentamente para asegurarse de que no había bestias o bestias ancestrales cerca, para así poder lanzar la carne del plesiosaurio en el anillo espacial.
"Qué héroe. Mi amor, te estás volviendo más y más guay." Zhou Yun Sheng no pudo evitar reírse, con los ojos entrecerrados.
¿Qué intentaba hacer el estúpido león? ¿Ocupar la montaña y convertirse en rey? Mira, empezó a orinar de nuevo. Esto estaba tomando el territorio de la tribu Renault como propio. Las bestias ancestrales del territorio se inclinaron ante el león.
Zhao Xuan levantó la cabeza y el pecho, y luego rugió, queriendo y ganando prestigio. Zhou Yun Sheng se rió con más fuerza, frotándose el pelo contra su cabeza y convirtiéndose en un desorden. Un hombre y una bestia, sin más demora, corrieron directamente hacia el mar.
La tribu Renault entró en un gran pánico esa noche. Habían descubierto que los cristales rojos de la mina habían desaparecido. ¿Quién en la Tierra tenía la habilidad de robar docenas de piedras a la vez? Sospechaban de las bestias ancestrales, pero los cristales robados eran enormes y brillaban de rojo. No eran visibles durante el día, pero no podían ocultarlos por la noche. Era una luz que podía iluminar todo el bosque.
El jefe de la tribu no tenía prisa. Sabía que quienquiera que hubiera robado el cristal rojo no estaría lejos, y que podría encontrar la luz por la noche. Sin embargo, cuando cayó la noche, el bosque estaba oscuro y no había ninguna luz roja en el cielo. En otras palabras, los cristales rojos de la mina no fueron robados, sino que desaparecieron por completo.
El líder de la tribu estaba enojado y asustado porque el chamán le había dicho que probablemente era el trabajo del dios bestia. La tribu Renault se había vuelto cada vez más fuerte. Trataban a la gente de otras tribus como esclavos e incluso los mataban para hacer carne seca cuando la comida era escasa. Las bestias ancestrales que habían abandonado se convirtieron en el blanco principal de sus cacerías.
Comer tantos de sus compañeros provocaría naturalmente al dios bestia, y la desaparición de los cristales rojos debe ser su castigo. El chamán se asustó y se arrodilló ante el dios bestia para rezar. Nunca imaginaron que habría un anillo espacial en este mundo. Sólo podían atribuir fenómenos incomprensibles a los milagros.
El líder de la tribu no tuvo más remedio que liberar simbólicamente a un grupo de esclavos, dejando atrás a hombres jóvenes y de mediana edad. Necesitaba que los esclavos continuaran cavando una nueva mina para la tribu Renault. Obviamente, aunque pecó contra el dios bestia, no pudo eliminar su codicia. Cuando estaba ocupado arreglando la minería, no se dio cuenta de que las bestias ancestrales del territorio migraban hacia la selva oriental en un intento de seguir el olor de la orina del león dorado.
Tan pronto como se fueron, un gran grupo de bestias salvajes también se fueron. Cuando el líder de la tribu volvió a sus cabales, la tribu había sido incapaz de cazar durante días. Pero eso no importaba. A cambio de cristales rojos, otras tribus pagarían naturalmente por la comida. Cuando disfrutaban de la comodidad que los cristales rojos traían, aliviados, nunca se les ocurrió que una vida cómoda privaría a sus guerreros de su valor y capacidad para sobrevivir.
Tenían filas vacías y no tenían experiencia práctica. Una vez que pelearan con otras tribus, serían derrotados. Peor aún, los cristales rojos habían destruido su fertilidad y les habían impedido tener descendencia genéticamente superior. A medida que pasaba el tiempo, eventualmente sufrían de mal uso de los cristales rojos.
Por supuesto, otras tribus también eran vulnerables.
Zhou Yun Sheng había previsto el futuro de estas tribus, pero no podía decírselo, ni quería hacerlo.
Le llevó medio mes llegar a salvo a la orilla del mar con el estúpido león. Zhou Yun Sheng encontró la mayor tribu de sirenas e intercambió cristales rojos por 50 kilogramos de sal. Colocó sus ganancias en el anillo espacial cuando no había nadie allí, así que no tenían que volver cada pocos meses, lo que les ahorró muchos problemas.
La tribu de las Sirenas era muy solitaria. Mientras hubiera suficientes cristales rojos, no pedirían nada e instarían a la otra parte a que se fuera rápidamente.
Zhou Yun Sheng y el león tonto tuvieron que renunciar a la idea de tomar el sol. Compraron pescado seco y salado y caminaron lentamente de regreso.