-¡Los titanes nos invaden!
Después de escuchar tal atrocidad, lo primero que hizo mi madre fue tomarme de la mano y empezar a correr hacia alguna parte. Cualquiera que nos garantizara el no estar en peligro de muerte, aunque la situación en la que nos encontrábamos indicaba lo contrario.
A pesar de que mi madre luchaba por protegerme, yo no ponía empeño de mi parte ya que no lograba salir del shock en el que estaba desde hace ya un rato.
-¡Hija, corre más rápido por favor!- su clemencia retumbó dentro de cabeza que parecía vacía, pues no lograba pensar en nada más. Seguía sin reaccionar.
Para mí era inexplicable cómo es que estaba pasando todo esto, era tanta información para asimilar y poco tiempo para hacerlo.
Tenía miedo, mucho miedo.
Tal vez todo lo que estaba pasando era una señal. Una que te decía que no había nada más que hacer.
Simplemente... tu muerte había llegado y estaba más cerca de lo que todos creíamos.
Aún sin haber podido convivir más con mi padre, con los pocos amigos que tuve y lo más importante, sin haber disfrutado lo suficiente con mi madre. La persona que más amaba en este mundo y en estas jaulas que nos rodean y nos quitan la libertad.
¿Por qué?
¿Por qué este mundo es tan cruel?
El estar rodeados por estos muros no nos garantizaba poder estar a salvo durante toda la eternidad.
Después de todo, no eran indestructibles...
Estaba tan distraída, que ignoré por completo el hecho de que un titán empezaba a acorralarnos a mí madre y a mi.
Era nuestro fin.
Ya no había escapatoria.
Justo ahora lo único que nos salvaría de la muerte era un milagro.
Pero lo que estaba pasando a nuestro al rededor era prueba suficiente de que no existían.
No pude evitar el soltarme de la mano de mi madre para caer el sucio piso, así esperando mi justa muerte.
Una lenta y dolorosa muerte...
O al menos eso fue lo que pensaba que ocurriría si no hubiese sido gracias a mi valiente madre.
-¡May! ¡Escúchame con mucha atención! ¡Necesito que te levantes del suelo!- todo parecía incierto ahora, ¿qué hubiera sucedido si mi madre y yo no hubiéramos salido de casa? ¿Qué hubiera pasado si mi padre estuviera con nosotras?- ¡¡Escucha!! ¡Lo único que puedo hacer justo ahora es distraer al titán mientras tú corres!
-¿Qué estás diciendo?...- al escuchar las últimas palabras de mi madre, sentí como si hubiera vuelto en si. Como si una adrenalina me golpeara el cuerpo y me hiciera reaccionar.
-¡May!, ¡Ya no hay tiempo!
-¿Quieres que te avandone a tu suerte?, ¿quieres que te deje sola con ese maldito monstruo?- dije levantándome bruscamente de suelo.
-Por favor hija- sostuvo mis hombros con sus manos. Se sentía un fuerte temblor en ellas- Sálvate tú. Sabes que no hay otra opción. Si nos quedamos las dos juntas, las dos moriremos- dijo mi madre, empezando a soltar unas cuantas lágrimas.
-¡No, debe de haber otra manera!
-¡No May, no hay otra opción!
-¡E-Es que no pued...
-¡Tienes que hacerlo!- fui interrumpida por mi madre de una manera estridente debido al miedo.
Sabia que no había otra opción, solo que no quería reconocerlo.
Me dolía que mi madre tuviera un final como este.
Además, me sentiría culpable por el resto de mi miserable vida, pero no había más escapatoria que está...
-¡May!
Lo único que pude hacer es arrojarme a los brazos de mi madre, dando a entender que era nuestra despedida.
La quería mucho. Pero si no lo hacía, nunca me lo perdonaría.
De inmediato, sentí como ella correspondía a mi abrazo, así diciendo sus últimas palabras.
-Te quiero mucho mi amada May, la más preciosa de estos muros...- dijo mi madre mientras me apretaba más entre sus brazos, provocando una calides en mi ahora corazón roto.
-Y-y yo a ti, la mejor madre. La más valiente y fuerte de este mundo...- dije mientras lloraba desconsolada en su hombro.
Quería que ese momento fuera eterno, que ella lo fuera. Pero tenía que marcharme.
Y entonces lo hice.
Me separé de ella y empezé a correr, pero no sin antes mirarle a la cara para poder decirle que todo estará bien, aunque sabía que no era verdad.
Tan rápido como la miré, desvíe la mirada.
Quién sabe cómo sería la muerte de mi madre.
Pero sobre todo, ¿quién querría saber tal cosa?
Corrí, corrí y corrí hasta tal punto de ya no poder más, las lágrimas en mis ojos ya eran tantas que bloqueaban mi vista.
Hasta que encontré mi salvación.
Se encontraba a unos cuantos pasos una embarcación la cual por lo visto, transladaba a los refugiados del muro hacia Rose.
Para asegurarme de tal información, decidí preguntar a un soldado de las tropas estacionarias cerca mío. No sin antes haber limpiado mis ojos rojos e hinchados debido al llanto.
-D-Disculpe, ¿esta embarcación lleva a los refugiados hacia el muro Rose?
-Por supuesto, es mejor que te apresures sí no quieres terminar sin un lugar. Estos se llenan muy rápido.
-M-Muchas gracias.
Y así como me lo ordenó el soldado, me apresuré a subir. Sentandome en el suelo, después de todo, era el único lugar para descansar ahora.
Gente luchando, insultando y tal vez hasta matándose entre si, debido a su desesperación por conseguir un espacio.
Era un caos.
Era impresionante lo que la gente era capaz de hacer para sobrevivir.
Pero quién soy yo para decirlo.
De cualquier forma, yo abandoné a mi madre.
Pero lo peor no era lo que estaba pasando a mí alrededor, sino la aparición de otro titán.
Pero este no era uno común.
Se le veía de una altura bastante grande. Pero su piel era lo que más resaltaba en el, debido a que se asemejaba a una armadura.
Esto llamó tanto mi atención que decidí levantarme de mi lugar para así poder saber lo que ocurriría.
Cuando el titán se posicionó justo frente a la puerta principal, los soldados de las tropas estacionarias comenzaron a arrojar una serie de cañones a aquella bestia. Pero este, ni se inmutó.
Empezó a tomar marcha hacía la puerta del muro, con la intención de atravesarlo tal y como lo hizo aquel titán gigante.
Mientras más avanzaba, más aumentaba su velocidad. Hasta lograr la acción que ya se esperaba.
Había atravesado el muro, sin poder dejar a las tropas hacer algo al respecto.
Mi impresión era tanta así como la del resto de las personas que me rodeaban.
Después de lo sucedido, la embarcación tomó marcha hacia su destino.
Al igual que mucha gente dentro de la embarcación, tenía sentimientos encontrados. Tristeza, dolor, frustración y lo que yo sentía más... rabia.
Rabia conmigo misma por el hecho de haber abandonado a mi madre.
Apartir de ahora, sabía que tenía solo un objetivo: vengar la muerte de mi madre, porque eso era lo que se merecía.
Ser vengada.
¿Cómo es que habían logrado aquellos monstruos separarme de la persona más importante que tenía en mi miserable vida?
¿Cómo?
A lo lejos, noté la presencia de alguien levantarse bruscamente del suelo. Su rostro me parecía familiar.
-Los mataré a todos... ¡hasta el último de ellos!- dijo con lágrimas en sus ojos.
Esas fueron las palabras de aquel niño que aparentaba estar igual de herido que yo.
Pero después de todo, ya somos dos con el mismo propósito.
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Holiwiiiiiiiis >:D
He estado entrenando para convertirme en isayama jr xd u.u
Aclaro que la rola de arriba en multimedia solo es opcional :,3 >:D
-le pegan por no haber aclarado eso antes-
Y una última cosa.
He decidido actualizar capítulos los miércoles y sábados, tal vez de vez en cuando actualicé también los domingos ^^
Solo eso ^°^
EDIT: (no le hagan caso, está loca...↑)
¡Sayonara!✨❤️
VP <3