Abrí lentamente los ojos, me dolía mucho la nuca, tarde en adaptarme a la poca luz del lugar y cuando recorrí la habitación con mi mirada me encontré con un par de zafiros que me observaban fijamente, traté de acomodarme mejor contra la pared mientras los recuerdos volvían lentamente a mí. Unos cabellos blancos, ojos azules, aquel chico tan raro.
- ¿Estás bien señorita Emma? -pregunto, su forma de tratarme se me hizo extraña, antes me había gritado y ahora me trataba educadamente. No estaba atada, pero no encontraba una salida.
-Me quiero ir- dije en un susurro.
-Lo siento señorita, eso no es posible ahora. - ¿me había secuestrado? Las lágrimas comenzaron a desliarse por mis mejillas y la angustia se atoro en mi garganta como un nudo.
-Yo, mi familia no tiene dinero, no demasiado- dije asustada y luego lo recordé mi familia ¿Quién era mi familia? Mi madre no era mi madre, mi padre no era mi padre, yo no era Montoya. El chico se acercó lentamente a mí, me tendió un pañuelo desgastado.
-Señorita Emma no llore por favor, no quiero dinero, quiero su ayuda.
- ¿Mi ayuda? -Pregunte incrédula-como sabes mi nombre? ¿quién sos? - su pálida piel se tornó rojiza lentamente y agacho la cabeza
-Oh lo siento, no me presente, Altaira me regañaría-sonrió de una forma que parecía nostálgica – soy Abdel del clan Sapphirus y se de ti gracias a mi maestra. - no entendía lo que me decía este chico ¿de qué clan hablaba? ¿Qué maestra le dijo algo sobre mí? ¿Por qué rayos se vestía de forma tan rara?
-Lo siento, no entiendo – más lagrimas brotaron de mí.
-Lo siento- volvió a decir- Esto va a ser difícil para ti porque pásate demasiado tiempo en el mundo de los humanos, privada de todo tu poder. Tratare de explicártelo todo despacio. - lo mire más perdida aun ¿mundo de los humanos? ¿Dónde estaba? - Lo más difícil quizás sea que tus padres no son tus padres sanguíneos, lo siento no eres hija biológica de Elena y Tomas. - al escuchar a un extraño decir la verdad que ignore por años me dolió demasiado, no entendía quien era el o lo que quería y de pronto comenzaba a decir este tipo de cosas ¿con que derecho? Me tape los oídos y conoce a llorar.
-Cállate, no te quiero escuchar- mi llanto resonó por la habitación junto con mis gritos-¡no te voy a escuchar!
-Señorita Emma- dijo de una forma suave pero que resonaba en toda mi cabeza, como si tuviera auriculares- Lo siento, esto jamás se puede decir de forma delicada, solo quiero que sepa que te aman más de lo que muchos padres biológicos aman a sus hijos, esto no es oportuno pero necesito que baje la vos, nos van a encontrar y ahora tiene enemigos afuera.- no sabía de lo que hablaba pero me tranquilice y pensé en sus palabras , mis padres realmente me amaban demasiado y siempre me lo habían demostrado.-Te voy a explicar todo tranquilamente-dijo cuándo me termine de tranquilizar pero esta vez su voz no sonó dentro de mi cabeza.
-Yo ya sabía que era adoptada- dije en un susurro-Por eso lloraba en la calle, encontré sin querer los papeles- no sabía porque se lo decía, pero sus ojos de zafiros me hicieron confiar en él.
-Entiendo, quiero que sepa que a partir de hoy mi vida es de usted señorita, que ahora le sirvo a usted y mi lealtad no cederá en ningún momento.
-No entiendo.
-Usted Emma es descendiente del clan más poderoso de Eken, usted es la última Daimond.
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Espero les guste mucho
Lourdes-