Mi Caos Ruso

By articsmonkeys

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Mi nombre es Nyx Evans, mi vida se volvió una rutina monótona sin emociones hace años, todos los días las mis... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15 Parte 1
Capítulo 15 Parte 2
Capítulo 16
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20 Parte 1
Capítulo 20 Parte 2
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Aviso
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37 Parte 1
Capítulo 37 Parte 2
Capítulo 38 Parte 1
Capítulo 38 Parte 2
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
¡Sorpresa!
¡¿Otra Sorpresa?!
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54 Part.1
Capítulo 54 Parte 2
Epílogo
Nota

Capítulo 17

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By articsmonkeys

-Ya te he dicho por octava vez- decima me corrijo- No me importa que tu vestido no combine con tus nuevas mechas, el peróxido no está de moda Alice-

-Alison- reclama la rubia de mal humor, yo simplemente ruedo los ojos mientras sigo con mi dibujo- Me da igual- respondo de malas, por favor saquenme de aquí.

-¿Qués es?- pregunta la otra gemela, deberían de ponerles placas para diferenciarlas.

Presto más atención a mi dibujo para ver que sin darme cuenta, me encontraba haciendo unos ojos bastante conocidos, siento como la rabia me ataca y de mala gana arrancó la hoja para hacerla un puño.

-Nada que quiera recordar- respondo cortante, veo el reloj, solamente quedan cinco minutos de tortura antes de almuerzo.

¡Al fin! estaba pensando severamente en cortarme las orejas si mencionan otra vez la palabra vestido.

-Entonces, como estaba diciendo antes- la voz de ¿Alison? detiene mis pensamientos macabros- Si mi vestido no combina que usare en la noche-

-¿Noche?- pregunto, quizas me interese- ¿Qué hay?-

Ambas estallan en carcajadas cuando terminó de hablar, pediría que me expliquen el chiste pero dudo que ellas lo sepan.

-Nada menos que la fiesta de Eliot- dice intentando sonar obvia.

-El sarcasmo no es lo tuyo querida pero continua-

-Ya te dije que hay una fiesta Nyxi, deberías preguntarle a tu novio o no te invito- murmura al ver que el Profesor Boyd nos ve detenidamente, por favor sácame de aquí.

-Si me dieran una libra por cada estupidez que sale de tu boca- intenté no reírme pero claramente no puedo- No tendría que preocuparme por pagar mis facturas-

Antes de que continuáramos con nuestra pelea de arpías, la bendita campana sonó. Casi podría besar el suelo pero mejor continuar con mis planes de alimentarme.

Salgo apresurada del aula antes de que termine asesinando a una de las gemelas peróxido, veo ambos lados del pasillo pero no hay rastro de Enzo así que me encamino al parque donde mi delicioso árbol que me brinda la sombra perfecta para dormir.

-Hey! Quítate de mi árbol demente- grite asustando a un muy dormido Julian, este hombre jamás duerme o tiene anemia- Sabes que dormir no es muy complicado, solamente cierra los ojos y bueno esperas-

-Quieres hacer silencio, hay personas que tratan relajarse-

Me siento a su lado y coloco mi cabeza sobre su hombro para estar más cómoda pero Julian me empujo para que pudiera ver una pequeña bolsa marrón.

-Feliz Cumpleñaos Enana, este año me he esforzado-

Con cuidado saco el contenido de la caja para encontrarme con un pequeño pastel, la cosa más espantosa que he visto desde que Apolo intentó hacer galletas para navidad. Al sacarlo, los colores amarillos y rosados crean un enorme payaso con mi nombre escrito en rojo casi podría decir que un regalo traumante.

-Es realmente horrendo pero mejor que el intento de Elmo- digo para luego abrazarlo con fuerza, desde que nos conocemos siempre nos hemos regalado postres como pasteles o galletas pero decorados horribles- ¿Vas a la fiesta de Elliot?-

-Por qué iría a una fiesta llena de idiotas hormonales cuando puedo dormir- abortar misión, mi cerebro está entrando en panico- No me digas que planeas ir Nyx Evans-

-Pues no solamente pensaba ir unos segundos..-

-Con el estúpido de Enzo- añade para luego verme detenidamente a los ojos,quizás no suena tan bien en voz alta después de todo.

-Confía en mí July- murmuro con sueño pero su mirada me ve con duda sin embargo no dice nada.

-Halloween es dentro de unos días, te apuntas para un maratón de terror- dice mientras besa mi frente yo simplemente me acurruco en él- Puedes venir a dormir si quieres, Emma no está invitada-

-Solamente iré si incluyes la comida-

La campana nos interrumpe antes de que pudiéramos seguir planeando nuestra pijamada, de mala gana me levanto para dirigirme a mi siguiente clase.

-¿Tienes clase con Miss T?-

-Si, no me lo recuerdes-

-Pues no vino, te veo luego Nyx-

Casi podría llorar de la felicidad, no tendría que escucha las desgracias de la vida de Tiana, mi profesora de geografía a la vez que intento prestar atención a mi serie. Luego de despedirme con la mano y llevarme mi odioso pastel a la biblioteca seguramente estará desierta.

Tomo un atajo por la salida de primaria y terminar en el edificio blanco con letras verdes que ha sido mi mejor amigo desde que descubrí que aproximadamente la mitad de los estudiantes no saben que existe. Con cuidado de no tirar todas las cosas de mi maleta sacó la pequeña tarjeta para abrir la condenada puerta que jamás quiere cooperar con las personas que tienen brazos cortos y llenos de cosas que posiblemente no necesiten pero llevan por mala organización.

¡Al fin!

La desgraciada tarjeta aparece metida entre mis libros de biología, siendo sincera no puedo explicar como eso terminó ahí pero bueno logró entrar a la biblioteca para iniciar mi búsqueda de algo interesante para pasar el rato así que inicio a caminar sobre los pasillos viendo portadas pero ninguna realmente me llama quizás sea por haber leído Don Juan.

Me cacheteo mentalmente, no debería de pensar en nada relacionado con el innombrable.

Para mi desgraciada suerte, cuando logro detenerme de caminar estoy en la sección rusa, volteo los ojos pero los jodidos libros no desaparecen de mi vista. Algo forzada inicio a leer los títulos uno por uno hasta que una tapa completamente negra con letras rojas hace que gire mi cabeza para verla con detenimiento.

Doctor Zhivago

Leo en la portada para luego leer el resumen, solamente espero que no sea un romance sino me veré obligada de ahogarme con una tapa de agua.

............

-¡Joder!- grito mientras cierro el libro de mala gana, no pude escoger un libro que no me hiciese llorar o algo menos dramático.

-Evans, afuera- la voz de la anciana bibliotecaria me recuerde que lastimosamente no estoy en mi cuarto- No me hagas contar hasta tres-

-Me llevo el libro, no se preocupe no quiero que un poco de emoción le arruine su ambiente fúnebre- respondo corriendo hacia la salida, un poco de humor no la matara o eso espero uno nunca sabe.

Ya en la salida guardo el pesado ejemplar en mi maleta, todavía tenemos asuntos pendientes entre ambos.

-¿Nyx?-

Puedo jurar que hoy es el día encuentra a Nyx cuando esté teniendo un medio decente momento o cuando esté ocupada. Respiro profundo antes de levantar la mirada y toparme con un empapado Enzo.

-¿Te metiste al equipo de natación o...- trata de ser cordial- ¿Estás bien cariño?- puedo jurar que las palabras se quedaron atoradas en mi tráquea pero intentar no me cuesta nada.

No estoy perdiendo los estribos solamente estoy haciéndole honor a la frase de mi querida abuela Jane, mejor lo viejo conocido que lo nuevo por conocer y más aún cuando lo nuevo por conocer te rompe el corazón en mil pedazos pero igual no logras sacarlo de tu cabeza e inicia a sentirte un poco ridícula.

-Está lloviendo- veo al frente y puedo ver la clara tormenta, creo que si soy algo distraída al final de todo- pero ¿tu estas bien?- pasa su mano por su cabello para quitar el exceso de agua.

-Crees que puedas llevarme a casa- inquiero tratando de sonar un poco natural, necesito saber de esa fiesta, perder un poco el control no suena tan mal.

Enzo, un poco extrañado asiente con la cabeza para luego voltearse e inicia a caminar en la lluvia hasta su carro a lo que yo hago lo mismo pero guardo mi maleta en mi chaqueta para evitar que el libro sufra ningún tipo de daño por mi sanidad mental.

Las gotas de lluvia caen en mi cuerpo empapándome de una manera nada cómoda mientras trato de caminar rápido pero claramente no lo suficiente porque cuando entro al auto las pequeñas gotas continúan cayendo por mi cabello.

-¿Puedes prender la calefacción?- sugiero cuando el frío inicia a calarse en mis huesos, Ezno en respuesta enciende el auto y cambia la temperatura lo suficiente para que mi cuerpo no se ponga morado- Gracias-

La lluvia suena de manera escandalosa fuera de la cabina pero no me preocupa del todo, en octubre las lluvias son lo suficiente comunes para que siempre lleve un paraguas conmigo pero como yo soy especial lo perdí hace unos meses.

-¿Vas a la fiesta?- espeto para romper un poco el silencio.

-Siempre voy Nyx-

-Pues quiero ir y me preguntaba si irías por mi-

El auto se detiene frente a mi casa, no sentí el trayecto por suerte porque el silencio era lo suficiente incómodo para pasar unos minutos más ahí.

-Paso a las nueve- escucho antes de correr a la entrada, puedo sentir el arrepentimiento en mi boca pero me obligo a cerrarla porque siendo sincera no gano nada al sentarme en mi cama toda la noche mientras pienso en un maldito beso que no significó un carajo mientras como helado e intento no romper la pulsera que todavía sigue en mi muñeca porque no tengo los ovarios para quitarmela sin terminar llorando.

Necesito salir de aquí antes de que pierda la cabeza y termine en un bus para terminar de hacer una estupidez mayor.

-Hermanita querida- la voz de Apolo me toma por sorpresa- Por casualidad tienes látex de sobra- pregunta con una sonrisa en el rostro- -¿Has usado los condones?-

-Sí, cuatro normales , dos de sabor unicornio y siete que brillan en la oscuridad-

-El sarcasmo es malo para la salud-

-De algo tengo que morir, están en mi mesa de noche puedes usarlos no quiero ser tía antes de cumplir los veinte-

Mi estómago me recuerda que los mundanos como yo dependemos de la comida para vivir así que me dirigo a la cocina en busca que algo para llenar el creciente hueco en mi estomago.

-¡Nora dejó comida en la nevera!- grita mi escandaloso hermano para luego escuchar la puerta cerrarse, supongo que estoy sola como de costumbre.

Tal como dijo, en la nevera hay un plato lleno de pasta y vegetales que puedo decir con orgullo que luce delicioso. Sin pensarlo mucho me llevo el plato para mi habitación junto a un vaso de limonada para no morir atragantada antes de tiempo.

En las escaleras, saco de mi maleta la copia de Doctor Zhivago para leerlo hasta que sea hora de cambiarme y según el reloj de pared me queda un par de horas de calma así que con cuidado subo de dos en dos los escalones hasta llegar al segundo piso y entrar a mi habitación para dejar todo en la mesa porque necesito darme una ducha si no quiero pescar una pulmonía.

Palpeo mis bolsillos hasta encontrar mi celular, solamente para ver si tengo algún mensaje pero no hay nada del otro mundo.

Inicio a sacarme toda la ropa mojada para hacerla una pila en el lavado, si llego a mojar el suelo Nora me matara en la mañana cuando se tropiece por mi culpa. Por el espejo logro ver la tina e inmediatamente un par de ojos verdes se asoman.

Demonios, olvidalo de una Nyx no lo vale

La deliciosa agua caliente me empapa sacandome el frío pero no me logra sacar de la cabeza la imagen del maldito ruso; llevo mi mano hasta el shampoo para enjuagarme el cuerpo pero en lo único que puedo pensar es en esos jodidos ojos verdes.

¿Por qué coño me beso?

Es que quería hacer un experimento sobre las chiquillas ricas pero idiotas de Londres o lo dolían los huevos por alguna enfermedad contagiosa y quería pegarselo a cualquiera estupida que cayera en sus fornidos, sexies, tatuados brazos que te llenan de calor.

¡Carajo! No te mojes Nyx Evans

Me prohibo mentalmente pensar un segundo en él, siento el cambio de temperatura en mi cuerpo. ¡Mierda! el agua está saliendo helada y como un gato al tocar el agua salgo velozmente de la ducha.

Envuelvo mi cuerpo en una toalla antes de salir al closet para definir qué usar en la fiesta sin sufrir de estrés por causa de Enzo y sus estándares de moda pero por una noche me lo tomaré en serio.

Busco entre mi ropa hasta topar con un conjunto que podría funcionar; básicamente es un jeans negro algo muy apretado para mi gusto junto un bralette naranja que viene con un abrigo del mismo tono y por último unos tacones negros manejables pero sin duda lo más importante es la ropa interior negra de algodón para mantener todo lo más cómodo posible. Me echó un vistazo en el espejo y casi puedo jurar que no me reconozco pero de una manera buena supongo. Claramente, me siento incómoda con la ropa pero no me veo para nada mal quizás hasta algo atrevida.

Nuevamente busco mi celular pero la hora me alarma como diantres pase tanto tiempo alistandome es que acaso perdí la noción del tiempo para mi mala suerte un ruido me indica que Enzo ya me esta esperando. Como puedo, junto todas mis cosas en una pequeña cartera negra y partí para la planta baja antes de que me llame.

Gracias a los tacones mis pasos son similares a los de una jirafa recién nacida pero nada que se pueda disimular, al estar abajo cierro con llave la puerta y me dirigo al carro con calma, tengo que recordar ser cordial.

-Hola- sonó demasiado seco tengo que mejorar.

-Te ves hermosa- sus ojos me comen con la mirada pero en vez de sentirme bien solo pude sentir una molestia en el estómago.

-Tu no te quedas atrás-

Para variar, Enzo lleva una camisa azul con pequeños detalles celestes que hacían resaltar su cabello castaño y seguramente un jeans a juego no le debe de faltar.

-¿A qué hora te iras?-

-Cuando tu te vayas-

Juro que el carro frenó de golpe cuando las palabras terminaron de salir de mis labios sin embargo nada salió de su boca.

En un momento ya estábamos en casa de Elliot , sigo sin entender en que me he metido, las oleadas de carros me aclaran que seguramente no habrá espacio ni para respirar.

Al bajar, intento acomodar mis pantalones y localizar a Enzo pero para mi sorpresa su mano se mueve hasta mi cintura para tomarla sin decir mucho, lo que me hace saltar por la sorpresa nunca hace eso.

-No quiero que te pierdas dentro-

Mientras caminamos, examino a algunas chicas en la puerta puedo ver que voy mas vestida que la mayoría hasta me podrían decir que vengo del kínder o de un convento. Ahora dentro puedo observar el lugar y entiendo porqué está tan lleno, hay botellas de alcohol por todos los lados, parejas comiéndose y un olor tan fuerte a marihuana que me intoxica.

Las luces cambian de color mientras que la música retumba en mis oídos a unos niveles casi insoportable para cualquiera, la música me hace retumba, ¿como rayos voy a comunicarme con alguien?. Parece que mi pareja lee mis pensamientos porque me muestras sus manos para mostrar su boca- ¡Voy por algo de tomar- grita en mi ya adolorido oído. -¡Y saludar - grita antes de desaparecer en el mar de personas llevando a mi mejor amiga también.

Que suerte la mía, me han dejándome totalmente sola como de costumbre.

Sacudo mis ideas de irme corriendo por la entrada, la primera vez no terminó nada bien. Miro con cuidado alrededor de la mansión, veo muchas chicas moviendo al ritmo de la música acompañadas de chicos muy guapos pero ninguno que me haga quitarme la respiración o me haga olvidar a los malditos ojos verdes.

Enfoco mis vista hacia arriba y puedo ver un segundo piso, este consiste en una pista de baile improvisada pequeña con unos sofás en las esquinas donde las parejas se comen unas con otras o casi violaban dependiendo del ángulo , por lo que veo las escaleras se encuentran bloqueadas por tantos vasos plasticos rojos.

- ¡Guapa qué haces aquí - Veo a Elliot, lleva una camisa verde oliva que destaca su piel bronceada y unos shorts blancos. Mi trance se rompe dejando toda mi atención en el ya borracho jugador para encontrarse conmigo, en sus manos puedo ver dos pequeños tragos de un color un tanto nada natural.

- ¿Qué rayos es esa cosa?- dije entre gritos, definitivamente eso no iba a pasar por mi garganta.

- ¡ Se llama Mess! ¡ Me he tomado 4 de esos y ya me siento como Michael Jackson!- Definitivamente el nombre del trago no me es de fiar y ese color neón tiene pinta de ser más tóxico que ácido clorhídrico .

-¡Pero si esta muerto!-

Lo coloco cerca de mi nariz y huele a alcohol puro. Elliot me ve y coloca su trago enfrente al mío. - ¡Adentro y para adentro!- dijo antes de chocar nuestras bebidas y tomársela al fondo. Yo acerco el contenido con miedo y lo trago, pude sentir el sabor amargo bajar por mi garganta. - ¡Vamos a bailar! ¡Mi nena caliente me espera en el segundo piso!- dijo mientras jalaba mi mano para adentrarnos entre el mar de personas bailando y subimos las escaleras con cuidado.

Elliot corre a uno de los sofás donde una morena le hace señales para que se siente con calma, de una se comienzan a comerse el uno a otro y decido que es hora de mirar a otro lado antes de sentirme como el mal tercero. Con la valentía del alcohol me muevo al área de baile, ya no tengo más que perder.

Bailo y muevo mis caderas al ritmo de la música y las luces, siento como todo mi cuerpo vibra. De un momento a otro comienzo a pasar mis manos por mi cabello lentamente, voy bajando hasta llegar a mis caderas y con valentía pasar las manos por todo mi cuerpo. ¡Al diablo Xavier!

Por una vez en mi vida, me dejaré llevar por la corriente de la música hasta que mis piernas no se puedan mover.

-¿Puedo acompañarte?- murmura Enzo en mi cuello, me pongo de piedra pero no en el buen sentido casi puedo decir que la borrachera se me fue.

Sus manos viajan desde mi cintura hasta mis caderas pero su toque no me calienta como debería sino que me da correntadas de electricidad en todos los miembros de mi cuerpo casi incomodandome.

-Mejor vamos a otro lugar- respondo tratando de cambiar el tema, mis ganas de bailar se esfumaron un poco rápido pero mis palabras parecieron pasar de largo porque su cara se fue acercando lentamente a la mía y no se si es el efecto del alcohol o no pero puedo jurar que tengo ganas de desaparecer- Enzo, que intentas hacer-

-Solo dejate llevar una vez Nyx- su voz suena casi demandante ante mis quejidos.

Trato de moverme para algún lado pero sus manos son lo bastante fuertes para no dejarme ni siquiera girar la cabeza con tranquilidad. Lo veo directamente a los ojos, sus pupilas están dilatadas casi negras pero dudo que sea por la atracción más creo que es por sobredosis de pastillas mágicas.

De un segundo a otro sus labios se estampan contra mis labios violentamente, sus ojos se cierran en cambio los mío se mantienen lo suficientemente abiertos para no perderme de ningún detalle porque no siento nada bueno solamente una sensación extraña en mis intestinos casi como una opresión. Intento separarme como pueda pero Enzo parece concentrarse en el beso lo suficiente para no darse cuenta de mis bruscos movimientos.

Piensa Nyx, como me lo quito antes de que se convierta en el Señor Pulpo Loco.

¡Eureka!

Recuerdo que llevo puesto tacones y con cero delicadeza me paro sobre su pie causando que el perfecto momento se rompa.

-¡Mierda Nyx!- vocifera molesto pero ahora mismo no me importa su mal humor, Nyx es libre y la oportunidad no se me va de las manos.

-Bueno gracias por la velada, no vemos mañana querido- módulo sin pensarlo mucho, quiero vivir un par de años más antes de morir.

No dudo en correr a las escaleras sin ver atras, no se como pero mi mano termina en mis labios para limpiar todo recuerdo del beso. Siendo sincera no me importa que piensen de mi en estos momentos, se que soy una demente por hacer esto pero nadie que me pueda ver me importa un pepino.

En mi mente no puede entrar como demonios me encuentro así, se que Enzo no es un bombón pero no puedo dejar de comparar cada uno de sus movimientos con Xavier, como sus manos me calentaban con cada caricia o su aliento mentoso en contraste con las caricias forzadas y aliento de basurero.

¿Qué diablos me sucede?

Como puedo ser tan torpe de pensar que luego de tantas mierdas esté la mínima posibilidad de que le importe algo, sin duda alguna estoy perdiendo el juicio o peor aún creo que estoy perdidamente y desgraciadamente enamorada.

Nota:

Hola lectores,

Les queremos agradecer por los votos. En realidad nos anima muchísimo saber que les está gustando.

Maru y Ana

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