슈짐 Posesivo →y.m [ ̶a̶̶d̶̶a̶̶...

By IveethIturio

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Taehyung quiere conocer a JiMin sin ser golpeado por YoonGi. 𝑌𝑜𝑜𝑛𝐺𝑖 𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑚𝑎𝑠𝑖𝑎𝑑𝑜 𝑐𝑒𝑙𝑜𝑠�... More

Capitulo:01
Capítulo:02
Capítulo:03
Capítulo:04
Capítulo:05
Capítulo:06
Capítulo:07
Capítulo:08
Capítulo:09
Capítulo:10
Capítulo:11
Capítulo:12
Capítulo:13
Capítulo:14
Capítulo:15.
Capitulo:16
Capitulo:17.
Capítulo:18
Capítulo:20
Capítulo:21
Capítulo:22
Capítulo:23
Capítulo:24
Capítulo:25
Capítulo:26
Capítulo:27
Capítulo:28
Capítulo:29
Capítulo:30
Capítulo:31
Capítulo: 32
Capítulo: 33
Capítulo: 34
Capitulo: 35
Capítulo: 36 [Final parte I]
Capitulo: 36 [Final parte II]

Capítulo:19

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By IveethIturio


"Lo siento por ser un idiota, celoso e impulsivo.

Perdóname por aquello que oprime mi pecho y causa los enojos que tengo por dentro.

Quisiera que entendieras a fondo y a simple vista lo mucho que me cuesta vivir tranquilo.

Me gustaría que notaras la forma en que te miro, estos ojos que exclaman que quiero ser tuyo y que puedes amarme.

No quiero sentirme extraño por tener este sentimiento, tampoco quiero ser solo yo el que tenga este deseo.

Te metiste a mi mundo con tu simple sonrisa, la suave melodía de tu risa, las palabras dulces que emanan tus labios y la radiante ternura que portas contigo.

Ahora, que ya estás conmigo, tienes el derecho de tratarme como quieras.
amarme y abrazarme como siempre lo haces, así como puedes destruirme y hacerme añicos cuántas veces desees.

Hay tantas cosas que quisiera declararte, pero suelo hacerlo con mis actos y algunas veces digo pocas palabras.

Me gusta decirte cuánto vales, cuánto te adoro, tu hermoso carácter y aspecto.

El problema es cuando quiero confesarte lo que en lo más profundo siento.

Temo a que no sientas lo mismo y no quiero que por ello te alejes de mi lado.

Quiero saber si estoy mal.
Quiero declararte tanto.

Atte; YoonGi."

El mismo día de la pelea...

Setenta y cinco llamadas perdidas.
Veintidós mensajes de buzón.
Sesenta y tres mensajes de texto.
Todas de YoonGi.

Jimin ignoró todos ellos.
Sin leer o contestar alguno.

—¿No vas a responder si quiera uno?— pregunta Jungkook, cortando los pedazos de pizza y luego viendo a su primo.

El menor niega y se abraza así mismo, sintiendo el frío de la época de Noviembre.

—No. — Jungkook enarca una ceja—. No, por ahora.

Sus ojos están teñidos de un leve color rojizo al igual que su rostro. Delatándolo cruelmente de que ha llorado. Jungkook sonríe hacia él y palpa un lugar junto a él en la cama.

YoonGi, por lo tanto, ha aventado el celular contra la pared; sin importarle que éste se arruine. Camina de un lado para otro en su habitación. Quiere explicarle todo a su novio, pero sabe que no puede ir hacia su casa.

Joy le ha amenazado.

—Si pones un pie en nuestra casa llamo a la policía. —le espetó, luego ella suavizó su ceño—. Bueno, sabes que no lo haría por mí misma pero... Jimin en verdad no quiere verte.

—Lo comprendo. — fue lo único que él dijo.

Jimin había pasado ignorándolo toda la tarde.

YoonGi tenia tantos impulsos por querer hacer pero trataba de controlarse.

Había ido a golpear unas horas el saco de box, quizás se había sobrepasado un poco debido a que se había lastimado los nudillos y ahora tenía las manos vendadas.

Desesperado, caminó hacia la puerta de su cuarto y tomó la perilla.
Sin embargó no la movió.

—¡No mierda, no! — se maldijo. Golpeó la puerta de un puñetazo y ni siquiera le importó el dolor que éste causara en sus nudillos.
 
Tenía una desesperación por ir a calmar su ansiedad y su enojo, pero sabía que si lo hacía iba a hacer algo estúpido.

Algo que a Jimin no le gustaría que hiciera.

Y no, no estamos hablando de XiYeon.

YoonGi se sentó en la orilla de la cama, frente a la puerta del balcón. Estaba observando sus vans negras hasta que una pequeña piedra cayó junto a ellas. El pelinegro frunció el ceño y otra piedra volvió a caer frente a sus vans.

¿Qué era aquello?

YoonGi levanta la cabeza, observando que otras piedras siguen cayendo en su habitación.

Éstas provienen de la puerta del balcón, así que se dirige hacia ella y observa a la calle.

Frente a su casa se encuentra Kim Yu Gyeom.

Un jugador de la universidad de ChileGreen; que fue el equipo con quien jugaron la semana pasada. YoonGi lo reconoce al instante.

El chico mantiene unas piedras en su mano.

—¿¡Qué mierda estás haciendo!?.— le pregunta, aunque no tan alto porque sabe que muchos están durmiendo.

Las 2:32 am marcaba el reloj digital de su cuarto.

Yugyeom de pronto no sabe qué decir.

—Yo... Ehm.... —se rasca su cabeza, nervioso—. Digamos que he escuchado por ahí de tus problemas con tu novio, y sé que no nos conocemos pero... bueno, yo si te conozco pero.... Supuse que estarías mal.

—¿Y qué?

—Y que... bueno... Supuse que te gustaría salir a distraerte. — sonrió. El chico mantenía una chaqueta de cuero negra y se miraba amigable—.
Soy alguien para confiar.

—Ni siquiera sé tu nombre, imbécil.

—Oh sí, yo... Me llamo Kim Yugyeom y... por si te place saber, yo... yo soy un gran admirador tuyo. O sea, es decir, juegas increíble, eres un excelente jugador y...

—Ya cállate. —interrumpe YoonGi y Yugyeom de inmediato lo hace.

—¿Quieres ir por un trago?.— pregunta el chico.

—No tengo ganas de uno. —miente.

—¿Entonces un café?

—No hay cafeterías abiertas a estas horas.— YoonGi se ve irritado, es notorio.

No solamente es por su problema amoroso, también es por el mayor y que lo está irritando.

—Las hay. —asegura—. Yo invito. — y después de aquello se produce un corto silencio.

YoonGi dice algo como "oh" mientas tantea el bolsillo de su chaqueta, saca de ella una cajetilla de cigarrillos y se las muestra al castaño—. Por si fumas...

Entonces, esta vez, YoonGi sonríe.
Entrecierra la puerta del balcón y con una agilidad experta baja por las ramas del árbol frondoso frente a su casa.

Yugyeom sonríe al verlo y hace un asentimiento de cabeza cuando YoonGi le quita dos cigarrillos.

—¿Sabes qué? —dice YoonGi.— Mejor sí vayamos por los tragos

Primer día...

Jimin no había recibido el arreglo floral que llegó a su casa la mañana del lunes.

Le había dicho al chico que devolviera el encargo a la casa de donde fue pedido.

YoonGi, molesto por ello, pateó el arreglo floral hasta hacerlo añicos y después firmó al muchacho que la entrega había sido "recibida".

Ciento diez llamadas perdidas.
Cuarenta y siete mensajes de voz.
Noventa y tres mensajes de texto.
Todos de YoonGi y ninguno contestó el menor.

YoonGi estrujó con su mano su celular y lo guardó en el bolsillo de su jeans sin ningún cuidado. Decidió llamarlo a un teléfono público pero éste se había esmerado en apagar de nuevo su celular y por ende le tiraba a la operadora del buzón.

Tenía el deseo de golpear a alguien, alguien que llevara por nombre Taehyung y XiYeon.

En ese momento no le importaría que la última fuese mujer. Solo tenía ansiedad de verla, tomarla del cuello y estrangularla hasta que ésta dijese la verdad de las cosas frente a Jimin.

—¿Puedes dejar de ser tan insoportable?.— gruñó YoonGi después de ver cómo XiYeon se paseaba a su alrededor para que éste la viese.

—Soy hermosa, no insoportable.— guiño ésta.

YoonGi apretó tanto su lata de gaseosa que ésta se estrujó y se salió toda el agua de ella—.
El pequeño niño tenía que saberlo algún día Yoonie....

—¿Saber qué? —gruñó el pelinegro.—
¿Qué me drogabas y luego aparecía acostado contigo?

Ella rió falsamente y limpió un poco de polvo que había en la chaqueta de YoonGi.

Éste se apartó de inmediato.

—Eso no, tontito.

—¿Qué tan infelices pueden vivir personas como tú, que desean arruinar las relaciones del resto? —escupió él y la sonrisa de la chica se vio apagada por una mirada de amargura.

De imprevisto, la chica le pega una cachetada y YoonGi ya no está para soportarle nada. La toma de sus muñecas fuertemente, ignorando el gesto adolorido que ella hace—.
No estoy para tus jueguitos estúpidos de niños de secundaria. Si sigues así, olvidaré el hecho de que eres mujer y te partiré la cara.

Eso bastó para que una sonrisa de cizaña apareciera en su rostro.

—Puedes partirme otra cosa...
 
Segundo día...

Jimin estaba más deprimido que
nunca.

Quería seguir sumergido en su estado de depresión hasta que se pasara.
Pero, él no estaba muy seguro que se pasaría.

Éste olía al aroma de YoonGi.

Abrazó fuerte al nuevo e inmenso oso de peluche color blanco.

El pelinegro se lo había enviado y esta vez Jimin sí aceptó el pedido.

El peluche era grande, lindo y suave.
Tal como a Jimin le gustan.
Lo apretó contra sí, como si no quisiera soltarlo nunca. Desprendía el olor tan varonil de YoonGi que le hacía recordarlo a él y lo mucho que lo extrañaba.

Oh como extrañaba estar entre los brazos del mayor, extrañaba su aroma, su risa, su masculinidad, su protección, quería besarlo de nuevo y que éste lo acariciara con sus manos.

Jimin lo extrañaba tanto.

La puerta de su cuarto resuena con tres simples toques, haciéndolo desconcertar de sus pensamientos.

—Jimin... —llamó Jungkook asomando la cabeza por la puerta.

—ldgate del aquibb. —se le escuchó decir con la cabeza enterrada en el oso blanco.

Jungkook soltó una risita.

—No sé qué dijiste, pero ya entré.

Jimin ya no quiso responder y al parecer tampoco moverse.
Jungkook se mantuvo en silencio por un momento y se sentó a la orilla de la cama.

La respiración de Jimin era pesada, el Jungkook estaba seguro que era por la falta de oxígeno que estaba recibiendo.

Jungkook empieza a acariciar su cabello.

—¿Cómo te sientes? — pregunta y sabe que es algo muy estúpido pero es lo único que se le ocurre. El mayor de los dos de alguna manera logra alzarse de hombros, tratando de restarle importancia cuando sabe que en su mente es lo que menos hace.

Éstos son tan suaves y hermosos.— Joy me ha contado todo, dice que has estado mas deprimido.

El menor logra alzar la cabeza y se topa con la mirada de Jungkook, quién le sonríe tiernamente.

Por lo contrario Jimin tiene una sonrisa débil, que no es del todo sincera.

No pasando por alto lo cansados e hinchados que se ven sus ojos.
El menor no parece que tenga pensado hablar, por lo cual Jungkook sigue diciendo.

—Yo... No sé qué pensar. Es decir, una parte de mí cree que YoonGi se haya acostado con XiYeon y luego pienso que no.

El mayor logra girarse, quedando boca arriba y observando el techo decorado de estrellas que brillaban en la oscuridad.

Recordó que las tenía gracias a YoonGi, quién se había dedicado todo un día en pegárselas para que su niño se sintiera feliz.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero aún así no quería llorar.

—¿Podemos hablar de otra cosa qué no sea de eso?

Su primo, no muy convencido, asiente.

—Claro.

Jimin se siente mal y a la vez fatal.

Ambos parecen ser iguales aunque en realidad son totalmente distintos.
Había estado ignorando las llamadas y mensajes de YoonGi, había decidido apagar su celular y estar en un momento de paz.

Bueno, aunque a paz no se le llamaba torturarse así mismo recordando dulces momentos.

Admite que actuó muy impulsivamente y que quizás debió de escuchar a YoonGi.

Quizás.

Porque también pensaba que estaba bien el no dejarlo hablar.
Observó a Jungkook encender el televisor y poner una película de acción.
Dijo que pediría pizza y él solamente asintió.

Se preguntó cómo es que su primo podía estar feliz solo.

¿Acaso no necesita a alguien que lo proteja?

¿No le hace falta sentirse amado o incluso no extraña amar?

Jungkook se dio cuenta de su mirada inquisidora y con el ceño fruncido logró ver a su primo.

—¿Que?

—¿No te hace falta estar enamorado?— preguntó de pronto.

El menor rió tontamente y se sintió nervioso.

Creyó que el mayor lo estaba haciendo para irritarlo pero eso era absurdo porque Jimin no era así. Él no te preguntaría cosas con la intención de hacerte sentir mal.

—No. —mintió—. Me gusta estar solo.
Es como... darte tiempo a ti mismo.

—Pero hay momentos en que te sientes solo.—interrumpe y el menor suspira.— ¿Por qué todos se empeñan en mentirme?

La pregunta desconcierta a Jungkook, dejándolo con la boca abierta y parpadeando rápidamente. ¿Cómo había dicho?

—¿Q-Qué estás diciendo, Jimin?

Él se acomoda en su cama, sentándose de forma India y bajando la mirada a sus manos entrelazadas. Jungkook no se mueve en ningún momento, solo observa al menor divagar en sus propios pensamientos.
Después de un rato, el menor logra decir.

—Todos me creen tonto. Creen que por ser una persona amable soy muy bobo. Es cierto que... que muchas veces no me doy cuenta de nada o admito que soy muy ingenuo, pero eso no evita que sea así siempre.— Acomoda su garganta antes de seguir. Frota uno de sus ojos con su puño y luego vuelve a entrelazar sus manos.— Sé que YoonGi suele mentirme todo el tiempo. Siento que a veces no confía en mí como para contarme todo. —hace un puchero.— Yo siempre le cuento todo a él, porque pues, él es mi todo. Pero él no parece verme así también.

—Jimin...no... No digas eso.

El mayor siente su corazón oprimirse por dentro y Jungkook siente que de pronto va a romperse. Quiere ir a abrazarlo, llegar a darle muchos besos en su cabello y decirle que no merece sufrir; pero sabe perfectamente que si lo hace éste se debilitará más.

Esta vez Jimin mira hacia él, con sus ojos almendrados cristalizados y una sonrisa débil.

Muy débil.

—Quizás pienses, o todos piensen, que fui muy dramático el día de ayer. Pero eso solo me hizo confirmar que él en realidad me oculta muchas cosas. Sé que yo no puedo presionarlo, sé que no puedo obligarlo a contarme su pasado o cualquier cosa que él haga; pero yo solamente quiero sinceridad. —traga en seco, limpia unas cuantas lágrimas que se le han escapado y luego prosigue—. XiYeon es.... es tan hermosa. Ella llena las expectativas de YoonGi, estoy seguro que ella puede hacerlo más feliz que yo.

—¿Jimin, qué cosas dices?

—Ella no es una llorona como yo.—sonríe ido.— Ni es tonta o ingenua. A ella no pueden hacerle daño fácilmente, porque es fuerte.
Yo solamente sé llorar y me gusta sentirme amado. ¿Cómo crees que YoonGi llegue a amar a una persona débil, egoísta y tonta?
¿Él enamorarse de alguien tan tímido y feo? Es obvio que no lo hará.

—¿Sabes por qué las personas fuertes prefieren a las personas más sensibles? —interrumpe en seco Jungkook.— ¿No? —el menor niega—. Porque aunque no lo creas, los más fuertes son los más débiles. Ellos buscan a alguien a quien proteger, buscan a las personas de un corazón hermoso y puro porque eso es lo que los mantiene. Los sensibles son una piedra envuelta en un pedazo de papel, son fáciles de romper pero gracias a los muchos sufrimientos ya no son fáciles de destrozar.
Sin embargo, personas como YoonGi, son aquellas a las que puedes temer fácilmente, a las que no quieres acercarte. ¿Pero sabes por qué son así? Porque son un gabinete de cristal, envueltos en cajas sólidas que al destapar de ellas te encuentras lo más frágil del mundo. Son personas sensibles. Personas como YoonGi necesitan a alguien que los haga sentir vivos, pero aunque no lo creas, tienes la capacidad de hacerlo sentir muerto.  Y estás tan cegado creyendo que eres el que está mal cuando es todo lo contrario.

—Pero... No soy... XiYeon.

—¡Agradécele a Dios de no ser XiYeon! ¿Quién diablos quisiera estar con alguien sin sentimientos? Tú, sin embargo sabes amar y lo demuestras muy bien, ella no entiende el significado de eso. Aparte, ¿Crees que YoonGi prefiera estar con alguien que le recuerde a él? ¿Con alguien que sea el reflejo de sus oscuros errores? YoonGi no quiere estar con una persona que sea fuerte, porque él lo es. Quiere a alguien sensible, que se refugie en sus brazos y así él poder cuidarlo. El deseo de él es proteger a la persona que ama y hacerlo sentir bien. Hacerle ver lo importante que es y recordárselo cada segundo. ¿Pero sabes qué es lo más hermoso de todo? Que si no eres tú, entonces no es nadie.
Él sólo quiere ser tu hombro y tus brazos en tiempos de guerra, tus caricias y tus besos en dolores penetrantes, ser tu deseo de seguir adelante porque él quiere sentirse que vale todo.

—Yo...

—Una persona como YoonGi se siente amado cuando ve la felicidad en el rostro del otro debido a sus logros. Solamente.... no.... no te has dado cuenta. — Jungkook sentía el impulso de decirle todo.

Aunque, ya le había dicho demasiado.

Creyó que no era asunto suyo, que era algo mucho más personal que YoonGi y su primo tenían que hablar—. La forma en que te mira...

"Y también la forma en que lo debilitas." Piensa Jungkook.

El timbre suena interrumpiendo aquella conversación amena.
Jungkook agradece a Dios por ello, porque quién sabe cuántas cosas más le habrían salido.

Jungkook desciende las escaleras y Jimin se queda ahí, ido.

Después de varias horas, vuelve a encender su celular; notando las miles de llamadas y mensajes que ha estado ignorando durante dos días.
El único mensaje que contesta es aquel que dice:

"Pequeño. ¿Salimos el sábado?

-Taehyung."

Y luego lee unos cuantos que YoonGi le ha enviado. Mensajes muy bonitos pero que parten su corazón.

—¿Cómo confiar en alguien que no confía lo suficiente en ti para contártelo?.— susurra-.

Tercer día...

Ninguna llamada perdida.
Ningún mensaje de buzón.
Ningún mensaje de texto.
Ningún regalo a su casa.
Nada de YoonGi.

Jimin golpeteaba el pupitre con nerviosismo mientras que cada cinco minutos revisaba su celular. Fue de escondidas a entreno pero Hoseok le dijo que tampoco había ido a la universidad.

Cuando Jimin llegó a su casa, se sentía asustado y nervioso.
Su madre besó su frente y se despidió de él para ir a trabajar.
Jimin, de inmediato, tomó el celular de su casa y marcó el número de YoonGi.

Uno..... dos..... tres.... cuatro.....
"El número que usted marcó está fuera de servicio"

Jimin volvió a poner el teléfono sobre su lugar.

¿A dónde había ido?

Comenzó a morder sus uñas, arruinando el cuidado de ellas sin importarle.

Su celular comenzó a sonar y rápidamente lo sacó de su bolsillo para contestar.

—¿Si?

—Hola Jimin. —Se escuchó la voz de Taehyung y el menor cerró sus ojos desilusionado.—  Pensaba que si hoy podríamos seguir haciendo el proyecto de literatura.

—ah....ehm... —dijo en un hilo—. Verás, Taehyung, hoy creo que no podré.

—¿Por qué?

—Es que... Saldré con YoonGi.— mintió.

Taehyung por su parte frunció el ceño-.
—¿Después de lo que hizo piensas salir con él?.— dijo incrédulo.— Jimin, no creo que sea lo mejor.

El menor cerró su delicada mano en un puño y soltó un suspiro irritado.
Sin embargo, él siempre era amable y Taehyung no sería una excepción de ello.

—Taehyung. —llamó—. Es mi relación.Yo puedo decidir con YoonGi el qué hacer y el qué no.

Entonces, no esperó a que el rubio cortara.

Sino que después de ello él fue el que cortó la llamada. Sentía que había sonado
Grosero.
Claro Jimin, "grosero".

Quizás estaba exagerando demasiado, aunque puede que no.
Cuando decidió llamar a casa de sus tíos estos dijeron que no lo habían visto desde la mañana y eso sólo hizo que Jimin sintiera más nervios.
 
Ahora que no tenía señales de YoonGi, se daba cuenta lo ingrato que había estado siendo estos días ignorándolo.

Las 10:57 pm marcaba el reloj de la pared después de todo un exhausto día para el menor.

Había pasado toda la tarde preocupado, llamando y enviando mensajes al celular de YoonGi pero no contestó ninguno.

Quizás era la hora de que Jimin sufriera las consecuencias pero a él no le gustaba aquello.

Es más, no le gustaba para nada el no saber de YoonGi.

YoonGi, por lo tanto, pegó un suspiro cuando vio aquella casa color hueso frente a él.

Joy, quien hablaba por celular, cortó la llamada y llegó hacia él con aires irritantes.

—¿Qué se supone que estés haciendo aquí, Min? —pregunta estúpidamente.

El pelinegro se quita el casco y revuelve su cabello. —Visitar a Jimin, ¿no? —no se quedó ahí, sino que empezó a caminar hacia la puerta de entrada. Joy le siguió.

—Sabes perfectamente que no puedes estar aquí. YoonGi, mi hermano me dijo que... — y siguió hablando, pero el pelinegro no le puso atención. Bueno, solo un poco, ya que empezó a irritarse y giró hacia ella.

—Cierra la maldita boca, Joy.— gruñó y está de inmediato hizo silencio. Asintió y luego volvió a marcar el número de quién sea.

YoonGi soltó un suspiro satisfactorio, pero luego volvió a sentirse nervioso.

Tocó el timbre y puso frente a él un ramo de rosas color lila, que de lo grandes que eran, cubrían su rostro.
La puerta se abrió, dando a ver el hermoso e indefenso niño que no había abrazado durante tres días. Su respiración comenzó a agitarse, sintiendo el impulso de mandar todo a la mierda e ir a besarlo.

El rostro del menor estaba fruncido, creyendo que la persona que estaba frente a a él era un novio de Joy.

—¿Si?

—Disculpe bello joven, busco a un chico llamado Jimin. Dicen que es pequeño, tierno y hermoso pero tengo que ver para comprobarlo.— el pelinegro baja el ramo, destapando su rostro y viendo como los ojos del menor se iluminan por completo.— Oh, sí que lo es. Demasiada hermosura.

Jimin está viéndolo aturdido y YoonGi le tiende el ramo de rosas. —Son para ti. — le dice y las mejillas del menor se tiñen de rojo.

Los ojos de Jimin se llenan de lágrimas y la sonrisa del pelinegro se torna sería.—¿Jimin?

El menor se lanza hacia él para abrazarlo, tomando por sorpresa a YoonGi pero éste reacciona de inmediato para devolverle el abrazo. Jimin aspira su aroma y se pregunta si en verdad se está abrazando con su novio o solamente es un sueño.

YoonGi está besándole el cabello, dándole pequeñas caricias mientras calma los sollozos del menor.

—Te extrañé. —logra decir Jimin; apartándose un poco y elevando su cabeza hacia el mayor con sus ojos rojizos. YoonGi limpia sus lágrimas, acariciando quedamente su rostro y delineando sus facciones con la yema de su dedo—. Yo...yo...me siento un tonto Yoonie por ignorarte y... Yo... T-te extrañaba pero.

—Shh... — calma él. Acerca su rostro hacia el del menor, rozando sus narices y mezclándose la calidez de sus respiraciones. YoonGi cierra sus ojos, disfrutando el momento sentimental que no ha tenido desde hace varios días.— ¿Por qué no, mejor, me das un beso?

Jimin se queda callado y vuelve a ponerse sonrojado. YoonGi sonríe por la expresión de su rostro. El mayor no necesitaba rogar mas, porque el menor también necesitaba besarlo.

Se pone de puntillas y con un beso casto besa la comisura de sus labios.
YoonGi sabe que solo está tentándolo, así que de un movimiento rápido lo toma de las caderas y decide besarlo.

Jimin se derrite al instante, dejando caer sus hombros y rodeando sus brazos en el cuello del mayor. Aquello de lo que el menor estuvo molesto se ve olvidado en aquel momento.

YoonGi delinea con su lengua el borde de su labio inferior e introduce ella para profundizar su beso; el menor no se opone a ello y gime en respuesta. Los labios del menor son tan suaves y cálidos que el pelinegro no quisiera dejar de besarlos nunca.
El beso llega a su fin y sin embargo YoonGi no se aparta, solo deja unos centímetros de distancia y besa sus mejillas, su frente, su cuello y su cabello en gastos besos.

Jimin recuesta su cabeza entre el cuello de YoonGi y él lo envuelve en sus brazos.

Así se quedan por un buen rato y Jimin piensa en lo que ha dicho Jungkook:

"YoonGi no quiere estar con una persona que sea fuerte, porque él lo es. Quiere a alguien sensible, que se refugie en sus brazos y así él poder cuidarlo."

Jimin se aleja y entrelaza su mirada con aquellos ojos felinos, quienes lo miran con ternura y promesas.
El menor se sonroja cuando ve el ramo de rosas por el suelo y lo recoge para aspirar su aroma.

—Gracias. —se sonroja.

¿Existiría alguna vez en que Jimin no se sonrojara?.— Debería ponerlas en agua.

—Las pones después. —dice jalándole el brazo y besándole la frente.

Jimin entonces ve su vestuario.

—¿Por qué tienes esos guantes de motociclista?

YoonGi sonríe, acomoda los guantes de cuero de sus manos y guiña coquetamente hacia Jimin
.
—¿Recuerdas mi antigua motocicleta? —el menor asiente.— La he compuesto estos días.

El menor casi siente desmayarse.

—¿Qué? ¿Estás loco viniendo en esa horrible cosa? ¿Te imaginas qué te puede pasar a esta hora?

—No pasa nada. —sonríe YoonGi.—

—¿Y no se te había arruinado?

—Un amigo me ayudó a repararla. —Se refirió a Yugyeom—. Es nuevo amigo.

—¿Amigo? —se cruzó de brazos Jimin.— Digo, hay amigos que son bonitos...

—Pero eres más bonito tú.

Entonces Jimin lo golpea y YoonGi no sabe el porqué, pero de pronto el menor está molesto.

—Pasé todo el día preocupado por ti, no tenía ninguna llamada tuya, no contestabas ni los mensajes. No dabas señales de vida, nada.— frunce el ceño, cruzándose de brazos y mirándose tierno.

—¿Y qué hay de mi, que pasaste ignorándome todos estos días?

—Te lo mereces...

YoonGi suspira y se acerca hacia el pequeño para tomar su mentón y suavemente levantar su cabeza. Sus ojos demuestran que está asustado y quizás los de YoonGi también.

Pero ninguno sabe porqué.

—Lo siento, Jimin. —susurra.

El menor sonríe débilmente.

—Tenemos que hablar de todo. — dijo refiriéndose al tema de XiYeon y el pelinegro asintió.—  Pero antes dame un beso... de esos que me dejan sin aliento.— se ruborizó.

YoonGi sonrió coqueto y observó cada facción de Jimin con tanto detenimiento que el menor se sentía mucho más apreciado.

Delineó con su dedo la sensual curva de sus labios y sin más rodeos rozó sus labios con los suyos para capturarlos en un beso lleno de promesas y súplicas por seguir juntos.

El amor es bueno cuando las personas mutuamente se aman y lo hace feliz.

Pero cuando es mutuo y te hace daño, pero a la vez no; te sientes feliz pero a la vez dependiente del otro, entonces no es bueno.

Jimin se apartó lentamente después del beso, saboreando el sabor que habían quedado en sus labios de YoonGi.

El mayor tendió su mano hacia él nerviosamente y el menor la recibió.
Juntos salieron hacia la motocicleta que estaba estacionada frente a la banqueta.

YoonGi se sentó en ella y luego ayudó al menor a que se sentará frente a él.

Aspiró el aroma de bebé en su cabello sintiéndose agobiado de la plática que vendría esta noche.
 
—Yo dependo de ti.— susurró y luego encendió el motor.
























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