—No la molestes, Harry. - llegó Uma, y se sentó frente a mí. - Es nuestra mercancía. - me miro de pies a cabeza, mordiendo su labio inferior.
—Tu dijiste que usará el garfio... - empezó a hablar Hook.
—Te dije a las 12. - lo interrumpió la peliazul, y el chico se acercó para mostrarme su reloj y reí.
—Veinte minutos - dijo sonriente
—Ahi dice 11:30 - volví a reír y el achico los ojos.
—Espero que tu novia llegue a tiempo. - dijo Uma y suspiré.
—Ella no es más mi novia. - miré al suelo y Harry rió.
—Ya te vas, ¿Cierto Harry? - pregunto a su amigo quién se marchó no sin antes decirme que quedaban "19 minutos".
—Entiendo que esto no te lo mereces. - dije mientras miraba a Uma, quién solo rió.
—Esta isla es un prisión, gracias a ti padre. No símiles que cuidarás de mi, porque a nadie le importó mucho y estoy bien. - acomodo su cabello detrás de la oreja.
Me moví un poco, ya que la cuerda con la cual me habían atada al poste, comenzaba a lastimarme un poco.
—¿Entonces no es el plan de tu madre? - pregunté y ella volvió a reír. - ¿Ese no es su collar?
—A mi mamá tampoco le importo, bueno, salvo cuando quiere que venga a trabajar. - miro a otro lado.
—Auch - dije haciendo una mueca.
—No quiero compasión. - seguía sin mirarme.
—No, claro que no. Tienes recursos, no estás atada. - rió suavemente y se levanto.
—De acuerdo, critiquemos a Mal. - se paró muy cerca de mi.
—Si hablas de ti, será mejor. - sonreí.
—Mm, guapa, inteligente y cómica. - también sonrio - siendo honesta, me atraes tanto que me pongo a dudar en si arrojarte a los peces o no. - dio media vuelta.
—No lo hagas, liberame e iremos allá, juntas. - inevitablemente, recorrí con la mirada su cuerpo.
—Ah, entonces ahora sí puedo ir. - se giró para encararme nuevamente - quisiera saber por qué... - empezó a acercar su rostro al mío - Cuando y tu hermano llevaron a Mal, Evie, Carlos y Jay a Auradon... Generaron el mayor resentimiento de mi vida y créeme, toda mi vida fue así. - se volteó otra vez justo cuando nuestros labios estaban a escasos centímetros.
—Nunca lo había pensado de ese modo, que quizá lastimamos a los que no nos llevamos. Nuestro plan era empezar con cuatro chicos y llevar las después - me miro - Creo que estuve ocupada siendo reina... Eso no sonó bien. - hice una mueca. Lo lamento, ¿Ok? Eres una líder Uma, yo también, ven a Auradon y se parte de la solución.
—¿Deberás, parte de tu solución? - nuevamente se empezó a acercar más a mi y asentí - Nah.
Antes de que pudiera hablar, me beso. La hija de Úrsula me estaba besando, y debía admitir que lo hacía bien, pero nada comparado a la manera en que me besaba Mal.
Estaba consciente de que ella había sido quién terminó con nuestra relación, pero aún así, no me sentía cómoda besando a otra persona, fue así que decidí parar con el beso de Uma.