(Re) Escribir nuestra histori...

By PauS47

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Chloe Beale, Beca Mitchell. Dos historias de vida. Dos historias distintas. Dos historias entrelazadas, pero... More

Hello.
Against all odds.
If I just lay here.
Don't you remember.
Half A Heart.
Resiste.
When I'm with you.
You are the reason.
Destino o Casualidad.
Somewhere Only we Know
Run to you.
The Next Ten Minutes.
Taking Chances
Running Home To You
Información
Forever Like That.

Hopelessly devoted to you.

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By PauS47

Φ

Guess mine is not the first heart broken,
my eyes are not the first to cry
I'm not the first to know, there's just no getting over you.
Hello, I'm just a fool who's willing
to sit around and wait for you
but baby can't you see, there's nothing else for me to do
I'm hopelessly devoted to you.

Supongo que el mío no es el primer corazón roto,
ni mis ojos son los primeros en llorar.
Sé que no soy la primera en saber, que simplemente no hay forma de superarte.
Hola, sé que sólo soy una tonta que está dispuesta
a sentarse y esperarte,
pero cariño ¿no te das cuenta de que no puedo hacer otra cosa?
Estoy locamente enamorada de ti.

- Lamento mucho lo que le pasó a tu amiga, pero creo que necesitas regresar a tu vida normal ya, Bec.
La que hablaba era Stephanie, a una Beca que estaba tirada en la cama sin aparente reacción. Desde la noche en que se había recostado justo al lado de Chloe, habían pasado exactamente diez días, y ella no había trabajado desde entonces. Había cancelado sus compromisos, había postergado un proyecto, y había lanzado un comunicado a través de sus redes sociales para decir que no haría aparición en eventos por el momento y hasta nuevo aviso. Su vida había cambiado muchísimo, y a pesar del acompañamiento que había tenido por parte de Stephanie desde el primer día, ya no estaba segura de que las cosas siguieran marchando bien. El tono de reproche ya podía sentirse más seguido, el intento para que regresara a sus tareas era más enfático cada vez, y las discusiones empezaban a asomarse. Pero Beca simplemente no tenía ganas de hacer otra cosa que no fuera estar acostada en esa cama y esperar por una noticia que le diera, aunque fuera mentira, un poco de esperanza.
Stephanie no entendía, y ella no pretendía que lo hiciera, porque tampoco había sido capaz de hablar demasiado sobre el tema, o de decirle la verdad respecto a Chloe, o incluso Stacie y Aubrey. No había podido encontrar las palabras para expresar lo que sentía, porque eso implicaba hablar de sentimientos que ni ella misma podía entender. Seguía escuchando los motivos por los cuales debía volver a su vida habitual, a sus obligaciones, a su trabajo, y ninguno parecía suficiente. No quería. Y por primera vez en mucho tiempo, estaba haciendo sólo lo que su corazón le decía, y no lo que parecía ser lo correcto. Diez días no parecían suficientes. Y nadie podía saber cuántos lo serían. Quería gritar que necesitaba estar sola, pero no era justo para Stephanie y para los que se habían preocupado por ella esos días. Tampoco era seguro que al estar sola podría finalmente llorar, y dejar que todo lo que sentía saliera, porque había pasado años reprimiendo cualquier sentimiento que Chloe produjera en ella. Pero en ese momento eran tantos sentimientos juntos que sentía que explotaria. Y nadie podría evitarlo. Había pasado mucho tiempo esperando a Chloe cuando ella se había marchado, se había quedado horas esperando una llamada a su móvil, y estaba segura que le había derramado cada lágrima que en ese momento no podía dejar salir. El dolor que Chloe había producido cuando terminaron su relación había sido enorme, profundo, insoportable por momentos. Tanto que Beca pensó que nunca iba a superar su partida. Pero de a poco lo hizo. Se rehizo. Y logró dejar la vida que habían construido juntas atrás. Claro, hasta que esa llamada había llegado. Y el dolor de aquella partida ahora se repetía, pero con más fuerza. Saber que jamás escucharía otra vez su voz, que jamás vería sus ojos azules brillar otra vez, o que nunca la vería sobria, feliz, dichosa, siendo una directora de cine exitosa, la destruía, rompía su corazón más de lo que ella podía manejar. Y no necesitaba a nadie que le dijera cuánto tiempo debía esperar hasta regresar a su vida. No en ese momento.

- ¡Estuve contigo los últimos tres años y medio de mi vida!
- ¡Yo no te lo pedí! ¡Tú quisiste quedarte! ¡Sabías lo difícil que sería todo esto!
- ¡Y me quedé porque me importas!
Los tonos de sus voces cada vez eran más fuertes. Habían estado discutiendo por más de una hora, pero a esa altura los gritos empezaban a ser parte de una discusión que no tenía aparente solución. Beca había volado desde Nueva York hasta Atlanta, donde Chloe había pasado los últimos tres meses intentando buscar un empleo e ingresar a la escuela de cine. Tomar la decisión había sido difícil, porque ninguna quería separarse de la otra, pero la actriz tenía una propuesta de trabajo excelente, y necesitaba tomarla para seguir adelante con su carrera en la actuación. Además, ella misma había convencido a Chloe de ir en busca de lo que quería, y la había ayudado a conseguir algunas entrevistas en escuelas muy buenas de la ciudad. Le había prometido que volaría en cada fin de semana libre, y que no dejarían que la distancia (que en realidad no era tan grande) desgastara la relación.
...
Era el sexto fin de semana que podía viajar, y la semana número trece de Chloe allí. Sí, había sido difícil, pero habían intentado todo para hacer que funcionara. Y Beca en verdad creía que estaba funcionando, que podían hacerlo. Hasta que llegó esa noche y Chloe no la esperó en el aeropuerto, no respondió a sus llamadas, y tampoco a sus mensajes.
Cruzó la ciudad en un taxi, y al entrar al departamento la vio. Había tirado casi dos años de tratamientos y ayuda profesional luego de su última recaída, a la basura. La pelirroja estaba sentada a la orilla de su cama, con una botella en la mano, y notablemente drogada. Tanto así que no podía mantenerse en pie, y tampoco hablar con claridad. La primera reacción de Beca fue suspirar. Ya habían estado ahí, en esa misma situación, pero creían que nunca más se repetiría. La segunda reacción fue acercarse a ella y abrazarla. Pero la violencia con la que Chloe la detuvo se lo impidió. Le reclamaba no haber estado para ella cuando la necesitó, y le decía, en medio de lágrimas, que todo era su culpa, que ella no había hecho lo suficiente para ayudarla. La morena sabía que Chloe estaba en un estado de vulnerabilidad importante, y aunque cada palabra atravesaba su corazón como una daga, comprendía que debía quedarse allí para ella.
Tuvo una tercera reacción, sentarse a una distancia prudencial, y quedarse en silencio hasta que la otra se calmara. Eso parecía ayudar, ya que no fue apartada. Le habló suave, quería saber por qué había llegado a ese estado, quería averiguar qué había pasado para que decidiera regresar a ese abismo, a esa situación que odiaban todos los que la querían. Pero no tuvo éxito. Sí supo que había estado haciéndolo durante todo el último mes, y que su grupo de amigos había huido de allí cuando ella se golpeó la cabeza al caer mientras bailaban. Beca odiaba a esa gente, a ese grupo que había armado en su nuevo empleo, pero decírselo no hacía más que aumentar el nivel de enojo que Chloe tenía en ese momento.
Llamó a Stacie, le dijo que las cosas no se veían bien, y que necesitaban ingresarla nuevamente. Llegó a tomar su mano, mientras la otra lloraba y decía cosas hirientes de las que después se arrepentía.
- Ya, todo estará bien. Te lo prometo.
- Tú te irás otra vez, no prometas algo que no puedas cumplir.
- Pero estaré aquí para ti, siempre. Tú lo sabes, mi amor, siempre estoy aquí.
- No, no es así. Tú no estabas aquí cuando me caí y todos ellos se fueron, estabas lejos, y nadie pudo hacer nada por mí.
- Lo siento mucho. En verdad lo siento.
- Te necesité y no estuviste.- había mucho dolor en su voz, demasiado que reclamar en su cabeza, y mucho enojo acumulado. Enojo consigo misma, con su entorno, con sus padres, con Beca, y con todos los que, a su criterio, la habían dejado sola.- Tú no estuviste.
- Lo siento en verdad, por favor perdóname.
Beca finalmente pudo acercarse a abrazarla, a sentir cómo su cuerpo perdía fuerza y se dejaba caer en sus brazos. La dejó llorar allí, hasta que Stacie cruzó la puerta con su terapeuta y la convencieron de ingresar nuevamente al centro de rehabilitación. Nunca dejaba de ser duro dejarla ahí, por su propia cuenta. Beca no podía creer que estaban otra vez en ese lugar, que estaba otra vez firmando papeles para dejarla en una clínica y esperar a tener horarios de visita para verla. Se odiaba, odiaba no poder hacer algo por ella, odiaba no haber estado para evitarlo. Fue al departamento, levantó las cosas de la alfombra, limpió los rincones llenos de botellas y píldoras, y se recostó en la cama aunque nunca pudo dormir. Había pensado en estar durmiendo con Chloe, en abrazarla, y pasear de la mano al otro día. En su lugar, estaba sola, observando el techo, y rogando porque Chloe pasara bien la noche. Sólo eso.
La visitó los siguientes días, aprovechando un receso que le habían concedido dadas las circunstancias. Mejoraba, claro, pero estaba frustrada y enojada la mayor parte del tiempo. La abstinencia era la peor parte del proceso, y aunque Beca contaba con Stacie para superarlo, no dejaba de ser duro. Chloe no podía verla a los ojos, no podía mirarla y decirle que todo estaba mejorando, porque no lo creía, para ella esa vida no estaba funcionando, y no quería culparla, pero a cada momento la sentía más culpable. Discutieron una vez, pero se detuvieron a pedido de Stacie. Beca ponía todo de sí misma para que las cosas fueran más fáciles para ambas, había renunciado a mucho en su vida por ella, pero también estaba cansada. Esa era la peor recaída en la que la había visto, y todo el amor que sentía por ella le hacía mal, la hacía sufrir, y por momentos le daba miedo aceptar que estaba  desgastando su relación, pero era así. Toda la situación era desgastante.

- ¡Estuve contigo los últimos tres años y medio de mi vida!
- ¡Yo no te lo pedí! ¡Tú quisiste quedarte! ¡Sabías lo difícil que sería todo esto!
- ¡Y me quedé porque me importas!
Era el segundo mes de Chloe en rehabilitación, y todo era doblemente duro para las dos. Beca quería volver a su trabajo, pero no quería dejarla, así que había postergado muchas cosas para instalarse en Atlanta y acompañarla, pero no estaba funcionando. Chloe estaba agresiva, a veces se negaba a verla, y otras veces aceptaba su visita pero no quería hablar. Tenía días buenos, pero eran pocos y generalmente eran eso en los que Stacie estaba allí. Con Beca era distante, malhumorada, estaba enojada y nadie entendía bien por qué. Stacie le recomendó hablar al respecto, pero no hubo caso. Aubrey también fue a verla alguna vez, y dadas las circunstancias, le dijo a Beca que lo mejor era retomar sus actividades y darle espacio, al menos hasta que la otra pudiera ordenarse y recibirla con otra actitud.
La actriz regresó a la vida en las cámaras, pero sus fines de semana volaba a Atlanta para intentar acercarse a su novia de alguna forma. La psicóloga recomendó no hacer visitas tan frecuentes, y se limitaban a dos veces al mes. Y entonces la relación se hizo insostenible para ellas.
- Sólo dime qué es lo que te molesta de mí, qué es lo que puedo hacer para que todo esté bien.- pidió Beca, con un tono que rozaba la tristeza y la desesperación.
- ¡Nada estará bien, Beca! ¿Es que acaso no ves cuánto mal te haces al intentar arreglar a todos?
- Sólo quiero arreglar lo nuestro. Te extraño, te necesito, te amo tanto que me duele todo esto.
- Tú no entiendes lo que es estar aquí, encerrada en estas paredes. Tú puedes salir, ver el mundo, vivir feliz y hacer lo que quieras. Yo no.
- Quiero que puedas hacer todo eso también.
- Ya viste que no soy capaz de tener esa vida.
- Sí que lo eres, Chloe, y puedes tener todo lo que te propongas.
- Lamento desilusionarte pero apenas puedo ver mi vida más allá de hoy.
- ¿Y en qué posición nos deja esto? ¿Tú y yo qué haremos? ¿Quieres que continúe visitándote? ¿Quieres que te acompañe o no? Necesito saberlo ahora, porque me está matando venir a verte y que cada vez me trates peor. Estoy cansada de esto, y aunque intento hacer lo mejor, ya no tengo mas fuerzas. ¿Quieres que siga viniendo?
- No.
Esa fue una respuesta rápida, sin vueltas, sin titubeos, y dejó a Beca inmóvil, incapaz de pronunciar una palabra.
- No quiero que sigas viajando todos los fines de semana si sabemos que cuando salga de aquí, todo regresará a la normalidad. Tú regresarás a tu vida perfecta y hermosa, mientras yo trato de ser feliz aquí.
- ¡Mi vida está lejos de ser perfecta, Chloe! Por Dios, no entiendes que nada de esto es fácil para mí tampoco. Yo no quiero que te quedes si no quieres, quiero que seas feliz, que tengas un empleo que amas, que hagas las cosas que siempre soñaste. No te pediría que te quedes para deshacerme de ti.
- Lo que tú no entiendes es que yo jamás podré hacer todo eso. Esto es lo que soy, mira a tu alrededor, esto es todo lo que yo puedo ser.
- Bueno, entonces no estás viendo tu vida como yo la veo.
- Es fácil decirlo cuando tienes todo.
- Trabajé toda mi vida por esto, nada me llegó por suerte o casualidad. Yo sé que tú crees que el dinero y la fama hacen que mi vida sea perfecta, pero no. Todo lo que quiero para ti es que entiendas que puedes hacer algo que ames, que puedes vivir la vida que soñaste, que puedes ser más que esto, pero obviamente no quieres hacerlo.
- ¿Por qué sigues perdiendo tú tiempo entonces?
- Porque te amo. Porque estoy enamorada de ti. Por eso. Y si tú sintieras todo lo que me dijiste que sientes por mí, estarías peleando por salir de aquí y seguir nuestra vida afuera.
- Quizás sea momento de dejar de fingir que puedo hacer algo por otros.
- ¿Qué significa eso?
- Creo que deberías irte. Y no para descansar. Deberías irte y no regresar nunca a verme, porque no soy capaz de hacer nada por ti ahora. Quizás no te amo de la forma en que tú crees.
Había, dentro de las posibilidades, infinitas situaciones en las que podrían haberse encontrado en ese instante, pero esa era la única que Beca no había imaginado. La miró con la esperanza de que se retractara, pero no obtuvo lo que quería. Chloe dejó caer una lagrima, pero luego la secó y apartó la mirada. Beca estaba desconsolada, y aún así se mantuvo en pie frente a ella.
- Esto que haces es muy injusto.- le dijo, con su voz cortada, y un nudo atravesando su garganta.- No creo merecer esto.
- Te hago un favor, Beca. Te libero para que seas feliz.
- ¡De qué rayos estás hablando! ¿Es que acaso no escuchaste todo lo que dije?
- No creo que tú o yo estemos felices con esto ahora. No te amo como antes.
- Chloe yo...- su intento por acercarse fue en vano, ya que la pelirroja dio un paso hacia atrás y la apartó.
- Lo siento. Ahora necesito que te vayas.
- Sabes que regresaré, sabes que no te dejaré.
La habitación quedó vacía un momento después, aunque Beca se quedó recostada sobre la pared y secó sus lágrimas antes de salir, saludar a las enfermeras y manejar hasta el departamento donde se quedaba. Llamó a Stacie, le dijo que Chloe no quería verla, y que por esa razón le daría tiempo antes de regresar. Le contó sobre la conversación, y le pidió que no la dejara sola nunca, que siempre fuera a verla aunque ella se negara a recibirla. Beca estaba sufriendo, casi podía sentir su corazón romperse en mil pedazos luego de terminar esa llamada. Amaba a Chloe con toda su alma, y aunque fuera una locura, no podía hacer otra cosa que darle espacio y esperarla. No sabía hacer otra cosa. Amarla tenía consecuencias, y una de ellas era tener el corazón destrozado pero aún así querer volver, intentarlo otra vez, no dejarla irse sólo porque parecía una salida fácil.

- No lo entiendes, Stephanie. No lo entiendes y no vas a entenderlo.
- Vine aquí para que puedas explicármelo, y todo lo que conseguí es eso. Tú tirada en la cama, evitando hablar del tema, y rechazando más propuestas de trabajo con las que soñaste.
- El trabajo no me interesa ahora.
- Esa chica no es fue sólo una amiga, ¿cierto? Había algo más que no quieres contarme, y por eso no puedo entenderte. ¿Quién fue Chloe Beale y por qué no puedes siquiera decir su nombre?
- Eso no importa ya.
El tono de Beca era resignado, triste, apagado. No había expresión en su rostro. Estaba en la cama, mirando el techo, pero no había expresión. Stephanie se sentó a su lado, y aún así no logró llamar su atención.
- No parece no importar. Hay algo que estás reprimiendo y puedo verlo, no entiendo por qué te niegas a hablar de eso. Está en el pasado, puedo escuchar la historia de un amor de verano, o alguna noviecita que significó mucho.
- Chloe no fue un amor de verano, ni una noviecita de por ahí. No lo fue.
- ¿Entonces?
- Fue mi mejor amiga y la única persona que supo todo de mí.
- Sigo insistiendo en que debes levantarte de la cama y salir a tu vida normal. Ni siquiera habías mencionado su nombre alguna vez, alguien del pasado no puede doler tanto, no puede hacer un duelo por algo que no...
- ¡No lo entiendes!
El grito de Beca resonó en la habitación, y lejos de la inexpresion inicial, esa vez se notaba el dolor, la angustia contenida, el enojo por no poder hacer algo al respecto.
- Entonces explícame. ¿Quién fue Chloe? ¿Es tan importante para que paremos todo nuestro mundo aquí? ¿Vale siquiera todo lo que estás perdiendo? ¿Vale esta distancia entre nosotras? Porque nada ha sido lo mismo para nosotras, y esto no está siendo fácil para mí.
- Esto no es fácil para mí tampoco, pensé que lo entenderías.
- Según tú hace dos minutos, yo no puedo entenderte.
- Chloe fue muy importante para mí. Necesito que entiendas eso.
- ¡Han pasado diez días! ¿Crees que ella vendrá corriendo a ti para agradecerte que te encerraras en esta habitación por días sólo porque ella...?
- No te atrevas. Sólo no te atrevas a seguir esa oración.
- Hagas lo que hagas, ella es alguien de tu pasado. Ahí es donde debes dejarla.
- ¡La amo! ¡La amo como nunca he podido amar a alguien! No es alguien del pasado nada más. La amo y la perdí. ¿Puedes entenderlo ahora?
- ¿La amas? ¿Aún la amas?
Beca entendió lo que había dicho, y se odió a sí misma por haberlo dicho de esa forma, por no haberse detenido a pensar en cuanto le dolería a Stephanie lo que estaba escuchando. Pero había sido honesta por primera vez en mucho tiempo. Honesta con Stephanie y consigo misma. Y decirlo en voz alta dolía más. Dolía tanto que no podía soportarlo.
- Ella me rompió el corazón.- dijo al fin.- Lo sentí destruirse en miles de pedazos, y luego me fui. No pensé que volvería a verla.
- Tú aun la amas... Por eso estás así. ¿Pensabas decírmelo alguna vez? ¿Pensabas decirme que sigues enamorada de ella aunque ella no te quería?
- Ella sí me quería, sólo estaba en una situación difícil.
- No fue a buscarte, Beca. Nunca. Y tú estás tirada en esta cama, haciendo un duelo que no vale ni un poco la pena.
- Y me quedaré aquí los días que necesite hacerlo.
- ¿Qué estás esperando? No lo entiendo.
- Puedes irte si quieres. No tienes que detener tu vida también.
- Detuve mi vida por ti. Y resulta que tú lo harás por ella. Es increíble...
Beca se quedó en silencio. No tenía ganas de discutir. Miró a Stephanie revolver en su valija, sacar un abrigo y salir dando un portazo. Dijo que regresaría, pero Beca no estaba segura para qué. Consultó su móvil, Stacie no aparecía en línea hace una semana. Todo era insoportable, insostenible, nadie podía entender lo que pasaba. Y Beca deseaba haberle dicho todo cuando pudo, cuando estaba a tiempo. Deseaba haber regresado por ella a pesar de su rechazo, a pesar de que la sacara de su lista de visitas. Se lamentaba no haber estado en la puerta de la clínica cuando recibió el alta. O cuando cayó otra vez. Lamentaba todas las decisiones. Pero no remediaba nada. Y ya no podía hacer otra cosa. Salvo esperar, como siempre lo había hecho. Porque la amaba, aún después de todo.

¡Hola! Volví. No fue el fin de semana pero al menos podemos empezar la semana con uno nuevo. Saludos!

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