Salvaje - Nomin

By bxbynana

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Jeno y Jaemin se aman desde muy pequeños, el destino los separa y cada uno sigue su camino. Hasta que se reen... More

Aclaración
Sinopsis.-
Capítulo 1.-
Capítulo 2.-
Capítulo 3.-
Capitulo 4.-
Capitulo 5.-
Capítulo 6.-
Capitulo 7.-
Capitulo 8.-
Capitulo 9.-
Capitulo 10.-
Capitulo 11.-
Capítulo 12.-
Capítulo 13.-
Capítulo 14.-
Capítulo 15.-
Capítulo 16.-
Capítulo 17.-
Capítulo 18.-
Capítulo 19.-
Notita:)

Capítulo 20.-

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By bxbynana

La luz volvió al lugar, iluminando el departamento y el sector en el cual él estaba parado. Era un sueño, el castaño estaba seguro de eso. El mayor estaba realmente empapado, con un pequeño bolso en la mano. Estaba vestido de una manera diferente a la que estaba acostumbrado verlo. Llevaba una camiseta blanca, que a causa de la lluvia se le pegaba al cuerpo, unos pantalones color crema y unas zapatillas de lona negras. Era un Jeno muy despreocupado, vestido de aquella forma. Respiraba como si hubiese estado corriendo mucho. 

—Perdón—fue lo primero que los labios masculinos soltaron.

Jaemin sonrió emocionado y luego se mordió el labio inferior para tirarse sobre él y plantar su boca en la suya. 
Jeno lo abrazó con fuerza contra él, sintiéndose completamente dichoso de ser amado por Jaemin. Le respondió el beso desesperadamente. Lo había extrañado demasiado. El menor soltó su boca solo para besarle el resto de la cara, rió por lo bajo y luego el castaño lo abrazó, escondiendo el rostro en su cuello.

—¿No es un sueño, verdad?—le preguntó. 

—No, enano—susurró Jeno mientras le acariciaba la espalda—No es un sueño, vine a buscarte, no podía seguir viviendo sin ti.

Jaemin se alejó un poco para mirarlo a los ojos. Debería simplemente arrojarle algo por la cabeza y decirle que no lo necesitaba. Pero… ¡No podía! No podía hacerlo. Porque aquello sería completamente mentira. Claro que lo necesitaba, por Dios, lo necesitaba tanto. 

—Ay, Jeno, te necesito tanto…

—Ya estoy aquí, mi amor—sonrió levemente y acarició su rostro—Perdóname, por haber sido tan imbécil, Jaemin.

—Ya está, ya no me pidas más perdón, ya estás aquí, eso es todo lo que necesito, mi amor, mi vida—lo besó de nuevo en los labios. 

Y aquel suave beso pasó a ser demandante y desesperado. Ambos sabían lo que necesitaban. En ese momento no podían detenerse y ponerse a hablar de todo lo que había pasado. Necesitaban sentirse, ser uno,
Jaemin acercó a Jeno un poco más a él, incitándolo a entrar del todo al departamento. El pelinegro dio los primeros pasos, pero entonces recordó que su bolso estaba afuera. Maldita sea, realmente necesitaban controlarse un poco. Soltó los labios dulces de Jaemin.

—Mi amor, mis cosas—susurró agitado.

Jaemin lo soltó al instante y rió algo nervioso. Simplemente se estaba comportando como un desesperado. Él mayor estaba empapado y seguramente cansado por el largo viaje. Era un pervertido. Jeno tomó su bolso y entró al departamento de Jaemin. El otro cerró la puerta y soltó un suspiro cuando se giró a verlo. Todavía no podía creer que él estuviera allí. 

—¿Quieres darte un baño?—le preguntó. Jeno estaba mirando atentamente a su alrededor. Aquel lugar era agradable. Él volvió la mirada a el castaño.

—¿Qué tipo de baño?—quiso saber.

Jaemin sonrió.

—Un baño…para poder ponerte cómodo y sacarte esa ropa mojada. 

—¿Lo tomare solo? 

El menor sintió cosquillas en su vientre, y en su mente se filtró la imagen de él y Jeno en la ducha. Sería grandioso. Aunque ya se había bañado, pero al demonio, no iba a gastarse por un poco más de agua.

—¿Te gustaría que te acompañe?—le preguntó.

—Estoy loco por ello. 

Jaemin sonrió pícaramente y lo tomó de la mano para conducirlo hacia el pequeño baño que aún retenía algo de vapor en su interior. Encendió la luz y giró rápidamente para encontrarse con la boca de su salvaje.
Jeno vagó sus manos sobre el cuerpo del menor. Mientras sus lenguas se encontraban en un caliente baile. Le quitó la pequeña playera, aquel pequeño sport que llevaba puesto comenzaba a estorbarlo de una manera increíble. Jaemin fue un poco más rápido, soltó sus labios para poder quitarle la camiseta mojada y tirarla al suelo. Él copió su acción y se deshizo de su sport. 
El castaño soltó una pequeña risita y se escapó de sus brazos para entrar a la ducha y prender el agua. Desesperadamente Jeno terminó de quitarse el resto de sus ropas y entró detrás del castaño. Intentó abrazarlo de nuevo, pero Jaemin se hizo a un lado dejando que el agua cayera sobre él.

—Primero la ducha—dijo el menor y entonces tomó la esponja y la llenó de jabón para después comenzar a pasarla sobre el pecho del más alto. Levantó la mirada para encontrarse con sus ojos llenos de amor y deseo. Antes de que se derritiera por él lo hizo girar para poder pasar la esponja por aquella majestuosa espalda—¿Cómo llegaste hasta aquí?

—Char me fue a buscar al aeropuerto —le contó él sobre su hombro. Jaemin bajó la esponja hasta sus hermosas nalgas. Sonrió al ver que él daba un respingo.

—¿Por qué decidiste venir?—quiso saber.

—Porque era infeliz sin ti, Jaemin—dijo, entonces giró, quitándole la esponja de la mano y mirándolo como jamás ningún hombre lo había mirado – Porque cuando tenía trece años no podía ir detrás de ti, no sabía lo que realmente era el amor, pero ahora si pude, tardé un poquito, pero pude. No iba a perderte de nuevo.

Jaemin sonrió con lágrimas en los ojos y él lo tomó de la nuca para acercarlo a sus labios y besarlo dulcemente, el menor gimió suavemente ante la sensación de tener de nuevo su cuerpo pegado al suyo. Lo colocó con cuidado contra la pared de la ducha, el castaño no pudo respirar cuando él bajó la cabeza para atormentar su pecho. El éxtasis lo invadió. Enterró las manos en sus cabellos acercándolo más, Jeno estaba desesperado por tocarlo, por hacerlo reaccionar, por escuchar como susurraba su nombre con aquella encantadora nota de placer. Volvió a subir sus besos hasta encontrar el lugar dónde latía desencadenadamente su pulso.

Lo lamió allí con cuidado…

—Te amo, Jeno—susurró el menor en su oreja—Te he amado toda mi vida.

Jaemin se agarró con fuerza de sus hombros, con cuidado subió sus piernas a las caderas de Jeno, mientras el otro lo sostenía. El mayor sostenía al castaño con uno de sus musculosos brazos, mientras con su otra mano libre dilataba delicadamente a su amado. Cuando sintió que estaba listo lo agarro fuertemente ya con sus dos manos mientras acariciaba sus suaves nalgas. Y soltó un alto y ronco gemido cuando entró en Jaemin de manera imprevista, llenándolo completamente. Era el paraíso.

Jeno gruñó por el sentimiento de estar dentro de él otra vez. Cada parte de su ser gritaba aliviado. Estaba en dónde tenía que estar. Alzó la vista para encontrarse con aquellos hermosos ojos  mirándolo necesitadamente. El agua caliente de la ducha caía sobre ambos, mezclándose con sus gemidos y la leve transpiración que bañaba a ambos. Y el lugar al que ambos querían llegar los envolvió. Jaemin enterró las uñas en sus brazos mientras gritaba su nombre y se movía a si mismo contra él una y otra vez. Jeno se le unió, mirándolo siempre a los ojos, para dejarle ver cuanto amor le tenía. 

Cuando todo se calmó, Jaemin lo abrazó con fuerza, escondiendo el rostro contra su pecho. Depositó un suave besó sobre el lado dónde latía su corazón. Jeno le alzó el rostro y besó cortamente sus labios.

—Te amo, enano, te amo.

—También yo a ti—lo besó y decidieron terminar con aquella ducha. 

Terminaron y se secaron con dos grandes toallas blancas. Jaemin volvió a ponerse su sport mientras que Jeno solo sacó un pantalón de dormir de su bolso.
Apagaron las luces del departamento y el menor lo llevó hasta la habitación. Se dejaron caer en la cama y el más pequeño se acurrucó como un animalito contra él. Afuera seguía lloviendo, pero Jaemin ya estaba completamente tranquilo, no estaba solo. Jeno comenzó a acariciar su cabello y cerró los ojos, sintiéndose completamente en paz. Había sido la mejor decisión de su vida venir por él, claro que sí. 

—Jeno—lo llamó.
 
—¿Qué, mi amor?—preguntó en un susurro. 

El castaño se acomodó mejor contra su pecho y alzó la cara para poder mirarlo. Sonrió al verlo con los ojos cerrados. 

—¿Vas a quedarte conmigo?

Él pelinegro abrió los ojos y lo miró. Su corazón palpitó, era como tener un caballo salvaje latiendo en su tórax. Jaemin lo hacía sentir así, salvaje, libre, completamente ajeno al mundo que los rodeaba. Iría con el hasta el fin del mundo si era necesario.

—Iré a dónde vayas, mi amor—le dijo.

El otro suspiró aliviado y lo besó antes de volver a acomodarse para dormir.

—Mañana voy a llevarte a conocer toda la cuidad—le aseguró.

—Eso me asusta…por lo poco que vi mientras venía en ese auto amarillo, horrible color para un auto, parece una jungla de cemento.

—Lo es—asintió divertido—Pero sé que va a gustarte. Mi amor, volveremos al campo, o iremos a otro, no lo sé, pero pase lo que pase, sé que juntos estaremos bien.

—Te amo mi hermoso enano—lo besó.

—Y yo a ti mi precioso salvaje.

FIN

     —–—––————♡———————

Y bueno, oficialmente he terminado de adaptar 'Salvaje', quiero agradecerles por todo el apoyo que le dieron a esta hermosa historia, por todos sus comentarios y votos durante el transcurso de esta, los cuales me daban ánimos de seguir adaptandola. Esta fue mi primera adaptación y estoy feliz de haberla terminado. Muchas muchas gracias por todo, nos seguimos leyendo♡

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