Salvaje - Nomin

بواسطة bxbynana

176K 18.4K 13.7K

Jeno y Jaemin se aman desde muy pequeños, el destino los separa y cada uno sigue su camino. Hasta que se reen... المزيد

Aclaración
Sinopsis.-
Capítulo 1.-
Capítulo 2.-
Capítulo 3.-
Capitulo 4.-
Capitulo 5.-
Capítulo 6.-
Capitulo 7.-
Capitulo 8.-
Capitulo 9.-
Capitulo 10.-
Capitulo 11.-
Capítulo 12.-
Capítulo 13.-
Capítulo 14.-
Capítulo 15.-
Capítulo 16.-
Capítulo 17.-
Capítulo 18.-
Capítulo 20.-
Notita:)

Capítulo 19.-

6K 712 142
بواسطة bxbynana

Jaemin terminó de sacar la última valija que le quedaba. Char la tomó y la metió en el baúl de la camioneta que iba a llevarlo a él y a Chenle a tomar el avión que salía dentro de dos horas de allí. Soltó un suspiro y miró hacia la casa que estaba detrás. Su mejor amigo salía de allí con todos sus bolsos y cosas. El castaño sonrió levemente y se acercó para ayudarlo. 

—¿Por qué te niegas a decirme que pasó?—le preguntó su amigo y lo dejó ayudarlo.

—Ya te dije que no pasó nada, Chenle.

—Mentira—sentenció—Llegaste llorando y te encerraste en tu cuarto a hacer las valijas. 

—Solo las cosas no van a suceder como yo lo creí.

—¿Lo vas a dejar aquí?—preguntó.

—No puedo obligarlo a ir conmigo, este es su lugar y lo entiendo. 

—Debería ir a patearle el trasero…—el castaño sonrió y llegaron hasta Char. El chofer terminó de acomodar las cosas. Dokyun salió de la casa con Irene del brazo.

—¿Están listos?—les preguntó.

Jaemin respiró profundamente y asintió. Su padre se acercó a él y le dio los pasajes y varias carpetas con negocios y esas cosas. El cielo relampagueó y ellos miraron hacia arriba. Comenzaba una tormenta.

—Vámonos—informó Char—Antes de que los caminos se llenen de lodo y lleguemos más tarde de lo que tenemos que llegar.

El chofer se subió al auto y prendió el mismo. Chenle se acercó a Irene para abrazarla cariñosamente.

—Te voy a extrañar muchísimo, Irene, eres un encanto de mujer. Y yo mismo me voy a encargar de preguntar entre mis amigas quien es el diseñador del año para mandar a hacerte el mejor vestido de novias del mundo.

Irene sonrió con los ojos vidriosos.

—Muchas gracias, Chenle. Me alegro mucho de haberte conocido, más te vale que estés aquí para la boda.

—¡No me la pierdo ni loco!—exclamó y rieron por lo bajo. Se alejó de ella y abrazó a Dokyun.

—Cuida bien a mi pequeño—le indicó.

—Siempre, Dokyun, ¿Con quién crees que estás hablando?—preguntó divertido. Se despidió de ellos con la mano y se subió al coche. 

Jaemin se acercó a la pareja y les dedicó una pequeña sonrisa. Irene miró a Dokyun y él también la miró a ella, para luego volver la mirada a su hijo.

—Dale tiempo…—le dijo Irene—Está asustado.

Jaemin apartó la mirada de ella y sintió que el nudo en su pecho se hacía más grande. En ese momento Jeno era lo que más necesitaba…y él simplemente lo dejaba caer. 

—Nos veremos en un par de meses, Irene—le sonrió y la miró—Cuida mucho a mi papá…sé que lo dejo en muy buenas manos. 

—Claro que sí—dijo ella y se acercó a abrazarlo. Jaemin cerró los ojos y dejó que aquel abrazo lo llenara. Irene era una mujer que le trasmitía seguridad—Él te ama, Jaemin, jamás dudes eso—le susurró al oído—Pero solo teme no poder darte lo que él cree que necesitas.

—Yo solo lo necesito a él—murmuró el castaño.

—Lo sé, lo sé—asintió Irene y le acarició el cabello.
 
Char tocó la bocina, avisándole a Jaemin que se apresurara, ya que la lluvia comenzaba a caer con más fuerza. El menor se alejó de Irene y abrazó a su padre.

—Te llamaré cuando lleguemos—le dijo.

—Está bien, mi cielo, no sabes como te agradezco que estés haciendo todo esto por mí, te amo.

—Y yo a ti, papá—asintió.

Dokyun besó su frente. En ese momento Mark salió de la casa, Jaemin le dedicó una pequeña sonrisa.

—Adiós, joven Jaemin—le dijo él—Muchas gracias por todo lo que ha hecho por nosotros.

—Adiós, Mark.

Suspiró y salió de debajo del pequeño techo que los resguardaba de la lluvia para acercarse a la camioneta. La lluvia empapó un poco su rostro y cabello, estaba por subir cuando escuchó el relinche de un caballo a lo lejos. Giró la cabeza hacia el sonido y allí los vio a ambos. Jeno y White lo miraban desde la distancia. 

—Estaré bien—musitó el castaño, creyendo que él por ahí podía leer sus labios. Pero en realidad no lo estaría. Claro que no. 

Jeno vio como el menor se subía al auto y cerraba la puerta. La lluvia comenzó a caer con más fuerza, empapándolo aún más. White se movió algo nervioso, pero él lo calmó. 
La camioneta arrancó y con ello la desesperación de Jeno. Ahí se iba de nuevo el amor de su vida. Lo dejaba. Lo veía alejarse, lo perdía esa noche. No lo entendía…no entendía por qué simplemente no podía agarrar e irse con él. No entendía por qué no podía mantenerlo a su lado. Golpeó a White a un costado y el caballo salió a toda velocidad por el medio de un camino de árboles que daba justo al costado del camino por el cual la camioneta iba pasando. Logró alcanzar la velocidad del vehículo. Pero no podía ver a Jaemin, ya que los vidrios eran polarizados. Y entonces el auto aceleró, la lluvia se hizo más intensa. White se detuvo y su pequeño y todas sus esperanzas desaparecieron bajo el temporal. 
Otra vez se sentía como un niño de trece años, al que le arrebataron una parte de su corazón. Entonces las primeras lágrimas cayeron por sus empapadas mejillas. Lo había perdido de nuevo, solo que ahora él tenía toda la culpa.

Una semana después…

Arrojó el pedazo de tronco caído que llevaba sobre su hombro, en medio de la caballeriza. Los caballos protestaron ante el molesto sonido que irrumpió en la paz en la cual se encontraban. Jeno suspiró y se secó la frente con el dorso de su mano. Tomó el hacha que había apartado y se dispuso a cortar el tronco en pequeños pedazos de madera para una futura fogata o lo que se precisara. 
Hacía exactamente una semana que su vida era simplemente una porquería. No podía dormir, no quería comer. Ni siquiera sabía como era que seguía respirando. Todas las noches soñaba con Jaemin y se despertaba a la mitad de su sueño para darse cuenta de que no estaba allí. Se sentía miserable. Era miserable sin él. Extrañaba verlo sonreír, escucharlo hablar, sentirlo respirar. Extrañaba salir a cabalgar con él. Extrañaba el calor de sus labios, su sabor. Comenzó a cortar la madera con más fuerza. En todas las veces que había llamado jamás pidió hablar con él. Y lo sabía porque en más de una ocasión se había tomado el atrevimiento de escuchar la conversación por otro teléfono. 

—Realmente eres un imbécil—dijo sacándolo de sus pensamientos.

Algo agitado dejó de hachar la madera y se enderezó para mirarlo.

—No estoy de humor para tolerarte, Mark—le advirtió.

—Oye, yo no tengo la culpa de que seas completamente infeliz en este momento, tú eres el único culpable. 

Jeno lo miró coléricamente y comenzó a hachar de nuevo. Mark negó con la cabeza y suspiró. ¿Es que acaso su primo era un completo imbécil? 

—¿No tienes nada más importante que hacer que estar ahí parado mirándome como un imbécil, Mark?—le preguntó sin dejar de hacer lo que estaba haciendo. 

—Solo estoy tratando de entender por qué mi primo se está comportando como todo un cobarde.

Jeno suspiró y tiró el hacha a un costado para mirar de frente al rubio. 

—Lo amo, ¿Entiendes eso?—preguntó.

—¿Y por qué sigues aquí, eh? ¿Por qué si tanto lo amas no vas a buscarlo? Jeno, por una vez en tu vida, deja de pensar en el campo. No va a morirse, va a estar aquí siempre, esperándote. Pero Jaemin no, y creo que él te necesita más a ti que el campo en este momento.

—No es tan fácil… 

—¡Claro que es fácil, Jeno!—exclamó—¿No eras tú el que me decía que debía jugarme por Haechan?—preguntó—Mírame, me jugué por él y ahora su padre ha aceptado nuestra relación, Bae me acepta porque yo me jugué por su hijo, ¿Qué hiciste tú por Jaemin? Lo dejaste ir.

—¿Qué pasa si no funciona?—preguntó frustrado.

—Jamás vas a saberlo si no te arriesgas, por lo que sé Jaemin ha estado como loco con todas las cosas que tiene para hacer. Y con la ayuda de Chenle no le basta, necesita de alguien más. Y ese alguien eres tú.

Jeno asintió levemente. Cada palabra que Mark le acababa de decir era cierta. Él se estaba comportando como un completo cobarde. Dejó que el menor se fuera pensando que no lo amaba realmente. Lo dejó ir y enfrentar las cosas solo. Realmente no se merecía el amor de ese hombre. Pero le rogaba a Dios que lo aceptara cuando fuera a buscarlo. Sí, eso mismo iba a hacer, en ese preciso momento. 

Jaemin llegó a su departamento completamente destruido. Estar a cargo de una empresa jamás creyó que sería tan frustrante. Todos consultaban con él. Todos lo necesitaban. Todos le preguntaban que estaba bien y que estaba mal. Ahora entendía el stress por el cual había pasado su padre. Por eso mismo quería encontrar rápidamente un comprador. Entró a su cuarto, se quitó los incómodos zapatos finos y se dio una pequeña ducha, para relajar un poco los músculos de su cuerpo. Se puso una playera sport de dormir y encima una pequeña playera de algodón. El clima había refrescado un poco por esos lados. Desde que había llegado los días habían estado algo nublados, como su vida. 
A pesar de estar ocupado todo el día, no podía dejar de pensar en Jeno, en cuanto lo extrañaba y necesitaba. Las veces que había llamado, había evitado preguntar por él. Solo para no sentirse peor. Extrañaba cada cosa de él. Su sonrisa, su voz, su mirada, sus besos, sus abrazos, su aroma. Voy a estar bien, tengo que estar bien. Pensó. Pero cada día que pasaba era una tortura. Daría lo que fuera por tenerlo allí. Para que lo ayudara con la empresa, para acompañarlo en la cena, para mimarlo en la noche. Necesitaba a su príncipe salvaje, más de lo que necesitaba vender la maldita empresa familiar.

El teléfono de su departamento comenzó a sonar. Corrió a atender antes de que cortaran.

—¿Hola?—atendió.

—¿Qué estás haciendo, nana?—le preguntó su amigo.

—Hola, lele—suspiró y llevó el teléfono inalámbrico con él hacia la cocina. Iba a cocinarse algo—Acabo de llegar a casa.

—¿Tan tarde?—preguntó el otro—Son casi las diez de la noche.

—Lo sé, lo sé—asintió y comenzó a buscar algo en su refrigerador—Pero las cosas en la oficina son un caos. No sabía que papá tenía tantos negocios por resolver y esas cosas.

—Debes estar agotado—dijo Chenle preocupado—¿Quieres que vaya a quedarme contigo?

—No, lele, muchas gracias. Pero voy a comer algo y me voy a tirar a dormir, necesito descansar.

—Bueno—rió él—Entonces te dejo tranquilo, solo llamaba para ver como estabas y para avisarte que ya resolví el problema de los pagares.

—Oh Dios, eso es genial—aseguró—Muchas gracias, eres genial.

—Ya lo sé—dijo orgulloso—Te amo, adiós.

—Yo también. Adiós.

Colgó con una pequeña sonrisa en los labios. De verdad que no sabía que sería de su vida si no tuviera a Chenle a su lado. El sonido del agua llegó a sus oídos. Frunció el ceño y se acercó a la ventana de la cocina. Llovía torrencialmente. Y de repente el sonido de un trueno, acompañado de un pequeño temblor, llegó a él. La piel se le erizó del miedo y las luces del departamento se apagaron dejándolo completamente a oscuras.

—Maldita sea, esto no puede estar pasando—murmuró entre dientes y salió de la cocina. 

Acostumbró su mirada a la penumbra. Todo estaba tan oscuro y el sonido de la lluvia le daba aún más aquel aspecto tenebroso. Odiaba estar solo en momentos como ese. Entonces unos golpes llegaron desde la puerta principal. Se paralizó. Oh por Dios,¿Quién podía ser a esa hora? Respiró profundamente y tomó un pequeño palo de metal que estaba cerca de la chimenea artificial que tenía en su sala de estar. Se acercó con cuidado a la puerta, tal vez él solo estaba loco y era el encargado del edificio informando que había un corte parcial en el edificio. Bajó su arma de defensa pero no la soltó. Llegó a la puerta y la persona que estaba del otro lado volvió a golpear. El pulso del castaño se aceleró. Intentó mirar por la pequeña mirilla, pero del otro lado todo estaba oscuro y solo podía distinguir una enorme figura negra del otro lado. ¿Y si no era el encargado y era un asesino como en las películas de terror? Se le congeló la sangre.

—¡Jaemin, mi amor, ábreme por favor! 

El castaño se quedó totalmente quieto al oír aquella voz. Entonces no lo dudó más y abrió la puerta para encontrarse de frente con un empapado príncipe salvaje.

        ——————♡——————

Ya solo queda un capítulo y se termina, voy a llorar:'(

Si encuentran un error no duden en decirme:)

واصل القراءة

ستعجبك أيضاً

77K 7.4K 16
Harry era un dulce y común adolescente, pero con un gigantesco corazón dispuesto a ayudar a quien sea, vivía junto a su madrastra y los hijos de ésta...
124K 9.3K 27
Hazel, una chica que es famosa en la escuela por agarrar a patadas a todos y ser muy extrovertida y Noah, la chica mas popular de toda la escuela, a...
53K 8.6K 22
Historia relacionada con Kaeru. ES NECESARIO LEER KAERU PRIMERO PARA ENTENDER. Después de vivir seis años como demonio, Haechan sacrifica su existenc...
1.9K 89 5
zenitsu un chico alegre y llorón que es acusado por la Academia kimetsu que es odiado por toda la Academia incluso de sus amigos que su novio uzui te...