RAMÉ ✔️

Galing kay mondhanna

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Erase una vez una niña llamada Jade y un niño llamado Asher, ambos eran víctimas de los daños colaterales de... Higit pa

PRÓLOGO
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39
CAPÍTULO 40
CAPÍTULO 41
CAPÍTULO 42
CAPÍTULO 43
CAPÍTULO 44
CAPÍTULO 45
CAPÍTULO 46
CAPÍTULO 47
CAPÍTULO 48
¡IMPORTANTE!
CAPÍTULO 49
CAPÍTULO 50
CAPÍTULO 51
CAPÍTULO 52
CAPÍTULO 53
CAPÍTULO 54
CAPÍTULO 55
CAPÍTULO 56
CAPÍTULO 57
CAPÍTULO 58
CAPÍTULO 59
CAPÍTULO 60
EPÍLOGO
AGRADECIMIENTOS

CAPÍTULO 9

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Galing kay mondhanna

— ¡Eres muy graciosa! — exclamó Ezra antes de inundar mis oídos con su hermosa risa tirando la cabeza hacia atrás, riendo como un niño pequeño.

No pude evitar pensar en lo raro que era el hecho de que creyera que era graciosa, yo solía ser más bien el tipo de persona que se reía de los chistes de los demás y soltaba un par de comentarios audaces. Pero jamás era la que divertía.

El edificio en donde mi estudio se encontraba se levantó frente a nosotros con sus viejas paredes de ladrillo y puertas de un rojo chillón.

— Gracias por acompañarme — dije con una sonrisa — de nuevo... —

La noche de hace unos viernes atrás después de comer macarrones con queso y chipotle Ezra me acompañó a mi edificio aunque a la mitad nos desviamos para ver un película de terror que pasaban en el cine al aire libre en un parque.

"— La película de viernes trece en un viernes trece... sería un pecado no verla —" había dicho el ojiverde, así que acepte.

— Fue una excelente cita — respondió con una sonrisa nerviosa mientras se cruzaba de brazos.

— Sí — asentí.

— ¿Saldremos de nuevo? — preguntó arqueando una ceja — Porque a mi me encantaría verte de nuevo... solos —

— Yo... — balbuceé.

Sí, me la había pasado genial pero había una pequeña cosa que no había mencionado durante los cinco viernes en los que había estado con Ezra y era el pequeño hecho de que estaba embarazada.

Supongo que me gustaba la forma en la que podía ser yo misma con él sin tener que esperar cumplir con expectativas o tener miedo a fingir. Me tenía soñando con su caballerosidad, siempre llegaba temprano, cargaba mi bolsa, sus ojos se posaban sobre mi en todo momento ignorando a las hermosas chicas que intentaban llamar su atención, sacaba mi silla y me ayudaba a recorrerla; eran pequeñas cosas que tal vez para alguien más no fuera nada pero para mi eran la más lindo del universo porque jamás había tenido alguien que se molestara por hacerlo.

— Sí — asentí.

Le diría la verdad el próximo viernes solo necesitaba un poco más de esto.

— Tengo una pregunta — carraspeó mientras se inclinaba para quedar cerca de mi rostro.

Mi pulso se aceleró como loco en el momento en que nuestras respiraciones comenzaron a mezclarse y las puntas de nuestras narices casi se tocaban.

— Dime... — dije nerviosa en voz baja.

— ¿Eres el tipo de chica que besa en la quinta cita? — preguntó con diversión mientras sus hermosos halos verdes bajaban desde mis ojos a mis labios.

¡Mierda!

Remojó sus labios con su lengua en un movimiento lento y sus dedos acariciaron mi rostro con lentitud; su tacto no era suave si no un poco rasposo por el trabajo rudo que había tenido que efectuar con sus manos al ser bombero pero era grato tenerlo sobre mi piel.

Estaba a punto de decirle que no — sabía que no era justo para él que lo enredara en esta fantasía en donde algo entre los dos podía avanzar — cuando mi celular vibro en mi mano.

Por instinto baje la mirada y sentí como mi mundo se paraba al ver el nombre brillando en mi pantalla: Asher.

— ¿Todo bien? — preguntó Ezra preocupado.

— Sí — sonreí mientras dejaba mi teléfono dentro de mi pequeño bolso, había tardado cinco semanas en llamar... nada le afectaría un par de horas más— y respondiendo a tu pregunta... —

Me pare de puntillas hasta que la distancia entre nuestros labios se extinguió ahogando los nervios, la tristeza y la incertidumbre en un roce lento.

Señorita Jade, ¿estás bien? — preguntó Kristen al otro lado de la puerta..

Estaba teniendo un ataque de pánico dentro del cubículo del baño en el bufete de abogados de George donde me vería con mi madre para comenzar la patética pelea por la herencia.

— Sí — mentí intentaba contener mis lágrimas y regresar el aire a mis pulmones — solo necesito un poco más de tiempo —

Todo está bien, todo está bien, todo está bien.

Inhale aire mientras enfocaba mi mente en aquellos ojos azules y sonrisa imperfecta por los dientes de leche que se le habían caído. Abrí mi bolso y tome entre mis manos el pequeño ratón de plástico donde Nathaniel había puesto el diente que se le había caído días antes cuando recién salía del pequeño resfriado.

La nieve había comenzado a caer sobre la ciudad  y con ello mis fortalezas.

Me puse de pie retomando las pocas fuerzas que me quedaban y salí a los lavamanos para verificar que mi maquillaje se encontrara en perfectas condiciones al igual que mi atuendo, aquella mañana había escogido algo sencillo pero elegante; uno jeans negros, un suéter negro con líneas blancas formando una cuadrícula perfecta que dejaba visible el cuello blanco de mi blusa, un abrigo y unos tacones negros.

— Se ve perfecta — sonrió Kristen mientras peinaba un poco mi cabello ondulado.

— Gracias — dije con voz ronca, supongo que a final de cuentas el nudo en mi garganta no era tan metafórico como creía.

Ambas salimos del baño solo para entrar a la sala de juntas donde George, mi madre y sus abogados nos esperaban.

Tome aire antes de sentarme en el lado extremo de la gran mesa de caoba ocultando mis manos temblorosas.

George me sonrió dulcemente mientras ponía frente a mi un termo con café caliente, le agradecí con la mirada antes de que todos se sentaran y los abogados comenzaran a hablar.

— Creo que es injusto que después de años de cuidar a esa anciana no me toque ni un cuarto — dijo Lauren con molestia mientras miraba a George juntando un poco sus brazos sobre mesa intentando favorecer su pecho sobresaliente de su escote.

¿Cómo es que no se le congelan los implantes?

— Jade, ¿quieres decir algo? — preguntó George.

— Lauren, ya tienes la parte que papá te dejo a ti por ser su esposa eso es suficiente — dije mientras masajeaba la sienes de mi frente con las yemas de mis dedos — Solo quieres más y más dinero, deja de pelear por algo tan inútil como... —

— ¡¿Y cómo te atreves a decirme eso?! — gritó de manera exagerada — ¿Tú qué hiciste por ella? Solo te limitaste a desaparecer —

— La abuela y yo siempre mantuvimos el contacto — dije intentando mantener mi paciencia — yo cuide de ella en su últimos días, estuvo conmigo durante cinco años Lauren —

— ¡Entonces es eso, eres una perra!

— Lauren, esta es una sesión legal — advirtió George — no permitiremos esta clase de conducta, cuenta como agresión verbal —

— ¡¿Y qué quieres que le diga?! — gritó molesta — ¡Es una aprovechada, vio que su abuela estaba muriendo y corrió para hacerse la santa, solo quiere el dinero! — su dedo índice me señalaba de manera acusadora mientras sus ojos marrones se clavaban en el nervioso abogado a su lado — Fue igual cuando su padre murió, vio que se puso un poco mal y comenzó a lloriquear pidiendo a su papi —

— ¡¿Cómo te atreves a decir eso?! — explote enseguida, ni siquiera lo pensé solo sentí ese pequeño dolor explotar en mi corazón y me deje llevar por la ira — ¡Era una niña, solo tenía cinco años y la única razón por la que me acerque a papá era porque me hacía falta una madre que no anduviera de zorra con media ciudad! —

— Jade, cálmate — susurró Kristen a mi lado mientras tomaba mi mano.

Apenas fui consciente de que me había puesto de pie lanzando la silla hacía atrás.

Laure, la mujer que me dio la vida, me miró con una sonrisa burlona extendiendo sus labios pintados de un tono marrón que resaltaba su piel morena y sus enormes ojos que llegaban casi a ser negros.

— ¿Quién es el segundo heredero? — preguntó tensando la mandíbula.

Mis ojos buscaron rápidamente los de George preocupada, la idea de que esa bruja malvada supiera de la existencia de mi bebé hacía que mi corazón martillara contra mis costillas

No quería que mi Nath tuviera que vivir alrededor de personas tan tóxicas como lo eran la mayoría en está ciudad; egoístas movidos por la ambición, perfectos mentirosos y sin almas.

Lo rompería, como lo hicieron conmigo o con todos los otros niños que nacían sobre el seno de las familias de élite, y él era demasiado bueno para ellos; una presa fácil que creía que la familia significaba amor.

— Es anónimo — respondió George con seriedad, esa voz alejada de la dulzura que solía abrazar sus palabras.

Mi padre también la tenía, la voz de abogado o al menos eso recordaba, en realidad hace tiempo que comenzaba a olvidar cómo era.

Respire profundo para intentar no quebrarme frente a ella, aleje los pensamientos de mi mente y me enfoque en aquellos ojos negros como el abismo.

— Eso no puedes ser posible — dijo uno de los abogados de mi madre con el ceño fruncido.

— Es un menor de edad, es posible — aclaró George sin mucha atención mientras repasaba las hojas en su carpeta, sentí la mirada de mi madre sobre mi pero la ignore.

Sabía que si la miraba podría ser capaz de descubrir que ocultaba algo, después de todos los monstruos se alimentan del miedo.

— Visto que esta sesión no resultó en nada creo que lo mejor sería tomar un procedimiento legal — dijo el hombre a lado de mi madre, lucía demasiado nervioso con su cabello rubio perfecto peinado hacía atrás y con grandes lentes que cubrían su rostro pálido.

— Lauren, por favor — dije cansada — deja de querer saciar tu ambición, sólo déjame vivir tranquila para poder irme —

— ¿Y dejarte con todo el dinero a ti sola? — preguntó con una sonrisa irónica — El hecho de que pienses eso me da una idea de lo mal que te críe —

— ¿Criarme? — solté una carcajada — Jamás estuviste para mi —

— Pues en algo tuve que estar porque por lo visto heredaste de mí la inteligencia, niña — sonrió con malicia — ¿Crees que voy a creerme todo este cuento de que eres una mocosa inocente cansada de pelear? — preguntó mientras rodeaba la mesa en dirección a mi, caminaba como una bestia lista para atacar a su presa— Dime, ¿qué estuviste haciendo todos estos años? —

— Eso no te importa — respondí tomando una postura erguida.

George y Kristen parecían estar alertas antes los movimientos de mi madre.

— ¿Con quién te revolcabas chiquilla? — preguntó con una sonrisa — No fue con tu patético amigo porque lo veía lloriquear por su patio... entonces dime, ¿A quién le abriste las piernas? —

— A nadie — gruñí — yo no soy como tu —

— Eres tan tonta como puta, así que no lo niegues.

— ¡Basta! — grité con el nudo en la garganta a punto de estallar, ya podía sentir las lágrimas picar mis ojos y mis manos temblar bajo la ira — No te atrevas a hablarme como si me conocieras, porque jamás lo hiciste era más importante para mi el jardinero que tú — bramé perdiendo el control — Eres una zorra, yendo detrás del dinero de medio mundo, abriendo las piernas para saciar tu estúpida ambición pero dime Lauren, ¿cómo está tu último esposo? — pregunte — ¡Oh, cierto que te dejó por alguien más joven! —

Oh si, también me había criado en este mundo y si de sacar las garras se trataba las mías eran las mejores.

— Dime, ¿para qué quieres el dinero? — pregunte dando paso hacía ella — No me irás a decir que los rumores de que le diste las acciones a tu ex esposo y ahora no tienes nada son ciertos — dije, estaba claro que había tomado mi tiempo para investigar — Eso fue lo que paso, ¿cierto? —

Sabía que no podía enfrentarme a ella si no estaba preparada, así que había contratado un investigador privado que me mantuviera al tanto de los movimientos de Lauren.

Una lastima que ella siguiera pensando en que iba dos pasos adelante de mi cuando hace ya muchos años había quedado atrás.

— ¿Qué pasó? — pregunte frunciendo el rostro cuando no respondió, parecía afectada — ¿Abrir las piernas no te funciono, mamá? —

Un ardor se extendió sobre mi mejilla cuando la mano de mi madre impactó sobre ella como en los viejos tiempos.

Saboree sangre brotando de mi labio inferior y supe que sus largas uñas habían asestado en mi mejilla creando pequeños rasguños.

Antes de que siquiera pudiera regresar el golpe George nos separó.

— Jade, no — advirtió con autoridad — Eres mejor que ella, no caigas en sus juegos linda — me recordó suavizando su voz — Tu eres como él, no como ella... no dejes que se meta en tu cabeza —

Escuche los gritos de mi madre desesperados por dañarme con su veneno verbal pero mis oídos se negaron a escuchar una sola de sus palabras.

Él tenía razón, yo no era como ella; no era una caza-fortunas que abandonaba a su hija pequeña en casa. Yo era una madre que había logrado hasta lo imposible por su hijo, siempre estuve con él aún así sintiera que la vida se me escapaba entre los poros de la piel.

Salí del lugar sin decir nada más, mientras caminaba hacía el ascensor como un fantasma.

Esta ciudad me está volviendo loca.

Yo no soy esta chica que llama a su madre zorra, que se atreve a juzgar así a alguien.

No.

Era alguien completamente nueva, una mujer honrada, trabajadora, alegre y generosa. Había dejado por completo esta fachada de princesa de ciudad y me había encontrado en el viaje a mi verdadera yo, la Jade que sonreía, que no pensaba en destruir a alguien solo para demostrar su poder.

Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas refrescando un poco mi mejilla adolorida mientras las puertas del ascensor se abrían en el primer piso.

Camine en dirección a la salida ignorando todas las voces a mi alrededor, anhelando el aire fresco y poder largarme para siempre de aquí.

Nada bueno venía de un lugar del que tuve que huir.

— ¡Jade! — una voz masculina tronó en mis oídos cuando el aire frío acompañado de copos de nieve choco contra mi cuerpo.

Caminar con tacones sobre nieve era un asco.

— ¡Jade, te estoy hablando! — gritó — ¡Mierda, detente! —

Asher y su encantadora manera de hablarme.

— No — negué con frialdad mientras seguía caminando sin dirección alguna y conteniendo las inmensas ganas de correr a casa.

— ¡Te vas a caer, carajo! — gruñó más cerca de mí — ¡Si tan solo fueras un poco menos terca y orgullosa como tu madre podrías hacerme caso, solo la ves unos segundos y se te pega lo mal educada! —

Me paré en seco antes de girar sobre mis talones para encararlo.

— ¡Nunca vuelvas a decir que me parezco a ella! — brame— ¡No soy como ella! —

Asher apenas prestó atención a mis palabras pues su ojos azules se habían clavados en mi labio ensangrentado y mi mejilla rasguñada.

— ¿Quién chingados te hizo esto? — preguntó tomando mi cara entre sus manos con demasiada determinación la cual me avisaba que por más que rogara no me soltaría — ¿Fue ella verdad? —

Asentí lentamente sin mirarlo a los ojos.

Esperaba que me soltara y corriera en dirección a mi madre solo para decirle cosas horribles pero no lo hizo, él se quedó.

— No eres como ella — dijo en voz baja mientras buscaba con desesperación mis ojos — No lo eres nena, tu... eres la mejor persona en este mundo, tan buena para todos nosotros —

— Asher, no — negué mientras me apartaba de un tirón — no necesito esto... no necesito más cosas en las que preocuparme — sollocé — Yo no... no soy tan fuerte ahora no quiero tener que lidiar contigo ahora —

— ¿Qué es lo que necesitas? — preguntó con un tono dulce y amable; algo que jamás fue usual en él, solo en los pequeños momentos fugaces en donde el demonio de la cursilería se apoderaba de su alma.

— Quiero a mi mejor amigo de vuelta, no al Asher que me usó y me lastimo — dije, sabía que era patética pero de verdad lo necesitaba — Necesito al niño que se quedó a mi lado en una casa de juguete solo para comer chocolate, el chico que sostuvo mi mano la primera vez que tuve una pesadillas y me cantó canciones de Taylor Swift hasta que me dormí —

Tal vez después de tantos años seguía siendo una tonta.

¿Podría alguien culparme? Era lo  que conocía cuando el mundo se derrumbaba, él siempre fue mi escapatoria durante años y supongo que una de las cosas que me hizo amarlo como lo hice fue la manera en la que adormecía el dolor; era adicta a él.

Asher lucía igual de sorprendido por mis palabras como yo, sus ojos azules como el océano estaban abiertos a la par como si acabara de ver al fantasma de su Jade de siete años llegando a su casa con las lágrimas en las mejillas y una nueva historia que sumar a la lista de sus tragedias.

— Lo soy — asintió — Soy tu mejor amigo —

Sin más me estreche contra su cuerpo mientras permitía que el llanto se desbordara nuevamente sobre mis mejillas mientras escuchaba sus susurros de aliento y sus caricias recordándome lo fuerte que era.

¿En verdad lo era?  

Hacía ya tantos días que sentía que me encontraba caminando el círculos abandonando mi fe y mis fuerzas en el trayecto. 

Era reconfortante; su calor, sus palabras, sus manos acariciando mi espalda y sus labios susurrando contra mi pelo.  Estaba bien, pero no era perfecto había dejar de serlo hace mucho tiempo.

You're on the phone with your girlfriend, she's upset — la voz ronca de Asher tronó en mis odios mientras mis sollozos eran tranquilizados por sus caricias — she's going off about something that you said 'cause she doesn't get you humor like I do

Una pequeña carcajada brotó de mis labios al reconocer la canción.

Alcé un poco la mirada para apreciar la cara de irritación que solía hacer cuando cantaba las canciones que me gustaban pero para mi sorpresa una pequeña sonrisa escapaba de sus labios mientras sus dedos jugueteaban con un par mis mechones.

¿Estaba volviéndome loca o  de verdad había cambiado un poco?

******************************************************************

¡Bienvenidas/os al sábado de doble actualización!

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Y el recuerdo? ¿Qué creen que pasó con Ezra? ¿También odian a Lauren? ¿Notaron que ahora no me pase de dramática o las/os deje con pensando en qué sucederá?

Bien, esté fue oficialmente otro de mis intentos para que vieran un poco más allá del Asher patán, ¿cómo me fue?

Siento que necesitan un poco más de él para entender por qué lo amo como lo hago (soné muy Jade, lo sé) se me ocurre que quizá un capítulo narrado por él las/os ayudaría, ¿no?

Sí, damas y caballeros el próximo sábado les espera un capítulo narrado por Asher Faith. Si me sigues en mi instagram (mondhannaw) ya sabías esto y gritaste conmigo hace días.

Muchas gracias por todo el apoyo, no saben lo feliz que me hace ver como crecemos, sus votos y leer sus comentarios. Recuerden que si les gusta la historia pueden ayudarme a recomendarla.

Nos vemos el próximo sábado.

¡Ya les extraño!


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