La recámara de Livingstone y su hijo Ryan se encontraba en el vigésimo piso, planta en la cual se encontraba también la habitación tanto de Darma como Bodi.
Al entrar al hotel las recamareras esperaban sonrientes en la recepción para tomar registro, una vez que Livingstone y Ryan llenaron una forma en idioma Coreano e inglés le dieron sus maletas a un león joven con traje blanco, quien educadamente los condujo hacia el ascensor.
Bodi y Darma los siguieron ya que se dirigían hacia el mismo piso del hotel, el león recamarero a pesar de no entablar conversación con los huéspedes resultaba tener una personalidad amable.
El ascensor comenzó a subir fue cuando Livingstone se atrevió a entablar conversación con el recamarero.
-Tienen un país muy lindo, me parece excelente el servicio hasta ahora del hotel-sonreía mirando al león sirviente- estamos encantados por conocer más.
El león lo miró con cara de preocupación, sostenía las maletas en un carrito, su sorpresa fue que Livingstone podía comunicarse con él en idioma Coreano.
-Gracias, señor-dijo educadamente- pero no deben salir del hotel sin la compañía de sus guías turísticos- observó analizando que nadie los vigilara por medio de las cámaras de seguridad- por favor, se lo suplico por su seguridad no salga de ni siquiera a los jardines de este hotel-sostenía nervioso su maleta- han pasado casos trágicos con otros turistas y por favor no diga nada de lo que le acabo de decir.
Ryan y Darma se miraron el uno al otro con cara de preocupación, Livingstone asintió con la cabeza aparentando a ser despreocupado.
-Pero, ¿si podemos bajar a cenar? ¿O pasear dentro del hotel?-cuestionó Bodi.
El recamarero observó que estaban a punto de llegar al piso veinte.
-Claro, es posible siempre y cuando sea de manera discreta sin molestar a nadie.
Ryan suspiró en cuanto el ascensor se detuvo, salieron a un pasillo muy lujoso, con alfombra roja y muy bien iluminado, caminaron hasta el fondo del mismo en silencio, el lugar estaba desierto, no había señal que las demás habitaciones estuvieran ocupadas, finalmente llegaron a su habitación. Tanto Bodi como Darma se despidieron de Livingstone y Ryan por un momento en lo que desempacaban.
Finalmente llegaron a descansar, Ryan observó que su cuarto tenía dos fotografías que ya reconocía, los líderes de Corea del Norte. Su habitación era estilo clásica, ambas camas eran blancas con adornos elegantes dorados, el piso era de madera brillante y las paredes de madera oscura y lujosa, una gran lámpara alumbraba la habitación, tenían una televisión antigua de la década de los 90. Un gran armario y un baño de paredes blancas con azulejo color crema. La vista que les ofrecía la ventana era linda, sin embargo Ryan al asomarse por la ventana percibió muy poca luz en la ciudad de Pyongyang.
-Papá, mira esto- dijo mirando por la ventana curioso- no hay luz o casi no, solo los edificios principales están encendidos.
Livingstone sacaba la ropa de su maleta y aquellas palabras de su hijo le interesaron, al acercarse a la ventana con su cachorro observó que efectivamente la ciudad estaba casi a oscuras.
-Quizá tengan una costumbre de ahorro energético-dijo Livingstone tranquilizando a Ryan.
-Necesitamos hablar, papá- se sentó en el colchón que le pareció incómodo- el avión, no poder salir del hotel tan siquiera al jardín, ¿no te parece extraño?
Livingstone se sentó junto a él, poniendo una pata sobre el hombro de Ryan, quien miraba hacia el suelo triste y confundido.
-Concuerdo contigo con el avión, fue un vuelo terrible-dijo sonriendo sarcásticamente- ya casi vomitaba, se sacudía demasiado.
Ryan sonrió un poco al escuchar aquello.
-Pero bueno Ryan, ve el lado bueno cómo la pasamos con Bodi y Darma en la explanada de los líderes.
El leoncito sonrió, pero apenas escuchó la mención a los líderes bajó la mirada.
-Es muy extraño, papá además la comida del avión estaba terrible, lo peor que he probado- hizo una mueca de asco.
El león suspiró levantando la vista hacia la ventana, fuera del cristal apenas se podían aprecias algunas enormes letras coreanas iluminando los techos de los rascacielos de Pyongyang.
-Ryan, es un país socialista y aunque no queramos debemos seguir sus leyes, pero descuida que mañana vamos a pasear todo el día por la ciudad acompañados por el guía.
-Bueno, de hecho tienes razón pues debo enfocarme en lo positivo y además Bodi y Darma nos acompañan, por ahora tengo hambre y creo que podemos invitarlos a cenar.
Livingstone sonrió al escuchar que su hijo estaba sintiéndose mejor de nuevo, decidieron desempacar toda su ropa para colocarla posteriormente en el armario.
Llamaron a la puerta y Ryan pegó un brinco asustado, a pesar de la amabilidad de los oficiales norcoreanos hasta ahora sentía una opresión por parte de ellos y temía que fuera algún león uniformado llamando a la puerta para llevárselos.
Livingstone abrió la puerta y para alivio de Ryan se trataba de Bodi.
-¡BODI!- gritó Ryan corriendo para abrazarlo.
El perro sonrió abriendo las patas para abrazar al león, Livingstone por su parte hizo una mueca de incomprensión por el comportamiento de Ryan.
-Sí, soy yo leoncito- dijo Bodi acariciándole la frente e intentando separarlo- ¡Vaya es igual a nuestra habitación! Oigan, ¿ya encendieron la televisión?
Darma llegó luego, saludó a Livingstone y Ryan los invitó a pasar al cuarto, cerraron la puerta y Livingstone esperó a que Ryan los llevara a ver la vista de Pyongyang para aprovechar y ponerle seguro a la puerta, no estaba confiado al cien por ciento de lo que pudiese pasar afuera en el pasillo.
-No hemos encendido la televisión, es algo vieja-dijo Livingstone tomando el control remoto- muy anticuada me atrevería a decir.
Bodi puso su dedo en la boca indicando a Livingstone que guardara silencio.
-Corea del Norte está en una época de retraso tecnológico, de hecho las computadoras de la recepción datan de mediados de los años noventa.
Darma asintió bajando sus orejas en forma de desprecio a las viejas máquinas, pero apenas Ryan volvió Bodi nervioso y confuso decidió hablar.
-No hay canales internacionales, miren-tomó el control remoto y encendió el viejo televisor.
El máximo dirigente Kion Ung declaró en la asamblea...
Nuestra amada patria celebra el aniversario de la fundación del partido...
Nuestro amado Líder, presenció la inauguración...
El presidente de la asamblea de diputados de Corea...
Bodi cambiaba los canales, todos tenían el mismo logotipo, tal parece que correspondían a la misma y única cadena de televisión norcoreana, simplemente que en cada sección se tocaba un tema distinto pero al cien por ciento con enfoque al gobierno de Kion Ung.
-No entiendo-dijo Bodi- se supone que debe existir alguna película de Hollywood o algún partido de Fútbol, nuestra televisión está igual.
Ryan observaba a Livingstone extrañado, pues la televisión norcoreana no transmitía ningún tipo de noticias internacionales o contenido internacional.
-Quizá tengamos que contratar el servicio de cable en la recepción del hotel-dijo Livingstone curioso- podemos preguntar luego de que...
La televisión transmitió una música que llamó la atención de todos, Livingstone no terminó de hablar por voltear directamente al televisor, eran las noticias oficiales de Corea del Norte.
En la imagen de televisión se apreciaba a una leona con ropa tradicional, de fondo tenían un paisaje floreado y un micrófono cerca para que se escuchara lo que dijera, la leona casi no se movía, hizo una reverencia para saludar a los televidentes y comenzó a hablar, lo que extrañó a todos es que su forma de hablar era muy autoritaria, de igual forma estaba completamente derecha y solo se movía para tomar aire. Las patas las tenía juntas cerca del micrófono y nunca las separaba.
Las noticias estaban en Coreano, todos entendían a excepción de Ryan.
Un turista fue detenido hoy en la mañana con motivo de la toma de fotografías sin previa autorización en un avión que partió de la ciudad de Beijing y llegó a nuestra capital, Pyongyang hoy por la tarde.
Las autoridades le recogieron su pasaporte y VISA para iniciar un juicio en contra del turista por incumplimiento a las normas establecidas por nuestro máximo dirigente Kion Ung.
El terror se hizo presente en el cuarto, Livingstone, Bodi, Ryan y Darma se miraron los unos a los otros, sus miradas de horror y temor hablaban por sí solas, estaban realmente atemorizados porque ellos mismos habían presenciado la detención de aquel turista, Ryan se llevó una pata a la boca y sus ojos comenzaron a ponerse vidriosos de lágrimas.
-¡NO! Papá ¿a dónde me has traído, papá?
Inmediatamente Bodi le tapó la boca con su pata, Darma desesperada se secaba las lágrimas mientras que Livingstone se llevaba una pata al pecho.
-Tranquilos, tranquilos-Bodi intentaba calmar a sus amigos de una manera casi inútil- no hagan ningún gesto, estamos en su territorio y debemos portarnos fríos ante estas situaciones.
-¡Pero lo van a matar!- dijo Ryan en un tono más bajo- lo asesinarán, no volverá a ver a su familia.
Livingstone recapacitó sobre la situación y decidió hablar.
-Estamos en tierra de nadie, con sus leyes y restricciones que debemos seguir para evitar que eso-señaló al televisor- nos ocurra, por ahora todo marcha bien y debemos seguir con nuestra visita en Pyongyang.
Darma se secaba las lágrimas, mientras Ryan hacía lo mismo, Livingstone se separó del grupo para abrir la puerta del baño. Bodi abrazaba a Darma y a Ryan mientras Livingstone iba a mojarse la cara.
-Bodi, tengo miedo-dijo Darma abrazándolo con fuerza.
-No tienes que temer, solo sigue las reglas y todo estará bien.
Livingstone regresó tomando una toalla.
-Quiero que todos se laven su cara, esto nunca pasó, pero lo tomaremos como experiencia para saber cómo actuar y respetar sus leyes mejor de lo que hemos hecho.
Bodi asintió con la cabeza, le dio unas palmadas a Ryan para que éste se sintiera un poco mejor, pasaron uno por uno a lavarse la cara.
-Bueno, Livingstone-Bodi se acercó con el león- supongo que no nos queda más que tomarlo con calma.
El león asintió seriamente, Bodi sonrió olvidando lo sucedido.
-Escúchenme, seremos más precavidos y amables con los ciudadanos, guías y oficiales norcoreanos-dijo Livingstone levantando un dedo de su pata.
-¡De acuerdo!-dijo Bodi.
-Sí, papá- coincidió Ryan.
-Claro, Livingstone-dijo Darma por último.
-Me parece genial, bueno ahora recordando solo las buenas experiencias del día de hoy y respetando las restricciones bajemos a cenar, que hace mucha hambre.
Bodi y Darma se tomaron de la pata mientras que Ryan y Livingstone caminaban al frente, salieron al pasillo para posteriormente asegurar las puertas de sus habitaciones.
El ascensor no tardó en subir, apenas las puertas se cerraron y el pasillo se quedó completamente solo.
Dos soldados del ejército norcoreano subían por las escaleras de servicio en dirección al pasillo donde se encontraban las habitaciones de Livingstone y Ryan, tenían una misión que estaban cumpliendo, encomendada por un agente que había observado a Livingstone y a Bodi mientras hacían el registro en la recepción.
-Se ve que es un león fuerte y resistente- mencionaba un tigre blanco, oficial que acompañado de un león moreno subían las escaleras de servicio- la verdad es lo que necesitamos.
-Nos estamos quedando sin buenos candidatos para el ejército, Kim- coincidió el león moreno- el perro no es lo mejor, pero estoy seguro que el ser chino nos ayudará en la oficina 39 para los procesos de relaciones con China.
Los oficiales llegaron al piso veinte, tenían a la mano el número de las habitaciones tanto de Bodi como de Livingstone, así como una copia de la llave de cada una.
-Primero la habitación del león, es la 15-tomaron la llave y abrieron con facilidad la puerta- tenemos que buscar su pasaporte sin dejar rastro-ordenó el tigre blanco.
-Te ayudo a buscarlo.
Abrieron los cajones de las mesitas de noche y no encontraron los documentos, buscaron en el armario, la ropa de ambos leones estaba muy bien ordenada por lo que los oficiales tuvieron que ser muy cuidadosos para evitar desacomodarla.
-¡Aquí!- indicó el león moreno- me parece que esta mochila se ve prometedora- con una pata tomó la mochila para llevarla a la cama.
Comenzaron a revisarla y finalmente una parte de su misión fue cumplida, primero vieron el pasaporte y la VISA de Ryan.
-No, el enano no nos servirá-dijo el tigre observando con desprecio la fotografía de Ryan- no nos sirve, tiene cara de imbécil, dejémoslo vivir.
Arrojó los documentos de Ryan al fondo de la mochila y tomó el otro pasaporte.
-¡BINGO! El amado líder nos adorará después de esto-sostenía victoriosamente el pasaporte de Livingstone- vámonos lo devolveremos más tarde.
Tomaron el pasaporte de Livingstone y guardaron todo ordenadamente como estaba. Posteriormente se dirigieron a la habitación de Bodi, apenas abrieron el cajón encontraron el pasaporte del perro, todo estaba escrito en chino pero igualmente lo tomaron para devolverlo más tarde.
-¡Lo logramos! Ahora vamos a la oficina para completar la misión.
Cerraron la puerta para posteriormente bajar por las escaleras de servicio, en el segundo piso del hotel se dirigieron a las oficinas administrativas donde un león de melena roja los esperaba.
-Señor Ling Shuo-saludó el tigre blanco- aquí tiene los pasaportes de los turistas solicitados.
El león Ling Shuo era un oficial de alto rango del ejército norcoreano, representante del gobierno de Kion Ung, quien a su lado tenía dos panteras mal encaradas como escoltas.
-Me parece excelente-dijo abriendo el pasaporte de Livingstone- tomen chicos, necesito una copia de este pasaporte-se lo tendió a una pantera- exactamente igual, solo necesito que editen el número de pasaporte.
La pantera tomó el pasaporte de Livingstone y lo llevó con un león que trabajaba en una computadora en una oficina aparte.
-Una copia para el jefe-ordenó la pantera al león de la computadora.
Escaneó la fotografía de Livingstone y comenzó a editar en formato digital el diseño y datos del pasaporte del león.
-Señor-dijo el tigre blanco-tenemos el pasaporte del perro-se lo entregó a Ling Shuo- quien fue solicitado de igual manera por usted.
Ling Shuo asintió seriamente y le entregó el pasaporte a la misma pantera que ya volvía con los dos pasaportes de Livingstone.
-Perfecto, yo le haré llegar a nuestro amado líder los pasaportes reales, mientras que ustedes regresarán los falsos a las habitaciones de los turistas.
Guardó los pasaportes reales en su abrigo, sonrió maléficamente, la pantera le entregó los pasaportes falsos tanto al león moreno como al tigre blanco para que los devolvieran a las habitaciones de donde los habían tomado.
Subieron por las escaleras y al llegar a la puerta de las habitaciones de Livingstone y Bodi ingresaron para buscar tanto la mochila de Ryan como la mesita de noche de Darma para regresar los pasaportes falsos.
-Que orgullo para el ejército tener nuevos integrantes.
Fuera, en la ciudad de Pyongyang las pocas luces que quedaban encendidas fueron apagándose poco a poco, el aire helado comenzaba a correr marcando el inicio de una etapa diferente en lo que Livingstone llamaba "Tierra de nadie".