Lucía O:
Muy chistoso, Sebada.
Sebas A:
¿Sebada?
Lucía O:
Como el agua.
Mi mamá hizo para la comida.
Sebas A:
¿Con qué autoridad criticas mis chistes?
Lucía O:
Que mis chistes sean malos, no le quita lo malo a los tuyos.
Sebas A:
Touché.
Oye, Lu.
¿Sabes que te quiero mucho?
Lucía O:
Los te quiero se han devaluado, necesitarás más que eso si quieres que te pase la tarea de química.
Sebas A:
Te amooo.
Leído a las 18:09
Sebas A:
Lo siento, sonó raro.
Leído a las 18:09
Sebas A:
¿Te sentiste incómoda?
Leído a las 18:09
Sebas A:
¡No te sientas incómoda, Lu!
¡No fue con esa intención! Lo sabes, ¿verdad?
O sea, te quiero mucho.
Pero ya sabes cómo.
Leído a las 18:10
Sebas A:
Comprendo si te sientes extraña después de todo lo que te conté. Has sido muy comprensiva al respecto, no sé cómo habría reaccionado yo de ser al revés.
No quiero seguir haciendo las cosas raras entre nosotros.
¿Puedes simplemente creer que de verdad no lo dije de esa manera?
Lucía O:
Mi cerebrito químico vale AL MENOS que yo elija la temática de nuestro próximo maratón de películas.
Mínimo.
Sebas A:
Yo pongo las palomitas.
Lucía O:
Cuéntame más.
Sebas A:
Y las bebidas.
Lucía O:
Yo las golosinas.
Sebas A:
¿El próximo viernes?
Lucía O:
Es una cita.
Leído a las 16:15
Lucía O:
JAJAJAJA.
No te preocupes demasiado, Sebas.
Estamos bien.
Pero haré lo que pueda por molestarte por un tiempo si se presenta la oportunidad, debes saberlo.
Sebas A:
Contaré con eso.
n/a: ¡MIL VISITAS, NO LO CREO! Muchas gracias.