¿Será que ya no se te eriza la piel a la ausencia de mis labios o de a poco se esfumó el recuerdo de cuanto nos amamos?
De como viajábamos a la orilla del río, rodeado de árboles, contemplados por lirios.
!Ah! como iban nuestros cuerpos aturdidos por la sed de estar cerca.
Fraguando nuestras almas a la espera de algún suspiro que interviniera en este encanto de amores infinitos.