- ¡¿Acaso no me escuchaste Jijeong?! -Jimin sentía que en cualquier momento, saltaría hacía su hermano para atacarlo, ¡no le gustaba en lo absoluto que intentará acercarse a Yoongi!
Yoongi permanecía al pendiente con las acciones de su alfa, no quería que ocurriera algo de lo que seguramente Jimin terminaría arrepintiéndose. Trago grueso, tenía que tranquilizar a su alfa antes de que cometiera una locura.
- No, no te escuche, ¿podrías repetirlo? -Jijeong gustaba de molestar a Jimin, pero tal vez ese no era un buen momento para decir aquello y menos para mostrar una sonrisa arrogante.
Había recibido un gruñido de parte de Jimin, y cuando menos se lo esperaba ya estaba corriendo hacía él, sus colmillos habían salido, de sus manos se podían ver las garras afiladas que tenía y sus ojos brillaban en rojo, estaba molesto, su alfa y él estaban enfurecidos por el comportamiento de aquel alfa que era su hermano.
Jijeong se había quedado estático, era como si el miedo lo hubiera paralizado, sintió como un escalofrío lo había recorrido por completo al ver como su enfurecido hermano se acercaba para atacarlo, y no sabía exactamente lo que haría, atrás de su hermano logro ver a sus padres, que al igual que él estaban sorprendidos y alarmados.
- ¡Jimin detente! -eso fue lo que había escuchado salir de los labios de su padre.
Cuando regreso la mirada Jimin estaba a punto de darle un zarpazo, cerro los ojos con fuerza esperando la llegada de aquel golpe, pero... absolutamente nada llego. Sentía su corazón latir a mil por minuto, despacio fue abriendo los ojos y allí vio, aquel omega que llamo su atención estaba frente a él, dándole la espalda, estaba encarando a su hermano.
- Quítate YoonYoon -la voz de alfa de su hermano era potente, pero el omega pareció apenas inmutarse-. No quiero lastimarte.
- Y sé que no lo harías, Jimin...
Jijeong trago grueso, pero se estaba comenzando a molestar, ¿cómo era posible que Jimin, su propio hermano, pensase en atacarlo? Eso de verdad que lo ponía furioso.
- ¿Ahora te controlan? Eres patet.. -no termino de hablar al recibir una mirada reprobatoria del omega, y además podía sentir que le decía que guardará silencio.
- Jiminie -el omega quería lograr que su alfa apartase la vista de Jijeong, pero apenas y lo había mirado-, ya alfa, tranquilo -Yoongi paso una mano por el pecho del alfa, Jimin soltó un gruñido.
Pero por supuesto eso no había impedido que Yoongi la apartará.
- Jimin, mírame -a regañadientes, el alfa obedeció a su omega-, tranquilízate...
- ¡Esté idiota iba hacía a ti! -bramo Jimin, Yoongi sintió que tembló solo un poco, no le gustaba la voz de mando, pero estaba tratando de soportarla un poco más, necesitaba que Jimin se relajase.
- No debes estar así solo por esto, por favor Jiminie.
El alfa de nueva cuenta volvió su vista hacía su hermano por unos momentos, Jijeong se sintió un poco atemorizado al ver la penetrante mirada de su hermano mayor.
Yoongi aún daba leves caricias a Jimin, logrando que la respiración del alfa fuera cada vez más delicada, relajándolo, las garras, colmillos y ese brillo color rojo, desaparecieron, el alfa dejo de mirar a su hermano y está vez se concentro en Yoongi, su omega.
- Así está mejor -dijo Yoongi dándole una sonrisa.
Jimin paso sus brazos por la cintura del omega para poder apegarlo a él y así esconder su rostro en la unión del cuello y hombro de Yoongi, aspirando el dulce aroma que desprendía, pasaron unos segundos para que después de nueva cuenta mirara a su hermano.
- Lo dejaré pasar está vez Jijeong -la voz de Jimin había salido ronca-, pero ni creas que dejaré que te vuelvas a acercar a YoonYoon.
Jijeong no dijo absolutamente nada.
- Perdona lo que paso hace unos momentos, Yoongi -la madre de Jimin en verdad estaba muy arrepentida, no era su plan darle una bienvenida como esa-. ¡Disculpa!
- No es necesario que se disculpe -Yoongi sonrió algo apenado-, además no importa si iniciamos de nuevo.
- ¡Gracias! En verdad estoy agradecida que mi pequeño Jiminie haya encontrado a un omega tan dulce como lo eres tú.
Yoongi solamente quería aguantar la risa al escuchar el apodo de Jimin, ¿así qué pequeño Jimine? Tal vez le diga de esa forma para molestarlo, a menos claro que la señora Park tenga más apodos tiernos para el alfa y así podría pasarse molestándolo.
- Sean bienvenidos, ambos.
- Gracias.
Tanto Jimin como Jijeong estaban en casa recibiendo una reprimenda departe de su padre por haber causado todo un alboroto, Yoongi suspiro, se podían escuchar los regaños de aquel alfa desde afuera, mientras tanto Yoongi y la señora Park estaban afuera de la casa hablando, y claro lo que más escuchaba el omega eran las disculpas de la madre de Jimin.
- Sé que puede ser algo repentino, pero ¿puedo ver a Jihoon?
- No se preocupe, por supuesto, de echo creo sigue dormido en el automovil.
- ¡Gracias!
Ambos omegas fueron directo hacía el vehículo para poder ver al bebe, y efectivamente Jihoon estaba recostado en el asiento del copiloto con su pulgar dentro de su pequeña boca, sus respiraciones lentas y sus ojos cerrados, Yoongi sonrió al ver la tierna imagen ante sus ojos.
La madre de Jimin también estaba enternecida con la imagen que veía, y es que Jihoon era muy adorable a la vista de todos, un bebe demasiado tierno.
- Me recuerda a mis cachorros cuando dormían, bueno más a Jimin, ¿no es de ustedes, cierto?
- No -Yoongi sonrió apenado, sintió como sus mejillas se calentaban levemente-, supongo ya ha de estar enterada de todo.
- La mayoría de la historia me la ha dicho Mochi...
- ¿Mochi?
- Disculpa, es así como le decíamos a Jimin cuando era más pequeño, en cambio a Jijeong le decíamos Kappukeki, por sus mejillas.
Yoongi debía admitir que lo que más destacaba en ambos hermanos, eran sus mejillas esponjosas, así que le daba la razón a la madre de ambos.
- Es muy lindo -Yoongi dejo de lado sus pensamientos para mirar a Jihoon.
- En verdad que lo es.
- Y dime Yoonginie ¿cuántos meses tienes?
- ¿D-de qué?
La madre de Jimin soltó una pequeña risa.
- De embarazo.
- ¿J-jimin se lo d-dijo?
- No cariño, es instinto, he estado dos veces de esa forma, y sé cual es ese agradable aroma.
Yoongi sabía algo, y eso era que no debía superar al instinto de una madre.