Espirales de luz |Denki Kamin...

By Sky_Black1999

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Siete días inundados de luz. *** Tumblr de la week: https://kaminariweek.tumblr.com/ Créditos imagen de porta... More

~Introducción~
Día 2 | Quirk
Día 3 | Angst
Día 4 | University AU
Día 5 | Self-doubt
Día 6 | Recharge
Día 7 | Lies

Día 1 | Band AU

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By Sky_Black1999

Pareja: KamiJirou

Canción: Change my life - Ashes Remain



Kaminari la había visto en sus sueños incontables veces. Eran tantas que ya se había hecho una costumbre ver aquella figura en las imágenes en su cabeza. Al inicio se sintió realmente confundido al no saber quién era, mas después de un tiempo esperaba esa presencia con ansias.

Y lo que sentía al verla no se podía describir con palabras.

En sus primeros sueños, la imagen era un tanto difusa. Sabía que era una chica por lo menuda que era y porque algo en el fondo se lo decía. Su cabello era corto y oscuro, era bastante delgada pero tenía algunas curvas que le hacían difícil retirar la vista.

No sabía por qué, pero incluso aunque era su sueño, sentía que estaba haciendo algo mal. Como si estuviera invadiendo la privacidad de la chica desconocida.

Después de varias noches, la silueta se hizo cada vez más clara. Ahora sabía que su piel era tan blanca como la nieve en invierno en Tokio y que sus ojos eran grandes y oscuros, más expresivos que cualquier otra cosa. Además, tenía algo que la distinguía y eran unos audífonos que no parecían alejarse de su cuello nunca.

Era... realmente linda. Muy linda. Kaminari era incapaz de alejar la mirada de ella cada vez que se la encontraba en los sueños.

Y sus sueños en realidad no eran la gran cosa. En ocasiones se trataba de él caminando por un parque o algo similar, no estaba muy seguro, y cuando menos se lo esperaba veía a la chica misteriosa. Entonces, unas ganas irrefrenables de seguirla y averiguar quién era lo inundaban. En otras él y ella estaban juntos, sentados en alguna banca o simplemente parados uno al lado del otro hablando.

Aunque no sabía lo que hablaban. Lo particular de sus sueños era que no podían hablar. Por más que se esforzara, la voz de Kaminari nunca salía. Todo era silencioso, pero no se sentía del todo necesario.

Porque cada vez que la veía a ella, sentía que en su interior todo se alborotaba que podría escucharse hasta el otro lado del mundo. Era el silencio más ruidoso que había tenido.

Kaminari se consideraba como un chico curioso. Cuando una duda lo asaltaba y más si se trataba de alguien, hacía hasta lo imposible por saberlo todo.

Era por ello que se sentía realmente frustrado al no poder saber nada sobre la chica en sus sueños. No tenía ni un indicio de por qué apareció de repente en su cabeza, qué era lo que significaba el que no pudiera hablar en los sueños y por qué su corazón parecía reconocerla en cuanto la veía.

Y sobre todo, la duda mayor era: ¿Quién era ella?

La frustración de Kaminari salía a relucir con facilidad y era por eso que incluso sus mejores amigos se percataron de que algo andaba mal con él. Y fue así como resultó ser arrastrado a un concierto underground en el bar favorito de Bakugou.

—¡Vamos, Kamibro, yo sé que te vas a divertir! —decía su mejor amigo, Eijiro Kirishima, pasando uno de sus musculosos brazos por el cuello endeble de Kaminari.

Se encontraban en una de las mesas delanteras del bar. El bar estaba bastante atestado de personas, el ruido era tanto que todos debían gritar para escucharse. Las luces eran bajas y tenues, pero suficiente como para ver los rostros de todos. La música, aunque era tocada por una banda de principiantes, era bastante buena.

Kaminari mordisqueó una fritura del plato que estaba sobre la mesa y trató de sonreírle a Kirishima, aunque le salió más como una mueca.

—¡Debes hacer algo con ese estado de humor tuyo, Kami! ¡Has estado extraño desde hace días! —exclamó Sero, otro de sus amigos más cercanos. El pelinegro le dio un sorbo a su cerveza y luego soltó un sonido de gozo.

En su mesa estaban sus mejores amigos de la Universidad. A Kirishima y Bakugou los conocía desde sus días de secundaria, pero a Sero y su novia, Mina, los conoció en la Universidad y con rapidez se hicieron cercanos.

—¡Escuché que la banda de hoy será genial! —gritó Mina, lanzando un gritito de júbilo, siendo seguido por Kirishima. Al lado del pelirrojo estaba Bakugou, quien no había pronunciado palabra alguna desde que llegaron y se la pasaba mordisqueando el maní que estaba en la mesa.

—¡Sí, es una banda de chicas! ¡Dicen que la vocalista tiene una voz brutal! ¡Y la bajista de la banda es conocida por ser toda una belleza! —comentó Sero también, sonriendo ampliamente, aunque recibió un codazo de su novia ante el comentario. Él la observó encogiéndose de hombros—. Lo siento, amor, eso es lo que escuché.

Kaminari sonrió al ver el puchero de Mina y cómo Sero intentaba animarla. No sabía realmente qué contestar al respecto, así que solo afirmó con la cabeza y se entretuvo viendo a las personas a su alrededor.

No sabía por qué, pero últimamente lo que más disfrutaba hacer era analizar a la gente. Quizás se debía a que sus sueños mudos lo obligaban a observar con atención las acciones de la chica desconocida, mas era algo que se había acostumbrado a hacer.

Vio a tantas parejas en el bar que, sin poder evitarlo, percibió un pinchazo en el pecho. Era estúpido, pero estaba celoso de eso. Todos se veían felices demostrándose cariño, sonriéndose y mirándose con ojos iluminados, como si nada más existiera alrededor.

Y de alguna forma, tenía la intensa necesidad de hacerle saber al mundo que él también estaba experimentando eso. Que cada vez que veía a la chica en sus sueños, sus ojos nunca se separaban de ella. Que cuando estaban cerca, lo único que le apetecía era romper las barreras de lo irreal y abrazarla.

Pero no lo podía decir jamás. Porque era un sueño. Ella no existía.

Y nada era real.

—... nari! ¡Kaminari! —Escuchó una voz fuerte a su lado gritándole y se sobresaltó. De repente se había perdido en sus pensamientos. Cuando giró el rostro, vio que Bakugou lo estaba contemplando con el entrecejo fruncido—. Idiota, ¿adónde carajos te fuiste? Tenías una cara más estúpida que la que ya tienes.

Kaminari sonrió, rascándose la nuca. Sabía que Bakugou no lo decía para ofenderlo del todo, esa era su manera de expresarse —aunque no quería decir que estuviera bien—. Negó con la cabeza, suspirando.

—Me perdí en mis pensamientos, perdón —murmuró el rubio, agarrando un maní para tener algo en la boca.

Bakugou no dijo nada durante unos segundos, se limitó a observarlo en un mutismo extraño. Kirishima, Sero y Mina se habían enfrascado en una discusión sobre algún tema que desconocía.

Y entonces, las luces bajaron por un instante. Se escuchó un leve ruido discordante y una chica apareció en el escenario. Ni siquiera se dio cuenta cuando la otra banda terminó de tocar.

Las voces en el bar bajaron de tono al ver a la chica.

—¡Hola a todos! ¡Nos alegra mucho que estén esta noche especial con nosotros, esperamos que estén disfrutando de la buena música y más lo que se viene! ¡La siguiente banda que se va a presentar es una que muchos de ustedes han estado esperando! ¡Con una vocalista prodigio, una bajista encantadora, una guitarrista enérgica y una baterista poderosa, quiero que todos les den la bienvenida a las cuatro chicas más geniales de todo Tokio! ¡Preparen sus oídos, chicos, porque esta noche van a explotar! ¡Con ustedes, Earphone Jack!

Los aplausos no tardaron en llenar todo el lugar. Incluso Kirishima, Sero y Mina aplaudieron y gritaron con entusiasmo. Kaminari estaba realmente impresionado al ver la reacción de todos ante la banda y se preguntó si realmente era tan genial.

—Son buenas —dijo de la nada Bakugou, asustándolo por un segundo. El rubio ya tenía una mirada más calmada y sus ojos no se alejaban del escenario como si también lo estuviera esperando con ansias—. Su vocalista es... bastante buena. Escúchalas con atención, idiota.

Que alguien como Bakugou estuviera diciendo eso era algo de verdad impactante. No era el tipo de chico al que se le hacía fácil halagar a otros, por lo que concluyó que de verdad la banda debía tener algo especial como para atraer a tantas personas.

Sus ojos dorados entonces se trasladaron a la tarima, esperando ya con nerviosismo que la nombrada banda apareciera. Los segundos se sintieron como décadas y, por algún motivo, los sonidos a su alrededor parecieron despejarse. Su atención estaba fija al frente.

Pero cuando la primera persona hizo acto de presencia, todo lo que lo rodeaba desapareció. Ya no escuchaba los gritos de las personas ni de sus amigos. Incluso veía que los movimientos estaban a cámara lenta. Tal y como ocurría en sus sueños.

Y es que, así como pasaba en su cabeza al cerrar los ojos, la chica misteriosa se presentó ante él como si de un espejismo se tratase. Kaminari no podía creer lo que veía.

Era ella, realmente era ella.

Existía. La tenía frente a frente, a unos cuantos metros de distancia. Pero estaba ahí, era ella. La chica de sus sueños.

Ella no miró en su dirección en ningún momento al entrar. Todas las demás chicas se dispusieron a posicionarse en sus puestos. Ni siquiera fue capaz de mirar a las otras, sus ojos estaban fijos en... ella.

Pero cuando agarró el micrófono y abrió la boca, los sonidos reales regresaron.

—Hola a todos —dijo ella, acomodando el micrófono a su comodidad. Tenía el cabello corto, tal como en sus sueños. Su piel era como la nieve, tal como en sus sueños. Pero su voz... su voz era más de lo que esperaba. Lo estremeció de pies a cabeza—. Muchas gracias por venir a escucharnos, es algo que apreciamos bastante. Para empezar, queremos tocar una de nuestras canciones más conocidas. Su nombre es "Dreams", espero les guste.

Tardaron unos minutos más en poner en orden los instrumentos. Los ojos de Kaminari finalmente vieron a las demás chicas y se dio cuenta entonces a lo que Sero se refería. La bajista era realmente bella, con su largo cabello negro, ojos pequeños y piel blanca. La guitarrista tenía el cabello ondulado y con un tono verdoso, además de que poseía una sonrisa ladina con un toque atrevido. La baterista tenía cabello naranja y su expresión risueña la hacía ver algo tierna.

Sin embargo, su atención siempre regresaba a ella, solo ella. Miró a la bajista y esta asintió. La baterista comprendió la seña y alzó los palillos contando fuerte:

—¡Uno, dos, tres!

El poder de la música fue... atronador. Todos a su alrededor se levantaron de los puestos en cuanto la guitarra entró y el ambiente se hizo más intenso. La música era potente, fuerte y que lo aturdía de pies a cabeza.

Y cuando ella abrió la boca para empezar a cantar, Kaminari no pudo evitar levantarse también de un salto.

Su voz era... preciosa. Tanto que no podía evitar observarla con sorpresa. Tenía un tono dulce, pero a la vez grave, con unos desniveles que le daban un toque especial a la canción.

Kaminari no podía apartar la vista de ella. Todo lo que estaba sucediendo se sentía demasiado fantasioso. De no ser por el temblor de su cuerpo, pensaría que era otro de sus sueños.

Ella se movía y agarraba el micrófono con una destreza que lo impresionó. Sentía la música por todo el cuerpo y eso lo transmitía al público. Su cuerpo parecía moverse por voluntad propia, vibrando con el poder de la melodía.

El verla allí parada frente a él era como una ilusión. Lo que estaba experimentando en aquel instante era más potente que lo que sentía en las largas noches dentro de su cabeza.

Kaminari la seguía siempre, mas en lo que se fijaba ante todo eran sus ojos. Esos ojos oscuros que había visto en sus sueños discurrían por todo el lugar fijándose en las personas del auditorio.

Y tal vez fue la intensidad de su mirada o una simple coincidencia. O quizás, se debía a la innegable conexión que ambos poseían, una conexión que iba más allá de lo racional y lógico para los humanos; pero hubo un momento exacto en el que los ojos de ella se fijaron en los de Kaminari. Se detuvieron justo en él.

Desde ahí, ninguno de los dos los alejó. Kaminari sintió cómo sus piernas temblaban, como si no pudiera sostenerse por sí mismo. Le pareció escuchar de fondo la voz preocupaba de Kirishima, mas nunca se permitiría romper el contacto que se había creado entre ambos.

Kaminari se dio cuenta ahí al instante: ella lo reconocía.

Los ojos de su chica misteriosa brillaban tal y como lo hacían en sus sueños. La sensación de calma absoluta que lo abrigaba en sus horas nocturnas lo invadió de nuevo. Y la calidez que sentía al estar a su lado en los sueños era muy real en aquel momento.

No tenía manera de cómo explicar lo que sucedía y tal vez nunca tendría explicación.

Pero algo de lo que estaba seguro era que sus sueños fueron más reales que cualquier otra cosa. Tan reales como esos segundos entre ambos y tan real como la música que llenaba el lugar.

Y sobre todo, tan real como el lazo que parecía unir la vida de Kaminari con la chica de sus sueños.




***

Bueno, la temática de banda queda más o menos oculta, pero ni modo xd Desde hace días quería escribir algo similar, aunque me hubiera gustado hacerlo más largo pero no pretendo extenderme mucho en esta week TvT 

A cualquiera que se pase por aquí, gracias por leer♥

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