MELIONE
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Voy corriendo por las calles viendo hacia atrás desde donde una chica asiática me persigue gritando. Definitivamente debo escuchar los consejos de mi madre "no te metas en problemas con fantasmas" pero ahora ya es algo tarde. Freno al estar cerca de la casa de mi hermano y giro viendo al fantasma viéndome con mucho odio, recordando mi entrenamiento muevo mis manos hasta lograr desaparecer al fantasma que suelta un grito. Retomo la carrera hasta llegar a la entrada de la casa de Apolión y Diana donde me dejo caer en su césped buscando recuperar el aire en mis pulmones.
—Princesa Melione –habla una mujer con acento sureño muy marcado. Levantando mi cabeza apenas observo en medio de la calle a una mujer. Lleva un sombrero ancho de color blanco cubriendo su rostro, un vestido enorme de color rosa pastel con detalles en blanco y un paraguas de encaje de los que se usaba para cubrirse del Sol. Como una sanguijuela me retuerzo en el césped hasta chocar con las escaleras de la entrada. —Necesito ayuda princesa –vuelve a hablar la mujer que en este momento quiero perder de vista. Juro que si alguien más me vuelve a hablar de jugar juegos de fantasmas lo arrastraré al inframundo para que se vuelva la cena de Cerbero.
—No puedo estoy algo ocupada huyendo –advierto al fantasma que se ríe poniendo su mano delante de su boca. Estoy segura de que si mi mamá la viera me diría que debo adoptar esos modales, en lugar de reírme durante tanto tiempo que la leche se termina por salir de mi nariz en el desayuno.
Poniéndome de pie toco desesperada la puerta de mi hermano el único que me puede ayudar sin decirle nada a mi madre. El fantasma no puede pisar el terreno de la mansión de mi hermano si no quiere volver directo al inframundo. La puerta se abre de forma lenta y Nina sale disparada a la entrada. Yo como loca paranoica corro detrás de ella y la detengo antes de que se salga del perímetro de seguridad.
—¿Quién es esa tía? –con su dedo índice Nina señala al fantasma que eleva un poco su mirada mostrando el brillo de sus ojos por entre las penumbras de su rostro. Tomando a la pequeña en brazos comienzo a retroceder sin dejar de ver al fantasma.
—Es de mala educación señalar a los mayores, no contestar a lo que se te pregunta y no presentarse –colocando su mano enguantada sobre su pecho la mujer vuelve a hablar –Yo soy Alison Gilbert un placer conocerlas señoritas Black –no conteste, pero si corrí con mi sobrina hasta dentro de la casa que tenía la puerta abierta aún.
—¿Anker sabes quién llamo a la puerta? –escuche la voz de Diana proveniente de la cocina de la enorme mansión. Saliendo de la sala apareció mi sobrino mandando mensajes por su celular sin prestarme mucha atención como siempre. Desde las escaleras de la segunda planta apareció mi hermano acomodándose el cabello mojado de seguro acaba de salir de la ducha.
—Es la tía Melione mamá –grito el primogénito de mi hermano que dejo su aparato electrónico para verme. Estaba toda sucia de barro, pasto, sudor y algunas hojas de cuando venía por el bosque. Mi hermano caminó hacia mí tomando a su hija en brazos y con su mano libre apretó mi hombro llevándome a la cocina.
—Hola, Mel... ¡¿qué hiciste?! –interrogó mi cuñada con tan solo ver mi aspecto sucio y de haber venido corriendo en una maratón. Apolión dejo de retener mi hombro señal de que bajara a Nina la enviara a su habitación y tendremos una seria charla.
—Fue solo un juego que se salió de control –no sabía con qué defenderme porque en verdad mi caso es indefendible. Yo me metí con los fantasmas cuando no debí hacerlo, seguirle el juego al grupo de amigos del chico que me gusta no fue algo muy inteligente.
—Nina a tu habitación papi tiene que hablar con la tía –la pequeña niña de seis años salió corriendo fuera de la cocina mientras se reía. Sentándome en el taburete de la cocina miré como mi hermano se acercaba a su esposa susurrándole algo al oído.
—Cuando terminé de preparar la cena la última vez que hicimos esto casi se incendia la cocina –contesto Diana revolviendo lo que estaba preparando en una olla que debo admitir que huele delicioso. Me acerqué a las ollas donde mi cuñada se encontraba preparando un puré de papas y en otras un relleno de carne. Ya se me hizo agua la boca y viendo que los fantasmas no pueden entrar a la casa me quedaré para la cena de esta noche.
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—¿Qué hiciste ahora Melione? –interroga mi cuñada sentada desde el sillón de la sala donde quedamos frente a las ventanas que dan al frente donde fantasmas aparecen en la calle.
—No fue del todo mi culpa, los amigos de mi crush tienen parte de responsabilidad en todo esto –cruzándome de brazos aparto mi mirada al fuego de la chimenea ignorando los gritos de los fantasmas.
—¿Tienes un crush? –interrogo mi hermano ahora con un tono de voz enfadado, olvide lo celoso que es conmigo. Ahora si deseo hablar con los fantasmas creo que estando con ellos la pasaría mejor que durante un interrogatorio por parte de Apolión.
—Eso es irrelevante sombritas, lo que nos interesa ahora es como deshacernos del vínculo que abrió Melione con los fantasmas—. En estos momentos debería decir que amo a mi cuñada con todo mi oscuro ser. Ella es la mejor.
—Anker te compro la moto que querías si me das el nombre del chico al cual debo asesinar –mi sonrisa fue borrada por una mirada de puro pánico viendo a mi sobrino le rogaba con la mente que no dijera nada.
—Lo siento papá, pero la tía Melione no me lo quiso decir tampoco conozco al chico –disimuladamente le guiñé el ojo a mi sobrino que me susurro un inaudible "me debes una".
—Ya deja de ser tan celoso y deja que Melione nos cuente que paso exactamente –Diana tomo la mano de mi hermano que de inmediato se relajó y volvió a sentarse alado de su esposa como una hermosa pareja feliz.
—Todo comenzó cuando mi crush me invito a ir con él a una casa abandonada. Se rumorea en el liceo que hay una casa en el bosque que está embrujada y llena de fantasmas. Los chicos querían hacer una sesión espiritista con la tabla ouija acepté porque pensé que sería como estar en casa. Todo se salió de control cuando uno de los fantasmas casi revela mi secreto y yo por miedo a que eso pasé me fui corriendo sin cerrar la sesión. Desde hace un par de días los fantasmas no dejan de acosarme, mamá y papá aún no lo saben, pero sé que si se enteran seré enviada con las Furias. —termino mi relato sintiendo como me quitaba un peso de encima de los hombros. No es que siempre me meta en problemas porque me guste es solo que tengo la mala suerte de que todas las cosas malas me ocurran a mí. Es como un don para arruinar las cosas sin siquiera intentarlo juro que intento ser una buena chica, pero mis acciones buenas me terminan saliendo al revés.
—Te ayudaremos, pero eso será mañana le diré a mamá que te quedaras esta noche –hablo mi hermano. De un salto me pongo de pie en mi lugar y corrí a tirarme encima de mi hermano rodeándolo con mis brazos de fideo.
—Gracias Apoli eres el mejor hermano del mundo –el hombre me abrazo con algo de dificultad por la incomodidad que genero el que mi cuerpo cayera como bolsa de papas encima de él.
—Lo sé ahora déjame respirar enana –empujándome hacia el costado termino tirada en el suelo viendo el techo de la sala. Las demostraciones de afecto no son muy comunes en nuestra familia, salvo por Nina ella al menos sigue siendo una niña muy cariñosa.
A P O L I Ó N
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Diana preparaba el desayuno mientras yo acomodaba los platos en la mesa, Nina estaba sentada en el suelo jugando con su muñeca que se podía desarmar como si la fueras a operar. Anker ingreso en la cocina sin camiseta y con su pantalón pijama negro, traía cara de recién levantado. Paso alado de su hermana saludándola moviendo su mano sobre la cabeza de esta y despeinándola cosa que la hizo enojar un poco.
—Mami, Anker me despeino –se quejó mi pequeña consentida cruzándose de brazos y haciendo un pequeño puchero que la hacía verse adorable.
—Buenos días, familia –interrumpiendo en la cocina aparece Melione con una camiseta negra que se me hace muy familiar. Traía su cabello castaño recogido en un moño flojo su cara estaba lavada y se la veía animada. Traía las pantuflas que le regale a mi esposa cuando volvimos de un viaje a Grecia era la primera vez que Nina conocería el país de nuestras raíces fue un lindo viaje familiar.
—Hora de desayunar, Anker deja de molestar a tu hermana. Apolión sienta a Nina en la mesa y buenos días Melione espero hayas dormido bien –como siempre mi esposa se manejó con soltura realizando diversas tareas al mismo tiempo. Desayunamos tortitas con miel de maple y juego de frutas recién licuado.
—¿Ya tienen un plan para hacer que los fantasmas dejen a la tía Melione en paz? –pregunto mi hijo viéndonos y luego a su tía que pareció palidecer. Diana no dijo nada limitándose a comer sus tortitas y Melione se quedó pensando supongo en cómo se enfrentaría a nuestros padres si se enteran de su metedura de pata.
—Primero debo saber qué es lo que buscan los fantasmas de Melione para luego desterrarlos al inframundo –parece algo sencillo, pero teniendo en cuenta la última vez que trate con un fantasma Diana casi muere porque le estaban robando su vitalidad.
—Anoche un fantasma llamado Alison me dijo que necesitaba mi ayuda, pero no se para que me necesite –comento Melione apoyando una mano en su mentón. Mi hermana es muy parecida a mi madre físicamente, pero es igual de impulsiva y problemática que nuestro padre y yo—. ¿Y si me usan de carnada podemos sacar la información de lo que quieren conmigo? –la idea es pésima tiene demasiadas posibilidades de que falle y los fantasmas se lleven a Melione a quien sabe dónde.
—Es una terrible idea –habla mi esposa viendo con seriedad a mi hermana que borra la sonrisa de su rostro—. Porque no sales afuera y hablas con los fantasmas que no pueden entrar al terreno mientras te mantengas en este perímetro nadie puede lastimarte –sabía que mi esposa cedía ante la petición de mi hermana porque de lo contrario ella haría lo que quisiera sin pensar en las consecuencias.
Abriendo la puerta de la entrada de manera lenta Melione asoma la cabeza observando la calle donde fantasmas comenzaron a aparecer gritando el nombre de la princesa del inframundo. Los humanos que pasaban en la calle no notaban las almas que estaban frente a ellos, pero si sentían escalofríos al atravesar a los fantasmas.
—Princesa tiene que ayudarnos –hablo una mujer con acento sureño y con ropa de otra época que la hacía verse aún más espectral. Los lamentos aumentaron pasando de ser voces hablando a gritos desgarradores que nos obligaron a cubrir nuestros oídos por el sonido estridente de aquellos gritos.
—¿Qué debo hacer? –pronunció mi hermana acercándose al fantasma que sonrió al ver que Melione le estaba prestando la debida atención.
—Debes enterrar este collar y nos liberarás para siempre del limbo –el fantasma alzo su mano dejando caer de esta un collar que estaba enredado entre sus dedos. Observo la joya desde lejos y no puedo evitar pensar que ya había visto antes ese dije de calavera con ojos de rubí. Melione miro en mi dirección para luego ver de nuevo al fantasma y asintiendo estiro su mano para tomar el collar. Algo no estaba saliendo bien y mi cerebro comenzó a trabajar en donde había visto ese colgante antes de que en manos de este fantasma.
Mi hermana toma el collar que comienza a desprender una luz cegadora de color rojo y las risas de cientos de almas se escuchan. Melione cae al suelo con las venas de la mano que toco el colgante marcándose de un color negro, Diana recita un conjuro nuevo reforzando el escudo que el fantasma logro romper por el poder de ese collar.
—No se debe jugar con los espectros –el fantasma se quita el sobrero que cubría su rostro y veo los tatuajes que antes no había notado. Una bruja. El fantasma de una bruja había dañado a mi hermanita.
Tirada en el suelo veía como Mel se ponía cada vez más pálida y sus venas seguían tomando el tono negro todo su cuerpo estaba llenándose de ese color. En ese segundo mi cerebro exploto al saber de dónde conocía ese collar es un roba almas utilizadas por las brujas para robarle la vitalidad a un cuerpo y volver a la vida.
—Es en lo único en que podemos coincidir –con voz estridente habla mi madre apareciendo en medio del patio con su vestido negro que parecía una nube negra. La bruja pierde su sonrisa y antes de que pueda hacer algo mi madre la destierra arrebatándole el collar que destruye con su mano. Melione vuelve a respirar como si acabara de salir del fondo del mar y sus pulmones al fin recibieran aire. Sus ojos oscuros vieron con tristeza a mi madre que en lugar de gritarle solo se agachó a abrazarla.
—¿No estás enojada? –cuestiona mi hermana devolviendo el abrazo de nuestra madre.
—Claro que lo estoy y ambos están castigados –rompiendo el abrazo mi madre nos señala viéndonos con enojo a ambos –Tú por meterte en cosas que no comprendes aún –señalo a Melione que agacho la cabeza avergonzada –Y tú por mentirme –me señala mirándome con llamaradas en sus ojos, no protesto porque, aunque este casado tenga hijos y ya sea un adulto mi madre sigues siendo la reina del inframundo y lo que la reina dice se cumple.
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Capítulo dedicado a CarmenPlaza lectora destacada 💛
Ahora si se terminó definitivamente la primera temporada con este capítulo que estuvo durante mucho tiempo en borrador, pero que al fin termine.
En multimedia esta Melione siendo protagonizada por la increíble, sexy y muy talentosa actriz: Lily Collins 👏🏼. La amo. 🔥